El vigilante del umbral y otras historias escocesas de terror; por John Buchan; prólogo, traducción y notas de Alberto Ávila Salazar. Madrid: Diábolo Novelas, 2022. Colección Fantasmas; nº 6. 356 páginas.
No creo que ningún escritor desdeñe sinceramente el éxito, aunque a unos les satisfará el aplauso de la crítica y del lector selecto y otros persigan la acogida de un público masivo. Sin embargo, no pocas veces el renombre de una obra le juega al autor la mala pasada de opacar el resto de su producción, en modo alguno desdeñable, en ocasiones incluso superior. Es el caso de John Buchan (1875-1940), escritor, editor y político, gran viajero, a quien se le recuerda en especial por Treinta y nueve escalones (The Thirty Nine Steps, 1915), novela basal en el naciente género del espionaje, una fama que se agrandará más con su adaptación al cine en tres ocasiones, la primera de ellas dirigida por Alfred Hitchcock.
Buchan, además de otras narraciones de intriga, aventuras e historia fue un notable autor de relatos de terror, faceta no siempre apreciada en toda su valía, aunque incorporara en sus relatos elementos innovadores en el momento y que los apartaban del tradicional cuento de fantasmas victoriano. Diábolo, en su volumen El vigilante del umbral, exquisitamente presentado —se trata de uno de esos libros que es una delicia sostener entre las manos, aunque habría que objetar el exceso de erratas evitables con una corrección más atenta—, cuenta con una edición y traducción impecables de Alberto Ávila Salazar, y agrupa aquellas narraciones fantásticas que tienen como escenario el lugar de nacimiento del autor: Escocia. Son textos redactados a lo largo de un arco amplio de tiempo, entre 1896 y 1928, en unos casos de tono legendario, en otros como cuentos de horror contemporáneo, todos ellos escritos con una elegancia formal muy británica.
El autor
En sus narraciones, al igual que en Blackwood, la naturaleza juega un importante papel como generador de horror numinoso; como en Machen, las creencias y deidades paganas permanecen vivas pese a yacer enterradas por el aluvión cristiano. Buchan, en ocasiones, es voluntariamente impreciso y no explica con detalle el origen y la mecánica de la amenaza sobrenatural, solo ofrece insinuaciones, dejando al lector la interpretación del texto; pero lo evidente es que ese conflicto entre el paganismo y el cristianismo, que podemos ver también como un enfrentamiento de lo elemental y primordial contra la modernidad artificiosamente civilizada, quizá incluso falta de autenticidad, de verdad metafísica, un enfrentamiento entre la cruel sabiduría de la barbarie frente a la blanda ceguera materialista, es uno de los temas que a Buchan más le gusta explorar.
Los relatos que componen el libro son los siguientes:
«El vigilante del umbral» (The Watcher by the Threshold, 1900). Un anticuario diletante se siente acechado de modo constante por una malvada y milenaria presencia invisible que se aferra a su costado izquierdo. La posesión es otra de las constantes en la obra de John Buchan.
«Un viaje de poco provecho» (A Journey of Little Profit, 1896). Cuento de aliento popular donde se narra la aventura de un joven pastor que desoye la advertencia de no adentrarse en el páramo de noche y tiene un encuentro con el Diablo, siempre tramposo.
«La canción del páramo / La balada de Tomás el Sincero» (The Moor-Song / The Rime of True Thomas, 1897). Otro relato en tono de fábula fantástica protagonizado por un pastor a quien un pájaro invita a escuchar una canción que transformará su vida.
«Tierra de nadie» (No Man’s Land, 1899). Un profesor universitario pasa sus vacaciones en las colinas escocesas y allí descubrirá el horror verídico que se oculta detrás de las leyendas sobre el Pueblo Pequeño. Uno de los relatos de Buchan más deudor con Machen y uno de los más inquietantes.
«La marea del Diablo» (The Outgoing of the Tide, 1902). La hija de una perversa bruja, pese a todos los intentos de su madre por llevarla por un camino torcido, es un alma pura inclinada a Dios, la bondad y un amor limpio. Satanás no puede admitir que se la arrebaten de sus garras y urdirá un engaño para conducirla a la condenación. Otro relato de tono legendario que podría ser convencional, pero se salva por el talento de Buchan a la hora de narrar escenas de acción y persecución, uno de sus puntos fuertes.
«Espacio» (Space, 1911). Cuento de ciencia ficción que deriva en horror cósmico. Un matemático formula especulaciones sobre la naturaleza del espacio vacío y concluye que no está en realidad vacío, sino recorrido por inteligencias abominables.
«La verde pradera» (The Green Glen, 1912). Un estudioso investiga la historia de una pradera que perturba de forma extraña su estado de ánimo, propiciando tan pronto terror como beatitud. Los hechos ocurridos siglos atrás en ese lugar sagrado —¿ubicación, quizá, de un templo romano consagrado a una deidad de los bosques?— tendrán consecuencias en la actualidad.
«Skule Skerry» (Skule Skerry, 1928). Un ornitólogo busca en las costas escocesas una isla que en las antiguas sagas nórdicas se menciona como La isla de los Pájaros junto al Abismo. Pero ¿a qué se refiere con Abismo? En los manuscritos medievales, el término Abismo solía hacer referencia a una entrada al Infierno… Una buena muestra de horror generado por la naturaleza salvaje, aunque el desenlace resulta anticlimático.
«Comedia bajo la luna llena» (Comedy in the Full Moon, 1899). En lo alto de una loma hay un lugar conocido como el Lugar de las Hadas. Según la fama, si dos personas en pleno verano y con luna llena suben, una desde el este y otra desde el oeste, y se encuentran en la cima, aparecerá una tercera persona que les revelará su futuro. Vodevil de encuentros y malentendidos de escasa trascendencia.
«Tiempo de verano» (Summer Weather, 1899). Una nueva historia protagonizada por un pastor. ¿Y sobre una posesión, tal vez? El fiel perro del pastor, tras sufrir lo que parece un ataque epiléptico, se incorpora transformado en una bestia asesina que ataca a lo primero que se le cruza por delante, su amo incluido, quien tendrá que luchar por la vida.
«Los fantasmas de Standlan» (The Herd of Standlan, 1899). Un pastor se arroja a las aguas turbulentas de un río para rescatar a un pescador que ha resbalado y quedado inconsciente. Con el brazo roto al chocar con unas rocas, le es imposible salir del cauce, aunque no suelta al hombre que pretendía salvar. Una serie de apariciones llevan desde el otro mundo para hablar con él.
«Fountainblue» (Fountainblue, 1901). Un hombre de éxito regresa a la tierra donde pasó su infancia, tras las huellas de la muchacha de la que está enamorado… Un relato brillante y emotivo que cierra de forma satisfactoria el volumen, aunque resulta un tanto fuera de lugar dado el tema de esta antología, pues carece de todo elemento fantástico o de su apariencia.
NOTA: Poco después del presente, Valdemar editó otra antología de relatos de Buchan. Coincidentes con el presente volumen, están los relatos siguientes: «El vigilante en el umbral» («The Watcher by the Threshold», 1900), «Marea baja» («The Outgoing of the Tide», 1902), «Tierra de nadie» («No-Man’s-Land», 1899), «Espacio» («Space», 1911), «El valle verde» («The Green Glen», 1912) y «Skule Skerry» («Skule Skerry», 1928).
Y como novedades ofrece: «Basilissa» («Basilissa», 1914), «La arboleda de Ashtaroth» («The Grove of Ashtaroth», 1910), «El ñu verde» («The Green Wildebeest», 1927), «Dr. Lartius» («Dr. Lartius», 1928), «El viento en el pórtico» («The Wind in the Portico: Mr. Henry Nightingale’s Story», 1928)[1], «Tendebant Manus» («Tendebant Manus», 1927) y «Punto de partida» («Fullcircle», 1920)[2].
Armando Boix
[1] Aparecido con anterioridad en el volumen 39 escalones – El viento en el pórtico. Barcelona: Bruguera, 1982. Colección: Club del Misterio; nº 39.
[2] Aparecido con anterioridad como «Fullcircle» en el volumen Historias de fantasmas de la literatura inglesa (II). Barcelona: Edhasa, 1989. Colección: Narrativas Fantásticas.