En el año 2029, el astronauta Leo Davidson se embarca en un crucero de la Estación Espacial en una misión de rescate y recuperación, pero un brusco desvío a través de un agujero de gusano espacio-temporal le lleva a un extraño planeta donde simios parlantes gobiernan sobre la raza humana. Con la ayuda de Ari, una simpática activista chimpancé, y de un pequeño grupo de rebeldes humanos, Leo lidera los esfuerzos por liberar a las personas sometidas.

Dirección: Tim Burton. Producción: 20th Century Fox. Productor: Richard D. Zanuck. Guion: William Broyles Jr., Lawrence Konner, Mark Rosenthal, según la novela de Pierre Boulle. Fotografía: Philippe Rousselot, Paul Hughen. Música: Danny Elfman. Montaje: Chris Lebenzon. FX: Rick Baker (maquillajes), ILM (efectos visuales). Intérpretes: Mark Wahlberg (capitán Leo Davidson), Tim Roth (general Thade), Helena Bonham Carter (Ari), Michael Clarke Duncan (coronel Attar), Paul Giamatti (Limbo), Estella Warren (Daena), Cary-Hiroyuki Tagawa (Krull), David Warner (senador Sandar), Erick Avari (Tival), Luke Everl (Birn), Evan Dexter Parke (Gunnar), Glenn Shadix (senador Nado), Kris Kristofferson (Karubi), Lisa Marie (Nova), Charlton Heston (Zaius), Linda Harrison, Rick Baker, Howard Berger, Freda Foh Shen, Chris Ellis, Anne Ramsay, Andrea Grano… Nacionalidad y año: Estados Unidos 2001. Duración y datos técnicos: 120 min. – color – 2.35:1 – Panavision – 35 mm / Digital.

 

En 1988 arrancó el proyecto de una nueva versión de El planeta de los simios, surgida de manos de Adam Rifkin, un actor, guionista, director y productor de muy discreta carrera, del que cabe destacar, tal vez, su guion de la deliciosa Pequeños guerreros (Small Soldiers, 1998), de Joe Dante. Propuso un film secuela de la película de Schaffner, de bajo presupuesto, un tanto inspirada en Espartaco, con la civilización simia a modo de parábola de la romana, y con un hijo de Taylor, llamado Duke, liderando una revuelta de humanos contra la opresión de los simios, regidos por el general Izan. Pocos días antes de entrar en producción, con Tom Cruise y Charlie Sheen de protagonistas, el proyecto se anuló por diferencias creativas, que nuevas reescrituras por parte de Rifkin no lograron incentivar.

Hacia finales de 1993, Jane Hamsher y Don Murphy, a través de su compañía JD Prods. ofreció a Fox un nuevo proyecto con Oliver Stone como productor ejecutivo y co-guionista, y que no pretendían ligar a la saga original. Sin embargo, Stone tenía sus propias ideas, referentes a los simios, sí, pero desde otra perspectiva: antiguos simios de los vedas, criogenizados, y que son descubiertos en la actualidad, y que portan numerología secreta conectada con la Biblia. Así pues, se consideró a Sam Raimi como director y a Terry Hayes (Mad Max 2 y 3, Calma total, From Hell) como guionista. Llegó junio de 1994, y aún no había director contratado ni guion finalizado, aunque la idea era estrenar en verano de 1995. El guion, en todo caso, incorporaba algunas de las ideas de Oliver Stone, e incluso se anunció una película (o serie) de animación.

Con el título de Return of the Apes, el guion de Hayes se ambientaba en un futuro cercano en el cual una plaga está acabando con la humanidad. El genetista Will Robinson descubre que la plaga es una bomba de tiempo genética incrustada durante la Edad de Piedra[1]. Realiza un viaje en el tiempo junto a una colega embarazada llamada Billie Rae Diamond, hacia una época en que los seres humanos del Paleolítico estaban en guerra contra unos simios altamente evolucionados. Robinson y Diamond descubren a una chica humana llamado Aiv (pronunciado igual que Eva en inglés) como un próximo paso en la evolución. La protegen del virus, lo que garantiza la supervivencia de la raza humana 102.000 años después. Billie Rae dará a luz a un niño llamado Adam.

En 1994, Oliver Stone asegura la participación de Arnold Schwarzenegger, quien firma como Will Robinson. Sin embargo, a partir de ahí las cosas se vuelven un tanto confusas. Al parecer, el musculado austríaco pretende hacer una película de acción. Surgen rumores de Ben Kingsley como el científico que viaja en el tiempo, y Arnold como el líder de los cavernícolas. Como director ahora se habla de Chuck Russell (El terror no tiene forma, Eraser), y después de Phillip Noyce (Calma total, Juego de patriotas, Peligro inminente), quien es elegido en enero de 1995, y la pre-producción es planeada con un presupuesto de cien millones de dólares.

El productor Peter Chernin (después responsable de El origen del planeta de los simios) refiere que el guion de Hayes es «uno de los mejores que jamás he leído», y que espera que dé lugar a secuelas, spin-offs con destino a la televisión y merchandising. Sin embargo, otros productores no se muestran tan entusiastas, y ansían algo con un enfoque más familiar, incluso humorístico, e incluso plantean una increíble escena con Robinson enseñando a jugar a los primitivos al béisbol. En vista de estos desacuerdos, Noyce abandona y se pone a trabajar en El Santo; Oliver Stone, a su vez, se centra en otros proyectos; el productor Dylan Sellers se mata accidentalmente en un accidente de coche.

El proyecto, pues, pasa a otras manos. Se contacta con Chris Columbus (Solo en casa, El hombre bicentenario, Percy Jackson y el ladrón del rayo), que encarga el guion a Sam Hamm (responsable del Batman de Tim Burton). El guion de Hamm conserva ciertos elementos del de Hayes, pero sin embargo también se aproxima más al planteamiento originario de la novela: Un simio astronauta de otro planeta se estrella en la bahía de Nueva York, esparciendo un virus que comienza a exterminar la raza humana. La doctora Susan Landis, del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades, y Alexander Troy, científico del Área 51, lideran un grupo de científicos para reparar la nave del simio y retornar a su lugar de origen, para así hallar la cura a la enfermedad. Descubren un mundo dominado por simios inteligentes, liderados por Lord Zaius. Cuando al fin logran el antiviral, regresan a la Tierra, descubriendo que han pasado setenta y cuatro años y los simios dominan nuestro planeta. La Estatua de la Libertad ahora exhibe los rasgos de un mono.

Sin embargo, ese guion no recibe la aprobación de la Fox, por lo cual Columbus abandona, y ahora entra en escena James Cameron, una vez Roland Emmerich rechaza la propuesta. Cameron, sin embargo, se halla demasiado ocupado con Titanic, y tampoco acepta, por lo cual recurren a Peter Jackson, que abandona también. Surgen rumores acerca de que la pospuesta película será protagonizada por Kevin Costner, Harrison Ford o Patrick Swayze, pero en enero de 1997 vuelve a surgir el nombre de Schwarzenegger.  En diciembre de ese mismo año, se anuncia que la compañía de James Cameron, Lightstorm Entertainment, se hace cargo del proyecto. La historia es una mezcla entre la primera y la segunda entrega de la saga primitiva, con el astronauta Taylor llegando al planeta de los simios y después accediendo a la Zona Prohibida. Pese a que Cameron está muy ocupado, pretende dirigir la película, pero sigue sin haber un guion definitivo. Ahora se habla de Michael Bay como director, y luego de Peter Hyams. Sin embargo, la Fox rechaza a éste, y Cameron definitivamente abandona el proyecto, así como Arnold.

Y entonces entra en escena Tim Burton. Pero antes, otros nombres surgen, así Frank Darabont como realizador, o, como guionistas, consecutivamente, Graham Yost (Speed, Broken Arrow), Andrew Kevin Walker (Se7en, Sleepy Hollow) y William Broyles Jr. (China Beach, Apolo 13). Este último, en enero de 2000, aporta a la Fox un guion titulado The Visitor, ambientado en el planeta Aschlar, y propuesto episodio primero de unas «Crónicas de Aschlar». Por fin, en febrero de 2000, es contratado Tim Burton, que llegó a declarar: «Yo no estaba interesado en hacer un remake o una secuela de la película originaria de El planeta de los simios, pero estaba intrigado con la idea de re-visitar ese mundo. Al igual que mucha gente, me vi afectado por la película original. Quería hacer una “reinterpretación”».

Burton comienza a trabajar sobre el guion de Broyles. Mientras, es contratado Rick Baker para realizar los maquillajes; Baker había estado en los primeros estadios del proyecto, pero después fue reemplazado por Stan Winston, que siguió durante muchos de ellos hasta este preciso momento. Baker era todo un maestro en lo que a simios se refiere, creando los monos de El monstruo de las bananas, King Kong (1976), La isla virgen, La increíble mujer menguante, Greystoke, la leyenda de Tarzán, el rey de los monos, Bigfoot y los Henderson, Gorilas en la niebla y Mi gran amigo Joe, interpretando inclusive a algunos de ellos. Esta vez, parece que el proyecto avanzaba. Como protagonista se plantearon a Ben Affleck, Matt Damon y Leonardo DiCaprio, pero finalmente firmó Mark Wahlberg, con opción a dos películas. Gary Oldman fue reemplazado por Tim Roth. Broyles reescribió el guion bajo las indicaciones de Burton. La cosa iba adelante…

Difícil lo tenía Tim Burton con su El planeta de los simios (Planet of the Apes, 2001), en definitiva. No cabía duda de que todos los ojos críticos –de estudiosos y aficionados– estarían volcados, con rigor analítico, sobre los resultados, y se juzgaría la obra en su conjunto desde todos los frentes: se compararía la película en sí, pero también el guion, los maquillajes, los actores, la música… Bien es cierto que Planet of the Apes de Tim Burton no es una gran película, como sí lo era, en cambio, Planet of the Apes de Franklin J. Schaffner –un director, con todo, que nunca más llegó a cotas tan altas, salvo en El Señor de la Guerra–. Pese a ello, esta nueva adaptación de la novela de Pierre Boulle dista mucho de ser el bodrio que, por motivos enigmáticos, muchos pretenden hacernos ver.

Es evidente, como todos han repetido sin descanso, que donde peor funciona la película es en el área del guion. Pese a ello, no resulta tan catastrófico: a la hora de plantear una «nueva» historia, se ha hecho uso de la estructura narrativa del primer film de la antigua saga, unos elementos dispersos del segundo –Beneath the Planet of the Apes (1969), de Ted Post–, adornándolo todo con un plano inicial que supone un guiño a la novela originaria de Pierre Boulle, unos pocos ingredientes de la misma desperdigados a lo largo de la trama y, primordialmente, el tan denostado final está tomado literalmente del libro, no tanto en forma sino en fondo.

Richard D. Zanuck, productor tanto del film originario como del presente, ha declarado que ambas cintas parten de postulados distintos, como distintas son las épocas a las que se circunscriben: la película antigua surgía derivada de Mayo del 68, existía una inquietud en el ambiente, y ello se reflejaba en la película, una parábola social que procuraba mostrar las desigualdades que imperaban en aquellas fechas: era el momento de la reivindicación de derechos de los afroamericanos, de la mujer y de los homosexuales. Hoy día, las inquietudes intelectuales son muy distintas (si es que las hay), y se ha procurado, simplemente, ofrecer un film de aventuras. El guion tiende por ahí; sí, hay un poco de crítica social al inicio –de hecho, más de lo que se ha referido–, se juega con los ingredientes de la ciencia ficción por medio de viajes en el tiempo, paradojas, universos alternos… Pero, principalmente, se procura hacer un film de evasión.

  

Tim Burton ha tomado el encargo de la forma más honesta posible, efectuando una labor de artesano «como los de antes». Unos escasos destellos se disparan a lo largo de la cinta para hacernos saber que ahí detrás se agazapa el creador de Eduardo Manostijeras y Jack Skellington: el umbrío bosque remite al que aparecía en Sleepy Hollow, y el plano de la niña encerrada en la jaula rememora la infancia del Pingüino en Batman vuelve. Amén de esto, como se ha dicho, Burton rueda el film con solidez artesanal, ilustrando visualmente los percances con la caligrafía cinematográfica que ha desarrollado a lo largo de todos estos años: bien es cierto que en momento alguno ofrece experimentaciones audaces que supongan un peligro al concepto de manufactura industrial que pretenden vender los productores, pero Burton fabrica el artículo con solidez, rodando la película sin hacer uso de estilemas modernos que empañen el tratamiento narrativo, como un montaje epiléptico o ralentíes gratuitos; inclusive nos evitan esos horrorosos primeros planos con los personajes amputados por frente y barbilla, constante estereotipada del cine contemporáneo.

De tal forma, Planet of the Apes de Tim Burton se erige como un producto artesanal y sencillo, una serie B de aventuras y ciencia ficción rodada con honestidad, convicción y respeto al público. Una obra como la que, otrora, nos hubieran ofrecido honestos artesanos como Byron Haskin, por poner un ejemplo. Algo que, en tiempos como los que corren, es mucho. La versión de Tim Burton, con todo, fue un fracaso, por lo cual no dio lugar a la secuela (o secuelas) esperada. Aunque hubo desde una novelización de la misma, así como una serie de novelas publicadas por HarperCollins. HarperEntertainmente, a su vez, sacó una versión juvenil de la novelización, así como nuevas aventuras de los personajes jóvenes  Attar, Ari y Daena.

 

Anecdotario

  • Premios: 2001: Bogey (Alemania): premio Bogey en plata. 2002: Academy of Science Fiction, Fantasy & Horror Films: nominaciones a mejor película de ciencia ficción (ganó I.A.: Inteligencia artificial), actor secundario (T. Roth), actriz secundaria (H. B. Carter), maquillaje y vestuario. BMI Film & TV: ganadora a mejor música. BAFTA: nominaciones a maquillaje y vestuario. Hollywood Makeup Artist and Hair Stylist Guild: premio al maquillaje. Las Vegas Film Critics Society: premio al maquillaje. Razzie: premio a peor remake o secuela, actor secundario (C. Heston) y actriz secundaria (E. Warren). The Stinkers Bad Movie: nominaciones a peor sentido de la dirección, peor guion y peor actriz secundaria (E. Warren).
  • El rodaje tuvo lugar entre el 6 de noviembre de 2000 y el 1 de abril de 2001, y luego hubo nuevas filmaciones entre el 19 y el 30 de junio de 2001.
  • Se barajó la posibilidad de que Robert Rodriguez dirigiera, para reducir el presupuesto.
  • En un momento dado, se pensó en Steven Spielberg para dirigirla, pero lo rechazó porque estaba ocupado con A. I. Inteligencia artificial (2001) y Minority Report (2002).
  • Durante el desarrollo inicial de la película, Harrison Ford, Kevin Costner y Patrick Swayze fueron considerados para interpretar el papel principal.
  • Johnny Depp y Daniel Day-Lewis fueron considerados para el papel de Thade.

  • Naomi Watts, Rachel McAdams, Rachel Weisz, Cate Blanchett, Lucy Punch, Mya Harrison, Joanna Lumley y Renee Zellweger fueron consideradas para el papel de Ari.
  • Danny Trejo y Hector Elizondo fueron considerados para el papel de Limbo.
  • Estrenada en Estados Unidos el 27 de julio de 2001 y en España el 31 de agosto de 2001.

 

Bibliografía

El planeta de los simios; de Pierre Boulle; traducción de Joaquín Rodríguez. Barcelona: Minotauro, 2012. Colección: Clásicos Minotauro. T.O.: La planète des singes (1963). 

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: **½

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra

 

[1] Este detalle recuerda, en cierto modo, al modo en que los marcianos intentan conquistar la Tierra en la versión de Steven Spielberg, escrita por Josh Friedman y David Koepp, de La guerra de los mundos (The War of the Worlds, 2005).