Esta es la historia de Juan Andrés Aldije, apodado «El Francés», que en unión a su socio José Muñoz Lopera asesinó a seis hombres que confluyeron en la pensión que ambos detentaban en Peñaflor, Sevilla.

Dirección: Jacinto Molina. Producción: Laro Films. Productores ejecutivos: Juan José Daza, Juan José Porto. Guion: Jacinto Molina, Antonio Fos. Fotografía: Leopoldo Villaseñor. Música: Ángel Arteaga. Montaje: José Luis Peláez. Decorados: Jaime Pérez Cubero. FX: Molina Efectos Especiales. Intérpretes: Paul Naschy [Jacinto Molina] (Juan Andrés Aldije «El Francés»), Maria Jose Cantudo (Andrea), Agata Lys (Charo), Julia Saly (Elvira Orozco), José Calvo (José Muñoz Lopera), Silvia Tortosa (Amparo), Yolanda Rios, Carlos Casaravilla, Yolanda Ríos, Nélida Quiroga, José Moreno, Manuel Pereiro, Patrick, Víctor Iregua, Paco Catalá, Luis Ciges, Antonio Ramis, Antonio Acebal, Antonio Orengo… Nacionalidad y año: España 1978. Duración y datos técnicos: 93 min. – color – 2.41:1 – Technovision – 35 mm.

 

Sorprende el atractivo caudal que detenta nuestro país en cuestión de crónica negra y el poco aprovechamiento que ha hecho el cine español con respecto a él. El huerto del Francés (1978) es uno de sus ejemplos más destacados, y muchos estudiosos refieren que Pilar Miró debió tomar buena nota de él cuando rodó su celebérrimo El crimen de Cuenca (1981). Ciertamente, las semejanzas estéticas y de tono no son pocas, comenzando con el inicio narrado en forma de romanza de ciego.

Es evidente el interés que Molina siempre mostró por la crónica sobre monstruos reales, desde su Alaric de Marnac, trasunto del auténtico Gilles de Rais, hasta ejemplos como Jack el destripador de Londres (1971) y Los crímenes de Petiot (1973), amén de otros productos de carácter criminal que adornan su filmografía. Paul Naschy siempre tuvo en muy alta estima esta película, que además se aparta en estilo y tono de las demás que realizó y, ciertamente, después de verla se comprende el motivo. Es una lástima que sea tan difícil acceder a ella, para ser (re)descubierta y ubicada en el alto lugar que merece dentro del cine español. Claro que la clara animosidad de gran parte de la crítica hacia el autor de Inquisición (1976) también impide esta última circunstancia.

Entre 1898 y 1904, en la localidad de Peñaflor, a unos ochenta kilómetros de Sevilla, Juan Andrés Aldije, apodado «El Francés» (por haber pasado una temporada en el país vecino), y José Muñoz Lopera dieron cuenta de seis hombres, a los que asesinaron y enterraron en el huerto de dos fanegas que tenía el primero junto a su vivienda, que servía además de hospedaje (la vivienda, no el huerto). Al final, ambos fueron capturados y ejecutados en el garrote vil el 31 de octubre de 1906, a las siete de la mañana. Cada uno fue ejecutado por un verdugo distinto, ambos de una ineptitud manifiesta; el primero en morir, entre horribles estertores, fue Lopera, y el Francés, después de ser estrangulado por el cepo, soltó a su ejecutor: «¿No te dije que apretaras fuerte?».

Con este punto de partida, Jacinto Molina, en unión de Antonio Fos (habitual colaborador de Eloy de la Iglesia) realizan un guion sobrio, del que eliminan algunos personajes que estuvieron implicados, como el hijo del Francés, que aquí no existe, y donde únicamente chirría el caricaturesco y homófobo perfil que se aplica a uno de los asesinados, de carácter homosexual. La puesta en escena de Molina también se muestra comedida, y sorprende el uso del zoom, por aquellos años una plaga en el cine europeo, y que aquí solo emplea para reencuadrar, además de un modo sutil, con el fin de equipararlo a un movimiento de cámara antes que a un efecto óptico.

La fotografía de Leopoldo Villaseñor (que colaboró en varias ocasiones con Paul) confiere a las imágenes unas texturas goyescas, retratando los personajes dentro de su entorno, así el caserón donde acontece todo y los terrenos limítrofes, que muestran una ambientación muy convincente.

Otro valor positivo del film es la aparición de dos actrices del destape como eran María José Cantudo y Ágata Lys, que sorprenden por unas interpretaciones más solventes de lo que cabría esperar. Junto a ellas tenemos a Silvia Tortosa, pero en su caso es habitual la destreza de su cometido. Paul Naschy exhibe una rotundidad física muy superior a la del verdadero personaje, lo cual ayuda para hacer más creíble la entereza emocional que muestra. Junto a él, como socio en negocios y crímenes, tenemos a uno de los mejores actores españoles de la época, el grandioso Pepe Calvo, que está sencillamente magistral.

El huerto del Francés, en definitiva, aparece como un film excelente, de una dureza impactante (tanto los asesinatos perpetrados como la ejecución de los criminales se ofrecen de un modo frontal, con ánimo documentalista) y que merece ser valorado como merece. Algún año le llegará el reconocimiento.

Anecdotario

  • Con el fin de evitar que el público pensara que esto era una película de «monstruos», Jacinto hizo promocionar la película con los nombres de Ágata Lys y María José Cantudo en los carteles, y con él figurando solo como director con su auténtico nombre. Sin embargo, en la publicidad de la prensa le añadieron a él junto a las dos actrices.
  • La esposa de Jacinto Molina se llama Elvira. En la presente película, el nombre de la esposa de su personaje también es Elvira, pero es un hecho estrictamente histórico.
  • El rodaje tuvo lugar en Algete (Madrid), Sevilla capital y Peñaflor (Sevilla), donde acontecieron los hechos.
  • Estrenada en España el 8 de diciembre de 1977, en Madrid en los cines Apolo e Infantas. 

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: ****

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra