La familia Martin recibe en su hogar un androide, que la pequeña de la casa bautizará como Andrew. El robot tiene una disfunción que lo hace intentar aprender y evolucionar. Mientras los años pasan, Andrew procurará ir adquiriendo conocimientos y sentimientos, en una tentativa de devenir en humano.
Dirección: Chris Columbus. Productores: Michael Barnathan, Chris Columbus, Gail Katz, Laurence Mark, Neal Miller, Wolfgang Petersen, Mark Radcliffe para 1492 Pictures, Columbia Pictures Corporation, Laurence Mark Productions, Radiant Productions, Touchstone Pictures. Productor ejecutivo: Dan Kolsrud. Guion: Nicholas Kazan, según la novela corta “The Bicentennial Man” de Isaac Asimov y la novela The Positronic Man de I. Asimov y Robert Silverberg. Fotografía: Phil Meheux. Música: James Horner. Montaje: Nicolas De Toth, Neil Travis. Diseño de producción: Norman Reynolds. Efectos especiales: Dream Quest Images, Keith Vanderlaan’s Captive Audience Productions, Steve Johnson’s XFX, Tippett Studio. Intérpretes: Robin Williams (Andrew Martin), Embeth Davidtz (pequeña señorita Amanda Martin / Portia Charney), Sam Neill (‘Sir’ Richard Martin), Oliver Platt (Rupert Burns), Kiersten Warren (Galatea), Wendy Crewson (‘Ma’am’ Martin), Hallie Kate Eisenberg (pequeña señorita Amanda Martin, a los 7 años), Lindze Letherman (señorita Grace Martin a los 9 años), Angela Landis (señorita Grace Martin), John Michael Higgins (Bill Feingold), Bradley Whitford (Lloyd Charney), Igor Hiller, Joe Bellan, Brett Wagner, Stephen Root, Scott Waugh, Quinn Smith, Kristy Connelly, Jay Johnston, George Wallace, Lynne Thigpen, Ples Griffin, Marcia Pizzo, Paula DuPré Pesmen, Clarke Devereux, Bruce Kenneth Wagner, Paula West, Kevin ‘Tiny’ Ancell… Nacionalidad y año: Estados Unidos 1999. Duración y datos técnicos: 132 min. color 1.85:1.
Es sorprendente cómo, a estas alturas, muchos autores de peso en la ciencia ficción han gozado de tan pocas adaptaciones al cine, e Isaac Asimov es un ejemplo paradigmático. Tal vez sea debido a que Hollywood solo busca dentro de esa temática grandes espectáculos, y muchas de estas obras literarias son creaciones que reflexionan sobre la condición humana. Bueno ejemplo de ello son las narraciones de Asimov dedicadas a los robots.
Dentro de la escasa filmografía, pues, que depara la obra de Asimov es de agradecer esta aportación dentro de su saga robótica. Sin embargo, el resultado es una obra muy irregular, debido ello a la comparecencia como director de un hombre tan limitado como es Chris Columbus, alguien carente por completo de personalidad artística, y que siempre va a remolque de otros estilos. De hecho, El hombre bicentenario parece hecho por un Spielberg de segunda, con lo cual todo queda dicho.
Colaborador, precisamente, en diversas ocasiones del director de A.I. – Inteligencia artificial (Artificial Intelligence: AI, 2001), Columbus carece de un mundo propio, por lo cual en esta película intenta imitar el estilo, las texturas y las sensibilidades de aquél. En todo caso, lo que peor funciona en el film son los patéticos intentos de incorporar notas de humor para hacer un producto que llegue a un público más amplio. De un modo significativo, la película supuso un sonoro fracaso. Ese humor, sin duda, proviene de la incorporación como protagonista de Robin Williams, con quien Columbus tuvo un gran éxito de público por medio de la muy discretita Señora Doubtfire – papá de por vida (Mrs. Doubtfire, 1993). Sin embargo, en una película que procura reflexionar sobre la libertad, el compromiso, el intento de superación, el amor y el auto-sacrificio, parece como muy fuera de lugar meter chistes de pedos.
Pese a ello, el film ofrece, por contraposición, muy buenos momentos, debido sin duda a la esforzada adaptación realizada por Nicholas Kazan. La película supone un amplio fresco histórico de la historia del futuro. Arranca con un rótulo que indica “en un futuro cercano” (lo cual, en todo caso, me parece muy exagerado, por la evolución en robótica que ofrece). A lo largo del tiempo, nuestro inmortal robot irá, en una especie de road movie temporal, vagando, en busca de su propia identidad, a la vez que las personas que lo rodean van envejeciendo y muriendo. Vamos viendo los cambios que se reflejan en la sociedad (escasos, en todo caso: hubiera sido deseable un mayor telón de fondo) y cómo Andrew se va desarrollando tanto técnica como anímicamente: a su evolución interior responde una evolución exterior, o viceversa.
El reparto funciona bien, pese a algunos excesos humorísticos idiotas que les hacen interpretar. Robin Williams matiza muy bien las emociones para representar un robot que va en busca de sentimientos (igual que Data en Star Trek: la nueva generación), e incluso el en ocasiones estrangulable Oliver Platt ofrece un personaje entrañable. El diseño de producción es admirable, y todo el envoltorio técnico del film origina que se siga con agrado. Hacia el final, en un intento, de nuevo, de emular a Spielberg, se van introduciendo notas sentimentales, que en todo caso, a mí personalmente no me molestan. Hubiera sido precisa la eliminación de las pésimas notas de humor y la concurrencia de un director con mayor estilo y personalidad; ello hubiera deparado en una película de mejor urdimbre emocional y artística y, acaso, mayor éxito de público. A veces, tomar el camino más fácil no conduce al triunfo.
Anécdotas
- Título de rodaje: Andrew Martin.
- Candidata al Oscar en 2000 al mejor maquillaje (Greg Cannom). Ese mismo año, en los Razzie, Robin Williams fue candidato a peor actor (simultáneamente con Ilusiones de un mentiroso).
- Las futuristas oficinas de NorthAm Robotics son en realidad las de Oracle Corporation, en Redwood Shores, California.
- Rodada con un presupuesto estimado de cien millones de dólares.
- Estrenada en Estados Unidos el 17 de diciembre de 1999, tras una premiere el día 13. En España se estrenó el 3 de marzo de 2000.
Bibliografía
“El hombre bicentenario”. En El robot completo; por Isaac Asimov; traducción de Tina Parcero. Madrid: Alamut, 2011. Colección: Serie Fantástica; nº 10. Traducción de: “The Bicentennial Man” (1976).
El robot humano; por Isaac Asimov y Robert Silverberg; traducción de Horacio González Trejo. Barcelona: Plaza & Janés, 1998. Colección: Jet; 136 – Jet Isaac Asimov; 27. Traducción de: The Positronic Man (1992).
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: *** 1/2
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra