En África, una niña blanca se hace con un bebé gorila que, al hacerse mayor, desarrolla un tamaño enorme. Cuando unos cazadores llegan para transportar leones y otros animales para un nightclub temático de Nueva York ven a Joe, que así ha llamado la chica al gorila, y deciden que será un elemento impresionante para el local.
Dirección: Ernest B. Schoedsack. Producción: Argosy Pictures Corporation/R.K.O. Radio Pictures Inc. Productor: Merian C. Cooper. Productor delegado y director de 2ª unidad: John Ford. Guion: Ruth Rose, según argumento de Merian C. Cooper. Fotografía: J. Roy Hunt. Música: Roy Webb. Montaje: Ted Cheesman. Diseño de producción: James Basevi. FX: Willis H. O’Brien, Ray Harryhausen, Pete Peterson, Marcel Delgado, Bert Willis, George Lofgren, Linwood G. Dunn, Harold E. Stine, Herb Willis, Jack Shaw. Intérpretes: Terry Moore (Jill Young), Ben Johnson (Gregg Johnson), Robert Armstrong (Max O’Hara), Frank McHugh (Windy), Douglas Fowley (Jones), Denis Green (Crawford), Paul Guilfoyle (Smith), Nestor Paiva (Brown), Regis Toomey (John Young), Lora Lee Michel (Jill Young, de niña), James Flavin (Schultz), Primo Carnera (forzudo), Ellen Corby (mujer del orfanato), Frank Conroy (reportero), Kermit Maynard (vaquero), Iris Adrian, Ian Batchelor, Cliff Clark, Man Mountain Dean, Joe Devlin, Eddie Dunn, Bess Flowers, Selmer Jackson, Donald Kerr, Henry Kulky, Anne Nagel, William Schallert, Ray Walker. Nacionalidad y año: Estados Unidos 1949. Duración y datos técnicos: 94 min. B/N-tintada 1.37:1.
Desde hacía tiempo, Merian C. Cooper y John Ford, el grandioso director de cine, estaban asociados, produciendo ambos las películas del tuerto realizador, como, hasta aquel momento, El fugitivo (The Fugitive, 1947) o Fort Apache (Fort Apache) y 3 Godfathers [tv/vd/dvd: Los 3 padrinos] en 1948. Entonces decidieron cambiar las tornas con El gran gorila (Mighty Joe Young, 1949), y John Ford quedó solo como productor (junto a Cooper), dirigiendo Schoedsack[1]. En un principio se pensó hacer la película en color, pero los altos costes lo imposibilitaron, y en su lugar la escena del incendio se proyectó originalmente tintada en rojo, aunque por lo general los pases televisivos la ofrecen en blanco y negro[2]. El presupuesto definitivo fueron 1.550.000 dólares, destinados 204.000 de ellos a los efectos especiales.
Para la confección de Joe se elaboraron seis modelos en miniatura, cuatro de cuerpo entero que medían 43 centímetros, un busto y otra figura corporal para las tomas lejanas de solo trece centímetros de alto (uno de los muñecos, el más utilizado por sus facilidades, sería bautizado como Jennifer, en homenaje a la actriz Jennifer Jones), todos ellos con esqueleto de duraluminio (una aleación muy ligera pero muy resistente, de aluminio y cobre) formado por ciento cincuenta piezas, de las cuales solo sesenta eran para las manos, y recubiertos de algodón látex líquido y cera dental; el pelaje (procedente de corderos nonatos, mientras que Kong estaba hecho de piel de conejo) se expuso a un tratamiento especial, creado por el taxidermista George Lofgren, de modo que al tocarlo después tomaba su posición original, para evitar lo sucedido en King Kong, que se “despeinaba” a cada cambio de posición. Ray también añadió el detalle a Joe, al animarlo, de hacerle mirar al suelo cuando iniciaba la marcha, con el fin de humanizarlo, mostrándole cuidadoso de no tropezar con nada. También se realizaron dos caballos[3], tres leones y varias figuras humanas para las escenas del nightclub y el orfanato. O’Brien contó en esta ocasión con varios ayudantes, entre ellos George Lofgren, Scott Whitaker, Pete Peterson y, por supuesto, Ray Harryhausen.
Ray y Obie se habían encontrado por primera vez cuando el primero tenía diecisiete años, y desde entonces habían tenido diversos encuentros, incluso trabajando juntos a las órdenes de George Pal; al fin, en esta ocasión, O’Bie decidió darle una oportunidada Ray, y le llamó a finales de 1945 para que colaborase en la película. Los primeros meses de pre-producción realizó diversas tareas, como cortar fotogramas, pasar textos a máquina, sacar punta a los lápices o asistir a las reuniones de elaboración del guion, donde aportó algunas pequeñas ideas. El primer esbozo del guion lo acabó Ruth Rose en agosto de 1946[4]; en un estadio primitivo del guion, Jill encontraba a Joe tras ser muerta su madre por un león, y en otro estadio había un accidente de avión que transportaba humanos y animales de África a Estados Unidos. También hubo una escena final, ideada por O’Brien, y que Cooper descartó, de una pelea a puñetazos entre Joe y otro gorila en un teleférico situado entre las colinas de San Francisco. Cooper optó en su lugar por el incendio en el orfanato.
Cinco proyectores de alta precisión, para realizar las labores de stop-motion, fueron diseñados y construidos por O’Brien y el ingeniero Harry Cunningham, y en el plató número 1 de los estudios RKO/Pathé de Culver City, el mismo donde Cecil B. De Mille había rodado Rey de reyes (King of Kings, 1927) dio lugar el rodaje, y los procesos de animación arrancaron en octubre de 1947 hasta navidades de 1948, esto es, catorce meses en total. Tres meses antes de procederse al rodaje de ciertas escenas los trucajes ya estaban listos, con el fin de tenerlos dispuestos, como en el plano de los borrachos ante Joe, donde se realizó una retroproyección del gorila; la escena, rodada por Harryhausen, resultó muy problemática por la sincronización que requería.
Decíamos que el modelo medía 43 centímetros, pero en pantalla la idea era que diera la impresión de tener un tamaño de cuatro metros. Se dice que la secuencia de los vaqueros procede de planos rodados para un proyecto de O’Brien de The Valley of Gwangi, después rodado por Harryhausen. El gran gorila supuso la primera reunión entre los dos más míticos creadores de stop-motion de la historia, y el resultado, sin ser una obra maestra, es mucho más que esa “simpática nadería” con la cual la mayoría de las veces se la suele despachar.
La labor alcanzó tal perfección que los Oscar de aquel año, que por aquel entonces no disponían de la modalidad de mejores efectos especiales, concedieron un galardón especial por ese trabajo. Según parece, Harryhausen efectuó cerca del noventa por ciento del trabajo de animación en la película, basándose, eso sí, en los diseños y storyboards efectuados por O’Brien, y Marcel Delgado esculpió los modelos; casi todas las secuencias de animación salieron a la primera toma, por lo cual Ray fue apodado “una-toma Harryhausen” [one-take Harryhausen]. O’Bie animó en persona escasas escenas, entre ellas parte de la de la cuerda y la del orfanato. Por su parte, Ray declaró acerca de su trabajo: “En Mighty Joe empleé un cronómetro para ayudarme en temporizar la animación, pero más tarde se adquiere tal experiencia que ya no necesitas esas pequeñas herramientas”[5]. El resultado, sin ser una obra maestra, es mucho más que esa “simpática nadería” con la cual la mayoría de las veces se la suele despachar.
El film arranca en África, donde una pequeña de unos cinco años compra un adorable bebé gorila; para dormirlo usa una bonita melodía, “Beautiful Dreamer”, composición ciertamente muy fordiana. Este elemento, más la participación de Ben Johnson en un papel de importancia, otorgan una cierta unidad con el resto de la filmografía del maestro Ford, pese a, lo que parece, la nula conexión de éste con el film.
Doce años después, Joe ha crecido, así como su cuidadora/madre adoptiva, Jill Young (encarnada por Terry Moore, quien luchó de forma activa por conseguir el papel). Mientras, en Nueva York, Max O’Hara, un empresario que busca siempre hacer “lo más grande”, ansía abrir un night club, pero proyecta engalanarlo con algo característico: lo decorará con motivos africanos, lo que requiere exhibir en el propio local leones vivos, para lo cual contrata a un vaquero con el fin de que los cace a lazo: el personaje se llama Gregg Johnson, y es interpretado por Ben Johnson. Ello, ineludiblemente, efectúa un paralelismo entre actor y personaje, algo sobre lo cual Cooper parecía muy interesado; de hecho, el personaje de Robert Armstrong como Max O’Hara es una especie de trasunto del Carl Denham de King Kong, pero más suavizado, más cercano. Incluso la estructura de la narración, a partir de una idea de Cooper guionizada por Ruth Rose, es un remedo perceptible de King Kong: un hombre del espectáculo busca una nueva emoción —trae un gorila a la ciudad—, unos borrachos (refrito de los fotógrafos en el film clásico) provocan su irritación y el consiguiente caos, y la ascensión final al árbol, junto al hospicio, sería una alusión al ascenso del Empire State. En todo caso, aquí Joe no sería, como Kong, una representación simbólica de los miedos de toda una sociedad, sino la visión de una naturaleza idealizada, carente de las perversiones de la sociedad moderna.
Schoedsack demuestra que posee inventiva en la narración cinematográfica, así, resaltemos la excelente toma de presentación del club, con un elegante travelling aéreo que se desplaza sobre las mesas del local; le sigue otro travelling a lo largo de la barra del bar, donde se nos irá desgranando la mezquindad y estupidez del ser humano, la peculiar fauna que frecuentará el local y que, en última instancia, será la culpable de la catástrofe que acontecerá.
El ser humano, al fin y al cabo, es necio, y no será consciente de que él mismo es el causante de todo, por lo cual decidirá solventar el asunto ajusticiando al ser más inocente de todos; en cierto modo, se está bestializando al ser humano al tiempo que se humaniza a la bestia. Y, aunque no lo precisa en verdad, Joe Young se redimirá salvando a los niños del orfanato. La recompensa final será vivir un peculiar ménage a trois en su hogar, con la muchacha que lo crio y el vaquero con el cual ésta se ha liado —peculiar relación: en la película se comenta con claridad que ella es menor, pero nadie parece escandalizarse por su relación con un hombre que casi le duplica la edad—. Por lo demás, Cooper mencionó que la película se centra en “los efectos de la civilización en los animales transportados desde sus hábitats nativos, así desde una extraña selva hasta un nightclub en Hollywood”[6].
Debemos resaltar, por lo demás, las estupendas escenas de acción, rodadas con nervio casi en su totalidad por Willis O’Brien —éste incluso dirigía a los actores de las tomas con las cuales debía fusionar los efectos—, desde la aparición inicial de Joe, ya crecido, hasta la secuencia de la destrucción del club o el clímax, grandioso, magnífico, del hospicio incendiado. Resaltemos, como curiosidad, que los planos del Times Square neoyorquino procedían de stock footage rodado en la década de los veinte; de hecho, mirando con atención se puede observar el cartel anunciador de la película documental Hierba (Grass, the Epic of a Lost Tribe/Grass: A Nation’s Battle for Life, 1925), dirigida, precisamente, por Schoedsack y Cooper.
Anécdotas
- Título de rodaje: Mr. Joseph Young of Africa.
- Premio: Oscar especial a los mejores efectos especiales (1950).
- Hubo un proyecto de secuela, Tarzan Meets Mighty Joe Young, de explícito título, que por desgracia no llegó a desarrollarse. El actor que encarnaría al Rey de la Selva habría de ser Lex Barker, que por esas fechas protagonizaba la franquicia para la propia RKO Radio Pictures por parte de Sol Lesser Productions, y el guion sería realizado por Leland Laurence.
- Existe una versión que colorea espantosamente la película en su totalidad.
- El rodaje tuvo lugar entre diciembre de 1947 y marzo de 1948.
- Remake: Mi gran amigo Joe (Mighty Joe Young, Ron Underwood, 1998).
- Estrenada en Estados Unidos el 27 de julio de 1949 en Nueva York. En España se estrenó el 22 de noviembre de 1955, y tuvo una reposición el 31 de marzo de 1969.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: ***½
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra
[1] John Ford declararía a Peter Bogdanovich: “No tuve nada que ver con esa película”. En John Ford, por P. Bogdanovich. Ed. Fundamentos, 1997, pág. 168.
[2] Las recientes ediciones en DVD en Estados Unidos ofrece el film restaurado y con la escena tintada, amén de disponer de subtítulos en español.
[3] Los modelos de los caballos después fueron vendidos a los hermanos Nassour, productores del wéstern con dinosaurios La bestia de la montaña (The Beast of the Hollow Mountain, 1956), en el que O’Brien también estuvo envuelto.
[4] La historia, según parece, fue inspirada por el personaje real de la naturalista Augusta Maria Hoyt y su libro Toto and I. Hoyt relata cómo crio un bebé gorila en su plantación del África Ecuatorial, y cómo, al crecer, el animal mostró comportamientos asombrosamente humanos.
[5] En Cheap tricks and class acts: special effects, makeup, and stunts from the films of the fantastic fifties, de John Johnson (McFarland, 1996), pág. 56.
[6] Citado por Joseph D. Adriano en Immortal Monster: The Mythological Evolution of the Fantastic Beast in Modern Fiction and Film Book (Greenwood Publishing Group, 1999), pág. 145.