El veterano farero Thomas Wake y su joven ayudante Ephraim Winslow llegan a una remota isla de Nueva Inglaterra en 1890 para hacerse cargo del faro durante cuatro semanas. Tras un periodo, la convivencia entre ambos será todo menos plácida.

Dirección: Robert Eggers. Producción: A24, New Regency Pictures, RT Features. Productores: Robert Eggers, Youree Henley, Lourenço Sant’ Anna, Rodrigo Teixeira, Jay Van Hoy. Co-productores: Jeffrey Penman, Michael Volpe. Productores ejecutivos: Chris Columbus, Eleanor Columbus, Sophie Mas, Arnon Milchan, Yariv Milchan, Caito Ortiz, Josh Peters, Michael Schaefer, Alan Terpins. Guion: Robert Eggers, Max Eggers. Fotografía: Jarin Blaschke. Música: Mark Korven. Montaje: Louise Ford. Diseño de producción: Craig Lathrop. FX: Shane Shisheboran, Vague Vartanian (efectos de maquillaje), Brainstorm Digital, Creature Effects, Digital District, Legend3D, MELS, Special Effects Atlantic. Intérpretes: Robert Pattinson (Thomas Howard), Willem Dafoe (Thomas Wake), Valeriia Karaman (sirena)… Nacionalidad y año: Canadá, Estados Unidos 2019. Duración y datos técnicos: 109 min. B/N 1.19:1.

 

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Con La bruja (The Witch, 2015), el cineasta Robert Eggers se ganó la admiración de gran parte de la crítica profesional, así como de muchos de los espectadores, por medio de una sólida propuesta que narraba los infortunios que sufría una familia de colonos cristianos al asentarse en unas tierras vírgenes de Nueva Inglaterra tras ser expulsada por la comunidad. En este su segundo largometraje, y siendo este de una naturaleza mucho más hermética y obsesiva, el cineasta estadounidense opta por rodar en blanco y negro otorgándole así ese toque arcaico del ambiente marino en otra época, así como para dotar a la historia de mayor dramatismo; por otro lado, se abandona el uso de la pantalla ancha de su anterior largometraje (que funcionaba perfectamente a la hora de acrecentar esa sensación de desprotección por parte de la familia ante la inmensidad del bosque donde residía el mal, y logrando que ese sentimiento de extraña presencia fuese superior), en detrimento de un formato 1.19:1 (más cuadrado que el utilizado habitualmente, propio del cine mudo), y así poder mostrarnos unos encuadres muchos más cerrados que parecen deslizar la idea de que podríamos encontrarnos ante un relato de lo más subjetivo, pues con el uso de estos encuadres da la impresión como si se aplastasen a sus personajes hasta incluso llegar a reducirlos a la simple unidad. Dos decisiones técnicas muy a contracorriente dentro de la industria actual, qué duda cabe, pero que son de lo más acertadas a nivel narrativo, e incluso a nivel estético.

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Eggers, al que se le ha tildado de raro, aprecia la mitología y la religión, los cuentos populares y los de hadas, así como los cultos y la brujería, y eso se nota en sus dos películas hasta la fecha. Precisamente, él admitió que para sus dos protagonistas de este film se basó en dos personajes de la mitología griega: los de Prometeo[1] y Proteo[2]. La película se abre con una escena en la cual los dos fareros, a bordo de una gabarra, van rumbo a la misteriosa isla donde se encuentra el faro que han de mantener —escena que curiosamente recuerda a nivel narrativo, y quizás más de lo que parece a simple vista, al comienzo de la no menos perturbadora Shutter Island (Shutter Island, Martin Scorsese, 2010), y no siendo este el único detalle que parecen compartir dichas películas—. Al poco después de tomar tierra ambos, Thomas Wake (el farero mayor) deja bien a las claras al joven cuál es su cometido en el mantenimiento del viejo faro y que este deberá trabajar duro para estar a la altura —uno no puede dejar de esbozar una sonrisa pensando en ese tremendo capitán Lobo, encarnado por el gran Edward G. Robinson, al mando del barco llamado Fantasma mientras zarandea a base de órdenes y reprimendas a algún que otro grumete en la magnífica The Sea Wolf [tv/dvd: El lobo de mar, Michael Curtiz, 1941]; de hecho, la narrativa de Jack London parece otro precedente de este film—. A partir de ese punto, y con la incomunicación con el exterior como mayor inconveniente, el ambiente irá enrareciéndose.

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La película parece guardar tantas referencias y simbologías dentro como interpretaciones parecen caber en tan opresiva propuesta. Intentado no contar más de la cuenta sobre este último punto —incluso un servidor, que tuvo su propia interpretación nada más salir de la sala, no descarta tener otra posible lectura en un visionado posterior, y es que precisamente en esta ambigüedad reside gran parte de la fortaleza de esta película, y una lectura no tiene porqué invalidar otra u otras—, apuntar que películas tan señeras como las desasosegantes La hora del lobo (Vargtimmen, Ingmar Bergman, 1968) y El resplandor (The Shinning, Stanley Kubrick, 1980) son otras dos referencias claras que podrían ser asumidas sin miedo a equivocarse. Curiosamente, con ambas guarda la semejanza con su formato de imagen también.

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Sustentada en una gran fotografía, la película nos regala una cantidad estimable de encuadres primorosos, bellas postales que parecen retrotraernos a esos retratos de la gente de mar en tiempos pasados, sin que esa belleza enturbie la potencia narrativa. Por su parte, la labor actoral de la pareja protagonista es imponente, y sin querer menoscabar para nada la maravillosa actuación por parte de un William Dafoe que anda magnífico dando vida a un genuino lobo de mar venido a menos, me gustaría romper una lanza en favor del trabajo de un Robert Pattison que encarna de forma admirable a un personaje que se halla en una auténtica encrucijada vital. Mención aparte se merece el estupendo diseño de sonido, que ayuda a que la sumersión en la experiencia sea mucho mayor.

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Por último, y sin ánimo de intentar contar más de lo debido, ya que no ha sido la finalidad de estos párrafos intentar fantasear con las posibles interpretaciones de la película, uno acaba con la extraña tentación de ponerle “nombre” a esa luz. Y es que uno percibe que toda esa locura que sucede en torno a esa luz cegadora que se halla dentro del faro parece formar parte de la inevitable oscuridad que da sentido a la verdadera razón de ser de la luz: ésta necesaria para contrarrestar los demonios, y cómo sin uno no hay lo otro: la existencia irremediable de esa oscuridad que hace que la luz brille de esa forma tan fulgurante. De todas formas, el mayor placer de la cinta lo hallamos en el camino que se recorre, ¡y es que es toda una experiencia!, y no en el desenlace de la misma.

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Anécdotas

  • Título en el Canadá francófono: Le phare.
  • En 2020 la Central Ohio Film Critics Association premió la película en la categoría de mejor actor secundario (W. Dafoe), y la nominó en las de actor (R. Pattinson) y fotografía. En 2019, los premios Dallas-Fort Worth Film Critics Association la concedieron el galardón Russell Smith, y nominó a Dafoe como mejor actor secundario. En el Festival de Cine de Deauville Robert Eggers consiguió el premio del jurado. En los premios Fright Meter fue galardonada a la mejor fotografía, y tuvo nominaciones a mejor actor (Dafoe y Pattinson), guion y diseño de vestuario. La Indiana Film Journalists Association premió a Dafoe como actor secundario, y a Eggers por su “visión original”, y la nominó como mejor película, guion y actor (Pattinson)…
  • Basada lejanamente en una tragedia ocurrida en 1801, durante la cual dos fareros galeses, ambos llamados Thomas, quedaron atrapados en un faro en el transcurso de una tormenta; uno murió, y el otro se volvió loco. Ese caso se adaptó en el film The Lighthouse (2016), de Chris Crow.
  • El film utiliza influencias de Robert Louis Stevenson, Herman Melville, H. P. Lovecraft y Algernon Blackwood.
  • En 2012 Max, hermano de Robert, tuvo la idea de un cuento de fantasmas ambientado en un faro, en la actualidad. Mientras Robert intentaba montar el proyecto de La bruja, encargó a Max ocuparse de este otro, aunque haciendo que fuese de época, al descubrir el caso antes referido.
  • Estrenada en Estados Unidos el 1 de noviembre de 2019. En España se ha estrenado el 10 de enero de 2020.

 

Jesús Mayoral Velázquez de Castro (Sevilla. España)

 

CALIFICACIÓN: ****

• bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra

[1] Titán amigo de los mortales, robó el fuego de los dioses, lo dio a los hombres para su uso y posteriormente fue castigado por Zeus por este motivo.

[2] Dios del mar. Podía predecir el futuro, aunque, en un mitema familiar a diversas culturas, cambiaba de forma para evitar tener que hacerlo, contestando solo a quien era capaz de capturarlo.