La hermosa Jean Thatcher ha tenido un accidente de tráfico y tiene una peligrosa lesión en el cerebro. Los médicos reunidos dicen que solo el hábil doctor Vollin podría salvarla, pero se ha retirado del ejercicio, pero al fin este cede y la opera. Ya recuperada, empieza a enamorarse de su salvador, si bien este ya está prendado de ella. El criminal Bateman se presenta ante Vollin, instándole a que le opere el rostro para no ser reconocido por la policía. Vollin aprovecha para utilizar a uno en beneficio de sus planes propios.

Dirección: Lew Landers [acreditado como Louis Friedlander]. Producción: Universal Pictures. Productor delegado: Stanley Bergerman [sin acreditar]. Productor asociado: David Diamond. Guion: David Boehm, [Guy Endore, John Lynch, Clarence Marks, Dore Schary, Michael L. Simmons, Jim Tully, como contribuidores en el guion, sin acreditar], con diálogos de Florence Enright, según el poema de Edgar Allan Poe. Fotografía: Charles J. Stumar. Música: Clifford Vaughan [sin acreditar]; y música de stock de W. Franke Harling y Heinz Roemheld [sin acreditar]. Montaje: Albert Akst. Dirección artística: Albert S. D’Agostino. FX: Jack P. Pierce (diseño del maquillaje), John P. Fulton (efectos visuales). Intérpretes: Boris Karloff [acreditado como Karloff] (Edmond Bateman), Bela Lugosi [acreditado como Lugosi, Bela Lugosi] (Dr. Richard Vollin), Lester Matthews (Dr. Jerry Holden), Irene Ware (Jean Thatcher), Samuel S. Hinds (juez Thatcher), Spencer Charters (coronel Bertram Grant), Inez Courtney (Mary Burns), Ian Wolfe (Geoffrey ‘Pinky’), Maidel Turner (Harriet), Raine Bennett (actor que lee ‘El cuervo’), Al Ferguson, Nina Golden, Jonathan Hale, Arthur Hoyt, Walter Miller, Bud Osborne, Madeline Talcott, Cyril Thornton… Nacionalidad y año: Estados Unidos 1935. Duración y datos técnicos: 61 min. – B/N – 1.37:1 – 35 mm.

 

Al lector le sorprenderá el caudal de guionistas no acreditados que se citan para el film. No es que todos ellos participaran en el guion definitivo, sino que más bien redactaron algún libreto que finalmente no se utilizó. Así, el famoso autor Guy Endore (El hombre lobo de París) remitió a la compañía un tratamiento de diecinueve páginas donde adaptaba el poema fusionado con el relato de Poe «El escarabajo de oro» («The Gold-Bug», 1843). Según parece, tanto él como los demás citados escribieron bocetos que no se llegarían a utilizar, y por último fue el trabajo de David Boehm, quien llegó a redactar tres borradores, el que se utilizó para el film. De Boehm podemos recordar, por ejemplo, el clásico del cine romántico-fantástico Dos en el cielo (A Guy Named Joe, Victor Fleming, 1943), donde creó la historia de la que partió Dalton Trumbo.

Como director se contó con Louis Friedlander (1901-1962), un fértil cineasta que, con su verdadero nombre, rodó unos pocos filmes desde que se inició en la labor, con el serial The Vanishing Shadow (1934), hasta la cinta criminal Los buitres del presidio (Parole!, 1936). Después, adoptaría el seudónimo de Lew Landers, con el cual rodaría el grueso de su trabajo, hasta alcanzar una filmografía de más de 170 títulos, entre ellos abundantes participaciones televisivas, medio en el que debutó en 1947. Friedlander/Landers fue un profesional rápido y efectivo, que destacó sobre todo en el policial y el wéstern, aunque al cine de terror tributó algún título más, como The Boogie Man Will Get You [tv/dvd: Que viene el coco, 1942], un aporte humorístico con Boris Karloff y Peter Lorre, o la mítica The Return of the Vampire [dvd: El retorno del vampiro, 1943], con Bela Lugosi.

El cuervo (The Raven, 1935) representa una de las diversas reuniones que tuvieron en la pantalla los legendarios Boris Karloff y Bela Lugosi. Ninguno de los dos actores tenía una exclusiva con la Universal, así pues, tras anunciarse el proyecto, y mientras se desarrollaba el complicado guion, trabajaron en otras producciones. Al lío de guionistas que se dio, después vino la lucha con la Production Code Administration (PCA), el comité de censura que comenzaba a coartar el cine norteamericano en muchos ámbitos, y el cine de terror fue una de sus víctimas[1]. En primer lugar, presionaron para que, por supuesto, no se viera escena alguna de la operación de Bateman; también revisarían, a partir del guion final de rodaje, diversas tomas del personaje, que no habían de ser «inhumanamente repulsivas», y emitieron un comunicado donde decían: «Consideramos necesario recordarle que, debido al crudo realismo de numerosos elementos de su historia, corre el riesgo de incurrir en un horror excesivo»[2].

Al final, se percibe que estos indeseables metieron mano a base de bien, puesto que la película solo dura una hora[3], y se trata más bien de un melodrama con elementos criminales y unos leves toques de horror, los cuales tardan mucho en aparecer. El plato fuerte del film, sin lugar a dudas, es el hecho de confrontar a Lugosi y Karloff, y es lo que otorga verdadero sentido al producto, más allá de unos cuantos elementos morbosos y una sensacional fotografía en blanco y negro, que juega espléndidamente con las sombras y lo que en ellas se oculta.

Pero la trama es muy elemental, amén de muy traída por los pelos, e incurre, al menos, en un flagrante error: asustada como está Jean, su prometido Jerry le propone que se intercambien los dormitorios; sin embargo, cuando Bateman va en busca de ella, irrumpe directamente en el cuarto donde se supone que debía estar el hombre… El guion, por lo demás, se ve adornado por secundarios muy prescindibles, como son esos invitados de Vollin, donde no podían faltar los personajes chistosos, a cuyas gracietas asiste el serio doctor tan atónito como el propio espectador.

Vollin, aparte de ser un científico soberbio, es un músico portentoso al órgano, y un experto en Edgar Allan Poe, motivo este último para justificar el título. La primera vez que lo vemos está recitando líneas de «El cuervo», mientras tras él se proyecta la sombra de uno de esos pájaros disecado, y que tiene sobre el despacho. Después, Jean, que es bailarina, dispone en honor de su salvador una coreografía donde aparece un hombre caracterizado de Poe, leyendo el poema, y ella ejecutando una danza. Y Vollin, como amante de Poe que es, ha instalado en el sótano una serie de elementos de tortura tomados de la obra del escritor, fundamentalmente un péndulo mortal. Lugosi ejecutando las diversas torturas, gozoso y pletórico, recuerda a Boris Karloff como la creación de Sax Rohmer en La máscara de Fu-Manchú (The Mask of Fu Manchu, Charles Brabin, Charles Vidor, 1932).

Vollin monta una fiesta con invitados, con un objetivo algo tortuoso: es obvio que pretende deshacerse del padre de la chica, el juez Thatcher, que ha despreciado su interés hacia Jean; el prometido de ella, Jerry Holden, también sería un obvio objetivo del loco cirujano; pero las intenciones para con la propia mujer no parecen ser muy lógicas, si tanto la desea. Todo hace sospechar que el guion fue tan manipulado, no se sabe si por las consecutivas versiones que se fueron desarrollando, por las injerencias de los censores, o por ambas cosas, que al final resulta un batiburrillo algo incoherente. Las capacidades narrativas de Friedlander, por lo demás, no son las adecuadas para desarrollar una trama donde la atmósfera y la sutileza han de prevalecer. Uno se pregunta por los posibles resultados en caso de haber caído el film en manos de James Whale o de Edgar G. Ulmer, pongamos por caso.

Queda, por supuesto, la reunión de esos dos monstruos sagrados del género, que por sí misma ya justifica su visionado, junto al excepcional diseño visual del film en su globalidad, y eso tono del cine de miedo antiguo. Sin embargo, un guion algo más trabajado y un director con mayor estilo podría haber instalado a El cuervo entre los grandes clásicos del género. Tal como queda, es una simpática curiosidad.

 

Anecdotario

  • La producción de este film tuvo lugar entre el 20 de marzo y el 5 de abril de 1935.
  • Presupuesto estimado: 115.000 dólares.
  • En los títulos de crédito a diversos actores se les otorgan nombres diferentes a los que detentan en la trama. Así, a Lester Matthews se le llama Dr. Jerry Halden en los créditos y Dr. Jerry Holden en el film; y, más importante, a Spencer Charters se le llama Geoffrey en los créditos y coronel Bertram Grant en el film, y a Ian Wolfe coronel Bertram Grant en los créditos y Geoffrey ‘Pinky’ en el film.
  • Como doble de Bela Lugosi actuó George DeNormand, y como doble de Boris Karloff, Monte Montague.
  • Chester Morris fue elegido originalmente para el papel de Lester Matthews.
  • Según el libro de Greg Mank Karloff and Lugosi, Karloff recibió 10.000 dólares por su trabajo, Lugosi 5.000 dólares, Irene Ware 625 dólares, Lester Matthews 1.153,76 dólares y Samuel S. Hinds 1.333,35 dólares; y Landers, 900 dólares.
  • Para la B.B.F.C, esta película fue la gota que colmó el vaso. Los censores británicos decidieron retirar la exhibición de cualquier otra película de terror en el Reino Unido.
  • El decorado de la prisión del pueblo se creó para La novia de Frankenstein (Bride of Frankenstein, 1935).
  • En 1938, tras el gran éxito de las reposiciones de Drácula y El doctor Frankenstein, Universal planeó un remake de la presente, de nuevo con Karloff y Lugosi.
  • Estrenada en Estados Unidos el 8 de julio de 1935, y en España el 12 de marzo de 1936, en Bilbao. 

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: ***

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra

 

[1] Aunque instaurado hace un tiempo, las actividades de este comité censor comenzaron a presionar en junio de 1934. El día 8 de ese mes, cuando Citizen-News anunció este proyecto, el cardenal Dougherty, de Filadelfia, lideró un boicot en su diócesis contra todas las películas, definiéndolas como «quizás la más grande amenaza contra la fe y la moral hoy en día». Citado en Mank, Gregory William: Bela Lugosi and Boris Karloff: The Expanded Story of a Haunting Collaboration. Jefferson (North Carolina): McFarland & Company, 2009; pág. 202.

[2] Weaver, Tom; Brunas, Michael; Brunas, John: Universal Horrors. Jefferson (North Carolina): McFarland & Company, 2007 [1990]; 2ª ed.; pág. 143.

[3] Efectivamente: fueron eliminadas escenas. En esas imágenes descartadas aparecían Anne Darling, June Gittelson y Mary Wallace como unas cazadoras de autógrafos, y Joe Haworth como un farmacéutico.