El escritor de terror R. Chetwynd-Hayes es atacado por un vampiro. Cuando éste comprueba la identidad de su “donante”, lo invita a su club privado, el Club de los Monstruos. Una vez allí, al literato le serán narradas tres historias pavorosas…

Dirección: Roy Ward Baker. Producción: Chips Productions, Sword & Sorcery. Productor: Milton Subotsky. Productor delegado: Bernard J. Kingham. Productor asociado: Ron Fry. Guion: Edward Abraham y Valerie Abraham, según el libro de R. Chetwynd-Hayes, Fotografía: Peter Jessop. Música: Douglas Gamley, John Georgiadis, Alan Hawkshaw. Montaje: Peter Tanner. Diseño de producción: Tony Curtis. FX: Roy Ashton (maquillaje). Intérpretes: segmento «The Monster Club»: Vincent Price (Eramus), John Carradine (R. Chetwynd-Hayes), Anthony Steel (Lintom Busotsky), Roger Sloman (Secretario del Club), Fran Fullenwider, The Viewers, B.A. Robertson, Night, The Pretty Things, Suzanna Willis; segmento «Shadmock Story»: Barbara Kellerman (Angela), Simon Ward (George), James Laurenson (Raven), Geoffrey Bayldon (psiquiatra); segmento «Vampire Story»: Donald Pleasence (Pickering), Richard Johnson (padre), Britt Ekland (madre), Warren Saire (Lintom), Anthony Valentine, Neil McCarthy; segmento «Humgoo Story»: Stuart Whitman (Sam), Lesley Dunlop (Luna), Patrick Magee (posadero)… Nacionalidad y año: Reino Unido 1981. Duración y datos técnicos: 104 – 94 min. color 1.85:1.

 

Cuando se realizó El Club de los Monstruos en 1980 hacía tiempo que cierta tradición de cine de terror había muerto. Milton Subotsky, junto a Max J. Rosenberg, había fundado la productora Amicus, que, durante los años sesenta, fue la principal rival de la Hammer en lo que a cintas de horror se refiere. Doctor Terror (Dr. Terror’s House of Horrors, 1964), de Freddie Francis ―con guión del propio Subotsky― gozó de un gran éxito y, así, la productora se especializó, más o menos, en las películas de episodios o sketches, materia en la cual los ingleses eran unos especialistas desde la magistral Al morir la noche (Dead of Night, 1945), de Basil Dearden, Alberto Cavalcanti, Robert Hamer y Charles Crichton.

Poco a poco, en los setenta, languidecería el cine de la Hammer, y también el de la Amicus. En 1977 Subotsky se asoció con los canadienses para dar a luz (y tinieblas) una simpática pero desfasada cinta de episodios, con el componente común de los gatos malvados: The Uncanny [tv: Lo oculto; vd: Las garras del infierno / Lo oculto], de Dennis Heroux. Y en 1980 montó una productora con el peculiar nombre de Sword and Sorcery para ofrecer este producto, tan anticuado como los demás, y que deparó el fracaso comercial. Hay que referir que mucho tiempo después, Subotsky recuperaría el éxito de público con la pésima El cortador de césped (Lawnmower Man, 1991), de Brett Leonard.

Si en años anteriores, Subotsky se basó para sus producciones de sketches en relatos de Robert Bloch o en historietas de la editora EC, ahora fijó su atención en un libro de relatos del interesante ―y desconocido en España― escritor británico R. Chetwynd-Hayes. De su libro The Monster Club tomó tres historias que supondrían la base de este film: una sobre un nuevo tipo de criatura con un silbido de muerte, la segunda, de carácter humorístico, con los tradicionales vampiros, y la tercera, magnífica, protagonizada por gules, criaturas de ultratumba comedoras de carroña humana.

Hay que reconocer que Subotsky se planteó la producción con respeto hacia el aficionado. Para la dirección contó con el excelente artesano Roy Ward Baker (en la que sería su última película), quien depararía algunas de las grandes realizaciones para la Amicus: Refugio macabro (Asylum / House of Crazies, 1972), The Vault of Horror [tv: La cripta de los horrores; vd: El baúl de los horrores, 1973]… Una de las características fundamentales de este tipo de películas es su excelso reparto: aquí tenemos a John Carradine encarnando a Chetwynd-Hayes y a Vincent Price como el vampírico anfitrión, y en los relatos contamos con intérpretes del nivel de Simon Ward, Donald Pleasence, Richard Johnson, Britt Ekland o Stuart Whitman.

El episodio inicial nos pone en situación; es sencillo pero efectivo, y tiene la particularidad de aportar una criatura inédita en el bestiario del género, como referimos, y ofrece buenas interpretaciones de su elenco artístico. El segundo capítulo aporta ese citado tono humorístico, que hace que los resultados se vean ligeros, aunque hay gags efectivos y, de nuevo, el nivel actoral es reseñable. Sin embargo, el tercer sketch eleva el nivel a grados superlativos, por medio de una historia que retrotrae a Lovecraft, con ese ambiente pagano y supersticioso, y donde resalta un flashback narrado por unos excelentes dibujos (estáticos) que recuerdan en estilo al gran Bernie Wrightson. La historia unificadora, la del propio club, también es humorística, pero aquí sí resulta pertinente y de una gran simpatía para los aficionados, y además incluye algunos homenajes al género y hasta un autohomenaje por parte del propio Subtosky.

Sin embargo, procuró granjearse las “simpatías” del público juvenil de la época, intercalando unas horrorosas cancioncillas que desentonan con el carácter austero del film. El resultado es una película, si bien menor en comparación con las cintas a las que pretende emular, muy grata, entrañable, de visión obligada para todo aficionado a aquel cine ya perdido, y que, al menos, ofrece una historia en verdad excelente, la referida de los gules. Lástima de la condición económica de la producción y los torpes intentos de comercialidad, que lastran este simpático y agradecido artículo anticuado en su época, intemporal hoy en día.

Anecdotario

  • En el Fantafestival de 1981 el film recibió el premio del público.
  • El rodaje tuvo lugar entre abril y junio de 1980.
  • El papel del escritor, a quien encarna John Carradine, fue ofrecido inicialmente a Christopher Lee. De hecho, Subotsky quería incluir también a Peter Cushing y Klaus Kinski; este último fue reemplazado por Richard Johnson.
  • Para promocionar la película se hizo un cómic, en el que colaboraron Dez Skinn, John Bolton y David Lloyd, que se distribuyó en el Festival de Cannes y del cual se hicieron solo mil copias. También se editó un LP con las canciones.
  • El ya mítico número del strip-tease integral fue después plagiado en un juego de ordenador.
  • En el tercer sketch, cuando Richard Wirdmark desciendo del coche, al mover la puerta se ve por un momento, reflejada en el retrovisor, a una integrante del equipo técnico.
  • El diseñador de producción, Tony Curtis, nada tiene que ver con el famoso actor, y es un profesional bastante común en mucho cine fantástico británico de la época.
  • Estrenada en el Reino Unido el 2 de abril de 1981. En España se estrenó el 16 de enero de 1984.

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: **½

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra