Dolores Claiborne trabaja como sirvienta para una mujer rica en el remoto Maine. Cuando la acusan del asesinato de la anciana, la hija de Dolores, Selena, regresa de Nueva York, donde se ha convertido en una reportera importante. En el curso de resolver los detalles de lo que sucedió, así como algunas preguntas turbias del pasado y la problemática infancia de Selena, se revelan muchas verdades difíciles sobre la lucha doméstica de su familia.

Dirección: Taylor Hackford. Producción: Castle Rock Entertainment, Columbia Pictures Corporation. Productores: Taylor Hackford, Charles Mulvehill. Productores asociados: Gina Blumenfeld, Michael Kelly. Guion: Tony Gilroy. Fotografía: Gabriel Beristain. Música: Danny Elfman. Montaje: Mark Warner. Diseño de producción: Bruno Rubeo. FX: Janek Sirrs (efectos visuales). Intérpretes: Kathy Bates (Dolores Claiborne), Jennifer Jason Leigh (Selena St. George), Judy Parfitt (Vera Donovan), Christopher Plummer (detective John Mackey), David Strathairn (Joe St. George), Eric Bogosian (Peter), John C. Reilly (alguacil Frank Stamshaw), Ellen Muth (Selena a los trece años), Bob Gunton (Mr. Pease), Taffara Jessica Stella Murray (Selena a los cinco años), Roy Cooper, Wayne Robson, Ruth Marshall, Weldon Allen, Tom Gallant, Kelly Burnett, Matt Appleby… Nacionalidad y año: Estados Unidos 1995. Duración y datos técnicos: 132 min. – color – 2.39:1 – Panavision – 35 mm.

 

Tony Gilroy, guionista de la presente película[1], efectúa una amplia labor de reinterpretación de la novela originaria de Stephen King. Así, en lo que respecta a personajes, el de Selena adulta no llega a aparecer en el libro, siendo solo citada, y aquí es la co-protagonista; el detective John Macky no existe, y es una especie de mezcla de varios de la novela; también desaparecen los hijos varones de Dolores, así como los dos de Vera (e importante motivo del comportamiento de esta). La estructura de confesión por parte de la protagonista desaparece, quedando reducida a la declaración magnetofónica del final que deja a Selena, y la reemplaza por una narración en tiempo presente salpicada de constantes flashbacks que recuerdan o narran los personajes. Lo más curioso es que la muerte de Vera es solucionada con cierta rapidez, quedando para el final la de Joe y los motivos de esta –a tal punto que el lector de la novela, durante mucho tiempo, se huele que se están eliminando factores importantes–, a la inversa de lo que sucede en el libro. Todo ello parece responder a un intento de otorgar cierta complejidad a una historia que, en su sencillez, tiene su mayor efectividad, y los cambios van en detrimento de los resultados. Así, todo parece en exceso ampuloso para lo que en realidad es.

El flojo director Taylor Hackford[2] se apoya principalmente en un excelente reparto y una espléndida fotografía del mexicano Gabriel Beristain. Tiene buenas soluciones visuales, eso sí, para incorporar los flashbacks, en especial al inicio, cuando con un mero movimiento de cámara nos traslada al pasado, sin corte de montaje. Sin embargo, carece de la capacidad para otorgar intensidad a lo que está aconteciendo, creando una mera ilustración sin dimensión.

En lo que cabe a los actores, el personaje de Dolores, en el libro, es comprendido en todo momento, pero en la película llega a resultar antipático por lo que el guion nos va ocultando sobre ella, y solo la extraordinaria interpretación por parte de Kathy Bates[3] logra que sintamos interés por ella. Algo similar sucede con el policía Mackey, que en su obcecación persecutoria contra Dolores se hace de lo más desagradable, y solo la soberbia interpretación de Christopher Plummer logra otorgarle perfiles de interés humano. Igualmente extraordinaria resulta Judy Parfitt como Vera, quien con anterioridad había trabajado extensamente en el teatro y en la televisión británica, y que fue todo un descubrimiento por parte de los responsables del film[4]. No pueden aplicarse los mismos halagos a Jennifer Jason Leigh, que solo aplica tics a un personaje que no parece creerse[5]. Así, Dolores Clayborne, el film, resulta una obra interesante por determinados factores, pero que no logra aportar la solidez precisa para conformar una cinta de la densidad que sus responsables pretenden.

 

Anecdotario

  • Título en Argentina, México y Perú: Eclipse total.
  • En los premios de la Academy of Science Fiction, Fantasy & Horror Films del año 1996 tuvo candidaturas en las categorías de mejor actriz (K. Bates), actriz secundaria (J.J. Leigh) y música. En los premios Edgar Allan Poe de ese mismo año se la nominó a mejor película.
  • Una adaptación operística en dos actos se estrenó en San Francisco en 2013, seguida de una nueva versión de la misma ópera en 2017.
  • Estrenada en Estados Unidos el 24 de marzo de 1995. En España se estrenó el 10 de agosto.

 

Bibliografía

Dolores Claiborne; por Stephen King; traducción de Enrique de Hériz. Barcelona: DeBolsillo, 2013. Colección: BestSeller; nº 102 – Biblioteca Stephen King; nº 54. T.O.: Dolores Claiborne (1992). También publicado en español como Eclipse total, Eclipse total (Dolores Claiborne) y La noche del sol (Dolores Claiborne).

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: ***

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra

 

[1] También ha participado en títulos como Pactar con el diablo (The Devil’s Advocate, 1997, Taylor Hackford), Armageddon (Armageddon, 1998, Michael Bay), Michael Clayton (Michael Clayton, 2007, dirigida por él mismo), Rogue One: Una historia de Star Wars (Rogue One, 2016, Gareth Edwards) o la saga de Bourne.

[2] Oficial y caballero (An Officer and a Gentleman, 1982), Contra todo riesgo (Against All Odds, 1984), Cuando me enamoro (Everybody’s All-American, 1988)…

[3] Stephen King refiere que escribió el libro pensando en ella, la protagonista de Misery (Misery, 1990), pero en el libro El juego de Gerald, cuando Dolores es citada brevemente se la describe como «una mujer delgada».

[4] En realidad, fue recomendada al director por la esposa de éste, Helen Mirren.

[5] Sí cabe destacar positivamente a la joven Ellen Muth, que encarna a Selena con trece años, y que está increíble en su muy difícil cometido.