Londres, en 1872. Van Helsing y Drácula luchan y ambos perecen en el enfrentamiento. Justo cien años después, Johnny Alucard, un servidor del rey vampiro, despierta al no muerto en una ceremonia que celebra junto a unos amigos jipis a los que controla y engaña. El no muerto buscará venganza en los descendientes del investigador de lo sobrenatural…

Dirección: Alan Gibson. Producción: Hammer Films para Columbia-Warner Distributors. Productora: Josephine Douglas. Productor delegado: Michael Carreras [sin acreditar]. Guion: Don Houghton. Fotografía: Dick Bush. Música: Michael Vickers. Montaje: James Needs. Diseño de producción: Don Mingaye. FX: Les Bowie (efectos especiales). Intérpretes: Christopher Lee (conde Drácula), Peter Cushing (profesor Lorrimer Van Helsing / Lawrence Van Helsing). Stephanie Beacham (Jessica Van Helsing), Christopher Neame (Johnny Alucard), Michael Coles (inspector Murray), Marsha A. Hunt (Gaynor), Caroline Munro (Laura Bellows), Janet Key (Anna), William Ellis (Joe Mitcham), Pip Miller [acreditado como Philip Miller] (Bob), Michael Kitchen (Greg), David Andrews (sargento detective), Lally Bowers (matrona), Constance Luttrell (Mrs. Donnelly), Michael Daly (Charles), Artro Morris (médico de la policía), Jo Richardson (matrona que grita), Penny Brahms (chica jipi), Brian John Smith (chico jipi), Stoneground (grupo de rock), Lewis Alexander, Glenda Allen, Jane Anthony, Tim Barnes, John Blakeley, Ernest Blyth, Maureen Flanagan, John Franklyn-Robbins, Brian Godula, Lynne Hughes, Deirdre La Porte, Cory Lerios, Lydia Mareno, Christopher Morris, Steve Price, Annie Sampson, Philip Stewart, Reg Thomason, Sal Valentino… Nacionalidad y año: Reino Unido 1972. Duración y datos técnicos: 93 min. color 1.85:1.

 

Dentro del ciclo Hammer sobre el rey de los vampiros, Las cicatrices de Drácula (Scars of Dracula, Roy Ward Baker, 1970) podría decirse que iba por libre, no vinculándose a ningún título, antes o después. Por aquel entonces, Hammer Films tenía un acuerdo con la Warner: en el Reino Unido sus películas eran distribuidas por la filial británica de la compañía, Columbia-Warner Distributors, y en Estados Unidos lo hacía bajo el sello Warner Bros., sin más. Por esos años, un gran éxito por casi todo el mundo había sido Count Yorga, Vampire [tv/dvd: Conde Yorga, vampiro, Bob Kelljan, 1970], una producción pequeña de la American International Pictures (AIP) que trasladaba la figura del no muerto a la época contemporánea, lejos de los goticismos característicos de la Hammer. Con el ojo puesto en esa idea, pues, Warner encargó a Hammer la producción de dos películas de Drácula que compartieran esa característica.

La primera de ellas, Drácula 73 (Dracula A.D. 1972, 1972), contó con el trabajo de producción de Josephine Douglas, alguien procedente del mundo de la televisión. En la década de los cincuenta había sido actriz, pero por aquel entonces ya se concentró en la dirección y producción de dramáticos televisivos. Six-Five Special (1957-1958), del que fue coproductora y copresentadora, fue el primer programa de la pequeña pantalla en centrarse en las grandes listas de éxitos musicales, y consiguió que Douglas lograra la conexión con la juventud. Con anterioridad al trabajo que le adjudicó la Hammer, Douglas había hecho Virgin of the Secret Service (1968), una serie de aventuras y espionaje ambientada a principios del siglo XX, y que transcurría por diversas partes del mundo. Después, de la que nos ocupa, la mujer produjo otro largometraje, la comedia bélica El maravilloso Fred (Our Miss Fred, Bob Kellett, 1972), sin vinculación con la Hammer, y después se retiró.

El guion de Drácula 73 corrió a cargo de Don Houghton, de nuevo procedente de la televisión, quien inmediatamente anterior a la presente labor había escrito una buena sucesión de guiones para la serie Doctor Who (Doctor Who, 1963-1989) durante el período 1970-1971, y después se vincularía de manera activa con la Hammer. La realización, por lo demás, fue debida a Alan Gibson, también del mundo de la televisión, por supuesto, pero que ya trabajó con la Casa del Martillo en Crescendo [tv/dvd: Concierto inacabado, 1970], un curioso terror psicológico con guion de Jimmy Sangster.

Este equipo, con Michael Carreras controlando todo desde el puesto no acreditado de productor delegado, se encargó de traer a Drácula al siglo XX. El film arranca justo un siglo antes, en 1872, como un guiño al entorno cotidiano de las películas que, hasta entonces, nos había ofrecido la compañía sobre el rey de los no muertos. Drácula y un tal Lawrence Van Helsing pelean a muerte en lo alto de un coche de caballos, mientras que los animales trotan enloquecidos y sin control. ¿Quién es este Lawrence Van Helsing? En la novela de Stoker, el cazador de vampiros responde al nombre de Abraham Van Helsing, y en el díptico formado por Drácula (Dracula, 1958) y Las novias de Drácula (Brides of Dracula, 1960), ambas dirigidas por Terence Fisher, no se refiere su nombre, pero queda obvio que ambas ―junto al resto del ciclo, sin contar Las cicatrices de Drácula―, se integran en otro universo, distinto al presente. Sería esta, pues, una realidad alternativa, con otra familia Van Helsing dedicada a enfrentarse a los no muertos: en un rápido plano donde se distingue la tumba de Lawrence, se ven sus fechas de nacimiento y muerte, 12 de julio de 1814 a 18 de septiembre de 1872, y en la lápida también consta su antecesor, Joseph Van Helsing, nacido el 11 de junio de 1783 y fallecido el 2 de mayo de 1847.

La acción luego salta a 1972 y nos presenta a Lorrimer Van Helsing, último vástago varón, según parece, de los Van Helsing. Es nieto de Lawrence, y vive, a su vez, con su nieta, Jessica. Nada se dice del padre de ella, hijo de Lorrimer, y, o bien ha muerto, o está ausente, trabajando por otros territorios, acaso enfrentado a otras bestias sobrenaturales en regiones ignotas. Lo que parece evidente es que con Jessica la saga con el apellido Van Helsing desaparecerá, a menos que haya por ahí algún otro nieto de Lorrimer del que nada sabemos.

Grabado de Drácula que, tanto Alucard como Van Helsing, tienen en sus casas

Esa etapa moderna del film arranca con el entorno de amistades que la jovencita Jessica frecuenta, un grupo de chavales que escuchan música y beben Coca-Cola. Ahora están en una fiesta que se ha descontrolado, en casa de una familia bien, y han de salir corriendo cuando aparece la policía. Ese parece ser el ambiente habitual donde se mueve Jessica. Su casa es un lugar polvoriento, tal como lo define ella misma, donde vive con una criada y su abuelo, un profesor universitario experto en antropología, y que estudia los cultos paganos. Ella parece estar alejada de esos temas, y solo se dedica a estudiar (imaginamos, aunque nunca se ve) y salir con los amigos.

Cuando la ceremonia que resucita a Drácula arroja un cadáver a las ruinas de un templo desconsagrado, la iglesia de St. Bartolph[1], el inspector Murray observa que en el grupo de amistades de la fallecida destaca la nieta de Van Helsing. Este ya colaboró con anterioridad con la policía en un caso de «gánsteres chantajistas», así que, sabedor de sus conocimientos, consulta con él. De ese modo se forma un equipo de investigadores de lo sobrenatural, con Van Helsing y el inspector Murray, aunque el primero intenta ir un tanto por libre.

La trama, como puede comprobarse, es algo dispersa, y tarda un tanto en focalizarse. De hecho, Drácula tiene poca aparición física, prefiriendo Houghton centrar el desarrollo del film en Jessica y el entorno amistoso de la muchacha. Entre ellos figura Johnny Alucard (a ningún lector, imagino, le pasa desapercibida la composición de tal apellido[2]), alguien que apareció de pronto en el grupo y se ha convertido en su líder. Interpretado por Christopher Neame, un joven actor que la Hammer quiso imponer como sucesor de Christopher Lee, la verdad es que ese jovencito rebelde dista mucho de poseer el carisma que un personaje así precisa. Ya en el prólogo vimos a un antecesor suyo recoger el anillo y las cenizas de Drácula; este ha escogido a toda su estirpe como servidor suyo, y ahora este jovenzuelo es quien le sirve.  Es un malote de pacotilla, que en la fiesta inicial amenaza a la dueña de la casa con romper una figurita valiosa, y al final la rompe, para demostrar su inusitada maldad. Y luego mangonea a Drácula, obligándole a convertirle en vampiro.

Pocos vampiros, en realidad, se ven en el film, aparte del propio Drácula. A las chicas el conde les succiona la sangre y luego abandona los cadáveres desangrados, sin que, por lo que parece, tengan facultad de revivir como no muertas. Y tanto a Alucard como a otro chaval los vampiriza y convierte, con una celeridad pasmosa, sin que se vea cómo tiene lugar la conversión. Van Helsing refiere algunos sistemas para acabar con los vampiros, y resulta un tanto confuso, si bien dice que el agua limpia puede acabar con ellos. En la mitología tradicional, un vampiro no puede cruzar una corriente de agua, por la representación de limpieza sagrada que representa, y así lo utiliza Stoker en su libro. Sin embargo, aquí se utiliza como elemento destructor, lo cual nos hace preguntarnos: ¿qué sucede en un día de lluvia? ¿Se queda el vampiro dentro del ataúd, arropadito con una manta?

Los momentos en los cuales tiene aparición Van Helsing, con Peter Cushing dando sus explicaciones de erudito, son fascinantes, y cuando sale Drácula en la regia efigie de Christopher Lee, el film sube puntos, y hasta Gibson utiliza una planificación que ensalza la figura del actor. Pero hay demasiada concentración en las escenas de los chavalines y sus juergas, y la escena inicial de la fiesta se hace cansinamente larga. Hammer estaba intentando explorar un nuevo territorio, trasladar el goticismo vampírico al ambiente contemporáneo, y parecía más esforzada en contentar al público juvenil que esperaba llenara las salas que en desarrollar una intriga con fuerza. Los resultados no son satisfactorios, pero mentiría si dijera que el film me disgusta, pues aún mantiene suficientes elementos que ayudan a pasar un momento grato viendo las aventuras de este nuevo Van Helsing enfrentado al rey de los vampiros. Pronto, ambos regresarían.

 

Anecdotario

  • Títulos de rodaje: Dracula ’72 / Dracula Chases the Mini Girls / Dracula Chelsea ’72.
  • Título en Argentina, México, Uruguay y Venezuela: Drácula 1972 D.C.
  • El rodaje tuvo lugar en el 27 de septiembre y 5 de noviembre de 1971, en Londres.
  • La película se inspira en la historia del vampiro de Highgate, una sensación mediática en torno a los informes de supuesta actividad sobrenatural en el cementerio londinense de Highgate a principios de la década de 1970.
  • La burla de Drácula a Van Helsing en la iglesia («¿Apostarías tu cerebro contra el mío, contra mí, que he comandado naciones?») hace referencia directa al diálogo de Drácula de la novela de Bram Stoker: «Mientras ellos apostaban su ingenio contra mí, contra mí, que he comandado naciones, e intrigado por ellas, y luchado por ellas, cientos de años antes de que nacieran, yo los estaba contrarrestando».
  • El personaje de Jessica se escribió originalmente para que fuera la hija del profesor Van Helsing. Sin embargo, la muerte de la esposa de Cushing lo envejeció de manera considerable, por lo que el guion se reescribió para convertirlo en el abuelo de Jessica.
  • En el escritorio del estudio del profesor Lorrimer Van Helsing se puede ver una foto de Helen Cushing, la esposa de Peter Cushing, recientemente fallecida.
  • La dirección fue ofrecida inicialmente a Paul Annett (La bestia debe morir).
  • Este film sigue a Las cicatrices de Drácula (Scars of Dracula, Roy Ward Baker, 1970) y precede a Los ritos satánicos de Drácula (The Satanic Rites of Dracula, Alan Gibson, 1973).
  • Estrenada en el Reino Unido el 28 de septiembre de 1972, y en España el 16 de julio de 1973, en Madrid, en los cines Candilejas (en programa doble), Carlton, Drugstore Cinema, Falla (en programa doble) y Urquijo. 

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: **½

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra

 

[1] San Bartolph no existe. También cabe apuntar la aparición de una Universidad de St. Bartolph, en Londres, en las novelas de Harry Flashman.

[2] Ese anagrama del nombre de Drácula se dio por primera vez en la película Son of Dracula [tv/dvd/bd: El hijo de Drácula, Robert Siodmak, 1943], y después se ha utilizado con amplitud.