Durante la Segunda Guerra Mundial, un cruel oficial nazi  practica métodos expeditivos sobre los habitantes de un pueblo donde el padre Merrin oficia como párroco. El suceso le provoca una crisis, lo que le promueve a abandonar el sacerdocio y dedicarse a excavaciones arqueológicas en África, pormenor que le conducirá al hallazgo de una antigua iglesia cristiana que parece suponer un cierre para algo que reposa debajo de la misma, una gruta en la que pudiera yacer enterrado Pazuzu. Una serie de eventos extraños y terribles acontecerán a partir del momento en que se descubra el templo.

Dirección: Paul Schrader. Producción: Morgan Creek Productions, Warner Bros. Pictures. Productor: James G. Robinson. Guion: William Wisher Jr., Caleb Carr, según los personajes de William Peter Blatty. Fotografía: Vittorio Storaro. Música: Angelo Badalamenti, Dog Fashion Disco, Trevor Rabin. Montaje: Tim Silano, William Yeh. FX: Gregory Nicotero (efectos de maquillaje), Eden FX, K.N.B. Effects Group, Proxima. Intérpretes: Stellan Skarsgård (padre Lankester Merrin), Gabriel Mann (padre Francis), Clara Bellar (Rachel Lesno), Billy Crawford (Cheche), Ralph Brown (sargento mayor), Israel Aduramo (Jomo), Andrew French (Chuma), Antonie Kamerling (Kessel), Julian Wadham (comandante Granville), Eddie Osei (Emekwi), Ilario Bisi-Pedro (Sebituana), Niall Refoy, Lorenzo Camporese, Burt Caesar, Marcello Santoni, Griet van Damme, Simon McLinden, Pet Chege, Hamadi Mwapachu, Evelyn Duah, Rick Warden, Michele Mariotti, Ben Meyjes… Nacionalidad y año: Estados Unidos 2005. Duración y datos técnicos: 117 min. color 2.00:1.

 

Si en el caso de El exorcista III (The Exorcist III, 1990) de William Peter Blatty, los de Morgan Creek Productions, después de completada la película, comprobaron que no era lo que querían, pese a que su autor puso las cartas sobre la mesa desde el principio, con Dominion: Prequel to the Exorcist [dvd: El exorcista: El comienzo – La versión prohibida, 2005] pasó otro tanto.


Desde hacía muchos años se venía hablando, no de una secuela de El exorcista, sino de una precuela. Al fin, Morgan Creek se puso a ello y apalabró como guionistas a William Wisher y el famoso escritor Caleb Carr. Como director optaron, en un principio, por David Cronenberg, si bien luego se echaron atrás porque pensaron que era un individuo «muy raro». Tras desestimar a Cronenberg, pues, fue contratado el sólido John Frankenheimer, pero cuando ya se estaba a punto de empezar el rodaje el veterano realizador falleció. En esa etapa del proyecto, el padre Merrin iba a haber sido encarnado por Liam Neeson. Algunos rumores apuntan a que se tanteó también al británico David Rocksavage, responsable de Other Voices, Other Rooms (1995), basada el libro de Truman Capote, para dirigir la película. Puestos de nuevo a pensar, los genios de Morgan Creek escogieron al fin a Paul Schrader, que puede ser considerado de todo menos «convencional», que es lo que ellos buscaban. Si rechazaron a Cronenberg por «raro», ¿a santo de qué viene contar con Schrader, que lo es tanto o más? Es como si los productores de Transformers 6 contrataran a Lars von Trier y se quedaran a esperar un blockbuster.


La película, pues, y como se ha dicho, nos narra lo que antecede a la novela de Blatty y el film de Friedkin. Pese a que en El exorcista II ya se nos refirió el primer enfrentamiento entre Merrin y Pazuzu, ese film es obviado, ofreciendo un nuevo inicio. Un prólogo nos sitúa durante la Segunda Guerra Mundial, con los métodos expeditivos que aplica un cruel oficial nazi sobre los habitantes de un pueblo donde Merrin oficia como párroco. El suceso le provoca una crisis, lo que le suscita a abandonar el sacerdocio y dedicarse a excavaciones arqueológicas en África, pormenor que le conducirá al hallazgo de una antigua iglesia cristiana que parece suponer un cierre para algo que reposa debajo de la misma, una gruta en la que pudiera yacer enterrado Pazuzu. Una serie de eventos extraños y terribles acontecerán a partir del momento en que se descubra el templo.


En todo caso, esos eventos sobrevienen más en el interior de los personajes que en el exterior o, mejor dicho, la consecuencia de estos provienen de lo que con anterioridad se desarrolla en la mente, en el alma, de dichos personajes. Y es que la película del guionista de Taxi Driver (Taxi Driver, Martin Scorsese, 1976) y realizador El reverendo (First Reformed, 2017) es una búsqueda metafísica dentro del interior del ser humano, al que enfrenta a sus más abyectas lacras. En esta cinta es más temible el hombre que el diablo, aunque en esencia sea éste el causante de las acciones de aquél. Pazuzu servirá de catalizador para que las emociones reprimidas, las dudas de fe, los odios raciales y las incertidumbres existenciales salgan a flor de piel. Y como es norma en Schrader, esas dudas de fe sirven de base a un discurso que no termina por concretarse, tal vez porque el director, en realidad, no busque tanto plantear un discurso sino la propia duda de ese discurso. Durante la mayor parte de la película los personajes vagarán desconcertados en un mundo que no comprenden, sufriendo dolores internos que no logran exorcizar. Al final del filme se habrá conseguido un exorcismo, pero no el de ellos mismos; la conclusión de la película no será el de los personajes, sino un inicio, un inicio de exploración que no acaba ahí, sino con la propia muerte.


La película es algo fallida en esa indecisión temática, que plantea ideas pero no termina de definirlas, pero es una obra valiente, madura, adulta y de un gran interés, que expone sobre el tapete asuntos poco habituales en el cine norteamericano, y que ya solo por eso merece la atención. Además, la límpida narrativa visual de Schrader es de una pureza egregia, casi la contraposición de la que nos ofrecía en la magistral Afliction – Aflicción (Afliction, 1997). Igualmente, la interpretación del sueco Stellan Skarsgård, reemplazando al también sueco Max von Sydow como un juvenil padre Lankester Merrin (aunque casi diez años mayor que el actor de El séptimo sello cuando éste protagonizó El exorcista) no puede sino considerarse magistral, mostrando en su acerada mirada el dolor, el sufrimiento, la duda, la vergüenza.


Por supuesto, algo así dejó desconcertados a los productores, que no debieron entender nada. Aquí apenas hay efectos especiales, salvo unas hienas y unas vacas muy paupérrimas realizadas por CGI, y los efectos visuales se reducen a hermosos cielos encendidos en la planicie africana. No es un film espectacular, sino reflexivo. Los productores, repito, se quedaron alelados y buscaron al muy convencional Renny Harlin para «arreglar» el cotarro. Pero eso es otra historia.

 

Anécdotas

  • Título en México: Dominion – Precuela del exorcista.
  • En los Fangoria Chainsaw Awards de 2006 Stellan Skarsgård fue candidato al premio a mejor actor.
  • Para la música estuvieron previstos los compositores Michael Kamen y Christopher Young, sucesivamente.
  • Filmada entre el 11 de noviembre de 2002 y el 3 de marzo de 2003.
  • Al final de los créditos finales se oye la voz de un demonio exclamar «Soy la perfección».
  • Precuela a:

El exorcista (The Exorcist, 1973), de William Friedkin.

El exorcista II: El hereje (Exorcist II: The Heretic, 1977), de John Boorman, [y Rospo Pallenberg, sin acreditar].

El exorcista III (The Exorcist III, 1990), de William Peter Blatty.

  • Remontada y con nuevas escenas se convirtió en El exorcista: El comienzo (Exorcist: The Beginning, 2004), de Renny Harlin.
  • Estrenada en Estados Unidos de forma limitada el 20 de mayo de 2005. En España salió directamente en DVD el 3 de octubre de 2005.
  • Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: ***

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra