Al principio de los tiempos, la Tierra carecía de Luna. El Sol, considerado un benefactor, recibía sacrificios humanos por parte de una tribu, que les entregaba a aquellas doncellas cuyos cabellos fuesen dorados. Una de ellas, Sanna, logra salvarse del sacrificio ante un cataclismo cuando la Tierra atrapa un satélite, y vagando va a parar a la tribu de Tara, de quien se enamora.
Dirección: Val Guest. Productora: Aida Young para Hammer Film Productions. Guion: Val Guest, a partir de un tratamiento de J. G. Ballard. Fotografía: Dick Bush. Música: Mario Nascimbene. Montaje: Peter Curran. Director de segunda unidad: Jim Danforth. Efectos visuales: Jim Danforth, Dave Allen. Efectos especiales: Roger Dickens. Intérpretes: Victoria Vetri (Sanna), Robin Hawdon (Tara), Patrick Allen (Kingsor), Drewe Henley (Khaku), Sean Caffrey (Kane), Magda Konopka (Ulido), Imogen Hassall (Ayak), Patrick Holt (Ammon), Jan Rossini, Carol Hawkins, Maria O’Brien, Connie Tilton, Maggie Lynton, Jimmy Lodge, Billy Cornelius, Ray Ford… Nacionalidad y año: Reino Unido 1970. Duración y datos técnicos: 96/100 min. color 1.75:1.
En 1966 la Hammer tuvo un gran éxito con el estreno de Hace un millón de años (One Million Years B.C.), de Don Chaffey. No es de extrañar que, pasado un tiempo, la co-productora asociada de aquélla, Aida Young, se hiciese cargo de una especie de secuela, Cuando los dinosaurios dominaban la Tierra (When Dinosaurs Ruled the Earth, 1970). En 1968 se diseñó un llamativo póster (un dinosaurio con una chica en la boca, lo cual se mantiene en el film), con el fin de vender el proyecto a la Warner, quien distribuiría el film mundialmente.
No se trata de una secuela directa, ni aparecen los mismos personajes, pero tiene toda la apariencia de ambientarse en el mismo universo, dada la coincidencia de idioma que utilizan los cavernícolas. La idea de un lenguaje propio para los trogloditas proviene de la versión antigua de Hace un millón de años (One Million B.C., 1940), de Hal Roach Jr. y Hal Roach, que la Hammer rehizo con Ray Harryhausen al cargo de los efectos especiales. El detalle del idioma en el remake de Hace un millón de años, por cierto, fue saludado por la crítica con no poca guasa; años después, cuando Jean-Jacques Annaud hizo lo mismo con su antropológica (y excelente) En busca del fuego (La guerre du feu, 1981), donde contó con el escritor Anthony Burgess[1] para crear el nuevo lenguaje, la idea fue saludada como el colmo de la originalidad e ingenio.
Para la presente película, la Hammer decidió contratar al prestigioso escritor de ciencia ficción J. G. Ballard[2], quien escribió un tratamiento de unas pocas páginas con destino directo al film. Después, el habitual de la Casa del Martillo (aunque jamás estuvo bajo contrato para ella), Val Guest[3], escribió el guion, a partir de esa premisa, y dirigió la película. Realizador de notable talento, aún no ha llegado a dispensársele la valoración que precisa. De hecho, la presente cinta goza de una pésima fama (incluso disgustaba enormemente al propio Val Guest), aparte de la referida referencia al uso del “idioma troglodita”.
Para cualquier persona con un mínimo de cultura queda evidente que la presente es una película de fantasía. Parece una obviedad, pero es algo que ha de matizarse. Los dinosaurios se extinguieron en el Cretáceo, unos 65 millones de años antes de la aparición de la especie humana; en cuanto a la Luna, se especula que se formó hace 4.527 ± 0.010 mil millones de años[4], desgajada de la Tierra por medio de fuerzas centrífugas, aunque existen distintas teorías sobre el tema. Nada que ver, por tanto, con lo que presenta la película. Desde que en 1914 David Wark Griffith mostró juntos dinosaurios y humanos en su corto Brute Force, parece un estereotipo unir ambas especies en un mismo período histórico, pero hoy día es de conocimiento común que tal circunstancia jamás se produjo. Por tanto, insisto, esto es una mera fantasía, sin ningún ánimo de divulgación antropológica, una fantasía del mismo modo que lo fueron El experimento del doctor Quatermass, Drácula (Dracula, 1958), o Mujeres prehistóricas (Prehistoric Women, 1967). Casi podría integrarse el film dentro de las coordenadas del cine de fantasía heroica, abriendo un poco el margen del mismo.
Guest aplica a las imágenes un tono telúrico, primitivo, pese al aspecto atractivo y actual de la mayoría de las mujeres (y hombres) que aparecen en la cinta. Para ello no cabe duda de que gran ayuda recibe por parte de Mario Nascimbene, quien, al igual que en Hace un millón de años, compone una partitura sinfónica acompañada de percusiones primitivas y unos coros que aportan un aura sobrenatural, como en la estremecedora escena de la ceremonia funeraria, donde el muerto es abandonado a la deriva en el mar en una balsa ardiente[5].
El gran Jim Danforth, discípulo de Ray Harryhausen, realiza la labor de director de segunda unidad, así como encabeza los efectos visuales (ayudado por otro grande, el desaparecido Dave Allen), diseñando y dirigiendo los efectos, realizando la animación por stop-motion, las pinturas matte, los efectos de cámara y retroproyección. Su labor es extraordinaria[6], dispensando una impresionante credibilidad a los dinosaurios que concibe, otorgándoles el mismo grado de personalidad que le enseñó Harryhausen, así la hembra que adopta a Victoria Vetri. Cabe destacar, con todo, los apasionantes cangrejos que crea para los momentos finales, cuando la formación del tsunami provoca una playa interminable de la que brotan los crustáceos, a los que otorga una apariencia peculiar; ello, unido a la apocalíptica fotografía de Dick Bush, otro habitual de los estudios, tributa a esos instantes un aire estremecedoramente irreal.
Esos momentos extraños, inquietantes, alienígenas diríase, se ven también distinguidos por los instantes donde la nueva Luna se va forjando. El contrapunto lo ponen los intervalos humorísticos con Sanna disfrutando de su familia de adopción, los dinosaurios que la acogen como una más del grupo.
Cuando los dinosaurios dominaban la Tierra es, en definitiva, una delicia, una maravillosa fantasía de una época inexistente donde el ser humano se mostraba en toda su belleza pero, al tiempo, estaba delimitado a una existencia primitiva, en la cual la propia naturaleza, animal, vegetal y mineral, suponía un peligro a cada paso.
Anécdotas
- Título de rodaje: When Dinosaurs Ruled the World.
- Candidata a los Oscar en 1972 en la categoría de efectos especiales.
- En marzo de 1971 la Warner distribuyó la película en Estados Unidos en programa doble con The Valley of Gwangi [tv/dvd: El valle de Gwangi, 1969), de Jim O’Connolly, con efectos especiales de Ray Harryhausen.
- La versión inglesa incluye algunos planos de desnudos, con una toma de una troglodita a la que un hombre arranca el sujetador, una escena de amor dentro de una cueva entre Sanna y Tara, y un baño de ambos; en su distribución internacional fueron cortados. Sin embargo, cuando se estrenó en el Reino Unido se eliminaron algunos planos violentos, como la lucha con la serpiente, el pterodáctilo y la planta gigante. La versión que hay actualmente en DVD está completa del todo.
- El rodaje tuvo lugar en Gran Canaria y Fuerteventura, Islas Canarias. Los interiores se hicieron en los Estudios Shepperton de Londres, y ocupó desde el 14 de octubre de 1968 a principios de enero de 1969.
- Victoria Vetri, con su nombre real de Angela Dorian, fue Playmate del mes de septiembre de 1967 y después Playmate del año en 1968.
- Los planos de los dinosaurios peleando (dos lagartos con aletas falsas) están tomados del film El mundo perdido (The Lost World, 1960), de Irwin Allen. Como esa película se rodó en formato panorámico, aparecen ligeramente comprimidos, para ajustarse al formato. Los planos de archivo de los buitres volando también tienen el mismo defecto de formato.
- El tríptico de cine prehistórico de la Hammer se completa con Criaturas olvidadas del mundo (Creatures the World Forgot, 1971), de Don Chaffey, donde retorna Toomak pero no hay aparición de dinosaurios.
- El lenguaje troglodita del film se supone basado en el fenicio, latín y sánscrito, y está formado por veintisiete palabras; he aquí el sucinto diccionario prehomínido-castellano: neecha: “alto” o “vuelve”; zak: “ido” o “desaparecido”; akita: “mira” o “ahí”; neecro: “malo” o “maligno”; m’kan: “matar” o “asesinado”; mata: “muerto”; yo kita: “ir”.
- Estrenada en el Reino Unido el 25 de octubre de 1970. En España se estrenó el 21 de febrero de 1972.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
[1] Anthony Burgess (1917-1993) fue el autor de la novela La naranja mecánica (A Clockwork Orange, 1962). En ella experimentó con el lenguaje creando un argot llamado nadsat, derivado del ruso.
[2] James Graham Ballard (1930-2009) fue autor de obras como El mundo de cristal (The Crystal World, 1966), La exhibición de atrocidades (The Atrocity Exhibition, 1969), Crash (Crash, 1973), La isla de cemento (Concrete Island, 1974) o El imperio del sol (Empire of the Sun, 1984), entre otras.
[3] Valmond Guest (1911-2006) dirigió para la Hammer El experimento del doctor Quatermass (The Quatermass Xperiment, 1955), The Abominable Snowman [tv/dvd: El abominable hombre de las nieves, 1957] o Ayer enemigos (Yesterday’s Enemy, 1959), entre otras. También dirigió un clásico de la ciencia ficción como The Day the Earth Caught Fire [tv: El día que la Tierra se incendió, 1961], y fue de igual modo un consumado director de filmes de suspense. Por lo general, también era guionista.
[4] Esta edad es calculada a partir de la datación del isótopo de las rocas lunares.
[5] Casi un precedente, pues, de un entierro vikingo. Curiosamente, Nascimbene también puso música a la estupenda Los vikingos (The Vikings, 1958), de Richard Fleischer, donde había una escena muy similar.
[6] Pese a ello, se le escapa un defecto: cuando un dinosaurio asola el poblado y es asediado por medio del fuego, en un momento determinado la imagen del monstruo se ve reflejada en el cristal trasero.