Cuando el director de cine James Ballard sufre un accidente automovilístico toma contacto con un grupo de personas que viven su pasión por los vehículos a través del sexo y las colisiones.
Dirección: David Cronenberg. Producción: Alliance Communications Corporation, Recorded Picture Company, The Movie Network, Téléfilm Canada. Productor: David Cronenberg. Co-productores: Stéphane Reichel, Marilyn Stonehouse. Productores delegados: Robert Lantos, Jeremy Thomas. Co-productores delegados: Chris Auty, Andras Hamori. Guion: David Cronenberg, según la novela homónima de J. G. Ballard. Música: Howard Shore. Fotografía: Peter Suschitzky. Diseño de producción: Carol Spier. Montaje: Ronald Sanders. FX: Stephan Dupuis (efectos de maquillaje), Michael Kavanagh (coordinador de efectos especiales), Dave McGhie (artista digital). Intérpretes: James Spader (James Ballard), Holly Hunter (Helen Remington), Elias Koteas (Vaughan), Deborah Kara Unger (Catherine Ballard), Rosanna Arquette (Gabrielle), Peter MacNeill (Colin Seagrave), Yolande Julian (puta en el aeropuerto), Cheryl Swarts (Vera Seagrave), Judah Katz, Nicky Guadagni, Ronn Sarosiak, Boyd Banks, Markus Parilo, Alice Poon, John Stoneham Jr., David Cronenberg, Jordan-Patrick Marcantonio… Nacionalidad y año: Canadá 1996. Duración y datos técnicos: 100/90 min. Color 1.37:1 (ratio del negativo) 1.66:1 (ratio de proyección).
James Graham Ballard (15 de noviembre de 1930-19 de abril de 2009) fue uno de los autores británicos más controvertidos dentro del género de ciencia ficción, dentro de la corriente denominada New Wave, aunque al mismo tiempo su obra va un tanto más allá de la categorización en un género determinado, incursionando también en tonos surrealistas o experimentales. Si bien su obra más conocida pueda catalogarse un tanto dentro de la corriente postapocalíptica, como es el caso de El mundo sumergido (The Drowned World, 1962) o La sequía (The Drought, 1964), también desarrolló ciertos textos dramáticos de carácter más o menos autobiográfico, como puede ser la famosa El imperio del sol (Empire of the Sun, 1984). Crash (Crash, 1973) es otra de esas obras inclasificables, centrada en una sinforofilia[1], en concreto el fetichismo sexual con automóviles, y los elementos biográficos que referíamos con anterioridad se extienden aquí a que el protagonista se llame James Ballard[2].
David Cronenberg, un director atípico, desde luego era uno de los pocos que podían ser considerados para adaptar esta obra ballardiana. El presente título, además, es de 1996, es decir, acababa de estrenar M. Butterfly (M. Butterfly, 1993), un hermoso melodrama también con componentes sexuales, y después ofrecería eXistenZ (eXistenZ, 1999), quizás su última aportación al universo de la Nueva Carne, dentro del cual, en cierto sentido, también se podría ubicar este Crash. Destaquemos asimismo los accesorios ortopédicos que lleva al inicio Ballard, y luego Helen Remigton, y podrían estos parecer diseñados por los mismos que crean el instrumental médico para partos en Inseparables (Dead Ringers, 1988). Crash está ubicado en una etapa de la carrera de Cronenberg en la cual comenzaba a distanciarse de sus inicios en el cine de género y buscaba una mirada más personal, de autor, sin abandonar ciertas obsesiones que caracterizarán su obra al completo, haciéndolo uno de los cineastas más particulares del momento.
Película de 1996, en un momento determinado se vislumbra que uno de los automóviles luce una licencia de 1997. ¿Quiere decir que el film se ambiente en un futuro próximo? Desde luego, tanto novela como libro (que no he leído) has sido definidos en ocasiones como de ciencia ficción, y ciertos elementos a lo largo de la cinta la hacen parecer, si no de ese género, al menos ambientados en un universo extraño, anómalo. A lo largo de la narración los personajes efectúan comentarios acerca del tráfico, si es extrañamente abundante, o insólitamente reducido, o es normal de una manera u otra. Ý choca, por supuesto, que la policía no exista en ese mundo, donde una persona puede introducirse en el escenario de un accidente y ponerse a hacer fotos o sentarse junto a una víctima herida, y que cuando se producen esos percances el resto de los conductores de los vehículos no parezcan inmutarse.
Cuando comienza el film, James Ballard y su esposa Catherine, acaso aburridos de un matrimonio convencional, se excitan sexualmente teniendo encuentros con otras personas, cada uno por su lado, y luego contándoselo al otro mientras realizan el acto. Ballard tiene un accidente y, a partir de ahí, entra en contacto con una especie de sociedad secreta, gente que se reúne para ver videos no pornográficos, sino de accidentes, pero lo cual les produce idéntico placer. A partir de ahí, tanto James como Catherine abran sus objetivos vitales en cuanto a sexo a todo lo que envuelva el fetichismo de los automóviles: les gusta hacer el amor en su interior, y el propio coche es un elemento simbólico de sus propios cuerpos: cuando Ballard sodomiza (de mutuo acuerdo) en el interior de un vehículo a Vaughan, después este lo perseguirá con su coche para embestirlo por detrás, en una especie de intento de repetir el acto, ahora con los autos a modo de ellos mismos.
Todo ello conduce a un film extraño, anómalo, que se va centrando de un modo paulatino en la inmersión de los personajes en una especie de realidad paralela. No es un film para todos los paladares: a unos podrá aburrir, a otros escandalizar, pero desde luego, lo que resulta indiscutible es que nos encontramos ante una obra que a nadie deja indiferente. Y en una época como la actual eso es mucho.
Anécdotas
- Título en Argentina, México y Perú: Crash: Extraños placeres.
- En 1996, en los premios Genie canadienses, la película fue galardonada en las categorías de mejor dirección, guion adaptado, fotografía, montaje, sonido y la Bobina de Oro (Golden Reel), y tuvo candidaturas a mejor película y “mejor logro en sonido global”. Ese mismo año, en el Festival de Cannes, fue galardonada con el premio especial del jurado. En 1998 fue compensada en los premios Fangoria Chainsaw como mejor película de estreno restringido o directamente a vídeo.
- Como suele ser norma en el cine de David Cronenberg, el vestuario de la película es debido a su hermana Denise Cronenberg (1938–2020).
- Determinadas escenas de sexo fueron cortadas por Cronenberg porque comprobó que había demasiada química entre los actores, y su pretensión era transmitir frialdad.
- Según Cronenberg, toda la película se rodó en escenarios a un distancia no superior a media hora de su casa.
- Votada la mejor película de 1996 por parte de la revista especializada francesa Cahiers du Cinéma.
- Otras adaptaciones de la novela:
Crash! (1971), de Harley Cokeliss, con Ballard como guionista y protagonista [Reino Unido; CM].
Nightmare Angel (1987), de Zoe Beloff y Susan Emerling [EEUU; MM].
- Estrenada en Canadá el 4 de octubre de 1996. En España se estrenó un poquito antes, el 1 de octubre. Tuvo una reposición en España, restaurada en 4K, el 29 de enero de 2021.
Bibliografía
Crash; por J. G. Ballard; traducción de Manuel Manzano. Barcelona: RBA, 2012. Colección: Literatura fantástica; s/n. T.O.: Crash (1973).
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: ****
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra
[1] La sinforofilia es una parafilia en la cual la excitación sexual gira alrededor de observar o incluso representar un desastre, tal como un incendio o un accidente de tránsito.
[2] En la novela también se da esta circunstancia. El personaje ahí es un director de televisión, mientras que en la película lo es de cine. El elemento más chocante de la novela es que Vaughan tiene la pasión de provocar un accidente con Elizabeth Taylor, detalle eliminado del film.