Sir John Rowan es un prestigioso cirujano que tiene como prometida a una bellísima modelo, Lynn Nolan. Durante una fiesta surge una pelea y un foco encendido cae sobre el rostro de ella, desfigurándolo terriblemente. Rowan comienza a investigar para hallar el modo de devolver la belleza a Lynn, descubriendo que para ello necesita la pituitaria de otra mujer joven.
Dirección: Robert Hartford-Davies. Producción: Oakshire Productions, Titan International. Productor: Peter Newbrook. Guion: Derek Ford, Donald Ford. Fotografía: Peter Newbrook. Música: Bill McGuffie. Montaje: Don Deacon. FX: Michael Albrechtsen (efectos especiales). Intérpretes: Peter Cushing (Sir John Rowan), Sue Lloyd (Lynn Nolan), Noel Trevarthen (Steve Harris), Kate O’Mara (Val Nolan), David Lodge (Groper), Wendy Varnals (Terry), Billy Murray (Rik), Vanessa Howard (Kate), Jan Waters, Phillip Manikum, Alexandra Dane, Valerie Van Ost, Diana Ashley, Victor Baring, Shirley Stelfox, Anthony Booth… Nacionalidad y año: Reino Unido 1967. Duración y datos técnicos: 91 min. – color – 1.85:1 – 35 mm.
El éxito a nivel mundial de las producciones de la Hammer en el Reino Unido condujo a la respuesta inmediata de otras compañías del país, con la Amicus a la cabeza. A lo largo de los años sesenta y principios de los setenta surgió una gran cantidad de artistas que, independientemente de esas dos grandes casas creadoras de espantos, se especializaron en la materia. Así, por un lado tendríamos al director Robert Hartford-Davies, que amén de la presente también dio origen a Horror en la mansión Fordyke (The Black Torment, 1964), Incense for the Damned [dvd: Vampiros, 1970] y The Fiend (1972). El productor y director de fotografía Peter Newbrook fotografió la primera y produjo la segunda, y también se ocupó de ambos cargos en Crucible of Terror [vd: La prueba del terror, 1971], de Ted Hooker. Los hermanos Donald y Derek Ford, por su parte, fueron los más activos: habían debutado en el género con la referida Horror en la mansión Fordyke, para proseguir con la curiosa aventura de Sherlock Holmes contra Jack el Destripador titulada Estudio de terror (A Study in Terror, 1965), de Jack Hill, y también guionizaron Venom (1971), de Peter Sykes, y, ya Derek en solitario, Violación ¿y…? (Scream… and Die!, 1973), de José Ramón Larraz, The Sexplorer (1975), esta también como director, y Don’t Open ‘Til Christmas [vd/tv: No abrir hasta Navidad, 1984], de Edmund Purdom. Ambos, además, escribieron en dos ocasiones para la mítica serie del género Adam Adamant Lives! (1966-1967), uno de cuyos episodios estaba dirigido por Ridley Scott.
Peter Cushing, por su parte, encadenaba febrilmente un rodaje tras otro, trabajando de forma incansable, pero acaso no eligiendo demasiado bien los papeles, colaborando tanto en obras maestras como El cerebro de Frankenstein (Frankenstein Must Be Destroyed, 1969), de Terence Fisher, la película que siguió a la presente, o esta misma, cuyo punto de partida ya es viejo, puesto que es la enésima reelaboración de Ojos sin rostro (Les yeux sans visage, 1960) de Georges Franju.
Los hermanos Ford desarrollan un pésimo guion, lastrado por una asombrosa falta de ideas que adornan con personajes pueriles, lo cual queda patente en la deplorable escena de la fiesta (para reflejar a unos personajes vacíos y superficiales no hay que desarrollar una secuencia en igual onda) o los insoportables macarras que aparecen hacia el final. En todo caso, pudiera especularse que el intento de los Ford es efectuar una crítica hacia una sociedad ociosa y frívola que valora por encima de todo el efímero valor de la belleza fugaz. Da igual, la escasez de trama alarga las situaciones de un modo inane, soso y sin fuerza. Robert Hartford-Davies, por su parte, dirige de un modo rutinario y sin energía, planificando todo el film por medio de una sucesión de plano-contraplano sin otro recurso narrativo, salvo, eso sí, un interesante empleo del gran angular en la escena del tren, la mejor de toda la película, si bien la potencia de la misma estriba en la soberbia interpretación de Peter Cushing, contemplando fijamente a su próxima víctima y provocando una inmensa desazón. Añadamos también una muy anticlimática musiquilla de cierto trasfondo jazzístico, por completo inadecuada a lo que requiere la cinta.
Tenemos por tanto una muy insípida película de terror con unos leves elementos de ciencia ficción (el método revolucionario que desarrolla Rowan para curar los tejidos dañados, creando un extracto a base de la pituitaria y el tálamo) cuyo único interés estriba en la interpretación por parte de Peter Cushing, quien otorga una apariencia más profesional y sólida al conjunto del que realmente tiene. Su Rowan es un personaje abocado a las circunstancias de un modo que no puede controlar, empujado por su amor hacia su prometida Lynn, una mujer vanidosa y cuyo interés en permanecer eternamente bella la empuja a presionar a su prometido, después traicionarlo y al fin perder el juicio. El clímax final, por cierto, resulta muy traído por los pelos, y la hecatombe definitiva, con todos los personajes confluyendo, deviene en una salida de tono gratuita e inverosímil, que termina por hacer naufragar los resultados en un mar de inanidad.
Anecdotario
- Títulos en Argentina: La cara de la corrupción [cine] / Decisión diabólica [tv]. Título en México: La cara de la corrupción.
- Títulos en Estados Unidos: Carnage / Laser Killer.
- Existen dos versiones diferentes de la película, en especial de la escena del asesinato de la prostituta, en una de las cuales lleva una camiseta y en la otra los pechos al aire, y se ve cómo Peter Cushing la decapita. Curiosamente, esta es la versión que se estrenó en España, en las postrimerías del franquismo, siendo una de las primeras películas estrenadas en nuestro país que mostraba desnudos. La publicidad «prohibía» la entrada al cine a mujeres solas.
- Una versión para exportación sustituye a Jan Waters en el papel de la primera víctima por Marianne Morris, que interpretó la escena del asesinato en topless.
- La pésima edición en DVD comercializada en España amputa el formato, carece de subtítulos en español y elimina por completo la escena del asesinato de la prostituta.
- Estrenada en el Reino Unido en diciembre de 1968. En España no tenemos datos, pero debió ser hacia 1972.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)