Jefferson Cody se dedica a rescatar mujeres blancas en posesión de los comanches, a las que intercambia por rifles. Acaba de rescatar a Nancy Lowe y se dirige a Lordsburg con ella cuando han de detenerse en Estación Comanche, una parada de postas a donde confluyen repentinamente tres hombres perseguidos por los indios. Uno de ellos es el líder, el adusto Ben Lane, a quien Cody conoció en el ejército y expulsó, por regodearse en el asesinato de indios inocentes.
Dirección: Budd Boetticher. Producción: Ranown Pictures Corp. para Columbia Pictures. Productores: Budd Boetticher, Randolph Scott. Productor ejecutivo: Harry Joe Brown. Guion: Burt Kennedy. Música: Mischa Bakaleinikoff, y temas de stock de Gerard Carbonara, George Duning, George Greeley, Leigh Harline, Heinz Roemheld, Paul Sawtell, Max Steiner. Fotografía: Charles Lawton Jr. Dirección artística: Carl Anderson. Montaje: Edwin H. Bryant. Intérpretes: Randolph Scott (Jefferson Cody), Nancy Gates (Nancy Lowe), Claude Akins (Ben Lane), Skip Homeier (Frank), Richard Rust (Dobie), Rand Brooks (hombre de la estación), Dyke Johnson (John Lowe), P. Holland (muchacho), Foster Hood (comanche con la lanza), Joe Molina (jefe comanche), Vince St. Cyr (guerrero). Nacionalidad y año: Estados Unidos 1960. Duración y datos técnicos: 74 min. Color 2.35:1.
Comanche Station (1960) fue la última entrega del ciclo de wésterns protagonizados por Randolph Scott y dirigidos por Budd Boetticher, e integrada en su totalidad por Seven Men from Now [dvd/tv: Tras la pista de los asesinos, 1956], The Tall T [tv/dvd: Los cautivos, 1957], Decision at Sundown [tv/dvd: Cita en Sundown, 1957], Buchanan Rides Alone [tv/dvd: Buchanan cabalga de nuevo, 1958], Westbound [tv/dvd: Nacida en el Oeste, 1959) y Cabalgar en solitario (Ride Lonesome, 1959). Todas ellas comparten esas dos características en común, pues luego algunas no coinciden en la producción ejecutiva del mítico Harry Joe Brown con destino a la productora Ranown de la cual eran propietarios él y Randolph Scott, por lo cual el ciclo –dejando a un margen Westbound, producida por la Warner– también es conocido con el apelativo Ranown.
En cierta manera, Estación Comanche comparte determinados elementos en común con The Tall T. Vuelve a contar en los créditos con el estupendo guionista Burt Kennedy, y la estructura es similar a la de aquélla. Aquí tenemos a Jefferson Cody (Randolph Scott), un personaje que podría definirse como una versión algo humanizada del Ethan Edwards encarnado por John Wayne en la excepcional Centauros del desierto (The Searchers, 1956), de John Ford. Cody se dedica a rescatar mujeres blancas que averigua están en posesión de los comanches, a las que intercambia por rifles. Acaba de rescatar a Nancy Lowe (Nancy Gates) y se dirige a Lordsburg con ella cuando han de detenerse en Estación Comanche, una parada de postas a donde confluyen repentinamente tres hombres perseguidos por los indios. Uno de ellos es el líder, el adusto Ben Lane (magnífico Claude Akins), a quien Cody conoció en el ejército y expulsó, por regodearse en el asesinato de indios inocentes. Lo acompañan dos jóvenes pistoleros, Frank (encarnado por Skip Homeier, que ya aparecía en Los cautivos) y Dobie (Richard Rust); ambos se dedican a delinquir con el fin de no esforzarse en trabajar, y son algo limitados intelectualmente, aunque sus diálogos ofrecen auténticas perlas para el espectador; de hecho, en ese sentido el guion de Kennedy está sembrado.
Así pues, estos cinco personajes habrán de atravesar territorio comanche, con estos en pie de guerra, para llegar a Lordsburg. El grupo de Lane se desvelará como dedicado a rescatar mujeres con el fin de conseguir la recompensa que por ellas den; por Nancy Lowe, de hecho, su marido ofrece cinco mil dólares, y Lane pretende arrebatárselo a Cody del modo que fuera. El personaje del marido, por cierto, semeja afín al que aparecía en The Tall T, despreocupado por su esposa a tal punto que ofrece una recompensa en lugar de ir él mismo a rescatarla; al final, sin embargo, el guion ofrecerá un espléndido golpe de efecto en ese sentido.
Rodado en doce días, y con prácticamente solo esos personajes sosteniendo un metraje de 72 minutos, el film expone un itinerario físico que hace evolucionar los personajes, mostrando sus contradicciones, sus pesares y un pasado tortuoso que arrostran. El personaje de Randolph Scott es, probablemente, el más complejo de los que encarnó, y vamos viendo cómo de un modo paulatino adquiere rasgos que lo van humanizando. Y los forajidos exhiben la riqueza habitual de los guiones de Kennedy, con un cruel y pletórico Atkins, que busca el momento de acabar con su compañero, pero que lo salva de los indios: “No disfrutaría de los cinco mil dólares eliminándote de ese modo”.
Boetticher vuelve a dar muestras de austeridad narrativa, si bien en esta ocasión añade travellings de aproximación a los personajes con el fin de potenciar su individualidad. El reparto funciona excelentemente, y la magnífica fotografía de Charles Lawton Jr. (que ya se encargó de Los cautivos, pero también retrató otros wésterns de Randolph Scott, así como títulos de la calidad de Los últimos comanches, Tres horas para vivir, Jubal, El tren de las 3:10, Cowboy, El salario de la violencia o Dos cabalgan juntos, este último con ciertos puntos de contacto con el presente), toda ella rodada en exteriores, aporta al paisaje la dimensión de un personaje más.
Tras la presente película, Randolph Scott abandonó el cine, pero decidió regresar excepcionalmente a requerimiento de Sam Peckinpah para interpretar la primordial Duelo en la Alta Sierra (Ride the High Country, 1962), director este que sin lugar a dudas debe mucho a Budd Boetticher, así como a otro grande, John Ford.
El estremecedor final de Estación Comanche representa una alegoría sobre la propia particularidad del wéstern, donde Randolph Scott simboliza el personaje nómada, desarraigado, que durante unos instantes creyó capturar una esencia de esa civilización a la que ya no pertenece, y cuyo destino es cabalgar de nuevo en solitario, más allá del horizonte.
Anécdotas
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- Rodada en las colinas de Alabama, en Lone Pine, California.
- Estrenada en Estados Unidos el 16 de febrero de 1960. En España quedó inédita, y se vio por primera vez vía televisión el 20 de febrero de 1971.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: *****
• bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra