Un equipo de investigación está haciendo pruebas psicológicas a todos los niños de las escuelas del Reino Unido, y descubren a Paul, un muchacho excepcionalmente dotado. Al poco, les llega el informe de que en distintas partes del mundo se han localizado chavales con igual cociente intelectual. Estos son enviados a las embajadas en Londres de sus respectivos países, pero después piensan que puede ser peligroso el contacto entre ellos. Sin embargo, los niños terminan confluyendo juntos y refugiándose en una iglesia abandonada.

Dirección: Anton Leader [acreditado como Anton M. Leader]. Producción: Lawrence P. Bachmann Productions para Metro-Goldwyn-Mayer British Studios. Productor delegado: Lawrence P. Bachmann. Productor asociado: Ben Arbeid. Guion: John Briley, inspirado en la novela The Midwich Cuckoos de John Wyndham. Fotografía: Davis Boulton. Música: Ron Goodwin. Montaje: Ernest Walter. Dirección artística: Elliot Scott. FX: Tom Howard (efectos especiales), Desmond Briscoe (efectos de sonido electrónico). Intérpretes: Ian Hendry (Dr. Tom Llewellyn), Alan Badel (Dr. David Neville), Barbara Ferris (Susan Eliot), Alfred Burke (Colin Webster), Sheila Allen (Diana Looran), Ralph Michael (ministro de Defensa), Patrick Wymark (comandante), Martin Miller (profesor Gruber), Harold Goldblatt (Harib), Patrick White (Mr. Davidson), André Mikhelson (oficial ruso), Bessie Love (Mrs. Robbins, abuela de Mark), Clive Powell (Paul), Yoke-Moon Lee (Mi Ling), Roberta Rex (Nina), Gerald Delsol (Aga Nagolo), Mahdu Mathen (Rashid), Frank Summerscale (Mark), Jack ‘Kid’ Berg, Eddie Boyce, Ian Cullen, Joe Dunne, Ernest Fennemore, Patrick Halpin, Philip Johns, Annette Kerr, Arnold Lee, Martin Lyder, Frank Maher, Terence Maidment, Richard Marner, Leo McKern, Tony O’Leary, Bill Rayment, Michael Robbins… Nacionalidad y año: Reino Unido 1964. Duración y datos técnicos: 89 min. B/N 1.85:1.

 

MGM no confiaba gran cosa en Village of the Damned [tv/vd/dvd: El pueblo de los malditos, Wolf Rilla, 1960], y luego resultó ser un enorme éxito de público tanto en Estados Unidos, país productor a la sombra, por así decirlo, como en el Reino Unido, responsable material del film. Así pues, una continuación estaba cantada, y de nuevo producida por la filial británica de la casa del león (pero encargada a una compañía subsidiaria, Lawrence P. Bachmann Productions[1]) se efectuó Children of the Damned [tv/vd/dvd: Los hijos de los malditos, 1964], que en los créditos es citada como «A sequel to John Wyndham’s “The Midwich Cuckoos”», aunque ahí habría que precisar, como en breve haremos.

  

Esta vez, en el libreto contaron con John Briley, a quien se acredita como autor del «guion original». Briley era estadounidense, sirvió en las Fuerzas Aéreas del país y en su trabajo como escritor cinematográfico se especializaría en biopics, ganando el Oscar por Gandhi (Gandhi, Richard Attenborough, 1982), aunque cuando hizo el guion de la presente solo había escrito cuatro episodios de un programa musical de la BBC, Hits and Misses (1956-1957) y dos películas, la comedia bélica Invasion Quartet (Jay Lewis, 1961) y otra comedia más, Postman’s Knock (Robert Lynn, 1962), en la cual aparece Barbara Shelley, intérprete en El pueblo de los malditos.

Y como realizador contamos con Anton Leader, también estadounidense. Comenzó dirigiendo seriales radiofónicos, pero luego pasó a televisión, donde trabajó de forma activa. De hecho, para cine solo hizo esta película y, más tarde, el wéstern paródico The Cockeyed Cowboys of Calico County (1970), codirigido con el guionista Ranald MacDougall. Para televisión, como se ha dicho, trabajó de forma abundante, desde que debutara en 1955, y entre su labor hay que destacar dos episodios para la serie La dimensión desconocida (The Twilight Zone, 1959-1964), uno en la primera temporada, «Long Live Walter Jameson» (1960) y, sobre todo el magnífico «The Midnight Sun» (1961), para la tercera. Y también resaltemos un capítulo de La conquista del espacio/Viaje a las estrellas/Star Trek (Star Trek, 1966-1969), «For the World Is Hollow and I Have Touched the Sky» (1968), de la tercera temporada.

John Briley se quejó de los cambios que la compañía perpetró a su guion, pero viendo el resultado cabe apuntar que, en apariencia, hizo un trabajo muy interesante. Respecto a la continuidad con El pueblo de los malditos, cabría señalar que esta es más espiritual que argumental, pese a coincidir diversos elementos. Aquí también tenemos a una serie de niños que están conectados mentalmente, poseen una gran inteligencia y parecen haber nacido de mujer virgen, y en unos pocos momentos se vuelve a repetir el impresionante efecto de los ojos por negativo. Inclusive podría decirse que el final está más o menos repetido aquí. Sin embargo, son otros muchos los cambios.

En esta ocasión, los niños no son todos idénticos, con esas pelucas blancas, sino que tienen un aspecto «normal». Y, lo más importante, cada uno representa a una de las diversas etnias y representantes geográficos que cubren el globo, así tenemos un blanco, Paul, una china, Mi Ling, una rusa, Nina, un africano, Aga Nagolo, un indio, Rashid, y lo que imaginamos que debe ser un hispano, aunque se llama Mark. La película previa insinuaba el origen extraterrestre de las criaturas, mientras que aquí se apunta a que, de algún modo, la inseminación procede de un millón de años en el futuro. De algún modo ignoto, desde ese tiempo se ha provocado el embarazo de una serie de mujeres vírgenes, acaso en un intento de reemplazar a la humanidad por una versión mejorada de la especie. El tono de la película es de cinta de espionaje muy propio de la época de la guerra fría, como acontecía en aquel momento, así que muy bien podría suponerse que se trata de un toque de atención hacia dónde se dirigía la especie humana si no cambiamos. De hecho, el comportamiento de las diversas facciones políticas en la película deja bien a las clara esa conducta tan cerril y obcecada.

De tal manera, esos seis niños, muy diferentes geográficamente, sin embargo representan la unión de la Tierra ante un objetivo común. Al ser tres chicos y dos niñas, se presupone que, con el tiempo, se aparearían y tendrían descendencia, y las diferencias étnicas desaparecerían y se produciría una única especie, mixtura de todas. Los niños, en realidad, no saben muy bien qué hacen ahí, pero sienten la necesidad de estar unidos y protegerse ante la barbarie de los adultos, y matarán cuando se vean obligados a ello. Al menos yo, viendo la película, sentía simpatía por los críos, y el único personaje adulto que me provocaba cierto apego es el psicólogo, el único que parece sentir empatía hacia las criaturas.

Respecto a los adultos, como protagonistas tenemos a un psicólogo, como hemos dicho, el doctor Tom Llewellyn (interpretado por un jovencísimo Ian Hendry), y un genetista, el doctor David Neville (Alan Badel), lo que simbolizaría la unión entre mente y cuerpo. Ambos viven juntos, y se podría inferir que son pareja, lo cual entraría en consonancia de plantear, al igual que se hace con los niños, una forma de emparejamiento a lo distinto a como se veía en aquel entonces (en el Reino Unido, en la época, la homosexualidad aún estaba penada). Al dúo se une a la fuerza una mujer, Susan Eliot (Barbara Ferris), tía de Paul, y que es adoptada, como si dijéramos, por los niños, como portavoz de su causa. Tanto Tom como David tratan con preocupación a Susan ante los acontecimientos, pero en momento alguno se insinúa ningún interés romántico por parte de alguno de ellos por la mujer.

Lo más interesante de la película, para mí, es ese referido tono de cinta de espías de la época. El blanco y negro, además, ayuda a potenciar esa inflexión, y al mismo tiempo se tiñen las imágenes de cierta frialdad, potenciada por esas calles vacías londinenses por donde transcurre gran parte de la acción, sin duda provocado ello por el bajo presupuesto, y se buscaba rodar a primeras horas de la mañana, o durante la noche, para no tener que manejar extras. Leader utiliza encuadres cerrados, y alterando la verticalidad, para rodar a los niños cuando hacen uso de los poderes, y de tal manera acrecentar el tono de anormalidad que se busca convocar. En un momento determinado, los críos inventan un artilugio sonoro que altera profundamente a los soldados que van a atacarles, e inclusive ese ruido resulta molesto para el espectador.

La película está llena de simbolismos. Hay uno muy misterioso que no se ha podido desentrañar: en un momento determinado se ve un camión de la U.S. Navy circular por la ciudad, y poco después hay esteras dobladas del mismo cuerpo en la iglesia abandonada. Puede que sea una simple ironía sobre la injerencia de los norteamericanos en otros países, o acaso al origen de la producción del filme. Los niños se refugian en una iglesia abandonada, que podría representar el hecho de que la religión está obsoleta, y que debemos dejar al margen esas antiguas supersticiones para avanzar hacia un bien común. Tanto el ejército como el estamento político no están reflejados de forma muy positiva, y hacia el final se desata un caos descomunal debido precisamente a la irreflexión de todos ellos. La pareja de Tom y David se rompe cuando el segundo es seducido por el discurso belicista y destructivo de los que están al mando, aunque al final se perciba que aún sienten algo el uno por el otro, pese a que ya sea tarde.

El final, por tanto, es demoledor y pesimista. Si la humanidad no se une para avanzar todos juntos hacia un futuro donde seamos mejores y dejemos atrás recelos nacionalistas y prejuicios raciales y sexuales, estamos abocados a un fin como el que se representa en esa últimas y devastadoras escenas. Advertidos estamos.

 

Anecdotario

  • Títulos de rodaje: The Children / The Children Return (Reino Unido); Horror! (Estados Unidos).
  • Título en Argentina, México y Perú: El germen de las bestias.
  • En un papel muy breve, sin acreditar, aparece Leo McKern como un inspector.
  • La actriz que hace de Mrs. Robbins, la abuela de Mark, es Bessie Love, una estrella del cine mudo, protagonista, por ejemplo, de El mundo perdido (The Lost World, Harry O. Hoyt, 1925).
  • Clive Powell es el único actor que aparece en esta película y en su precedente, El pueblo de los malditos (1960). En la original se le ve brevemente, mientras que en la presente es el líder de los niños.
  • El único que repite en el apartado técnico con respecto al film anterior es el músico, Ron Goodwin.
  • Paul no habla hasta casi una hora después de empezar la película (y no mucho).
  • Filmada durante la primavera de 1963.
  • El personaje del genetista David Neville dice que la partenogénesis (desarrollo de un óvulo sin fecundación por el espermatozoide) solo se da en algas y plantas, lo que no sería más que un error del personaje si eso fuera todo lo que se sabía en la época, pero incluso en el periodo de tiempo de la película ya se había documentado la partenogénesis en animales.
  • Estrenada en Estados Unidos, de forma limitada, el 10 de enero de 1964, y luego más en general el 29 de enero; en el Reino Unido lo hizo el 9 de abril. En España no se estrenó.

 

Bibliografía

Los cucos de Midwich; por John Wyndham; traducción de Barbara McShane y Patrick Alfaya McShane. Madrid: Acento, 1997. Colección: Club; nº 6. T.O.: The Midwich Cuckoos (1957).

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: ****

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra

 

[1] La compañía ese año hizo otra película para MGM, el thriller de intriga Night Must Fall (1964), de Karel Reisz. El productor Lawrence P. Bachmann trabajó, empero, en otras producciones británicas de la MGM, y de hecho era el jefe de la operación británica de la productora.