Un grupo de amigos hacen una carrera de coches, de resultas de lo cual uno de ellos cae por un puente al río. Horas después, aparece Mary, empapada, manchada en barro y confusa. Una vez recuperada, decide abandonar la ciudad y buscar trabajo en otro sitio. Cuando inicia el viaje comienza a tener visiones de figuras espectrales.
Dirección: Herk Harvey. Producción: Harcourt Productions, Centron Corporation. Productor: Herk Harvey. Guion: John Clifford, [según una historia de Herk Harvey, sin acreditar]. Fotografía: Maurice Prather. Música: Gene Moore. Montaje: Bill de Jarnette, Dan Palmquist, [Herbert L. Strock, sin acreditar]. Intérpretes: Candace Hilligoss (Mary Henry), Frances Feist (Mrs. Thomas, la casera), Sidney Berger (John Linden), Art Ellison (sacerdote), Stan Levitt (Dr. Samuels), Tom McGinnis (dueño de la tienda de órganos), Forbes Caldwell (carpintero la tienda de órganos), Dan Palmquist (encargado de la gasolinera), Bill de Jarnette (mecánico), Steve Boozer (Chip, hombre junto a la máquina de discos), Pamela Ballard, Larry Sneegas, Cari Conboy, Karen Pyles, T. C. Adams, Sharon Scoville, Mary Ann Harris, Peter Schnitzler, Bill Sollner, Reza Badiyi, Ed Down, Herk Harvey, Wayne Schmille… Nacionalidad y año: Estados Unidos 1962. Duración y datos técnicos: 78 min. / 84 min. (director’s cut) – B/N-tintado a verde – 1.37:1 (formato del negativo) / 1.85:1 (formato de positivado) – 35 mm.
El realizador Herk Harvey era un director y productor de películas industriales y educativas con sede en Lawrence (Kansas), donde trabajaba para la Centron Corporation, compañía especializada en lo descrito amén de cortometrajes de «orientación social» entre las décadas de 1950 y 1960. Mientras regresaba a Kansas después de rodar un film de la empresa en California, Harvey desarrolló la idea de Carnival of Souls después de pasar con el coche por el abandonado pabellón Saltair de Salt Lake City. «Cuando volví a Lawrence, le pregunté a mi amigo y compañero de trabajo en Centron Films, John Clifford, que era guionista allí, si le gustaría escribir un largometraje», rememoraría Harvey. «La última escena, le dije, tenía que ser un montón de espectros bailando en ese salón de baile; el resto era cosa suya. Lo escribió en tres semanas»[1]. En Nueva York, Harvey descubrió a Candace Hilligoss, una actriz de veinte años que se había formado con Lee Strasberg, y la contrató para el papel principal de Mary.
Harvey rodó el film en Lawrence y Salt Lake City, después de tomarse tres semanas libres de su trabajo en Centron para dirigir la película. El proceso de rodaje fue rápido, con el reparto y el equipo afanado siete días a la semana. Harvey utilizó técnicas que había aprendido en su labor en las cintas industriales para limitar los costes de producción. No había dinero suficiente para una pantalla de proceso para crear un efecto de retroproyección. La toma en la que aparece el rostro del espectro en la ventana del coche en movimiento se logró mediante el uso de un espejo angular colocado en el lado más alejado de la ventanilla.
El carnaval de las almas se ha convertido en culto con el paso de los años. Su director, Herk Harvey (1924-1996), efectuó cerca de cincuenta cortometrajes documentales y educativos entre 1950 y 1981, pero solo hizo esta película de ficción[2]. Es una lástima, porque sin lugar a dudas demuestra un talento insólito. No tanto su amigo guionista, John Clifford (1918-2010), que en lo que también es su único film de ficción plasma escasas ideas, salvo las buenas que Harvey le dictó. Puede que vista hoy día la cinta sea un tanto previsible, dado que, después, se han hecho otras muchas con esa idea, pero para su época muestra una gran inventiva. Sin embargo, para mí, lo mejor no es la motivación en sí, sino la puesta en escena.
Lo que más resalta del film es su excelente fotografía, obra de Maurice Prather, quien, tal como lo demás, formaba parte del equipo que trabajaba en los filmes industriales de la Centron Corporation. Aparte de esos cortos informativos creó las imágenes de una película de ficción más, la muy poco conocida A Time for Decision (1966), obra de Reza Badiyi. La viveza de imágenes de Carnival of Souls está a la par de su belleza, y le otorga un nivel más profesional que de otras películas de bajo presupuesto.
Harvey aprovecha muy bien la labor profesional de Prather y otorga al film una atmósfera increíble. Ya se ha mencionado cómo se vale de económicas resoluciones para sacar adelante una producción barata. El viaje inicial en coche de Mary juega muy bien con la planificación y el montaje para simular que el movimiento del vehículo existe. Se ofrecen diversos planos de la muchacha encendiendo la radio y mirando el exterior, para despistar al espectador con variadas actuaciones lógicas en esas circunstancias. Cuando vuelve el encuadre lateral de ella conduciendo, con la ventanilla del copiloto al fondo, y la imagen de alguien fijo mirándola, estático ante el vehículo en marcha, posee una fuerza impresionante. Esa es la primera aparición de uno de los seres de ultratumba que, a partir de ese momento, comenzarán a rondar a Mary en su viaje.
Es curioso constatar el hecho de que, en la carrera inicial, no compiten dos muchachos con el fin de llamar la atención de las chavalas, como sucedía, por ejemplo, en Rebelde sin causa (Rebel Without a Cause, Nicholas Ray, 1955), sino que uno de los vehículos es conducido por hombres y el otro por mujeres. Dentro del segundo, Mary se halla muy incómoda, y será ese coche el que caiga al río. Presumiblemente, las demás amigas de Mary perecen, y ella sobrevive conmocionada y, en cuanto se recupera algo, decide abandonar la población de la que es originaria para buscarse otra vida. Su trabajo de organista se ve identificado como una profesión más, es decir, la muchacha no asiste a la iglesia por ser creyente, sino que lo hace como mero hecho de subsistencia.
El film podría verse, pues, como una lucha de sexos, desde la primera competición automovilística hasta su posterior enfrentamiento, por un lado, con el sacerdote, que de un comportamiento en principio correcto decide deshacerse de ella cuando interpreta una música no muy aconsejable (mientras está conmocionada con una visión). Con muy poca piedad cristiana, el cura la echa, pese al evidente estado de shock en que ella está. Y por otro lado tiene a su acosador compañero de pensión, que la bombardea con constantes atenciones que no buscan otro fin que llevársela a la cama. Inclusive tendríamos un tercer elemento, ese médico que la encuentra en medio de la calle, cuando tiene otra crisis, y que le echará en cara su poca predisposición a una relación convencional, y le recrimina su forma de rehuir de los hombres.
El clímax final en el parque de atracciones abandonado —una imagen que atrae a Mary desde la lejanía, y de cuyo hechizo no podrá escapar— posee una intensidad apasionante. Los espectros, hasta ese instante, la acosaban de uno en uno, en breves instantes, para al final reunirse, en masa, en ese salón de actos, en una especie de plano premonitorio de una muy similar de El resplandor (The Shining, Stanley Kubrick, 1980).
Hasta ese momento, podría parecer que la película da a entender que la muchacha murió en la carrera inicial, y que todo lo demás, en cierta manera, es una ensoñación de su propia mente en el instante justo en el cual va a morir, tal como, después, sucede en La escalera de Jacob (Jacob’s Ladder, Adrian Lyne, 1990). Pero no es eso exactamente. Ya queda claro, en cierto sentido, por la perspectiva. Aunque la cinta, en su mayor parte, se plantea desde la perspectiva de Mary, no es del todo así, puesto que hay otros instantes desde otros puntos de vista, inclusive de los espectros, que nosotros a veces vemos sin que ella los perciba.
En realidad, Mary, una escéptica en el más allá, aun habiendo muerto, es renuente a incorporarse al mundo de las tinieblas, y por ello intenta seguir viviendo en esta realidad. Ella es un zombi, reacia a formar parte del mundo de los muertos (las visiones que se le aparecen, reclamándole que se incorpore a su tierra), pero también incapaz de seguir unida a un lugar que ya no es el suyo. Cuando al fin acepta ella, su rastro desaparece del sitio en el cual estaba, sus pies se disipan en la arena de la playa, y reaparece donde debía estar: muerta, en el coche.
Anécdotas
- Título alternativo: Corridors of Evil.
- Argentina: Carnaval de las almas. Título en México: Carnaval de almas.
- El ayudante de dirección es el posterior realizador Reza Badiyi, quien también hace un cameo como el vendedor de billetes de autobús.
- El agente de la protagonista se negó a representarla nunca más tras verla en el film.
- Hay una versión coloreada, y otra adaptada a 3D.
- Algunas partes de la película están teñidas de forma similar a las películas mudas. Cuando Mary está en uno de sus estados mentales alterados, la imagen tiene un tenue tinte cian, mientras que todas las escenas «reales» son en blanco y negro puro. Más adelante en la película, los segmentos tintados también tienen el sonido y la imagen distorsionados.
- Su estreno en cines en 1962 fue un fracaso de taquilla. Las emisiones posteriores en la televisión por la noche contribuyeron a que se convirtiera en un film de culto.
- El hecho de no incluir un aviso de derechos de autor en las copias de la película hizo que ésta pasara automáticamente al dominio público en Estados Unidos.
- El parque de atracciones Saltair que aparece en la película se quemó en 1967. Fue reconstruido, a menor escala, en la década de 1980. Poco después, el Great Salt Lake creció y lo inundó. En 1993, el edificio fue remodelado y reabierto. Es sobre todo un pequeño local para actos musicales.
- La única persona que era intérprete profesional de la película fue Candace Hilligoss, a la que pagaron 2.500 dólares, y además fue su debut fílmico. Rechazó un papel en Violent Midnight (Richard Hilliard, 1963) —también de terror— para protagonizar esta película. No aceptó la oferta para aparecer en el remake la presente.
- Sidney Berger, que interpreta a John Linden, tiene un papel en el como policía. También fue profesor de teatro en la Universidad de Kansas y, con posterioridad, en la Universidad de Houston.
- La película se rodó en Salt Lake City, Utah, y Lawrence, Kansas, con tomas interiores en los estudios Centron de Lawrence. Centron era una empresa que producía películas industriales y educativas y cortometrajes de «orientación social» entre las décadas de 1950 y 1960. La mayor parte del personal técnico del film, incluidos el director Herk Harvey y el guionista John Clifford, eran empleados de Centron.
- Rodada con un presupuesto estimado de 30.000 dólares, y en el transcurso de tres semanas.
- Cuando el director Herk Harvey terminó la película, volvió a su trabajo original de hacer filmes industriales y de formación, viajando a Sudamérica. A su regreso, pidió a la distribuidora de Carnival of Souls, Herts-Lion, el cheque de los derechos de autor. El cheque fue devuelto y la empresa distribuidora cerró en 1964.
- A finales de los años ochenta, Candace Hilligoss escribió un tratamiento para una secuela de la película. Se lo llevó a Peter Soby Jr. y éste decidió producir un remake, Carnival of Souls [tv/dvd: El carnaval de las almas, Adam Grossman, 1998]. Hilligoss no participó en la producción.
- Otro remake, bastante libre como el previo, es la alemana Yella (2007), de Christian Petzold.
- Estrenada en Estados Unidos el 26 de septiembre de 1962, en la localidad de Lawrence, Kansas, en una premier, y después en programa doble con The Devil’s Messenger (1962), de Herbert L. Strock y Curt Siodmak. En España permaneció inédita hasta su edición en DVD en 2006, y ha tenido algunos pases especiales en cine.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: ****
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra
[1] Champlin, Charles: «The Reincarnation of ‘Carnival of Souls’». Los Angeles Times (19 de abril de 1990. Archivado a partir del original el 23 de mayo de 2019. Último visionado: 11/04/2022.
[2] También dirigió un episodio de una serie, Reading Rainbow (1983-2006) titulado «Bringing the Rain to Kapiti Plain» (1983), y en concreto el segmento denominado «Puddle Hopping». Se trata de una serie de carácter educativo-infantil, que durante una etapa fue presentada por LeVar Burton.
Maravillosa resena, Carlos! Millon de gracias.
Muy buena reseña- Película a reivindicar.