Anthony McCoy es un artista joven y prometedor que mantiene una relación con Brianna, otra artista, ya consagrada. Buscando nuevos retos a su arte, Anthony comienza a investigar en las leyendas urbanas, y descubre la de Candyman, un espectro del que, si repites su nombre en el espejo cinco veces, aparece en el reflejo y te mata.
Dirección: Nia DaCosta. Producción: Universal Pictures, Metro-Goldwyn-Mayer, BRON Studios, Monkeypaw Productions, Creative Wealth Media Finance. Productores: Ian Cooper, Jordan Peele, Win Rosenfeld. Productores delegados: Shauna Bryan, Jason Cloth, Aaron L. Gilbert, David Kern. Productora asociada: Catherine Hughes. Guion: Jordan Peele, Win Rosenfeld, Nia DaCosta, según el argumento de Bernard Rose, basado en los personajes de Clive Barker. Fotografía: John Guleserian. Música: Robert Aiki Aubrey Lowe. Montaje: Catrin Hedström. Diseño de producción: Cara Brower. FX: Luma Pictures, MadlyFX (accesorios especiales), Method Studios (efectos visuales & animación), J. Anthony Kosar (jefe del departamento de maquillaje especial / diseñador de efectos especiales de maquillaje / escultor de prótesis). Intérpretes: Yahya Abdul-Mateen II (Anthony McCoy), Teyonah Parris (Brianna Cartwright), Nathan Stewart-Jarrett (Troy Cartwright), Colman Domingo (William Burke), Kyle Kaminsky (Grady Greenberg), Vanessa Williams (Anne-Marie McCoy), Brian King (Clive Privler), Miriam Moss (Jerrica Cooper), Rebecca Spence (Finley Stephens), Carl Clemons-Hopkins (Jameson), Christiana Clark (Danielle Harrington), Michael Hargrove (Sherman Fields), Rodney L Jones III (Billy), Heidi Grace Engerman (Haley Gulick), Tony Todd (Daniel Robitaille / Candyman), Virginia Madsen (voz de Helen Lyle), Ireon Roach, Breanna Lind, Malic White, Sarah Wisterman, Sarah Lo, Mark Montgomery, Torrey Hanson, Cassie Kramer, Cedric Mays, Alec Silver, Hannah Love Jones, Genesis Denise Hale, J. Nicole Brooks, Pamela Jones, Tien Tran, Katherine Purdy, Mike Geraghty… Nacionalidad y año: Canadá, Estados Unidos 2021. Duración y datos técnicos: 91 min. color 2.39:1.
Cuando se estrenó la película Candyman, el dominio de la mente (Candyman, 1992) hubo cierta controversia sobre que la película mostraba elementos de racismo y estereotipos raciales. Bernard Rose, el director, declaró: «Tuve que ir y tener una serie de reuniones con la NAACP, porque los productores estaban muy preocupados, y lo que me dijeron cuando leyeron el guion fue “¿Por qué vamos a tener esta reunión? Sabes, esto es divertidísimo”. Su argumento era “¿Por qué un actor negro no debería ser un fantasma? ¿Por qué un actor negro no debería interpretar a Freddy Krueger o Hannibal Lecter? Si dices que no pueden serlo, es algo realmente perverso. Esta es una película de terror”». Por su parte, la actriz Virginia Madsen comentó en aquel entonces: «Estaba y ahora estoy preocupada por cómo responderá la gente. No creo que a Spike Lee le guste esta película».
Años después, Jordan Peele, la gran esperanza negra en el cine de mensaje de integración con una burda excusa de género, ha tomado el mito y ha perpetrado una secuela de ese film ―ignorando las entregas dos y tres que tuvo―. El cine de Peele, salvo excepciones, ha mantenido el concepto del «mensaje» en un burdo primer plano, restregándolo contra la cara del espectador hasta hacerlo sangrar, y olvidándose por el camino del concepto de «cine de género» que regía el origen del producto. Aquí, no se sabe si ha tenido un conato de tacto, se ha equivocado, o bien sus colaboradores han sabido sobrepasar esas limitaciones ideológicas. El caso es que este Candyman (Candyman, 2021) funciona. Y muy bien.
El guion de este nuevo film corre a cargo del propio Peele, pero acompañado de otras dos personas. Una de ellas es Win Rosenfeld, habitual colaborador suyo, por lo general en el campo de la producción, si bien en el del guion ha participado en la nefasta serie The Twilight Zone (The Twilight Zone, 2019-2020), en concreto con el episodio “The Who of You”. La otra guionista es Nia DaCosta, que además ha dirigido la película. Con anterioridad, DaCosta dirigió dos cortometrajes, escrito otros dos, y escribió y dirigió el thriller criminal Little Woods (2019), con el que ganó el Nora Ephron Prize en el Tribeca Film Festival. Ahora está dirigiendo Capitana Marvel 2 (The Marvels, 2022) y tiene en perspectiva hacer The Lincoln Conspiracy, sobre el asesinato del presidente. No cabe duda que el plato fuerte de esta película es ella.
Candyman, versión 2021, comienza con un breve flashback ambientado en los años setenta del pasado siglo, y después pasa a la actualidad. Es decir, lo acontecido en el film de Bernard Rose ya ha acontecido. El protagonista es Anthony McCoy, el adorable bebito que iba a ser sacrificado por Candyman, y que es salvado por Helen. Ahora es todo un mocetón, que se dedica al arte, y tiene como amante a una artista ya afincada en el ambiente. Los inicios de la cinta se centran en presentar a los personajes y describir el entorno en que se mueven los artistas, así como la investigación que comienza a efectuar Anthony sobre los contextos segregados de la ciudad. Es posible que esa parte impaciente a gran cantidad de espectadores actuales, aunque a mí se me ha hecho la mar de interesante.
Después, poco a poco, el mito va violentando la cotidianidad de los personajes y se posesiona de estos. Si el film precedente de Bernard Rose utilizaba una breve excusa social para plantear una cinta de género convencional, aquí, el equilibrio entre forma y fondo es perfecto, y es al mismo tiempo una película de tesis como de terror. A lo largo de la historia se citan varios elementos de la cinta de Rose, pero alterados, no tanto como para aprovecharse de lo que interesa y variar lo que no, sino para constatar el hecho de que las leyendas urbanas siguen vivas y van cambiando a medida que pasan de persona en persona. De hecho, tal como está planteada la película, es una secuela a la anterior, también un remake libre, así como un reboot.
En lo que respecta a remake, si analizamos a fondo la historia, es prácticamente la misma del film anterior, pero con elementos variados. Así, Anthony toma el papel de Helen: si ella efectuaba un estudio de las leyendas urbanas para su tesis universitaria, aquí Anthony hace lo mismo con destino a su obra pictórica. Y Anthony sufre un itinerario similar al de Helen, solo que más doloroso, pero con similar destino. Incluso tenemos una escena análoga, la de la cena con los pijos, en el primer film procedentes del ambiente universitario, aquí, del artístico.
En lo que se refiere a reboot, sin ser muy explícito sobre el final, este queda planteado para seguir narrando historias de Candyman. Además, se puede prescindir de Tony Todd, muy mayor para el papel, al fin y al cabo, y contar a partir de ahora con un nuevo monstruo, que puede ser el de esta misma película u otro, puesto que se da campo abierto para explorar nuevas vías.
Pero lo realmente interesante de este Candyman es la puesta en escena de Nia DaCosta, plena de estilo y personalidad. Cabe destacar la forma esquinada de rodar los asesinatos, de forma elíptica o encubierta, con la cámara fija en un sitio y todo aconteciendo en of visual y sonoro, o desde muy lejos ―la escena en plan 13, rue del Percebe―. Además, algunos de los crímenes están rodados en un entorno que les confiere un atractivo especial, como el primero, que acontece en una galería de arte, u otros, en casas con diseños artísticos de vanguardia. De igual manera, se aprovecha de maravilla el detalle de que Candyman surja por medio de los espejos, y se maneja muy bien este mecanismo para crear atmósfera y un tono de inquietud planteados con nervio. La intensidad y mano firme con las que DaCosta dirige el film demuestra que estamos ante una cineasta que sabe lo que se hace y, si no es contaminada por la industria comercial, pude deparar grandes cosas.
Candyman, de esta manera, se convierte en un film de terror con estilo y personalidad, y además con un planteamiento social que siempre está patente, pero al tiempo carece de la burda explicitud que suele tener muchas veces el cine de mensaje, sabiendo equilibrar, como se dijo al principio, lo que se cuenta y cómo se cuenta. Al tiempo que se plantea cómo, aún a día de hoy, la gente de color es rechazada socialmente por los blancos ―«les gusta lo que hacemos, pero no nosotros»―, también genera una reflexión sobre la hipocresía del mundo del arte, por medio de ese galerista estúpido, o de la crítica que cambia de opinión según vea una conveniencia monetaria de por medio.
¿Qué hará Nia DaCosta con una película de superhéroes de la Marvel? He ahí la gran incógnita, y la que nos puede confirmar si estamos ante una autora con mayúsculas o, si por el contrario, será absorbida por los ejecutivos de siempre y convertida en un pelele sin personalidad para hacer productos sin alma. La respuesta, si las cosas no se desvían por culpa del covid, la tendremos en noviembre de 2022.
Anécdotas
- En el Palm Springs International Film Festival de 2021 Nia DaCosta fue premiada con el galardón «director a seguir».
- Vanessa Williams también aparecía en la película original. Tony Todd también aparece, repitiendo su mítico papel. También repite Virginia Madsen, pero solo por medio de la voz.
- Lakeith Stanfield fue considerado para el papel de Anthony McCoy, pero rechazó la oferta por Judas y el Mesías Negro (2021).
- En principio, Jordan Peele debía escribir y dirigir el film.
- Estrenada en Canadá y Estados Unidos el 27 de agosto de 2021. En España se estrenó el mismo día.
Bibliografía
“Lo prohibido”. En Libros de sangre II; por Clive Barker; prólogo de Jesús Palacios; traducción de Marta Lila Murillo. Madrid: Valdemar, 2017. Colección: Gótica; nº 108. [Este tomo reúne los volúmenes IV, V y VI de la edición original]. T.O.: “The Forbidden” (Sphere, 1985).
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: ****
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra