Cuando Sir Arthur Conan Doyle publicó su novela Un estudio en escarlata (A Study in Scarlet) en el Beeton’s Christmas Annual en 1887 dio lugar a uno de los personajes más míticos de la historia de la literatura… y el cine. En efecto, Sherlock Holmes es una de las figuras más fértiles que han aparecido dentro del Séptimo Arte, en dura pugna con Drácula, Tarzán y Jesucristo. En esta ocasión, sin embargo, nos centraremos en un período muy concreto…
Las últimas aventuras que había ofrecido la pantalla sobre la figura de Sherlock Holmes habían aparecido en 1937, procedentes de Alemania e Inglaterra, encarnado por actores como Arthur Wontner (protagonista de un ciclo el que más adelante nos ocuparemos) o Herman Speelmans. Solo habría dos años de descanso, cuando en 1939 una nueva productora decidió echar el ojo sobre la creación de Conan Doyle. Ese año, la 20th Century Fox ofrece The Hound of the Baskervilles. Era, desde luego, una adaptación de la novela publicada originalmente por partes en el Strand Magazine entre agosto de 1901 y abril de 1902. La estrella principal del film fue Richard Greene (1) encarnando a Sir Henry Baskerville. Pero el público se fijó, obvio es, en el actor que encarnaba a Sherlock Holmes: Basil Rathbone.
Basil Rathbone nació el 13 de junio de 1892 en Johannesburgo, África del Sur, y fallecería el 21 de julio de 1967 en Nueva York, víctima de un ataque al corazón. A los tres años de edad, la familia Rathbone ha de huir por ser acusado el padre de espía británico por parte de los Boers, y se afincan en Inglaterra. Durante sus estudios en la Repton School, el joven Basil se interesa por los deportes y el teatro, y tras la graduación decide seguir esa última carrera. Sin embargo, su padre le insta a trabajar, al menos un año, en algún otro cometido, con el fin de que el joven olvide esas fantasías; Basil trabaja durante un año, pues, en una compañía de seguros, y justo después contacta con un primo suyo que trabaja en una compañía shakespeariana. Su trabajo en teatro se dispara, y en 1915 debe servir en el ejército durante la Primera Gran Guerra, recibiendo la Cruz Militar por su valentía. Después prosigue su carrera en el teatro, y a principios de los veinte debuta en Broadway y en el cine, en este último con el film Innocent (1921), de Maurice Elvey.
Durante la década de los veinte Rathbone alternará sus actuaciones entre Broadway y Londres, sin olvidarse del cine. En los años treinta se afinca en Estados Unidos, definitivamente, y ahí se convierte en un fijo del cine de Hollywood. En esa década ya comienza a destacar con papeles importantes en filmes como David Copperfield (The Personal History, Adventures, Experience, and Observation of David Copperfield, the Younger), de George Cukor, Ana Karenina (Anna Karénina), de Clarence Brown, Los últimos día de Pompeya (The Last Days of Pompeii), de Ernest B. Schoedsack, Merian C. Cooper y Lothar Mendes, donde encarna a Poncio Pilatos, El capitán Blood (Captain Blood), de Michael Curtiz, o Historia de dos ciudades (A Tale of Two Cities), de Jack Conway, todas en 1935. Pronto se convertirá en un malvado esencial para el cine de aventuras, a lo cual ayuda su enorme capacidad en el manejo de la espada, de la cual será un maestro.
Rathbone y Errol Flynn en Robín de los Bosques
En contraposición a otros actores, Rathbone no se afilia a una productora, y trabaja por libre, yendo de una a otra según le llamen. En 1939 trabaja para la Universal encarnando a un descendiente del Barón en La sombra de Frankenstein (Son of Frankenstein), de Rowland V. Lee, y con ésta se convertirá igualmente en un mito del cine de terror, desarrollando una carrera paralela dentro de ese género. Inmediatamente después, la Fox le llama para The Hound of the Baskervilles [tv/dvd/bd: Sherlock Holmes y el perro de los Baskerville, 1939], y su nombre queda indisolublemente unido al de Sherlock Holmes, compartiendo podio solo con Peter Cushing y Jeremy Brett (el puesto en ese podio es constante tema de disputa, sosegada o no tanto, entre los aficionados sherlockianos).
Si Rathbone es contratado como Sherlock Holmes, en el papel de su insparable Dr. Watson tendremos a Nigel Bruce. Este nacería el 14 de febrero de 1895 en Ensanada, una localidad de la Baja Ensenada de México, y fallecería el 8 de octubre de 1953 en Santa Monica, California, de un ataque al corazón, igual que sucedería con Rathbone. Su debut en el cine acontecería en 1929 con Red Aces, dirigida por Edgar Wallace (sí, el famoso escritor de novelas de misterio y co-partícipe en el guion de King Kong), y tras trabajar en Inglaterra se traslada a los Estados Unidos. Pronto ahí será un sólido secundario, principalmente en películas de aventuras, donde por lo general encarna a militares británicos. Al contrario que con Rathbone, su asociación con el doctor Watson no ha deparado tantos entusiasmos entre muchos seguidores del Canon. Entendámonos: Nigel Bruce fue un actor excelente, y que en el ciclo fue instado a interpretar de un modo concreto, algo que cumplió; el Watson que aportó la pantalla en esta saga era un Watson torpe, simple, de escasas luces; en cierto modo, representaba al público –qué idea del público tenían los guionistas, vaya-, para que Holmes le explicase –a Watson, a ese público- lo que estaba sucediendo. El Watson de Doyle no era un tonto, precisamente, pero la imagen que ofreció Bruce se institucionalizó tanto como el celebérrimo “Elemental, querido Watson” que jamás se pronuncia en la obra de Conan Doyle, y que procede igualmente de estas películas.
Así pues, como dijimos, se estrena The Hound of the Baskervilles, dirigida por Sidney Landfield, y el éxito es tremendo. No así en España, donde no es autorizada, acaso por la alusión a la adicción a las drogas que tiene Holmes –alusión eliminada con posterioridad en las copias de re-estreno, y no reincorporada hasta una restauración habida en 1975-. La película no se vería en España, pues, hasta un ciclo televisivo del personaje, y donde fue exhibida como Sherlock Holmes y el perro de los Baskerville, y luego se ha editado en DVD en una espléndida edición, y luego en BD. La película se muestra aceptablemente fiel a la novela, siendo el cambio más llamativo el del nombre del mayordomo, cambiándose a Barryman el original literario de Barrymore, por ser éste un apellido demasiado popular en Estados Unidos por la mítica familia de actores que detenta ese patronímico.
Sherlock Holmes contra Moriarty. En medio, entre ambos detectives, Ida Lupino
Una inmediata secuela se plantea, y el resultado, curiosamente, sí podemos verla en España: Sherlock Holmes contra Moriarty (2) (The Adventures of Sherlock Holmes), se estrena ese mismo año, dirigido por Alfred L. Werker. Curiosamente, esta vez no se parte de ninguna novela –ni relato- de Conan Doyle, sino de la obra de teatro Sherlock Holmes (1899) debida al escritor y actor William Gillette, y la cual sería tan importante, en tiempos, para el estereotipo del personaje como las creaciones originales, o los dibujos de Sidney Paget, si bien la adaptación será de lo más libérrima. A nuestros dos amigos acompañan en el reparto la hermosa Ida Lupino y el impresionante George Zucco como el pérfido profesor Moriarty.
Tras este díptico, Rathbone y Bruce proseguirían sus carreras en otras muchas películas. Según parece, la Fox ya no estaba interesada en proseguir el ciclo, y tras una negociación pasa los derechos a otra productora, la Universal, famosa por su ciclo de cine de terror, que ya en los cuarenta languidecía. Así pues, tras ese díptico, se inicia un nuevo ciclo, este mucho más extenso. La característica fundamental con sus precedentes es que, si las producciones Fox respetaban la ambientación de época característica de las novelas, y que en gran medida es la que otorga de magia y fascinación a las películas del personaje, la Universal decidió trasladar la acción a la época actual de rodaje.
Sherlock Holmes and the Voice of Terror
La primera película del ciclo será Sherlock Holmes and the Voice of Terror (3), dirigida en 1942 por John Rawlins con un evidentísimo tono de cine de serie (4), aprovechando incluso planos de otras películas, como el accidente ferroviario, que procede de El hombre invisible (The Invisible Man, 1933). No solo se había trasladado la acción al presente (de aquel momento) sino que se había introducido en tiempos bélicos, ofreciéndose un típico film de propaganda de la época. Se suponía que la historia estaba inspirada en el relato de Conan Doyle “Su último saludo” (“His Last Bow”, Strand Magazine, septiembre de 1917), pero los cambios perpetrados lo hacían prácticamente irreconocible, consiguiendo un arranque del ciclo poco valioso.
La segunda entrega del ciclo será Sherlock Holmes and the Secret Weapon, también de 1942, y esta vez dirigida por Roy William Neill, el realizador más activo del mismo, pues a partir de ahora se hará cargo de éste hasta su finalización. Una vez más se halla inmersa en período bélico, por lo cual la censura española lo prohibió, pues el régimen franquista apoyaba al nazismo (5). Esta vez, el mismo profesor Moriarty (ahora encarnado por Lionell Atwill) sirve a la causa nazi, y otro personaje propio de las historias de Conan Doyle, el torpe inspector Lestrade, hace su aparición, encarnado por el actor Dennis Hoey, quien aparecerá ocasionalmente a lo largo del ciclo. De nuevo la película se basa libérrimamente en un relato de Doyle, “La aventura de los bailarines” (“The Adventure of the Dancing Men”, Strand Magazine, diciembre de 1903), y el ingenio citado en el título acerca la historia casi al terreno de la ciencia ficción.
Nuestro perspicaz detective se acerca hasta los Estados Unidos en Sherlock Holmes en Washington (Sherlock Holmes in Washington, 1943), la primera película del ciclo Universal en estrenarse en España. Si el ambiente victoriano desaparecía, aquí inclusive lo hacía el contorno londinense, y quedaba ya casi patente que el ciclo era de Sherlock Holmes porque así lo rezaban los créditos y así se denominaba al personaje, pero inclusive las deleitables deducciones holmesianas hacían poco acto de aparición en la película. Si en la segunda película del díptico Fox aparecía George Zucco encarnando a Moriarty, aquí hará de nuevo aparición el actor, pero dando vida a otro personaje (6). Esta vez no se acredita historia de Doyle alguna, y los guionistas Bertram Millhauser y Lynn Riggs son responsables totales de los resultados.
Ese mismo año Sherlock Holmes desafía a la muerte (Sherlock Holmes Faces Death). Parecía claro que el tono de las historias poco tenían que ver con los originales, así pues, a partir de esta película, se varía este para aproximarlo más a los relatos de Conan Doyle o, al menos, para pergeñar historias con un tono más próximo al cine de misterio. Será a partir de aquí que el nivel irá subiendo de manera progresiva. De nuevo tenemos a Dennis Hoey como inspector Lestrade para ser humillado por las lecciones de deducción de Holmes.
Continuará…
NOTAS:
(1) Greene se haría después famoso por dar vida a otro mito, Robin Hood, en diversas series y películas. También encarnaría a Sir Nayland Smith, evidente imitación de Sherlock Holmes por parte de Sax Rohmer, y némesis del pérfido Fu-Manchú en la saga de películas de Christopher Lee.
(2) En el referido ciclo televisivo la película se re-titulará Las aventuras de Sherlock Holmes.
(3) Inédita en España, no será vista hasta ese ciclo televisivo como Sherlock Holmes y la voz del terror; en vídeo, DVD y BD ha sido editada con igual título.
(4) No conviene confundir el “cine de serie” con el “serial”. Los seriales eran películas que se rodaban por capítulos con destino a los cines; cada capítulo duraba unos veinte minutos, y finalizaban siempre con un cliffhanger, esto es, con los protagonistas inmersos en un peligro del que parecía imposible salir, y siempre solventado en el capítulo siguiente; los seriales solían alcanzar entre doce y quince capítulos, si bien en España se remontaban al modo de dos o tres largometrajes denominados “jornadas”. El cine de serie, por el contrario, era cine de bajo presupuesto, de una duración aproximada de una hora, y protagonizado por un actor fijo, por lo general en los wésterns, como Rex Ritter, Tim McCoy o John Wayne antes de Las diligencia, o, en otros géneros, como el policíaco, centrados en un personaje fijo, así Dick Tracy, Charlie Chan, Mr. Moto o Bulldog Drummond.
(5) Tampoco será vista hasta ese ciclo televisivo como Sherlock Holmes y el arma secreta; en vídeo, DVD y BD ha sido editada con igual título.
(6) El doblaje español de la época de estreno, sin embargo, convirtió al personaje en Moriarty. Las copias que circulan hoy día disponen de doblaje nuevo, proveniente de ese ciclo televisivo, y el nombre original ha sido restituido.