Metrópolis está siendo asolada por una ola de crímenes. Los causantes son Lex Luthor y su banda, que hacen uso de las invenciones del genio del mal para perpetrar los delitos, como una máquina que teletransporta a los delincuentes para huir del lugar del crimen. Superman intentará desbaratar los planes y atrapar a Luthor…

Dirección: Spencer Gordon Bennet. Producción: Sam Katzman Productions para Columbia Pictures. Productor: Sam Katzman. Guion: David Mathews, George H. Plympton, Joseph F. Poland, según los personajes creados por Joe Shuster y Jerry Siegel. Fotografía: Ira H. Morgan. Dirección musical: Mischa Bakaleinikoff, según temas compuestos por David Raksin, Miklós Rózsa, Marlin Skiles. Montaje: Earl Turner. Dirección artística: Paul Palmentola. FX: Howard Swift (efectos de animación). Intérpretes: Kirk Alyn (Superman / Clark Kent), Noel Neill (Lois Lane), Lyle Talbot (Luthor / Atom Man), Tommy Bond (Jimmy Olsen), Pierre Watkin (Perry White), Jack Ingram (Foster), Don C. Harvey (Albor), Rusty Wescoatt (Carl), Terry Frost (Baer), Wally West (Dorr), Paul Stader (‘Killer’ Lawson), William Fawcett (alcalde de Metropolis), Nelson Leigh (Jor-El), Luana Walters (Lara), George Robotham, Robert Barron, Stanley Blystone, Marshall Bradford, Jack Chefe, Tommy Farrell, Edward Hearn, Knox Manning, Guy Teague… Nacionalidad y año: Estados Unidos 1950. Duración y datos técnicos: 252 min. – B/N – 1.37:1 – 35 mm.

 

El éxito de Superman (1948) condujo a una secuela titulada Atom Man vs. Superman (1950), que supondría el serial número 43 por parte de la Columbia, y que representa el regreso de los cuatro actores que encarnaban a los personajes fijos del universo del Hombre de Acero en la entrega previa, amén de considerarse el serial con mayor taquilla conseguida de todos. Y esta vez, al fin, incorporaba como villano a Lex Luthor, el rival número uno de Superman, tal como el Joker lo es de Batman o, dentro de la franquicia Marvel, el Duende Verde lo es de Spider-Man.

Lex Luthor apareció por primera vez en el número 23 de Action Comics, correspondiente a abril de 1940, creado por Siegel y Shuster. Inicialmente se mostró con una pelambrera pelirroja, hasta que asomó calvo por desliz de alguno de los ilustradores (ese error suele ser atribuido a Leo Novak), y desde entonces esa imagen se hizo iconográfica (aunque en ocasiones se le exhibe luciendo peluca, muchas veces pelirroja).

En el serial, el personaje de Luthor es interpretado por Lyle Talbot, un excelente actor que en los años treinta tuvo su eclosión, siendo coprotagonista junto a Spencer Tracy del clásico 20.000 años en Sing Sing (20,000 Years in Sing Sing,1932), de Michael Curtiz. Sin embargo, en los cincuenta su estrella había decaído, y en esa época llegó a trabajar con el «mítico» Ed Wood. También apareció en Batman y Robin, interpretando al comisario Gordon, luciendo cabello y un elegante bigote; aquí, para encarnar a Luthor, le fue colocado un aplique para simular la alopecia. Pese a que el personaje ya había aparecido calvo en los cómics, el aspecto concreto de Talbot sirvió después para diseñarlo en las historietas a partir de los sesenta. El actor realiza una sólida interpretación del megalómano, y puede considerarse que es lo mejor, con diferencia, del serial, otorgando intensidad y fuerza a su cometido, y además sin chistecitos.

Los efectos de vuelo (y otros trucajes, como un platillo volante, un misil u otros elementos) se volvieron a efectuar, como en el serial anterior, por medio de dibujos animados (y muchas de las tomas eran replicadas de allí); sin embargo, aparte de esos planos generales del cielo con Superman ilustrado, se decidió incluir algunas imágenes más cercanas con Kirk Alyn, simulando que volaba. El efecto, muy obvio, se realizaba con Alyn de pie, y la cámara girada noventa grados; se situaba tras él un ciclorama de un fondo pasando, se le ponía un ventilador para agitar los cabellos y humo para simular las nubes que pasaban.

Aparte de esos planos de vuelo reciclados, el serial expone bastantes imágenes más del anterior, amén de gran parte de los momentos que transcurren en Krypton, por medio de una narración que hace Luthor, quien ha averiguado todo ello de una forma inverosímil. También se retoman bastantes planos de la película Avenging Waters (1936), un wéstern con Ken Maynard dirigido por Spencer Gordon Bennet, responsable del presente.

El guion es tan tramposo y torpe como en la entrega previa, y está plagado de lagunas, resoluciones caprichosas, y de vueltas constantes sobre los mismos trucos para dilatar el metraje; llega un momento en que nada importa lo que sucede, porque los guionistas lo resolverán del modo en que les venga en gana, sin seguir los dictados de la lógica ni la coherencia interna, y los personajes actúan de un modo absurdo e incompresible para caer en los más retorcidos peligros. Durante gran parte del metraje se nos intenta hacer creer que Atom Man y Lex Luthor son dos personajes diferentes, pese a que resulta obvia hasta para un niño la doble identidad desde un inicio (cuando asume el rol de Atom Man va provisto de un enorme y grotesco casco iridiscente)[1]. También en un determinado momento Superman hace pasar una piedra normal y corriente por kryptonita para engañar a Luthor; varios episodios después, este comenta: «Cuando tuve la kryptonita en mi poder pude analizarla». Y es capaz de reproducirla creando una versión sintética.

Sin embargo, la historia ofrece ciertos detalles de interés, no por sí mismos, sino por lo que tienen de precursores. En un momento dado, mientras Superman recibe un homenaje público, los villanos le someten a kryptonita sintética, exactamente igual a como sucederá en Superman III. Luthor, además, logra disgregar a Superman y enviarlo a un sitio que denomina «vacía condenación», y que tiene gran similitud con la Zona Fantasma de los comics, que aparecería por vez primera en el Adventure Comics nº 283 (abril de 1961), creada por Robert Bernstein y George Papp. Por último, mientras está en esa «zona crepuscular», Superman logra conectar de algún modo con la nuestra, apareciendo ligera y ocasionalmente, y consiguiendo el contacto con Lois, en unos instantes que hacen rememorar el cómic Watchmen (1986-1987) de Alan Moore y Dave Gibbons, con respecto a la reintegración del Doctor Manhattan.

Lois Lane aparece algo más agradable que en el serial previo, aunque no mucho, la verdad, y a ella se une Perry White en lo que a cabezonería y estrechez de miras se refiere. Alyn parece algo más seguro y firme con sus personajes, y Tommy Bond sigue resultando insoportable.

 

Anecdotario

  • Títulos de los capítulos: 1: «Superman Flies Again». 2: «Atom Man Appears!». 3: «Ablaze in the Sky!». 4: «Superman Meets Atom Man!». 5: «Atom Man Tricks Superman». 6: «Atom Man’s Challenge». 7: «At the Mercy of Atom Man!». 8: «Into the Empty Doom!». 9: «Superman Crashes Through». 10: «Atom Man’s Heat Ray». 11: «Luthor’s Strategy». 12: «Atom Man Strikes!». 13: «Atom Man’s Flying Saucers». 14: «Rocket of Vengeance». 15: «Superman Saves the Universe».
  • En el primer capítulo, la imagen de Luthor destruyendo el puente es una grabación real del de Tacoma Narrows, inaugurado en 1940 (también conocido como «Galloping Gertie»). Las imágenes utilizadas son las del viaducto en sus últimos momentos antes de su colapso el 7 de noviembre de 1940.

  • Luthor utiliza una siniestra máscara confeccionada a partir de un disfraz del robot denominado «Hombre de Metalógeno» y que salía en el serial The Monster and the Ape (1945), de Howard Bretherton.
  • Segundo y último de los seriales dedicados al personaje de Superman. El superhéroe volvería a aparecer en la pantalla de los cines en la película Superman and the Mole-Men (1951).
  • Estrenado en Estados Unidos a partir del 20 de julio de 1950. En España nunca se ha visto.

 

Luis Alboreca Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: **

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra

 

[1] En el serial de radio también existió un Atom Man, un villano nazi que tiene los mismos poderes de Superman. En muchas fuentes se menciona que el serial adapta esta aventura radiofónica, aunque no parece que tengan muchas similitudes.