Londres, 1888. Misteriosos asesinatos de prostitutas están aconteciendo en Whitechapel. Un comité de vecinos acude a Sherlock Holmes para solicitarle que investigue, dado que la policía no se esfuerza demasiado.
Dirección: Bob Clark. Producción: Canadian Film Development Corporation (CFDC), Famous Players, Highlight, Murder by Decree Productions. Productores: Bob Clark, René Dupont, Robert A. Goldston. Productor delegado: Len Herberman. Guion: John Hopkins, basado en los libros The Ripper File de Elwyn Jones y John Lloyd y Jack the Ripper: The Final Solution de Stephen Knight, a partir de los personajes de Arthur Conan Doyle. Fotografía: Reginald H. Morris. Música: Paul Zaza, Carl Zittrer. Montaje: Stan Cole. Diseño de producción: Harry Pottle. FX: Michael Albrechtsen (efectos especiales), Cliff Culley (supervisor de efectos visuales). Intérpretes: Christopher Plummer (Sherlock Holmes), James Mason (Dr. Watson), David Hemmings (inspector Foxborough), Susan Clark (Mary Kelly), Anthony Quayle (Sir Charles Warren), John Gielgud (primer ministro Lord Salisbury), Frank Finlay (inspector Lestrade), Donald Sutherland (Robert Lees), Geneviève Bujold (Annie Crook), Chris Wiggins (doctor Hardy), Tedde Moore (Mrs. Lees), Peter Jonfield (William Slade), Roy Lansford (Sir Thomas Spivey), Catherine Kessler (Carrie), Ron Pember (Makins), June Brown (Annie Chapman), Hilary Sesta (Catherine Eddowes), Betty Woolfe (Mrs. Hudson), Iris Fry (Elizabeth Stride), Geoffrey Russell (secretario del interior Henry Matthews), Victor Langley (príncipe de Gales), Pamela Abbott (princesa Alexandra), Robin Marchal (duque de Clarence ‘Eddy’), Ken Jones, Terry Duggan, Anthony May, Peggy Ann Clifford, Ann Mitchell, Katherine Stark, Elaine Ives-Cameron, Stella Courtney, Judy Wilson, Roy Pattison, Richard Pescud, Pat Brackenbury, Dan Long, Michael Cashman, John William Ault, Tony Clarkin, Peter Dean, John Dunbar, Norman Gay, Barrie Holland, Jim McManus, John Tatham… Nacionalidad y año: Canadá, Reino Unido 1979. Duración y datos técnicos: 124 min. – Metrocolor – 1.85:1 – 35 mm.
Aunque en la literatura de Sir Arthur Conan Doyle este nunca hizo que su detective Sherlock Holmes investigara los crímenes de Jack el Destripador, otros muchos escritores de pastiches han desarrollado ese enfrentamiento[1]. En cine, este incidente ya tuvo lugar en Estudio de terror (A Study in Terror, James Hill, 1965), y en Asesinato por decreto (Murder by Decree, 1979) también se produce, aunque con distinta trama (salvo algunos hechos históricos, que obviamente se repiten) y otro asesino. El guion fue escrito por el autor teatral John Hopkins, quien trabajó de manera abundante en televisión, así en la serie Z-Cars (1962-1978), que tendría diversos spin-offs, entre ellos la miniserie Jack the Ripper (Gilchrist Calder, Leonard Lewis, David Wickes, 1973)[2] con guion de Elwyn Jones y John Lloyd, quienes luego volcaron su investigación en el libro The Ripper File[3], en el cual se basa el presente film. Otra de las fuentes utilizadas fue el ensayo Jack the Ripper: The Final Solution[4] de Stephen Knight[5], donde planteaba que los asesinatos del Destripador formaban parte de una conspiración entre los masones y la familia real británica, si bien esa tesis no fue aceptada por los historiadores[6]. Curiosamente, los créditos iniciales lucen el rótulo «Original Screenplay» junto al nombre de Hopkins, y en los títulos finales consta el hecho de estar basado en el libro de Jones y Lloyd, pero no se menciona el de Knight.
Esta trama de los crímenes del Destripador es glosada a través de la investigación que efectúan Holmes y Watson; oficialmente, la pesquisa es llevada por el inspector Foxborough y por Lestrade, quienes desarrollan un trato bastante cordial con los detectives, mientras se producen las interferencias de Sir Charles Warren, el comisario de policía, personaje real cuya actuación resultó bastante polémica (y no fue la única a lo largo de su vida). Aquí la relación entre Holmes y Watson se ve mostrada en un plano de mayor igualdad (James Mason se negó a interpretar a un doctor tontorrón) y en los momentos finales del film se trasluce una amistad franca y plagada de afecto, y les vemos a lo largo del metraje bromear juntos. En el plano de investigación, Watson hace interesantes deducciones, aunque cabe referir que las de Holmes se hallan carentes de las clásicas dotes metódicas de las que suele hacer alarde, desentrañando lo acontecido con sucesivas entrevistas, más que nada.
El director es Bob Clark, un personaje de lo más peculiar. A principios de los setenta dirigió un trío de películas de terror que no carecen de prestigio, Children Shouldn’t Play with Dead Things [vd: La noche de los muertos vivientes II; tv: La noche de los muertos, 1972], Dead of Night [vd/tv/dvd: Crimen en la noche, 1974] y Black Christmas [vd/tv: Navidades negras, 1974], pero por lo demás ha efectuado una carrera variada, resaltando en especial comedias, como la saga iniciada con Porky’s (Porky’s, 1981), pero, por ejemplo, también tiene una muy sólida cinta de temática familiar-navideña, Historias de Navidad (A Christmas Story, 1983). Asesinato por decreto no puede ser considerada una cinta de terror, por la amplia trama que dedica a la investigación, pero los momentos de los crímenes resultan inquietantes: los planos en que aparece el coche de caballos a cámara lenta parece presagiar la irrupción de algo anómalo, y los insertos del ojo del asesino, con la pupila dilatada hasta llenar por completo el iris[7], lo hace aparentar una criatura del averno.
Gran parte del film, si no toda, se focaliza de forma primordial en la dinámica que se establece entre Holmes y Watson. La relación entre ambos es una de las motivaciones que lo mueven, y perdería mucho de su interés sin ello. Sin lugar a dudas, en gran medida la potencia de la película proviene de la interpretación que ofrecen Christopher Plummer y James Mason de Sherlock Holmes y John H. Watson, respectivamente. Plummer aporta un Holmes reflexivo, pero al tiempo cordial, cercano. Hay un momento que insinúa que se va a volcar a la solución del siete por ciento, pero pronto la importancia del caso le hace concentrarse en él. Aunque, en cierta medida, hay veces en las cuales la gestualidad del actor recuerda un tanto a Peter Cushing. En cuanto a James Mason, pese a que resulta algo mayor para el personaje, si nos atenemos a la fecha y los escritos de Arthur Conan Doyle, para el que esto firma es perfecto, y el mejor doctor Watson, tal vez, de la historia del cine[8]. Lejos de la imagen de Nigel Bruce, que lo representó como alguien un tanto lerdo que necesita que Holmes le esté explicando todo de forma constante, aquí es un socio que participa en la investigación y ofrece apoyos y soluciones a esta.
Sin embargo, no sería justo referir que el film es solo eso. Por lo demás, los diferentes personajes aportan un excelente apoyo y, por ejemplo, se da una estupenda dinámica en la interacción entre la pareja de detectives con el inspector Foxborough (un excelente David Hemmings) y Lestrade. Este último se halla interpretado por Frank Finlay, quien ya le dio vida en Estudio en rojo; ahí lo encarnaba con el aire un tanto lerdo con el que por norma se le ha definido, y ciertamente estaba brillante tributando ese perfil; sin embargo, aquí no es tan limitado (aunque en un momento determinado Holmes y Watson bromean a costa de su brillantez) y el actor aporta un personaje algo más dinámico en el aspecto intelectual. El reparto se ve engalanado también con breves aportaciones de actores tan excelentes como Donald Sutherland (que encarna al vidente Robert Lees, que existió realmente, y aportó conclusiones a la investigación), Anthony Quayle como un incompetente Sir Charles Warren[9] y Sir John Gielgud (que da vida al primer ministro británico[10]).
La intriga criminal, aunque, tal como ya se ha referido, no hace uso de las clásicas dotes deductivas de Holmes, se muestra interesante. Hay un momento determinado en el cual el genio de Baker Street descubre los restos de un racimo de uvas junto a uno de los cadáveres, y sigue una pista a partir de ahí, pero Foxborough hace otro tanto. Un poco traído por los pelos, por lo demás, es la localización del texto sobre los «jubíos» y el punto exacto de la pared donde se borró. Se busca otorgar acción, como la impresionante persecución con el coche de caballos, o la lucha final, y en ese sentido se representa la habilidad en la lucha por parte de Holmes, alguno muchas veces olvidado, o su capacidad para el disfraz, que también aparece en el film, cuando se hace pasar por deshollinador para abordar a la esposa del vidente.
El diseño de producción es sencillamente brillante. Gran parte del film está rodado en escenarios reales londinenses, y los decorados de interiores reproducen con fidelidad el ambiente de la época. Los planos nocturnos de las callejuelas de Whitechapel están reconstruidos en los estudios Elstree, adornados de una perenne niebla, y además hay una soberbia maqueta de la ciudad en los planos de transición. La excelente fotografía de Reginald H. Morris (hermano del más reputado Oswald Morris, y habitual colaborador de Bob Clark) termina por potenciar la inmensa fuerza visual que detenta el film. La realización de Clark, por su parte, es efectiva y funcional, y se supedita a ilustrar la narración y dejar que los excelentes actores conduzcan la trama. El resultado es una de las mejores aportaciones de la filmografía sherlockiana.
Anecdotario
- Título en el Canadá francófono: Meurtre par décret.
- Título en Argentina: Asesinato por decreto. Títulos en México: Asesinato por decreto (cine) / Muerte por decreto (vídeo).
- Título en Estados Unidos: Sherlock Holmes and Saucy Jack.
- En los premios del cine canadiense Genie, en 1980, fue premiada en las categorías de director, mejor actor protagonista (C. Plummer), actriz secundaria (G. Bujold), montaje y música, y nominada en las de fotografía, montaje y sonido. Ese mismo año, en los premios Edgar Allan Poe el guionista fue nominado en la categoría de mejor película.
- El presupuesto valorado del film fue de cinco millones de dólares canadienses.
- Se rodó entre junio y agosto de 1978 en el Reino Unido, en diversas localizaciones de Londres, así como en Oakley Court, Windsor, Berkshire, y Twickenham, Middlesex, y en los estudios Elstree, también en Londres.
- En el guion original figuraban los nombres históricos reales de los sospechosos, Sir William Gull, primer barón de Brook Street, y John Netley, pero en la película se cambiaron por los de Sir Thomas Spivy y William Slade, respectivamente. El inspector Foxborough es ficticio, y está inspirado en el auténtico Frederick George Abberline, que fue quien se encargó de la investigación, aunque no se ha usado este sin duda por las derivaciones de la historia.
- En los textos de Conan Doyle se menciona la cojera de Watson, que es plasmada en el film por su uso del bastón. Pero en algunos relatos también (o en su lugar) se menciona una herida en el hombro, que aparece aquí cuando, al final, el doctor es herido ahí con un hierro al rojo.
- El barbudo primer ministro interpretado por John Gielgud está basado en Lord Salisbury (Robert Gascoyne-Cecil, tercer marqués de Salisbury), que tenía ese cargo en la época de los asesinatos de Jack el Destripador.
- John Gielgud dio voz a Sherlock Holmes en la radio en 1954, con Ralph Richardson como Watson.
- Peter O’Toole fue elegido originalmente para el papel de Sherlock Holmes, y Sir Laurence Olivier para el del Dr. Watson. Pero los dos actores no habían trabajado bien juntos en el pasado y no pudieron superar sus diferencias para esta película.
- Frank Finlay también interpretó al inspector Lestrade en Estudio de terror (A Study in Terror, James Hill, 1965), otra película que enfrenta a Sherlock Holmes con Jack el Destripador. Anthony Quayle también apareció en ambas películas, pero en papeles diferentes.
- Uno de los últimos actores contratados fue James Mason. El director Bob Clark tuvo que viajar a España, donde Mason estaba rodando otra película, para reunirse con él. Éste aceptó interpretar a Watson a condición de que fuera un personaje serio, no el tontorrón que era la norma. El intérprete reescribió dos escenas, incluida la famosa secuencia del guisante.
- Christopher Plummer era primo segundo de Nigel Bruce, que interpretó al Dr. Watson en la saga con Basil Rathbone.
- Christopher Plummer ya había interpretado a Sherlock Holmes en «Silver Blaze» (John Davies, 1977), un episodio de la serie The Sunday Drama, donde Thorley Walters hacía de Watson.
- La muerte de James Mason impidió una nueva reunión de Plummer y Mason como Holmes y Watson.
- Ese mismo año, Jack el Destripador apareció también en la deliciosa Los pasajeros del tiempo (Time After Time, Nicholas Meyer, 1979).
- Estrenada en Canadá el 1 de febrero de 1979, en España el 1 de octubre de 1979, en Barcelona, y el 8 de octubre de 1979 en el resto del país, y en el Reino Unido el 20 de marzo de 1980.
Bibliografía
The Ripper File; por Elwyn Jones y John Lloyd. Londres: Littlehampton Book Services Ltd., 1975.
Jack the Ripper: The Final Solution; por Stephen Knight. Londres: George G. Harrap & Co Ltd., 1976.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: ****
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra
[1] Para los precedentes, consúltese la reseña de la película Estudio de terror.
[2] Está protagonizada igualmente por dos detectives de ficción, Charles Barlow y John Watt, aparecidos en un inicio en la serie Softly Softly (1966-1969), y luego en otras más. La actriz Hilary Sesta interpretaba a Catherine Eddowes tanto en la serie de la BBC como aquí.
[3] La serie ofrecía a Barlow y Watt discutiendo en la actualidad (del rodaje) las diversas teorías y sospechosos, mientras se mostraban imágenes dramatizadas de los sucesos; la conclusión determinaba que no había suficientes datos y pistas para deducir quién fue Jack el Destripador. El libro se centra en glosar literariamente ese diálogo.
[4] El libro fue adaptado como documental televisivo con la producción australiana Jack the Ripper: The Final Solution (1980). Se puede ver como extra escondido en la edición en DVD de dos discos de From Hell.
[5] Por supuesto, no está publicado en España. Sí lo está, en cambio, una novela suya, Réquiem en Rogano (Requiem at Rogano, 1979); traducción de Alberto Cousté. Barcelona: Bruguera, 1982. Colección: Naranja; nº 46 – Serie Misterio; nº 15. Está protagonizada por un detective de Scotland Yard, Reginald Brough, pero las resonancias sherlockianas son evidentes.
[6] De todas maneras, otros ensayos se hicieron eco de ello, y también sirvió de base para el cómic de Alan Moore From Hell.
[7] De la película existen diversos montajes, con unas escenas ausentes o presentes según la copia. En una de ellas se explicaba que el asesino se drogaba con láudano, lo cual producía ese efecto en el ojo.
[8] El que esto firma escribió la colección de cuentos Las aventuras del dr. Watson (Isla de Nabumbu, 2021), con él en mente, y así se lo indiqué al portadista Agu Ariza para representarlo en la portada y los interiores.
[9] Aunque a lo largo de su vida hizo actuaciones dudosas, incluida su labor como jefe de policía, sin embargo su investigación sobre los crímenes de Jack el Destripador no fue tan inepta como se refirió, y vivió una campaña de desprestigio en esa labor.
[10] Véase en el anecdotario lo referido a él.