El matrimonio formado por Norman y Lucy Boyle, en unión a su pequeño hijo Bob, se traslada a vivir a un misterioso caserón sito en la localidad de New Whitby, en Massachusetts, con el fin de que él realice unas investigaciones acerca del suicidio de un profesor vinculadas a la casa y a un anterior propietario, el doctor Freudstein, que realizaba misteriosos experimentos.

Dirección: Lucio Fulci. Producción: Fulvia Film. Productor: Fabrizio De Angelis. Guion: Dardano Sacchetti, Giorgio Mariuzzo, Lucio Fulci, según un argumento de Elisa Briganti. Fotografía: Sergio Salvati. Música: Walter Rizzati. Montaje: Vincenzo Tomassi. Diseño de producción: Massimo Lentini. FX: Maurizio Trani (efectos de maquillaje). Intérpretes: Katherine MacColl [Catriona MacColl] (Lucy Boyle), Paolo Malco (Dr. Norman Boyle), Ania Pieroni (Ann, la niñera), Giovanni Frezza (Bob Boyle), Silvia Collatina (Mae Freudstein), Dagmar Lassander (Laura Gittleson), Giovanni De Nava (Dr. Freudstein), Daniela Doria (primera víctima femenina), Giampaolo Saccarola (Daniel Douglas), Carlo De Mejo (Mr. Wheatley), John Olson [Kenneth A. Olsen] (Harold), Elmer Johnsson (vigilante del cementerio), Ranieri Ferrara (víctima), Teresa Rossi Passante (Mary Freudstein), Lucio Fulci (profesor Muller)… Nacionalidad y año: Italia 1981. Duración y datos técnicos: 86 min. – color – 2.35:1 – Techniscope – 35 mm.

 

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Aquella casa al lado del cementerio (Quella villa accanto al cimitero, 1981) se considera que forma parte de una trilogía dirigida por Lucio Fulci, y a la que preceden Miedo en la ciudad de los muertos vivientes (Paura nella città dei morti viventi, 1980) y El más allá (…E tu vivrai nel terrore! L’aldilà, 1981), en todas las cuales confluyen ciertos leves componentes lovecraftianos. De hecho, esta película es la que más destellos de ellos ofrece, o al menos en apariencia, dado que el propio Fulci declararía al respecto que, tras Gatto nero [vd: El gato negro, 1981] y El más allá «deseaba hacer un film en tributo a H. P. Lovecraft sin que éste se basara en ninguna de sus historias»[1].

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Para ello contó con un guion escrito, junto a Giorgio Mariuzzo, por el peculiar Dardano Sacchetti, quien decidió inspirarse en… Otra vuelta de tuerca (The Turn of the Screw, 1898), de Henry James. Aparte de ello, el guionista declaró que también se inspiró en sus propias experiencias de niño, cuando vivía en una casa de campo apartada con un gran sótano sombrío y un cementerio cercano que hubo de atravesar de noche cuando tenía nueve años[2]. Fulci declararía su desagrado con el libreto de Sacchetti, que definió como una derivación de escenas de La residencia (1969, Narciso Ibáñez Serrador), por lo cual efectuó diversos cambios sobre el mismo, siendo revisado por el propio Fulci y Giorgio Mariuzzo; este último informó que trabajó sobre el libreto a modo de script doctor[3], y que el guion de Sacchetti era demasiado corto, por lo que hubo que dilatarlo.

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Al final, de Henry James el film únicamente toma una cita que se incluye al final: «Nadie sabrá nunca si los niños son monstruos o los monstruos son niños». De La residencia, siendo sincero, soy incapaz de detectar elemento alguno. Y en cuanto a Lovecraft, podría decirse que hay una brevísima alusión a la novela corta El caso de Charles Dexter Ward (The Case of Charles Dexter Ward, 1927-1928), con el detalle del científico que crea engendros y luego los aloja en los subsuelos de su mansión, si bien en este caso científico y engendro son uno solo. Sí podría considerarse verdad la declaración de que Sacchetti elaboraba guiones demasiado cortos, al menos este, dado que hay gran cantidad de escenas que suponen un mero relleno, y hay otras que dilatan la situación en exceso, invalidando su supuesta efectividad. El nombre de Freudstein, por lo demás, podría venir derivado, por un lado, del nombre de Freud, para insinuar ciertos elementos psicológicos, por supuesto ausentes en el film, y el de Frankenstein, para otorgarle ciertas raíces clásicas y porque, además, la trama tiene unos muy breves detalles en ese sentido.

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Por lo demás, el film está pésimamente realizado, con constantes tiempos muertos, un montaje caótico, una incapacidad total de crear atmósfera y una deplorable dirección de actores. Gran parte de culpa de esos tiempos muertos, por supuesto, es el imperfecto guion, que no avanza apenas y se centra en dar vueltas sobre ideas casi sin desarrollar, y otras por completo absurdas. Sirva para ello el personaje de la niñera, que es presentado de tal manera que parece ocultar algo y estar en connivencia con lo que sucede en la casa. En un momento determinado, se dedicará a limpiar la sangre de un crimen acontecido en ella; llega la dueña de la casa y le pregunta qué está haciendo, a lo cual responde «Nada, ordenando esto», sin preocuparse la otra lo más mínimo. Después, por supuesto, veremos que la niñera es otra víctima más.

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Otro inconveniente representa la referida incapacidad actoral, que en unos casos se hallan sobreactuados y en otros momentos hieráticos como estatuas. Aparte de eso, se expone el risible elemento de insertar constantes primeros planos de los ojos de los intérpretes, para sugerir que sus personajes ocultan misteriosos secretos, sin que los actores sean capaces de transmitirlo con su lenguaje gestual, ni Fulci de expresarlo por medios visuales, salvo por ese zafio subrayado. La zafiedad, por supuesto, es el único recurso narrativo que domina el realizador romano. Como se ha dicho, el film está lleno de tiempos muertos, que son interrumpidos ocasionalmente por las escenas de crímenes. Estas, más que terror, provocan risa, en vista del infantil regocijo en sangre, vísceras y gusanos; especial relieve tiene la escena del murciélago, que se echa encima de Catriona MacColl, luego ataca a Paolo Malco, mordiéndole la mano, él le clava unas tijeras, el bicho sigue agarrado, el hombre insiste en asaetarlo, la sangre salpica al niño… Las carcajadas están aseguradas. O también el clímax final, con el padre lanzando hachazos a la puerta, y el crío al otro lado.

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La capacidad de Fulci, en otras películas, de crear planos bonitos y sugerentes aquí se reduce a solo dos: la imagen de la casa al fondo, con las lápidas del cementerio en primer plano, y el instante en que Catriona MacColl se asoma por la rendija en la lápida, detalle este último que fue profusamente utilizado en la publicidad.

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Anécdotas

  • Títulos de rodaje: La notte dell’inferno / La casa di Freudstein.
  • Título en España en DVD: Aquella casa junto al cementerio.
  • Título en Argentina, Perú y Venezuela: La casa cercana al cementerio. Título en México: La mansión cerca del cementerio (cine); La casa al lado del cementerio (DVD).
  • Títulos anglosajones: The House by the Cemetery / House by the Cemetery / Revenge of the New York Ripper / Zombie Hell House / The House Outside the Cemetery.
  • Rodada con un presupuesto estimado de seiscientos millones de liras.
  • Filmada en Nueva York, Boston y Concord, Massachusetts, en Estados Unidos.
  • Estrenada en Italia el 14 de agosto de 1981. En España se estrenó el 6 de agosto de 1982.

 

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: *

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra

 

[1] Curti, Roberto: Italian Gothic Horror Films, 1980-1989. Jefferson, Carolina del Norte: McFarland, 2019; pág. 85.

[2] Precisamente nueve años tenía el actor Giovanni Frezza, el grimoso niño que protagoniza la película.

[3] Labor que consiste en trabajar sobre un guion previo reescribiéndolo y corrigiéndolo en aspectos de estructura, caracterización, diálogos, contenidos…, en muchos casos, sin quedar acreditado.