La hija de los Baxter ha muerto ahogada en un lago. Tiempo después, el matrimonio viaja a Venecia por un asunto laboral de él. Cuando están en un café, dos hermanas, una de ellas ciega y con poderes psíquicos, les informan que la niña está con ellos, y que es feliz. Al tiempo, en la ciudad se están cometiendo unos misteriosos crímenes.
Dirección: Nicolas Roeg. Producción: Casey Productions, Eldorado Films, D.L.N. Ventures Partnership. Productor: Peter Katz. Productor delegado: Anthony B. Unger. Productor asociado: Frederick Muller. Guion: Allan Scott, Chris Bryant, según el relato de Daphne Du Maurier. Fotografía: Anthony B. Richmond. Música: Pino Donaggio, Giampiero Boneschi. Montaje: Graeme Clifford. Dirección artística: Giovanni Soccol. Intérpretes: Julie Christie (Laura Baxter), Donald Sutherland (John Baxter), Hilary Mason (Heather), Clelia Matania (Wendy), Massimo Serato (obispo Barbarrigo), Renato Scarpa (inspector Longhi), Giorgio Trestini (trabajador), Leopoldo Trieste (encargado del hotel), David Tree (Anthony Babbage), Ann Rye (Mandy Babbage), Nicholas Salter (Johnny Baxter), Sharon Williams (Christine Baxter), Bruno Cattaneo (detective Sabbione), Adelina Poerio (enana)… Nacionalidad y año: Reino Unido, Italia 1973. Duración y datos técnicos: 107 min. – color – 1.85:1 – 35 mm.
La novela corta de Daphne Du Maurier en que se basa este film fue adaptada por los guionistas Allan Scott y Chris Bryant[1], responsables también de, por ejemplo, La escalera de caracol (The Spiral Staircase, Peter Collinson, 1975) y El despertar (The Awakening, Mike Newell, 1980). El primero eligió para la dirección a Nicolas Roeg, de resultas de lo cual se estableció a partir de ahí una colaboración entre ambos[2]. El rodaje tuvo lugar en Inglaterra en diciembre de 1972, se interrumpió durante las fiestas navideñas, y luego se reanudó en enero, en Venecia, durante siete semanas.
Con respecto a la historia original se hicieron diversos cambios: el relato arranca con el matrimonio ya sentado ante la mesa del café con las hermanas enfrente, y en la película tenemos un prólogo que refiere la muerte de la niña, que se menciona en el libro de pasada; en la novela corta, la cría muere de meningitis, y aquí lo hace ahogada, que a efectos visuales es mucho más efectivo, y el tema del agua será recurrente a lo largo de la narración; en el texto la pareja viaja a Venecia por vacaciones, mientras que aquí lo hacen por el trabajo de él como restaurador. Pero, pese a esos canjes, puede decirse que la adaptación es aceptablemente fiel, y las permutas funcionan para bien, mejorando el por otra parte buen trabajo literario. El original, como se ha dicho, es una novela corta, de cierta extensión, por tanto, pero que en todo caso comprime muchas situaciones; la cinta, con un metraje de hora y tres cuartos, alarga y explica contextos concisos, dándoles un desarrollo necesario, aunque imagino que para el público de ahora la película será lenta.
En Amenaza en la sombra (Don’t Look Now / A Venezia… un dicembre rosso shocking, 1973) tenemos a una ciega vidente, esto es, una persona que, aunque impedida de la vista, puede ver cosas que están más allá de esta realidad, que logra observar cómo el mundo de los muertos coexiste con el de los vivos. Pero, aunque esta mujer tenga poderes, el protagonista, John Baxter, también los posee, si bien no es consciente de ello: al principio, en el referido prólogo, su hijo Johnny se cae de la bicicleta, y él levanta la vista, sintiendo algo. Pero, como el accidente no es grave, sigue a sus asuntos; sin embargo, cuando Christine, la niña, cae al lago, él se levanta y sale afuera, para acudir a su rescate… demasiado tarde. Esa capacidad de él es, en realidad, la base sobre la que se sustenta la película.
Otro de los temas base de Amenaza en la sombra es la muerte. Por un lado, la hermana invidente articula sus relaciones a partir de su capacidad de ver a los difuntos; por otro, está ese misterioso asesino en serie que se halla asolando Venecia; y, por último, tenemos el final, que da cierre y conclusión a todo, reinterpretando lo que hemos visto. Para conducirnos a través de esos presagios, Roeg hace uso de una simbología donde el color rojo tiene especial preponderancia. No solo porque la niña, cuando muere, portaba una gabardina roja, misma vestimenta que luego llevará el criminal. En el momento en el que Christine fallece, una mancha roja se extiende sobre una de las diapositivas de John. Cada vez que en Venecia se descubre un cadáver hay un elemento rojo que asoma a la pantalla, ya sea el gorro de un niño, una prenda colgada en la colada o una lámpara en un rincón; y durante gran parte de la cinta John porta una bufanda donde destaca con claridad una banda roja: es como si la muerte se hubiera anudado a su cuello, literalmente.
Otro de los símbolos que asola la película son los motivos acuáticos, como se dijo, y, por identificación, los reflejos y los espejos. El arranque, desde luego, es significativo de ello, con el ahogamiento de Christine; después, Venecia es una ciudad que se está hundiendo en el agua, es decir, se está ahogando. Tanto en el cuarto en el que se alojan Laura y John, como en el de las hermanas Heather y Wendy, los espejos tienen un lugar preponderante. Justo antes de que Christine se ahogue, John derriba un vaso de agua y Johnny rompe un cristal. En un momento determinado, John encontrará una muñeca abandonada y caída junto al canal, en referencia a su hija muerta. Y veremos de continuo al asesino de rojo reflejándose en las aguas venecianas.
La magnífica fotografía de Anthony B. Richmond[3], adecuadamente premiada en los BAFTA, recrea una Venecia lejos de las estampitas con las que se nos suele obsequiar en otros filmes. Aquí es una ciudad lúgubre, llena de callejones asfixiantes, en la que, detrás de cada esquina, puede ocultarse un ser enloquecido con un cuchillo. Roeg huyó de retratar los típicos lugares turísticos, y hubo problemas a la hora de filmar, sobre todo debido a las mareas, que causaron problemas de continuidad y de transporte del equipo. Es sorprendente cómo logra, al final, instaurar esa atmósfera depresiva, lóbrega, por donde desfila una pareja cuya relación no acaba de encajar del todo, que, pese a su aspecto sonriente, se recriminan uno a otro por el pasado. En medio de ello, la escena de sexo, más explícita de lo normal en la época, supone una especie de respiro para la pareja.
La subtrama del asesino en serie no es lo principal en la cinta, pero representa una especie de presagio constante sobre el destino de John (la policía sospechará de él que es el criminal, y en varias ocasiones los vecinos del lugar también desconfiarán de él). En el prólogo se nos detalla la muerte de Christine, pero, de todas maneras, hay destellos a lo largo del film de esa situación, hachazos bruscos en la mente de los protagonistas, por medio de un montaje abrupto que, dentro de la placidez narrativa, se cuela de golpe en ocasiones, dañando a la pareja, erosionando los fotogramas. Así, el dolor, el sufrimiento, es una sensación constante en el matrimonio. Roeg declararía al respecto: «El dolor puede separar a las personas… Incluso la relación más estrecha y sana puede deshacerse por el dolor»[4].
También está el film anegado de confusiones: la principal, el que John juzgue que la criatura de rojo que ve vagar por los canales es su hija. Pero ¿realmente lo cree así? Hay un momento que se dirige a la figura en italiano, y le pide disculpas, algo que no haría con la que es/sería su hija. Cuando ve a Laura en la barcaza con las hermanas, piensa que es algo que está sucediendo en ese momento, pero es una visión del futuro. A él, como se ha referido antes, lo confunden con el asesino, o acaso con un mirón. Y no sabemos si la vidente está viendo en verdad a Christine o al asesino, por la identificación de la vestimenta.
La película, por supuesto, se focaliza por esa pareja interpretada de forma magistral por Julie Christie y Donald Sutherland. Un problema podría ser la parte final, donde el guion concibe que los personajes vayan de un lado a otro, perdiéndose de continuo en su encuentro, lo que se hace un tanto grotesco. Pese a ello, esta pieza de orfebrería funciona magníficamente, y Amenaza en la sombra es una película excelente, umbría, torturada y de una hermosa tristeza.
Anecdotario
- Título italiano de la coproducción: A Venezia… un dicembre rosso shocking (que significa «En Venecia… un diciembre rojo impactante»).
- Título en Argentina y México: Venecia rojo shocking. Título en Perú: Amenaza en las sombras.
- En los premios BAFTA de 1974 ganó en la categoría de mejor fotografía, y fue nominada como mejor película, dirección, actriz, montaje y música. En los premios Edgar Allan Poe de ese año fue nominada como mejor película. En 1975, la Academy of Science Fiction, Fantasy & Horror Films la nominó como mejor película de terror (ganó El exorcista).
- El British Film Institute clasificó Don’t Look Now en el número 8 de su lista de las cien mejores películas británicas. The Times también catalogó el film en el puesto 18 de su lista de los cien mejores. Igualmente fue votada como número uno en el recuento de los mejores filmes británicos de Time Outs, según la elección de la industria cinematográfica.
- Renato Scarpa, que interpreta al inspector Longhi, no hablaba nada de inglés: se limitaba a leer las líneas que le habían dado sin saber lo que significaban.
- Adelina Poerio fue elegida para el papel de la figura de capa roja después de que Nicolas Roeg viera su foto en un casting en Roma. Con una altura de tan solo un metro con veinte, tenía una carrera como cantante.
- Donald Sutherland y Julie Christie se conocieron por primera vez en el rodaje de esta película. La primera escena que tuvieron que rodar fue la de sexo. Según Sutherland, «fue todo menos una experiencia sexy o erótica para los implicados». En 2011, tanto Sutherland como el productor Peter Katz desmintieron el viejo rumor de que Sutherland y Julie Christie habían mantenido relaciones sexuales no simuladas durante la escena. En otro momento, Warren Beatty, pareja de Julie Christie en ese momento, se creyó el rumor de que Nicolas Roeg tenía una copia de planos descartados de la escena y que se lo solía poner a los amigos para solaz de todos; Beatty incluso atizó un puñetazo a Roeg. La escena, por cierto, fue eliminada de la versión española en su estreno.
- La secuencia de la iglesia en la que Laura enciende una vela para Christine fue improvisada en su mayor parte.
- El rodaje de la secuencia del ahogamiento fue especialmente problemático: Sharon Williams, que interpretaba a Christine, se ponía histérica cuando se sumergía en el estanque, a pesar de que los ensayos en la piscina iban bien. Al final, la escena se rodó en un tanque de agua con tres chicas.
- La escena en la que John casi se cae del andamio también tuvo problemas y puso en peligro la vida de Donald Sutherland. El especialista se negó a realizarla porque el seguro no estaba en regla, así que Sutherland acabó haciéndolo en su lugar, y fue atado a un cable eléctrico como precaución en caso de que se cayera. Algún tiempo después del estreno de la película, el renombrado coordinador de acrobacias Vic Armstrong le comentó a Sutherland que el cable no estaba diseñado para ese fin, y que el giro provocado al sujetarse a la cuerda habría dañado el cable hasta el punto de que se habría roto si Sutherland se hubiera soltado.
- El único desacuerdo sobre la dirección musical de la película se produjo en la partitura que acompaña a la escena de amor. Pino Donaggio compuso una gran pieza orquestal, pero Nicolas Roeg pensó que el efecto era exagerado, y quería que se atenuara. Al final, la escena se limitó a una combinación de piano, flauta, guitarra acústica y bajo acústico. El piano fue interpretado de nuevo por Donaggio, que también tocaba la flauta; en contraste con su habilidad como pianista, Donaggio era un reputado flautista, famoso por ello en el conservatorio. Donaggio admitió que el tema más grave funcionaba mejor en la secuencia y se deshizo de la pieza orquestal de cuerdas altas, rehaciéndola para la escena del funeral al final de la película.
- Nicolas Roeg quería que Julie Christie asistiera a una sesión de espiritismo antes del rodaje. Leslie Flint, un médium de voz directa afincado en Notting Hill, les invitó a asistir a una sesión que estaba celebrando para unos parapsicólogos estadounidenses, que venían a observarle. Roeg y Christie acudieron, pues. Flint ordenó a los invitados que «descruzaran» las piernas, lo que Roeg incorporó posteriormente en la película.
- Donald Sutherland llamó a su hijo Roeg en honor a Nicolas Roeg.
- Los dos actores principales se hallaban en un inicio ocupados con otros proyectos, pero inesperadamente estuvieron disponibles. A Julie Christie le gustó el guion y quería trabajar con Nicolas Roeg, que había actuado como director de fotografía en Fahrenheit 451 (1966), Lejos del mundanal ruido (1967) y Petulia (1968), que ella había protagonizado.
- El matrimonio formado por Robert Wagner y Natalie Wood fue propuesto para los papeles principales, pero Roeg tenía en mente desde el principio a los finalmente elegidos.
- Encontrar una iglesia adecuada resultó difícil: tras visitar la mayoría de las de Venecia, el director de rodaje italiano sugirió construir una en un almacén. El descubrimiento de San Nicolò fue especialmente fortuito, ya que se estaba renovando y los andamios ya estaban colocados, circunstancias que se prestaban bien al argumento de la película.
- La película no fue bien recibida por los venecianos, sobre todo por los concejales, que temían que ahuyentara a los turistas.
- Daphne Du Maurier escribió una carta a Nicolas Roeg después de ver la película, felicitándole por haber hecho una obra tan sólida a partir de su historia.
- En la versión italiana, Paolo Ferrari dobla Donald Sutherland y Cristina Grado a Julie Christie. Inclusive la voz de Massimo Serato está reemplazada, por Gino Donato.
- Rodada con un presupuesto estimado de un millón y medio de dólares.
- En su estreno en el Reino Unido se proyectó como elemento principal de un programa doble con El hombre de mimbre (1973).
- Estrenada en el Reino Unido el 11 de octubre de 1973 en una premier londinense, y después el 18 de noviembre. En España el hecho tuvo lugar el 12 de febrero de 1975, en Madrid.
Bibliografía
«No mires ahora». En No después de medianoche; por Daphne du Maurier; traducción de Aurora Rodríguez; ilustración de la cubierta, Álvaro [Pradera Chaves]. Barcelona: Plaza y Janés, 1972. Colección: Reno; nº 431. T.O.: «Don’t Look Now» (1966).
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: ****
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra
[1] Cuando Chris Bryant no quedaba satisfecho con la reescritura de uno de sus guiones, pero le ofrecían un crédito en la pantalla, optaba por utilizar el nombre de Bradley T. Winter, un anagrama de «badly rewritten», esto es, «mal escrito».
[2] Las siguientes obras en que colaboraron juntos fueron Robinson Crusoe por un año (Castaway, 1986), La maldición de las brujas (The Witches, 1990), Frío en el paraíso (Cold Heaven, 1991), Dos muertes (Two Deaths, 1995) y la miniserie La Biblia: Sansón y Dalila (Samson and Delilah, 1996).
[3] No confundir con el realizador italiano Tonino Ricci, que en ocasiones ha utilizado el seudónimo de Anthony Richmond. El que nos ocupa tiene una amplia carrera (58 películas) como director de fotografía y ha trabajado en diversas ocasiones con Roeg, y también, por ejemplo, en Candyman, el dominio de la mente (Candyman, Bernard Rose, 1992). Como realizador solo ha ofrecido dos películas, el video musical Dionne Warwick & Luther Vandross: How Many Times Can We Say Goodbye (1983) y la cinta de suspense fantástica Ella, escalofriante realidad (Déjà Vu, 1985), protagonizada por Jaclyn Smith, su esposa en esa etapa.
[4] O’Hagan, Sean: «The sexual power and terror that produced a classic». The Observer, 9 de abril de 2006. Consultado el 3 de Agosto de 2022.