Joseph Foster es el fiscal del distrito, un hombre íntegro y con principios, que coordina un gimnasio donde recoge a muchachos para hacerles abandonar los peligros de la calle; al mismo tiempo, intenta quitar de en medio a un ejemplar corrupto de la ciudad, buscando evidencias para llevarlo a prisión. En eso se le aparece un individuo misterioso, un tal Nick Beal, que le ayudará a detener a ese delincuente y, luego, a ascender en su carrera política. Las tentaciones van surgiendo al paso.
Dirección: John Farrow. Producción: Paramount Pictures. Productor: Endre Bohem. Guion: Jonathan Latimer, según argumento de Mindret Lord. Fotografía: Lionel Lindon. Música: Franz Waxman. Montaje: Eda Warren (supervisora). Dirección artística: Franz Bachelin, Hans Dreier. Intérpretes: Ray Milland (Nick Beal), Audrey Totter (Donna Allen), Thomas Mitchell (Joseph Foster), George Macready (reverendo doctor Thomas Garfield), Fred Clark (Frankie Faulkner), Geraldine Wall (Martha Foster), Henry O’Neill (juez Hobson), Darryl Hickman (Larry Price), Nestor Paiva (Karl), King Donovan (Peter Wolfe), Charles Evans (Paul Norton), Ernö Verebes (Mr. Cox, el sastre), Douglas Spencer (Henry T. Finch), Arlene Jenkins (Aileen, doncella de los Foster), Pepito Pérez (hombre del póster), Joey Ray (Tommy Ray), James Burke, Frank Darien, James Davies, Ray Dolciame, Charles Flickinger, Maxine Gates, Theresa Harris, Stuart Holmes, Orley Lindgren, Jean Marshall, Frank Mayo, Steve Pendleton, Tim Ryan, Bill Sheehan, Joe Whitehead… Nacionalidad y año: Estados Unidos 1949. Duración y datos técnicos: 90 min. – B/N – 1.37:1 – 35 mm.
John Farrow es un director hoy día muy desconocido, pero dispone de una filmografía que merecería la pena ir revisando de manera concienzuda. Comenzó como guionista en 1927 y prosiguió en esa labor hasta 1935, momento en el que saltó a la dirección rodando secuencias de la conflictiva La fuga de Tarzán (Tarzan Escapes, 1936) ―junto a James C. McKay, responsable de la versión primigenia censurada, George B. Seitz, William A. Wellman y Richard Thorpe, que fue quien firmó la película en solitario―. Tras Man in Exile (1937), su primer film acreditado, dirigió otras cuarenta y cinco películas más, hasta terminar con El capitán Jones (John Paul Jones, 1959). En ese lapso se hizo cargo de cierta variedad temática, aunque reincidió especialmente en el wéstern ―en el que cuenta con la obra maestra Hondo (Hondo, 1953)― y, sobre todo, el cine criminal, donde destacan diversas obras reputadas, El reloj asesino (The Big Clock, 1948) a la cabeza. Dentro de este último género también se puede incluir Mil ojos tiene la noche (Night Has a Thousand Eyes, 1948), que, curiosamente, es una mixtura con el género fantástico, algo que de igual modo sucede con la presente, rodada justo a continuación, con una sorprendente coincidencia entre las dos películas: en un momento determinado, en ambas el protagonista pedirá en un local una consumición para alguien que está aún por llegar, y acertará, dados sus poderes sobrenaturales.
Alias Nick Beal [tv: Alias Nick Beal, 1949] supone una reflexión acerca del poder y lo fácil que es caer en la tentación. Para ello nos presenta a un fiscal del distrito, Joseph Foster, honesto e incorruptible, a quien ve una víctima propiciatoria el Diablo, entrando en contacto con él y ayudándolo, en un intento de hacerlo caer, para lo cual le ofrece dos cebos: el poder y el sexo. En lo primero está su ambición política de ascender hasta el cargo de gobernador, con la noble intención de ayudar; en la segunda, Satanás ―o Mefistófeles más bien― pondrá en su camino a una prostituta, a la que viste con lujo y hace intervenir en la campaña electoral, siempre junto al fiscal ―espléndido Thomas Mitchel, íntegro, fuerte y débil a un tiempo― para ir haciendo mella en su conciencia.
La trama es muy interesante en el plano político y social, aunque el film resulta cautivante en los elementos fantásticos que ofrece. El Diablo es encarnado por Ray Milland, que es presentado vistiendo un sobrio traje gris y sombrero. La apostura y simpatía del actor parecería, en principio, inadecuada para un papel así, pero el protagonista de La obsesión (Premature Burial, Roger Corman, 1962) le confiere un matiz inteligente, entre la sorna y la amenaza, y sus constantes apariciones se irán haciendo cada vez más obsesivas y opresoras. Farrow, además, rueda sus intervenciones con una rotundidad impresionante: la primera vez que lo vislumbramos el hecho tiene lugar en un muelle plagado de niebla, elemento este último que será una presencia casi constante en los planos de exteriores donde interviene. Aparece de súbito dentro de las casas, sin saberse muy bien cómo ha entrado, y su desaparición, también de repente, se ve adornada con la partitura musical interrumpiéndose de forma brusca. Y toda la cinta está rodada en un espléndido blanco y negro de raíces expresionistas, donde incluso en los planos de interiores iluminados los rostros de los personajes se ven ensombrecidos.
En un momento determinado de la película se comenta que «estamos en el siglo XX», a lo cual otro personaje responde «tal vez el Diablo también lo sepa», aludiendo que, llegados nuevos tiempos, también él emplea nuevas técnicas. Así, el pacto fáustico no será firmado con sangre, y cuando, al inicio, Nick Beal (que ese es el alias con el que se presenta el Demonio) le comenta al fiscal que él dijo que vendería su alma con el fin de acabar con el gánster que está persiguiendo, a lo cual él responde que sí, eso será suficiente para firmar el pacto, y el Diablo, simplemente, desaparecerá al momento. Más adelante, cuando Satán ve sospechas de que su «socio» le quiere engañar le presionará para firmar un documento ―ahora sí― donde, si no sigue las cláusulas preestablecidas, lo habrá de acompañar a un sitio denominado la isla de las Almas Perdidas (así, en español).
El final del film posee una fuerza impresionante y, al mismo tiempo, es sobrio y sencillo, lo cual demuestra que cuando una película tiene ingredientes sólidos de principio a fin no necesita alharacas superfluas para lograr resultados contundentes.
Anecdotario
- Títulos de rodaje: Dark Circle / The Strange Temptation / Alias Nicky Beal.
- Título en Argentina y México: El enviado del diablo.
- Título en el Reino Unido: The Contact Man.
- Debido a complicaciones legales, la película no pudo ser exhibida por televisión o editada en DVD durante mucho tiempo, y solo se podía exhibir en proyecciones especiales en cines a partir de una copia en 35 mm del Museo de Arte Moderno,
- Ray Milland lleva el mismo traje y sombrero durante toda la película. En cambio, Audrey Totter tiene veintiún cambios de vestuario.
- Rodada en 26 días.
- En una entrevista durante los años setenta Ray Milland informó que John Farrow le dejó dirigir una escena, la cual sería su debut en ese sentido.
- El programa de radio The Screen Guild Theater hizo una versión radiofónica de la película de treinta minutos de duración el 8 de diciembre de 1949, con Ray Milland repitiendo su papel. Y el 28 de diciembre de 1950, el programa Screen Director’s Playhouse, hizo otra versión, también con Milland repitiendo su cometido.
- Estrenada en Estados Unidos el 4 de marzo de 1949. En España se vio por primera vez por televisión, el domingo 18 de octubre de 1966, en el programa «Sesión de noche».
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: ****
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra