Tiempo atrás estalló el holocausto nuclear. En la actualidad, Bauer y Cartwright viven en las profundidades de un silo atómico. Periódicamente son despertados del sueño criogénico para supervisar el mantenimiento de todo, y que los que están congelados para repoblar la Tierra, cuando el invierno nuclear finalice, estén en perfecto estado. Ahora, ambos despiertan. Pero algo sucede…
Dirección: Christian Cantamessa. Producción: Automatik Entertainment, Circle of Confusion, Skybound Entertainment. Productores: David Alpert, Chris Ferguson, Brian Kavanaugh-Jones, Robert Kirkman. Productores asociados: Rian Cahill, Marlaina Mah. Productores delegados: Bailey Conway, Norman Reedus, Noah Rosen. Guion: Christian Cantamessa, Chris Pasetto. Fotografía: Norm Li. Música: Edo Van Breemen. Montaje: Greg Ng. Diseño de producción: Brian Kane. FX: Barry Hebein, Dan Keeler (coordinadores de efectos especiales), Jeremy Hoey (pinturas matte). Intérpretes: Norman Reedus (Bauer), Djimon Hounsou (Cartwright), Sandrine Holt (Abby), Michael Hogan (el Presidente), Steve Burgess (comentarista deportivo), Peter Benson (comunicador), Ryan Beil (reportero), Paula Lindberg (reportera 1), Sophie Lui (reportera 2), David Nykl (durmiente 1), Darren Dolynski (durmiente 2), Jin Sangha (durmiente 3), Klara Rybicka (durmiente 4), Meredith Hama-Brown (durmiente 5), Greg Teasdale (durmiente 6)… Nacionalidad y año: Estados Unidos 2015. Duración y datos técnicos: 95 min. color 2.35:1.
La sensación que a uno le arranca el visionado de esta película es: “Bueno. ¿Y…?”. Ofrece una premisa interesante, aunque desde el inicio uno espera que haya un final sorpresa. Al final, la sorpresa consiste en que no hay tal sorpresa. Todo es tal cual, y nada más. Uno esperaría algo sorprendente, que hubiera algo que trastocara su sencilla premisa, pero no. Se trata, pues, de un ejercicio de suspense, con dos personajes encerrados durante todo el metraje. Y nada más.
Aunque ha sido comparada con la excelente Moon (Moon, 2009, Duncan Jones), a mí me ha recordado al telefilm Una fría noche de muerte (A Cold Night’s Death, 1973, Jerrold Freedman), donde tres personajes encerrados en una base polar se enfrentaban a algo. Aquí, ese algo son ellos mismos. Una premisa así, por sencilla que sea, o precisamente por eso, precisa un desarrollo minucioso, una puesta en escena vibrante, para mantener la atención en todo momento. El director Christian Cantamessa puede decirse que debuta con la presente, pues con anterioridad solo ha dirigido tres cortos[1] y las escenas de imagen real del videojuego Middle-Earth: Shadow of Mordor (2014). También fue diseñador del videojuego de culto Manhunt de Rockstar Games, campo en el que trabaja habitualmente. Vista esta película, casi uno diría que se trata también de un videojuego, donde los dos personajes han de pasar diversas etapas.
Una premisa así, por sencilla que sea, o precisamente por eso, precisa un desarrollo minucioso, una puesta en escena vibrante, para mantener la atención en todo momento. El perfil psicológico de los dos protagonistas resulta peculiarmente trivial: Bauer es un bromista cínico y un pajillero, y Cartwright es más inteligente y reflexivo, aunque se ha creado la fantasía de una mujer con la que habla, Abby, para aguantar la soledad. Los interpretan, respectivamente, Norman Reedus, el Daryl de The Walking Dead, quien le confiere las mismas maneras –y el mismo aspecto, posiblemente porque el film sería rodado en un descanso entre temporadas, o durante una ausencia del personaje a lo largo de una–; y Djimon Hounsou, un excelente actor que, sin embargo, no parece tener la suerte que merece.
Y luego tenemos el supuesto intríngulis del escenario, un tenso enfrentamiento psicológico entre Bauer y Cartwright, cuando la situación se torna difícil y ambos han de sobrevivir. Lo que sucede es lo ya enunciado más arriba: uno espera a lo largo del metraje que haya algo más, algo que merezca la pena estar aguantando durante hora y media, pero nada de ello se produce. Llega el final y uno se queda planchado, sin que perciba que algo interesante haya acontecido. Christian Cantamessa emplea un atractivo formato panorámico y unos colores fríos para desarrollar el entorno donde viven los dos personajes, y ciertamente no es suficiente para conferir al lugar una geografía atractiva y/o inquietante. Lo que queda es, pues, un ejercicio de suspense muy primario, algo más cercano a un telefilm rutinario que a una cinta que nos haga reflexionar. Prescindible.
Anécdotas
- Título de rodaje: Wake Cycle.
- Primera película producida por Robert Kirkman, creador del cómic Walking Dead.
- Estrenada en Estados Unidos el 14 de agosto de 2015. En España se editó directamente en DVD por Sony Pictures en noviembre de 2015.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: *½
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra
[1] Henchmen (2007), iGod (2009) y How I Survived the Zombie Apocalypse (2009).