En el ambiente gay sadomasoquista de Nueva York se están cometiendo unos brutales asesinatos. El capitán de policía encarga a un agente infiltrarse en ese mundo para investigar.
Dirección: William Friedkin. Producción: CiP – Europaische Treuhand AG, Lorimar Film Entertainment. Productor: Jerry Weintraub. Productor asociado: Burtt Harris. Guion: William Friedkin, según la novela de Gerald Walker. Fotografía: James A. Contner. Música: Jack Nitzsche. Montaje: Bud S. Smith; para la reposición: M. Scott Smith. Diseño de producción: Bruce Weintraub. FX: Robert Norin (efectos de maquillaje). Intérpretes: Al Pacino (Steve Burns), Paul Sorvino (capitán Edelson), Karen Allen (Nancy), Richard Cox (Stuart Richards), Don Scardino (Ted Bailey), Joe Spinell (patrullero DiSimone), Jay Acovone (Skip Lee), Randy Jurgensen (detective Lefransky ), Barton Heyman (Dr. Rifkin), Gene Davis (DaVinci), Arnaldo Santana (Loren Lukas), Larry Atlas (Eric Rossman), Allan Miller (jefe de detectives), Sonny Grosso (detective Blasio), Ed O’Neill (detective Schreiber), Michael Aronin (detective Davis), James Remar (Gregory), William Russ, Mike Starr, Steve Inwood, Keith Prentice, Leland Starnes, Robert Pope, Leo Burmester, Bruce Levine, Charles Dunlap, Powers Boothe, Burr DeBenning… Nacionalidad y año: Estados Unidos, Alemania 1980. Duración y datos técnicos: 98 min. Color 1.85:1.
William Friedkin ya tocó el tema gay en una de sus primeras películas, Los chicos de la banda (The Boys in the Band, 1970). Estaba basada en una obra de teatro que, con la excusa de una fiesta de cumpleaños, reflejaba las distintas tipologías de homosexuales que, con el tiempo, se han convertido en arquetipos, por lo que la cinta ha quedado socialmente desfasada, aunque sigue siendo un excelente film. Una década después, por tanto, el director de El exorcista (The Exorcist, 1973) retornó al mundo gay con A la caza (Cruising, 1980), un thriller de una sordidez extrema sobre un asesino de homosexuales, y que hoy día, directamente, no se podría rodar, dado el ambiente de corrección política que asalta la sociedad contemporánea.
El film, podría decirse, se divide en dos subtramas, que se intercalan de forma constante, de modo que una alimenta a la otra y viceversa, interfiriendo entre sí. De tal manera, por un lado tenemos la vertiente policial, y por otro la personal del detective Steve Burns, que se entromete en ese mundo y comienza a experimentar cambios a nivel íntimo.
Respecto a la intriga policial, esta es intencionadamente esquiva. No queda claro quién es el asesino. Para ello, el criminal siempre es mostrado entre sombras, y es interpretado por actores diferentes: así, la segunda víctima es el primer asesino, por ejemplo (véase el hoyuelo en la barbilla del intérprete). Para más inri, todos los actores fueron doblados por otro, James Sutorius, que también interpreta al padre del último de los asesinos, e incluso dobla a este cuando, en el hospital, menciona: «Yo nunca he matado a nadie». Esto podría hacer pensar en una especie de lectura fantástica, donde el criminal pudiera ser una identidad abstracta.
Aparte de esto, tenemos los miembros amputados que aparecen flotando en la bahía, lo cual denota un comportamiento tan diferente que hace sospechar en un segundo asesino. Y también cabría apuntar hacia los dos policías del inicio, uno de los cuales es Joe Spinel, que se aprovechan de los homosexuales. Ambos agentes se hallan inspirados en unos personajes reales, que actuaban de igual modo, extorsionando y robando, y que acabaron, también, matando homosexuales.
El último asesinato, el de Ted, el vecino de Pacino, queda en la incertidumbre. Se dice que la casera encuentra el cadáver hacia las dos de la mañana. Puede que diera tiempo al asesino canónico a perpetrar ese crimen; puede que lo hiciera su pareja, que ya hemos visto que era muy posesivo; o puede que incluso le matara el protagonista, pues a medida que avanza el film su personalidad se va tornando más violenta.
Y ahí está lo más importante de la película, el protagonista, Steve Burns, interpretado por Al Pacino con una mirada tristona a lo largo de todo el film. ¿Qué nos oculta —pues es evidente que algo oculta— Steve? Cuando el capitán le pregunta al inicio si ha tenido alguna vez alguna relación homosexual, le responde que no, pero una vez se introduce en ese ambiente lo hace con suma facilidad.
La primera vez que lo vemos con su novia están en la cama, presumiblemente después de hacer el amor. Él le comenta «Tú no sabes muchas cosas de mí» con una expresión perdida. Puede que sea homosexual, y que mantiene una relación hetero por el qué dirán, o bien que sea bisexual, o que aún no ha sido capaz de percibir la otra mitad de su condición. Sea como fuere, da la impresión de que nunca lo ha probado, que está reprimido, pero sabe lo que le gusta.
La primera vez que él sale a la caza, se coloca en el bolsillo un pañuelo amarillo, lo cual significa que le va la lluvia amarilla —¿por qué ha elegido precisamente ese?—. Después, en un lugar de encuentro en un parque, se pone a la espera; claramente rechaza a un tío y se va con otro, y se supone que follan. Al día siguiente se le ve con el jefe. «¿Cómo te ha ido?». «Bien».
Sobre la posible homosexualidad del personaje se nos van deslizando pistas. Cuando su novia Nancy le hace una felación, él cierra los ojos y se oye el sonido ambiente de la fiesta gay de temática policial del día anterior. La novia, de hecho, es uno de los dos únicos puntos de luz que iluminan la vida de Steve, junto con el personaje de Ted, su simpático vecino, y del que pudiera comenzar a enamorarse. La investigación que está realizando le estaría abriendo los ojos a su auténtica condición, la de homosexual. Por un lado, huye de esto cuando visita a su novia Nancy, por el otro, comienza a llevar una relación con Tex, mediante la que podría idealizar una relación gay para él —más conservadora, más casera—.
Si él fuese el asesino de Tex, podría ser motivado por muchas causas. Los celos hacia su compañero, o también porque en él ve reflejado lo que realmente es. Una vez acaba con esa relación, con ese mundo, regresa con Nancy, con quien intenta reiniciar una relación normal. Un último plano, de él mirándose al espejo, y después mirándonos a nosotros, parece decir. «¿Nos conocemos realmente a nosotros mismos?»
Anécdotas
- Título en Argentina y México: Cruising. Título en Perú: Cruising: Submundo Homosexual. Título en Venezuela: Cacería.
- En los premios Razzie de 1981 optó a peor película, director y guion.
- Karen Allen nunca leyó un guion completo de la película, para mantenerla tan en desconocimiento de todo como su propio personaje.
- Existe el rumor de un montaje con cuarenta minutos más, con escenas de sexo explícito gay, pero suena inverosímil, dado que esa versión jamás podría haberse exhibido en circuitos comerciales habituales.
- El director de fotografía quería hacer la película en blanco y negro, para reflejar de ese modo el mundo sadomaso.
- Aunque basada en un libro, se inspira en unos crímenes reales en el ambiente gay acontecidos entre 1962 y 1979 en Nueva York.
- La primera elección de Friedkin para el protagonista fue Richard Gere. Robert De Niro y Roy Scheider lo rechazaron. Timothy Bottoms también optó al papel.
- Brian De Palma quería rodar la película, pero no consiguió los derechos del libro. En su lugar hizo Vestida para matar. También Paul Morrisey optó a rodarla, con Jeff Bridges como Steve y Jan-Michel Vincent como Stuart. En los primeros estadios del proyecto, antes de convencer a Friedkin para dirigirla, el productor D’Antoni intentó captar a Steven Spielberg.
- Las escenas en los bares de leather se rodaron en escenarios auténticos, y los extras eran clientela habitual.
- Estrenado en Estados Unidos el 15 de febrero de 1980, tras una premier en Nueva York el día 8 de febrero; en España se estrenó el 14 de agosto de 1980, en Barcelona. El 12 de mayo de 1995 tuvo una reposición en Estados Unidos con nuevo montaje.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: ****
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** excelente ***** obra maestra