Walter trabaja de camarero en un café que frecuenta gran cantidad de gente del ambiente beatnik. Él les envidia, y desea ser tan artista como ellos, y en la soledad del cuarto que tiene alquilado hace prácticas con la escultura. Un día, mata por accidente al gato de la casera, y decide recubrirlo con arcilla, consiguiendo críticas muy positivas por parte de los entendidos. Cuando mata, también por accidente, a un hombre, opta por hacer lo mismo…

Dirección: Roger Corman. Producción: Alta Vista Productions para American International Pictures (AIP). Productores:  Roger Corman. Productores delegados: Samuel Z. Arkoff, James H. Nicholson [sin acreditar]. Guion: Charles B. Griffith. Fotografía: Jacques R. Marquette. Música: Fred Katz. Montaje: Anthony Carras. Dirección artística: Daniel Haller. Intérpretes:  Dick Miller (Walter Paisley), Barboura Morris (Carla), Antony Carbone (Leonard de Santis), Julian Burton (Maxwell H. Brock), Ed Nelson (Art Lacroix), John Brinkley (Will), John Herman Shaner (Oscar), Judy Bamber (Alice), Myrtle Vail [acreditada como Myrtle Damerel] (Mrs. Swickert), Bert Convy [acreditado como Burt Convy] (Lou Raby), Jhean Burton (Naolia), Bruno VeSota (coleccionista de arte), Lynn Storey (Sylvia), Tom Daly, Alex Hassilev, George Hoagland, Paul Horn, Kenner G. Kemp, Perk Lazelle, Sheila Noonan, Monty O’Grady, Murray Pollack, Jeffrey Sayre, Henry Travis… Nacionalidad y año: Estados Unidos 1959. Duración y datos técnicos: 66 min. B/N 1.85:1.

 

Hasta este momento, Roger Corman no había dirigido ninguna película de terror: todas sus previas cintas de carácter fantástico eran de ciencia ficción o de aventuras fantásticas, y The Undead [tv/dvd: La no muerta, 1957] era una especie de amalgama de fantasía y ciencia ficción, pese a lo que pudiera dar a entender el título. La AIP le encargó ponerse a cargo, al fin, de una del género, pero no quedó muy complacido ni del presupuesto ni del margen temporal adjudicado: 50.000 dólares y cinco días. Seguramente consciente de que con ello no se podía hacer nada convincente tomándoselo en serio, optó por convertirlo en una comedia de tintes macabros, que se centraría además en el ambiente beatnik, tan de moda en aquel entonces. El film que acababa de ofrecer Corman con anterioridad era The Wasp Woman [tv/dvd: La mujer avispa, 1959], y después de la presente se pondría con la aventura bélica Ski Troop Attack (1960).

El guion de A Bucket of Blood [tv/dvd: Un cubo de sangre, 1959] corresponde a Charles B. Griffith, habitual colaborador de Corman en la época, y que en muchas ocasiones cubría sus trabajos de un cierto matiz humorístico. Esta película no puede ser considerada como una «comedia», en el sentido estricto, sino que más bien ofrece una tonalidad irónica y caricaturesca. Eso sí, frivoliza, y mucho, sobre el ambiente cultural beatnik del período, pero es algo implícito a ese propio ambiente. Los beatniks fueron un movimiento social en los cincuenta que se identificaba con un estilo de vida antimaterialista. El término fue acuñado cuando, en 1948, el escritor Jack Karouac introdujo la expresión «generación beat» al círculo que frecuentaba en aquel entonces en Nueva York. La palabra «beat» procede del slang, y significa algo así como «abatido» u «oprimido». Existe, precisamente, una película titulada The Beat Generation (Charles F. Haas, 1959), de temática criminal, aunque el tema solía dar lugar a muchas parodias, como en el musical Una cara con ángel (Funny Face, Stanley Donen, 1957), donde se burlan de forma cruel de ese entorno (y de la literatura de ciencia ficción, además).

Puede que lo mejor de A Bucket of Blood sea, de hecho, ese escenario bohemio que se retrata, esos frecuentadores del café La Puerta Amarilla, autoconvencidos de su trascendencia y genialidad, y que en ese entorno antimaterialista pululan en un intento vano de conseguir el éxito, algunos de ellos de carácter personal, otros, material, los demás, en los dos aspectos. Ver a esa galería de mugrientos con pretensiones resulta bastante divertido. Como antítesis de ese macro-microcosmos tenemos la individualidad que representa Walter Paisley.

Walter es un personaje patético, reprimido, acomplejado. Vive en una mísera habitación donde cocina cualquier cosa y deja los cacharros por en medio. Y trabaja en el café La Puerta Amarilla, sirviendo bebidas y recogiendo los cubiertos, pero su ambición es convertirse en uno de esos artistas que frecuentan el local. Le gusta, mucho, una artista, pero la ve inaccesible, y su jefe siempre está encima de él, impidiéndole que intime con los clientes, que converse con ellos de igual a igual. Su esperanza, acaso vana, es convertirse en un artista. Cuando, por las noches, sale del trabajo y vuelve a casa, se queda mirando a las parejas besarse, consciente de que, por su carencia de arrojo, jamás podrá aspirar a algo así. Mata al gato, y luego al hombre, por accidente, pero cuando comprueba que ello le reporta la fama que ansía ya no duda en seguir una escalada de crímenes, y se percibe que su afianzamiento con la realidad, que nunca había sido excesivo, se volatiliza aún más, desequilibrándose.

Otro de los platos fuertes del film es la excelente composición que efectúa Dick Miller de Walter Paisley. De joven, su físico no era el adecuado para ser un protagonista, y ya de mayor se convirtió en un característico sólido y entrañable. Creo que a Miller no se le ha dispensado la atención que merece, máxime porque muchos de sus papeles han sido humorísticos, poco llamativos, y eso se suele ignorar o minusvalorar. Aquí crea un personaje con una mirada en constante desconcierto, en la busca de que los demás lo valoren y, cuando lo hacen, aún no parece creérselo. Es un personaje tierno y vulnerable, e incluso cuando se convierte en un asesino cuesta mirarle con desprecio.

Como se comentó, el presupuesto del film fue ínfimo. Ello podría hacer pensar que otro director, en esas circunstancias, abordaría el proyecto de un modo descuidado, desmañado. Sin embargo, sorprende que Roger Corman se tome los objetivos en serio, y mientras rueda se molesta en planificar, en crear las secuencias de forma aplicada (mejor que en algunas de sus películas previas, en teoría más «serias»), y saca buenos resultados de actores de segunda categoría. Un cubo de sangre es una parodia de terror sencilla, que puede ser pasada de largo precisamente por esa carencia de pretensiones, pero, dentro de sus objetivos, llega más lejos que otros filmes con más pompa y circunstancia.

 

Anecdotario

  • Título de rodaje: The Living Dead.
  • Títulos en Argentina: El falso escultor [TV] / Un cubo de sangre [DVD]. Títulos en México: El loco escultor [cine] / El falso escultor [TV]. Títulos en Perú: El loco escultor / Un balde de sangre.
  • Los decorados de la película están reaprovechados de los de The Diary of a High School Bride (Burt Topper, 1959). Después se volverían a reutilizar en The Little Shop of Horrors [tv/dvd: La pequeña tienda de los horrores, 1960], del propio Corman.
  • El personaje de Dick Miller se llama Walter Paisley. Posteriormente, en otras películas interpretaría a otros de igual nombre, en concreto en Esos locos del cine (Hollywood Boulevard, Allan Arkush, Joe Dante, 1976), Aullidos (The Howling, J. Dante, 1981), En los límites de la realidad (Twilight Zone: The Movie, episodio de J. Dante, 1983) y Chopping Mall [vd: Robots asesinos, Jim Wynorski, 1986]. En otras películas, o bien se llama Walter o bien se apellida Paisley.

  • Antony Carbone se pasa toda la película cojeando y caminando con bastón. Al tratarse de una película de Corman, lo lógico sería pensar que el actor se lesionó y siguió adelante, pero en realidad estaba perfectamente sano y adoptó la cojera porque pensó que haría más interesante a su personaje.
  • Esta película dio lugar a un musical teatral, representado en 2009 en el Chicago’s Annoyance Theatre.
  • Remake: A Bucket of Blood (1995), de Michael McDonald [telefilm].
  • Estrenada en Estados Unidos el 21 de octubre de 1959. En España se vio por primera en televisión, en TVE-1, en la madrugada del 17 al 18 de enero de 1992, y luego ha tenido otros pases. En DVD se editó en 2011 por parte de Versus.

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: ***

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra