A Grace le recomienda su médico pasar una temporada en la mansión de su amigo, el doctor Conway, para recuperarse de su mal de nervios. Sin embargo, Conway es un científico loco que hace experimentos con sus pacientes para buscar un medio de conseguir la inmortalidad. Al caserón va a parar un asesino fugado.
Dirección: Boris Petroff [acreditado como Brooke L. Peters]. Producción: AB-PT Pictures Corp. para Republic Pictures. Productor: Boris Petroff [acreditado como Brooke L. Peters]. Productor asociado: Robert A. Terry. Guion: John D.F. Black [acreditado como Geoffrey Dennis] y Jane Mann, según un argumento de J. Mann. Fotografía: W. Merle Connell. Música: Henry Vars. Montaje: Richard C. Currier (supervisión). Dirección artística: Charles D. Hall [acreditado como Daniel Hall]. FX: Harry Thomas (supervisor de maquillaje). Intérpretes: John Carradine (Dr. Charles Conway), Myron Healey (Mark Houston), Allison Hayes (Grace Thomas), Marilyn Buferd (Dra. Sharon Gilchrist), Arthur Batanides (Danny Green), Sally Todd (Natalie Andries), Tor Johnson (Lobo), Roy Gordon (Dr. Loren Wright), Guy Prescott (capitán de policía George Reagan), Raymond Guth (oficial de policía Miller), Harry Fleer (Harry Jedrow), Gloria Petroff (mujer que grita), Paul McWilliams (oficial de policía Ed), Karl Johnson (monstruo del sótano)… Nacionalidad y año: Estados Unidos 1957. Duración y datos técnicos: 73 min. B/N 1.85:1.
Aunque pudiera sonar a seudónimo pomposo, el nombre de Boris Petroff (1894-1972) es el auténtico del director de la presente película, si bien aquí se respalda bajo el apelativo más vulgar de Brooke L. Peters. Petroff nació en Saratov, en Rusia, y su debut en el cine fue con el musical Fuera sombreros (Hats Off, 1936), uno de cuyos guionistas fue Sam Fuller. Solo hizo cinco películas más en el cargo de director, y unas pocas más como productor. Nunca hizo nada especialmente destacado y, sin haber visto nada más suyo, uno juraría que The Unearthly (1957) es lo peor que haya hecho, dado que difícil es toparse con algo más mediocre.
El argumento, diríase, da para un corto de quince minutos, que se infla en casi hora y cuarto, haciéndose sin embargo eterno, en la escasa evolución narrativa que el film ofrece. Todo se reduce a descubrir lo que sucede en la mansión y luego llegar a la resolución; sin embargo, para alcanzar eso la dilatación de la historia ofrece constantes diálogos entre los personajes que no aportan nada. Podría haberse aprovechado y haber creado una relación interesante entre ellos, pero no sucede así. Y eso que una cierta idea muy atractiva aletea sobre ello, como es el hecho de convertir al héroe de la película en un asesino y al científico loco en una persona que busca el bien de la humanidad, aunque se equivoque en sus métodos. Claro que ello no es exactamente así, y el asesino no es en realidad lo que parece, y el científico loco tiene aún menos escrúpulos y objetivos nobles de los que aparentara en un inicio.
Otro elemento atractivo es el del personaje de Jedrow, una víctima de los experimentos del doctor y que está en coma. Podría haber dado mucho juego, pero solo es utilizado en un par de ocasiones, mostrándonoslo, y luego con el objetivo de cumplir en el clímax final. Y también hay, en la conclusión, un sótano atiborrado de monstruos, los frutos baldíos de los experimentos del doctor ―y que recuerda un tanto a la novela de Lovecraft El caso de Charles Dexter Ward―, pero solo aparecen en un plano de tres o cuatro segundos, y eso es todo.
Por lo demás, tenemos unas pocas escenas de experimentos científicos por parte del pobre John Carradine, que hace lo que puede para salir dignamente del cotarro, y luego planos interminables de diálogos entre los pacientes de la clínica. El guion está escrito por Jane Mann, esposa del director, y John D.F. Black, competente escritor de historias para la serie clásica de Star Trek, y que aquí, en su debut fílmico, se escuda, avergonzado, en el seudónimo Geoffrey Dennis. Petroff dirige todo con una falta de pasión apabullante, y en más de una ocasión comete saltos de eje entre plano y plano. El resultado es una serie Z de la más baja estofa dentro del cine de terror de la época, que hace que, por comparación, el cine de Ed Wood (con el que podría asemejarse) parezca el colmo de la complejidad.
Anécdotas
- Títulos de rodaje: House of the Monsters / Night of the Monsters / The House of Monsters.
- Título en Uruguay: El moderno Frankenstein. Título en Venezuela: Nido de monstruos.
- El personaje de Tor Johnson se llama Lobo, igual que en las películas de Ed Wood Bride of the Monster y Night of the Ghouls.
- Sally Todd (Natalie Andries) fue la playmate del número de febrero de 1957 de la revista Playboy. Tuvo una pequeña carrera en el cine de serie B y en la televisión. También apareció en Frankenstein’s Daughter de Richard E. Cunha.
- Rodada en seis días.
- Estrenada en Estados Unidos el 28 de junio de 1957, en programa doble con Beginning of the End (Bert I. Gordon, 1957).
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: •
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra