En un futuro cercano, la sobrepoblación, la contaminación y la falta de recursos naturales conduce a la humanidad a un callejón sin salida, y los distintos gobiernos del mundo deciden que, durante treinta años, no se produzca ningún nacimiento sobre la Tierra, y quienes infrinjan la ley serán condenados a muerte. Ocho años después del decreto, una pareja se siente profundamente desdichada por la carencia de un hijo.
Dirección: Michael Campus. Producción: Sagittarius Productions. Productor: Tom Madigan. Productor ejecutivo: Frank De Felitta. Productor asociado: Max Ehrlich. Guion: Max Ehrlich, Frank De Felitta. Fotografía: Michael Reed. Música: Jonathan Hodge. Montaje: Dennis Lanning. Diseño de producción: Anthony Masters. FX: Derek Meddings (efectos especiales). Intérpretes: Oliver Reed (Russ McNeill), Geraldine Chaplin (Carol McNeill), Don Gordon (George Borden), Diane Cilento (Edna Borden), David Markham (Dr. Herrick), Bill Nagy (el presidente), Sheila Reid (Mary Herrick), Aubrey Woods (Dr. Mallory), Wayne Rodda, Ditte Maria Wiberg, Birgitte Federspiel, Lone Lindorff, Belinda Donkin, Claus Nissen, Jeff Slocombe, Dale Robinson, Victor Lipari, Michel Hildesheim, Paul Secon, Carlotta Magnoff, Eugene Blau, Bent Christensen, Sam Maisel, Anne-Lise Gabold, Torben Hundal, Peter Ronild, Birte Tove, Birgitte Frigast, Brian Keifer, Wladirmir Kandel, Lene Vasegaard, Peter Hohnen, Theis Ib Husfeldt, Christian Sarvig, Lotte Tholander… Nacionalidad y año: Estados Unidos, Dinamarca 1972. Duración y datos técnicos: 97 min. Color 1.85:1.

A partir de El planeta de los simios (Planet of the Apes, Franklin J. Schaffner, 1968) y 2001: Una odisea del espacio (2001: A Space Odyssey, Stanley Kubrick, 1968) la ciencia ficción cinematográfica sufrió una inflexión. Aunque existen bastantes excepciones, hasta entonces el cine del género se había focalizado sobre todo en la vena aventurera. Fue en esas fechas, cuando en Estados Unidos comenzaban a desarrollarse las protestas contra la guerra del Vietnam y los movimientos sociales que buscaban la igualdad de raza y género, y en Europa se plantearon las revueltas de lo que vendría a denominarse Mayo del 68, cuando el cine de anticipación comenzó a recapacitar sobre la propia especie humana. A partir de aquel momento abundaron las películas que reflexionaban, en clave anticipatoria, sobre el destino de nosotros mismos, las luchas étnicas, la falta de recursos naturales, el problema de la contaminación…

Edicto siglo XXI: Prohibido tener hijos (Z.P.G., 1972) es una de esas películas. Se inspira en el ensayo The Population Bomb (1968) de Paul R. Ehrlich y Anne Ehrlich, donde se hacía una advertencia sobre los peligros que conllevaba la sobrepoblación mundial. El libro fue un superventas y, a partir de él, los escritores Max Ehrlich ―sin relación, por lo que parece, con Paul― y Frank De Felitta escribieron el guion del film, que tiene una parte inicial bastante expositiva sobre el ambiente de esa ciudad futura, que casi podría semejar un ensayo, para de forma paulatina irse centrando en la experiencia personal que vive el matrimonio McNeill.

Es curioso cómo, al principio del film, el presidente expone la decisión global de todos los gobiernos mundiales. Inicialmente se plantean la idea de la esterilización, pero al final la rechazan. Según parece, el estado de crisis mundial es tal que el crecimiento de la población debe reducirse a cero. Al oponerse al concepto de la esterilización, el gobierno se inhibe de cualquier responsabilidad, y vuelca esta sobre la población, exigiéndole un control de sus impulsos naturales. Para satisfacer en parte esos impulsos, se crea una especie de robots ―un tanto en la línea de los posteriores de A.I. Inteligencia Artificial (A.I. Artificial Intelligence, Steven Spielberg, 2001)―. El hecho del aspecto tan grimoso que ofrecen esos “niños” no sé en realidad si es debido a los escasos medios económicos de la película, o se ha buscado esa apariencia tan grotesca de forma intencionada para transmitir al espectador el rechazo que siente Carol cuando está en la cola de la oficina donde se suministran estos sucedáneos a las familias.

Esa sociedad futura que se nos plantea ―no se llega a decir el año, pero es evidente que es ya en el siglo XXI― ofrece una ciudad envuelta en una perenne bruma de contaminación, obligando a los ciudadanos a salir a la calle con una mascarilla para proteger los pulmones. Una especie de dron sobrevuela la ciudad, desde el cual se emiten las proclamas que el gobierno dicta a sus ciudadanos. El matrimonio de los McNeill trabaja en un museo dedicado a recrear cómo era el siglo XX, y allí, junto a sus vecinos y amigos, los Borden, interpretan una emulación de la vida familiar, donde ambos matrimonios practican el intercambio de parejas. Más adelante, cuando Edna Borden descubre el bebé de los McNeill, intentará compartir este, llevando esa idea del intercambio un paso más allá.

Existe un elemento que parece poco creíble en el film. Esa sociedad que se muestra es muy parecida a la del Gran Hermano de la novela 1984 (1984, 1949) de George Orwell. Cuando Carol queda embarazada ―hay en los cuartos de baño unos adminículos que provocan el aborto, y al que han de acudir las mujeres justo después de practicar sexo― por supuesto ha de quedar fuera de la vista de los demás. Debajo de la ciudad existen los túneles de otra población antigua, abandonada y en ruinas tras una conflagración mundial, y ahí se va a vivir Carol a ocultar primero el crecimiento de su vientre, y luego el nacimiento del bebé. De cara a los demás, su marido, Russ, clama que ella lo ha abandonado, debido al constante mal humor que él manifiesta. Sin embargo, es difícil creer que en una sociedad como esa una mujer pueda irse sin más. ¿No hay un control demográfico estricto? ¿No debe rendir cuentas en el trabajo, ante la sociedad?

El director es el neoyorquino Michael Campus (1935-2015), que desarrolló una carrera muy escasa. Comenzó como productor en televisión, en 1966, y en cine debutó como realizador con la presente, y no volvió a tocar el género de la ciencia ficción, aunque cierto es que siempre estuvo envuelto en películas comprometidas, tanto en su faceta de director de cine como de productor de televisión. Aquí aporta un tono intencionadamente frío a las imágenes. Los primeros instantes muestran a Oliver Reed y Geraldine Chaplin con expresiones rígidas, contemplando todo lo que les rodea como si fuesen maniquíes. Poco a poco, a medida que el embarazo de ella se va desarrollando, la vitalidad de ambos comienza a manifestarse, e incluso les vemos reír. Los exteriores de la ciudad están siempre inundados de una atmósfera tóxica, con una niebla perenne ―lo cual ayuda a ocultar la pobreza de los decorados―, donde desfilan los ciudadanos como si fueran robots teledirigidos. La puesta en escena intenta siempre poner de manifiesto la deshumanización global. Dentro de su sencillez, su casi minimalismo, la película es interesante y supone un necesario toque de atención incluso hoy en día, cuando lo expuesto queda evidente que no ha sucedido, pero seguimos empeñados en reproducir los comportamientos que conducen a ello.

Anécdotas
- Títulos alternativos: Zero Population Growth / Edict / The First of January.
- El título, Z.P.G., es el anagrama de “Zero Population Growth” ―uno de los títulos alternativos―, que significa “Crecimiento de población cero”.
- Geraldine Chaplin fue premiada en el Festival de Sitges de 1972 por su interpretación.
- Frank DeFelitta quería dirigir la película él mismo.
- Aunque la película fue un fracaso comercial, la novelización que se publicó a partir de ella, y que extiende muchas ideas del film, tuvo un gran éxito.
- Estrenada en Estados Unidos el 25 de mayo de 1972. En España se estrenó el 21 de marzo de 1974.
Bibliografía
Edicto siglo XXI “Prohibido tener hijos”; por Max Ehrlich; traducción de Ramón Alonso. Barcelona: Grijalbo, 1976. Colección: Edibolsillo; s/n. T.O.: The Edict (1971). [Novelización].
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: **½
• bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra