Miles y Strager son dos agentes publicitarios que se han inventado una campaña colosal para lanzar la inauguración del nightclub perteneciente al ex gánster Ace Miller: presentar un zombi auténtico. Pero, por supuesto, no disponen de él. Miller les amenaza de muerte si no buscan uno, así que se han de trasladar a la isla de San Sebastián, el único lugar donde se conoce hay auténticos zombis.

Dirección: Gordon Douglas. Producción: RKO Radio Pictures. Productor: Benjamin Stoloff. Productor ejecutivo: Sid Rogell. Guion: Lawrence Kimble, según una adaptación de Robert E. Kent de una historia original de Robert Faber y Charles Newman. Fotografía: Jack MacKenzie. Música: Roy Webb. Montaje: Philip Martin. Dirección artística: Albert S. D’Agostino, Walter E. Keller. Intérpretes: Wally Brown (Jerry Miles), Alan Carney (Mike Strager), Bela Lugosi (profesor Paul Renault), Anne Jeffreys (Jean La Danse), Sheldon Leonard (Ace Miller), Frank Jenks (Gus), Russell Hopton (Benny), Joseph Vitale (Joseph), Ian Wolfe (profesor Hopkins), Louis Jean Heydt (Douglas Walker), Darby Jones (Kalaga, el zombi), Rudolph Andrean (sumo sacerdote), Robert Clarke (Wimp), Harold Herskind (Stenga), Sir Lancelot (cantante de calipso), Barry Norton (patrón de nightclub), Jason Robards Sr. (jefe de comedor), Nick Stewart (Worthington), Martin Wilkins (Sam), Dick Botiller, Tom Coleman, Bess Flowers, Angela Gomez, Robert Haines, Eddie Hall, Sam Harris, Matthew Jones, Carl Kent, Rosemary La Planche, Virginia Lyndon, Norman Mayes, Charles Meakin, Harold Miller, Emory Parnell, Paul Power, Walter Soderling, Robert St. Angelo, Max Wagner, Larry Wheat, Bill Williams, Betty Yeaton… Nacionalidad y año: Estados Unidos 1945. Duración y datos técnicos: 68 min. B/N 1.37:1.

 

poster

Con el tiempo, Gordon Douglas (1907-1993) se acabaría convirtiendo en el director de esa joya del cine de ciencia ficción que es La humanidad en peligro (Them!, 1954), así como realizador de un puñado de excelentes wésterns y films policiales. Pero por estas fechas era un profesional contratado por la RKO que se hacía cargo de las películas de serie B que se le encargaran, fueran del tipo que fuera, aunque desde que debutara con General Spanky (1936), codirigida con Fred C. Newmeyer, se había convertido por aquella época en más o menos un especialista en comedias, y entre ellas cabe mencionar Zenobia (Zenobia, 1939), famosa por estar protagonizada por Oliver Hardy, y con Harry Langdon reemplazando a Stan Laurel. De hecho, al año siguiente ya se reunió la mítica pareja en otro filme de Douglas, Marinos a la fuerza (Saps at Sea, 1940).

foto1

Zombies on Broadway [vd/tv/dvd: Zombies en Broadway, 1945][1] podría considerarse una secuela de esa obra maestra que es I Walked with a Zombie [tv/dvd: Yo anduve con un zombie, Jacques Tourneur, 1943]: tanto Darby Jones como Sir Lancelot repiten los papeles que en aquélla encarnaran, y la acción vuelve a tener lugar en la ficticia isla caribeña de San Sebastián[2]. Al mismo tiempo, el film representa un vehículo de lucimiento para la pareja artística formada por Wally Brown y Alan Carney, una barata imitación de Abbott y Costello, quienes debutarían como dúo con The Adventures of a Rookie (1943). Abbott y Costello habían actuado en películas de muy diversa catadura temática, aunque hoy día son más famosos por sus aportaciones a la parodia terrorífica, en la cual se iniciaron marginalmente con Agárrame ese fantasma (Hold That Ghost, Arthur Lubin, 1941), aunque el éxito de esa fórmula surgió con Abbott y Costello contra los fantasmas (Abbott and Costello Meet Frankenstein, 1948). Sin embargo, con anterioridad Brown y Carney abordaron la parodia de una temática fantástica con el film que nos ocupa.

foto2

La película, de poco más de una hora de duración, tarda bastante en arrancar en lo que nos concierne, y Bela Lugosi[3] no aparece hasta pasados veinte minutos. Comienza en Broadway, con los protagonistas trabajando de agentes publicitarios para un gánster que quiere limpiar su nombre montando un negocio legítimo, un nightclub llamado La Cabaña Zombi, donde ellos le han sugerido, como campaña comercial, presentar “un auténtico zombi”. Al principio pretenden engañar, tanto al jefe como al público, con un negro con la cara pintada de blanco, pero la cosa no pasa de una presentación al gánster. Este les fuerza a conseguir un zombi auténtico, y entonces el dúo se embarca, literalmente, en una aventura, primero pidiendo consejo en un museo, y luego viajando a la isla de San Sebastián, donde se ambientaba, como hemos dicho, la película dirigida por Tourneur y producida por Val Lewton.

foto3

Nada más bajar del barco nos topamos con Sir Lancelot, el cantante caribeño que ya había aparecido en el film citado, y entonando el mismo calipso que allí interpretara. Más adelante, en la mansión en medio de la jungla donde habita el pérfido doctor Renault, interpretado por un Bela Lugosi en su salsa, y caracterizado con entrecejo, este hará uso de un zombi llamado Kalaga, al que da no vida Darby Jones, el mismo actor que ya apareció en el mítico film referido, y con igual caracterización, esto es, pecho desnudo y ojos saltones e inmóviles.

foto4

Se da la curiosa circunstancia argumental de que en Zombies on Broadway aparecen estas criaturas de la mitología haitiana, y creados por la magia del vudú. Sin embargo, el doctor Renault intenta recrearlos por medio de una fórmula científica, emulando por esos métodos un factor sobrenatural, aunque el resultado es siempre fallido: o bien sus motivos de experimento mueren, o retornan a su condición natural. Tal como dice su ayudante: “Quizás es porque intenta dar forma científica a lo que es sobrenatural”. Lo que es curioso es que el intento de Renault se asemeja a la búsqueda del “polvo zombi” que, finalmente, se acabó descubriendo de verdad, tal como refirió el etnobotánico Wade Davis en un artículo de 1983 dentro de la revista Journal of Ethnopharmacology, por medio de una mezcla de tetrodotoxina y datura, una planta venenosa. A referir que, en conclusión, los productos de sus experimentos muestran la misma expresión que Kalaga, con esos ojos desorbitados e inmóviles, lo cual, si en aquél aporta una expresión inquietante, en los demás se muestra graciosa.

foto5

El film se sustenta sobre una trama más o menos seria, más o menos elemental, donde se inserta la intervención del dúo cómico, que cabe afirmar resulta bastante soso, basando su humor en su mayoría por medio de las reacciones de miedo que les va despertando lo que se van topando, en especial el gordito, Alan Carney, quien, al igual que Lou Costello en sus posteriores películas de la Universal, será el único que, al principio, verá al zombi, y cada vez que informa a su compañero, el muerto vivo desaparece. Junto a ellos concurre un monito adorable, un uacarí, que en más de una ocasión roba la película a las estrellas, y quien hace descollar unos gags más divertidos, dentro de su candidez, que los de los protagonistas[4].

foto6

Gordon Douglas efectúa una labor de artesano que ilustra con sencillez la trama que tiene entre manos, sin hacer otra cosa que seguir con la cámara a los actores. Cabe resaltar lo atmosféricos que resultan los planos del caserón donde habita el doctor Renault, así como el sótano y el laboratorio, y en una ocasión Lugosi, para recitar uno de sus clásicos monólogos, se sitúa junto a una lámpara para que este le proporcione una iluminación en contrapicado que le confiera una apariencia inquietante. Por supuesto, no se trata de una película para aficionados “serios” al género que analizan todo con expresión ceñuda, pero dentro de su sencillez es un film medianamente simpático y que se ve con una leve sonrisa.

foto7

 

Anécdotas

  • Título alternativo en el Reino Unido: Loonies on Broadway.
  • Las escenas selváticas se rodaron en el plató de la RKO destinado a las películas de Tarzán.
  • Con el título de esta película hay un álbum de 2017 del grupo indie Andrew McMahon in the Wilderness.
  • Estrenada en Estados Unidos el 26 de abril de 1945 en Nueva York, y después masivamente el 1 de mayo.

 

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: *½

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra

 

[1] La palabra inglesa “zombie” apareció por primera vez en 1819, en una historia del Brasil escrita por el poeta Robert Southey, bajo la forma de “zombi”, y refiriéndose a un líder afro-brasileño llamado Zumbi. El Oxford English Dictionary otorga un origen centroafricano a la palabra, y la compara con los términos congoleños “nzambi” (dios) y “zumbi” (fetiche). En España, la palabra llegó como un anglicismo y durante mucho tiempo se citó como zombie, hasta que la RAE admitió la castellanización del término como “zombi”. Dado que la película se exhibió en España por primera vez cuando aún se utilizaba el anglicismo “zombie”, con esa grafía la respetamos así.

[2] La isla también aparece en otra producción de Val Lewton, The Ghost Ship [tv/dvd: El barco fantasma, Mark Robson, 1943].

[3] Bela Lugosi se toparía de nuevo con Brown y Carney en la comedia de misterio con leves toques de terror Genius at Work [tv/dvd: Un asesino egocéntrico, Leslie Goodwins, 1946].

[4] El escritor Arnold T. Blumberg comentó al respecto: “El único valor real de entretenimiento que tiene Zombies on Broadway, aparte de las ocasionales conexiones con I Walked with a Zombie, se deriva de las escenas que envuelven al monito, quien claramente piensa que está trabajando en una película mucho mejor que en la que está”. Blumberg, Arnold (2006). Zombiemania: 80 Movies to Die For. Telos Publishing. pág. 395.