Dos años después de la invasión, la humanidad intenta reconstruir vanamente la civilización que quedó arrasada. George vive con su hijo Alex, después de que su mujer muriera, cuando de pronto percibe una interferencia en la radio que le hace deducir que los marcianos han vuelto.

Dirección: C. Thomas Howell. Producción: Anthill Productions para The Asylum. Productor: David Michael Latt. Productor delegado: David Rimawi. Productor asociado: Paul Bales. Productores ejecutivos: Matthew Bolton, Adam Blake Finer. Guion: Eric Forsberg, David Michael Latt, según argumento de Steve Bevilacqua. Fotografía: Mark Atkins. Música: Ralph Rieckermann. Montaje: Ross H. Martin. Diseño de producción: Brandon Kihl. FX: Brandon Kihl (supervisor de efectos especiales), Scott Wheeler (supervisor de efectos visuales). Intérpretes: C. Thomas Howell (George Herbert), Christopher Reid (Pete), Kim Little (Victoria Reed), Jonathan Levit (Gorman), Danna Brady (Sissy), Fred Griffith (comandante Kramer), Darren Dalton (Shackleford), David Regal (Finius), Leslie Gomez (Charleze), Liam Howell (Liam), Dashiell Howell (Alex Herbert), Zack Beseda, Jason S. Gray, Jonathan Nation, Murray SawChuck, Rebecca Baril, Oliver Rayon, Lisa Carducci, Philip Cornwall, Steve Goldenberg, Brandon Kihl, Arturo Hernandez Jr., Greg Beratis, Leah Rimeris, Karin Chekria, Damian Rasheed, Ashley Dorris, Brandon McCullum, Amalia Shifriss, Jay Plemons, Mike Lischke, Chad Snyder, Nicole Hipno… Nacionalidad y año: Estados Unidos 2008. Duración y datos técnicos: 87 min. – color – 1.78:1 – 35 mm.

 

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La guerra de los mundos (H.G. Wells’ War of the Worlds, 2005) era una mediocre adaptación de la excelente novela del autor de El alimento de los dioses, por lo cual la frustración que produce al espectador es enorme. El que esta secuela ya no tuviera que depender tanto de la obra literaria, en cierta manera, exime a este film de suponer tamaña decepción, y se podría mirar de un modo más indulgente. La lástima es que, supeditada o no a otro trabajo, y en relación con ella, el resultado fílmico sigue siendo pésimo. La cinta anterior estaba dirigida por David Michael Latt, habitual productor y director de cuatro películas para cine, tres para vídeo y una para televisión, y que consumó una labor muy endeble. El que ahora sea reemplazado por el actor C. Thomas Howell, director ocasional (una película y seis directas a vídeo en total), tampoco supone un cambio demasiado doloroso, pues su trabajo es muy pobre, atiborrando la narración visual de primeros planos, a tal punto que a veces no se vislumbra lo que acontece, y en muchas ocasiones suceden acciones fuera de plano. Un buen ejemplo de su torpeza al planificar es el momento final en que reaparece su personaje, donde inserta un primer plano suyo antes de que su aparición sea desvelada, rompiendo el efecto sorpresa.

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El guion, obra de Eric Forsberg y David Michael Latt, a partir de un argumento de Steve Bevilacqua, apunta unas escasas ideas interesantes, en especial esa ciudad terrestre en medio de Marte, y que tal vez pudiera ser un homenaje a uno de los relatos, «La tercera expedición», de las Crónicas marcianas de Ray Bradbury. Pero en general es un batiburrillo un tanto incoherente, que además recuerda mucho al clímax final de la película Independence Day (Independence Day, Roland Emmerich, 1996), solo que estirado a hora y cuarto, y tenemos a los personajes corriendo de un lado para otro sin parar, y luego vuelta a empezar, sin hacer progresar la trama hasta que los guionistas así lo desean. Buen ejemplo de ello es el personaje de Shackleford, que tiene la solución a todo desde que George se topa con él, y hasta el final no se la desvela.

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Sin explicación alguna, aquí el diseño de los ingenios marcianos varía con respecto al film precedente, siendo esta vez, eso sí, un trípode, semejando una especie de escarabajo gigante con tres patas inmensas. El presupuesto de esta película es la mitad que el de la previa, y sin embargo el resultado de los efectos especiales es más convincente, lo cual sin duda es debido a, por un lado, el paso del tiempo, con la técnica que ha avanzado en ese sentido, y por otro que, al aflorar en tan pocos instantes, pueda refinarse mejor el resultado. Aparte de ello tenemos el interior de la nave, efectuado con una especie de plásticos rojos hechos jirones colgando de todas partes, en un bosquejo no demasiado inspirado, y que delata el carácter paupérrimo de la producción. Y, una vez más, se da el hecho de que, siendo una película destinada solo para entretener, el aburrimiento es anonadador. Por suerte, no hubo ninguna secuela más.

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Anecdotario

  • Rodada con un presupuesto estimado de medio millón de dólares.
  • Dashiell Howell, hijo de C. Thomas Howell, reaparece en esta segunda parte interpretando al hijo de su personaje, Alex Herbert. Pero además también sale Liam Howell, el hermano menor de Dashiell, interpretando otro personaje.
  • Estrenada en Estados Unidos el 18 de marzo de 2008, directamente en vídeo.

 

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: *

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra