El Presidente de los Estados Unidos presenta ante los medios al doctor Forbin, quien ha construido un ordenador que se hace cargo de todo el sistema de defensa del país, para impedir un fatal error humano. Pero en la propia ceremonia de inauguración, Colossus, que así es llamado el ordenador, detecta la presencia de otro ingenio similar, Guardian, construido por los soviéticos. Ambos ordenadores entran en contacto y crean una unidad, y después deciden controlar a la Humanidad por el bien de esta.

Dirección: Joseph Sargent. Producción: Universal Pictures. Productor: Stanley Chase. Guion: James Bridges, según la novela Colossus de D. F. Jones. Fotografía: Gene Polito. Música: Michel Colombier. Montaje: Folmar Blangsted. Dirección artística: Alexander Golitzen, John J. Lloyd. Efectos fotográficos: Albert Whitlock. Intérpretes: Eric Braeden (Dr. Charles Forbin), Susan Clark (Dra. Cleo Markham), Gordon Pinsent (Presidente de EE.UU.), William Schallert (Grauber, director de la CIA), Leonid Rostoff (premier soviético), Georg Stanford Brown (Dr. John F. Fisher), Willard Sage (Dr. Blake), Alex Rodine (Dr. Kuprin), Martin E. Brooks (Dr. Jefferson J. Johnson), Paul Frees (voz de Colossus), Marion Ross, Dolph Sweet, Byron Morrow, Lew Brown, Sid McCoy, Tom Basham, Robert Cornthwaite, James Hong, Serge Tschernisch, Fred Holliday… Nacionalidad y año: Estados Unidos 1970. Duración y datos técnicos: 97 min. color 2.35:1.

 

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El estreno de 2001: una odisea del espacio (2001: A Space Odyssey, 1968) cambió el modo en que la ciencia ficción era abordada en el cine. Pese a que hay excepciones, la mayor parte del cine de ese género producido hasta entonces eran cintas de intriga, acción, suspense, es decir, tramas de evasión con una temática paracientífica más o menos desarrollada como fondo. Viajes en el tiempo, extraterrestres invasores, científicos locos, animales o humanos mutados, eran los contenidos predominantes en ese tipo de cine. Con el estreno del film de Stanley Kubrick parece que, por fin, se planteó la idea de que la ciencia ficción “con contenido” también podía tener lugar en las pantallas, y no solo quedarse en formato de papel. La década de los setenta fue proclive a este tipo de producciones, quizás porque fue una época de cambios sociales, heredera de Mayo del 68, de los movimientos de protesta contra la guerra del Vietnam, de los movimientos civiles; en ese contexto, los guionistas y directores querían dar un toque de advertencia hacia dónde se dirigía la especie humana con su locura. Es sorprendente cómo ahora, con la crisis a todos los niveles que estamos viviendo, no haya un nuevo resurgimiento de este tipo de cine, y prevalezcan las películas de ciencia ficción planteadas como cine bélico contra invasores extraterrestres[1].

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Colossus: The Forbin Project [tv: Colossus: El proyecto prohibido, 1970] es una pequeña gran película del género, muy poco conocida, que en España ni siquiera tuvo honor de ser estrenada en cines. Puede considerarse, en cierta medida, una especie de heredera de filmes como ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú (Dr. Strangelove or: How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb, 1964), precisamente de Kubrick, o Punto límite (Fail-Safe, 1964), de Sidney Lumet. Por su parte, representa en ciertos sentidos un precedente a títulos como La amenaza de Andrómeda (The Andromeda Strain, 1971), de Robert Wise, en lo que su tono expositivo “clínico” se refiere, o a Engendro mecánico (Demon Seed, 1977), de Donald Cammell, con respecto a determinados elementos argumentales. Inclusive en el breve episodio en Roma se remite en su carácter atmosférico a las cintas de espionaje tan propias de la época.

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Aquí, el toque de atención al que se hacía referencia es, por un lado, el de la escalada armamentística durante la Guerra Fría, la tensión originada entre Estados Unidos y la Unión Soviética, y que justamente por aquellas fechas, menos de una década antes, estuvo a punto de provocar un holocausto nuclear, con la Crisis de los Misiles en octubre de 1962[2]. Por otro lado, tenemos también la cada vez mayor supeditación del ser humano a los ingenios mecánicos, dejando todo en manos de dispositivos que pueden fallar en cualquier momento. En todo caso, aquí, la excesiva perfección de Colossus es la que provoca todos los percances del film.

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Colossus: The Forbin Project podría verse casi como una pieza teatral, pues gran parte de la trama está focalizada en un escaso entorno físico. Sin embargo, la puesta en escena de Joseph Sargent consigue hacer pasar inadvertidas estas limitaciones escénicas. Director de amplio recorrido televisivo, sin embargo fue responsable de un estupendo thriller como fue Pelham 1, 2, 3 (The Taking of Pelham One Two Three, 1974), y en vista de estos dos ejemplos parece ser que se siente como pez en el agua con tratamientos que funcionan como mecanismos de relojería. Aquí consigue crear un clima agobiante y que el espectador se halle toda la película en tensión, expectante frente a lo que pueda acontecer. El hermoso uso del formato panorámico ayuda a que los elementos que conforman el escenario adopten el cometido de personajes en sí mismos, y de hecho Colossus, pese a su “impersonalidad” en el aspecto físico, logra adquirir una personalidad propia, con inclusive sentido del humor.

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En principio se pensó en Charlton Heston o Gregory Peck para el papel protagonista, pero el productor insistió en un actor desconocido. Así pues, el elegido fue el alemán Eric Braeden, también muy activo en televisión –por aquellas fechas fue uno de los protagonistas de la serie bélica Comando en el desierto (The Rat Patrol; 1966-1968), haciendo, cómo no, de alemán, y que por cierto se rodó en España–, y que al año siguiente encarnó el doctor Otto Hasslein en Huida del planeta de los simios (Escape from the Planet of the Apes), de Don Taylor. Excelente actor con muy mala suerte, aquí otorga una gran gama de matices, yendo más allá del frío científico que, en algunas películas, es más impasible que la máquina a la cual se enfrenta.

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El sólido guion de James Bridges –director de El síndrome de China (The China Syndrome, 1979– logra conferir una gran tensión a la trama. Esto, unido a la efectiva realización de Sargent y al excelente plantel de actores, aún provenientes todos estos profesionales en su mayoría de la televisión, conforman una compacta pieza cinematográfica que a día de hoy ha devenido en un título de culto que disfrutan unos pocos connoisseurs, y que siempre es grato hacer llegar a nuevos espectadores.

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Anécdotas

  • Títulos alternativos: The Day the World Changed Hands / The Forbin Project.
  • En 1971 el film fue candidato al premio Hugo a mejor representación dramática. En 1979 fue premiada como mejor producción cinematográfica por la Academy of Science Fiction, Fantasy and Horror Films.
  • Colossus está “interpretado” por el ordenador que administra las nóminas de los estudios.
  • En la época de rodaje de la película existía un ingenio como Colossus, el sistema NORAD de control de los sistemas defensa nacional, sito en las Montañas Rocosas.
  • Colossus es el nombre del ordenador que, durante la Segunda Guerra Mundial, se dedicaba a descifrar los códigos secretos. D. F. Jones tuvo conocimiento de ello mientras trabajaba allí con computadoras.
  • D. F. Jones (1917–1981) escribió tres novelas sobre la saga de Colossus: Colossus (1966), The Fall of Colossus (1974) y Colossus and the Crab (1977). Por supuesto, ninguna de ellas está publicada en España.
  • Estrenada en Estados Unidos el 8 de abril de 1970.

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

[1] Sin embargo, parece ser que ahora se está trabajando precisamente en un remake de esta película, cuyo guion está elaborando Blake Masters, un habitual de la franquicia Ley y orden.

[2] Gordon Pinsent, el actor que interpreta en esta película a un innominado Presidente, por cierto, está caracterizado para ofrecer un extraordinario parecido con John F. Kennedy.