Rachel es propietaria de un restaurante ubicado junto a un pantano en Luisiana, donde también ofrece espectáculos con caimanes. Al pantano va a parar accidentalmente un tiburón, que se adapta con facilidad al agua dulce. Pronto comienzan a sucederse las víctimas, y cuando el tiburón acaba con los caimanes del espectáculo de Rachel, ésta se dispone a dar con el animal y acabar con él, en compañía de un agente del gobierno que investiga el tráfico de animales exóticos.

Dirección: G. E. Furst [Griff Furst]. Producción: Bullet Films para SyFy Chanel. Productores ejecutivos: Kenneth M. Badish, Daniel Lewis, James T. Bruce IV, R. Bryan Wright. Guion: Jennifer Iwen, [Charles Bolon, Eric Miller, sin acreditar]. Fotografía: Lorenzo Senatore. Música: Andrew Morgan Smith. Montaje: Matt Taylor. Diseño de producción: Jayme Bohn. Efectos especiales: S.O.T.A. FX. Intérpretes: Kristy Swanson (Rachel Bouchard), DB Sweeney (Tommy Breysler), Robert Davi (sheriff Watson), Richard Tanne (Tyler), Jeff Chase, (Bouchard ‘Swamp Thing’ Jason), Jason Rogel (Martin), Sophie Sinise (Krystal Bouchard), Wade Boggs (ayudante Stanley), Dylan Ramsey (Scott), Charles Harrelson (Noah), Natacha Itzel (Sarah), Thomas «TAH» Hyde III (Marcus), Christopher Berry, Marcus Lyle Brown, Edrick Browne, Gary Catona, Chris Deshazo, Harold Evans, Ron Flagge, Ashton Leigh, Mitch Mequet, Wendy Miklovic, Lance E. Nichols, Matthew Rimmer, Allison Victoria, Eric VanArsdale… Nacionalidad y año: Estados Unidos 2011. Duración y datos técnicos: 85 min. color 1.78:1.

 

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Una más de tiburones, en esta ocasión un telefilm con destino al canal de televisión SyFy, el cual no se caracteriza precisamente por la complejidad y riqueza artística de las obras que exhibe. En ese sentido, la presente supone una película de gran mediocridad, que ni siquiera logra alcanzar el más bajo de sus objetivos, esto es, un entretenimiento sencillo.

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Es curioso cómo las cintas destinadas al canal SyFy tienen esa predisposición hacia los personajes idiotas, irritantes y/o vacíos, y en este caso también se da esa circunstancia. Protagoniza un grupo de individuos patéticos, todos en torno al restaurante en el cual acontece todo, donde se hallan la propietaria, un hermano grandote y descerebrado, una hermanita, un camarero y novio, de lo más celoso, y un cocinero filipino, regordete y enamorado sin esperanza de la hermana. Al lugar llega un agente del gobierno que investiga el tráfico de animales exóticos, del cual es causante el corrupto sheriff del lugar; eso se averigua en la primera escena del film, donde le traen un camión con un trailer conteniendo el tiburón, y que ante sus movimientos frenéticos caerá al pantano.

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Dejando a un lado la sub-trama del sheriff, si se analiza un poco el guion se comprobará que sigue relativamente, una vez más, las mismas directrices que ostentaba el film modelo para esta serie de refritos, esto es, el Tiburón (Jaws, 1975), de Steven Spielberg. En esta ocasión, como es norma, los personajes se comportan de un modo absurdo o idiota por capricho de la guionista, para conducir la trama por donde le conviene. La referida guionista es una tal Jennifer Iwen, en el que es su único cometido conocido; su desastre de labor es arropada también por el trabajo a la sombra de otros dos libretistas, Charles Bolon y Eric Miller, el primero responsable de un telefilm de tono similar, Monsterwolf (2010), de Todor Chapkanov, el segundo con una carrera más amplia en un ámbito parecido, y donde se puede citar, acaso, otro telefilm, Arañas devoradoras (Ice Spiders, 2007), de Tibor Takács.

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No puede decirse que la labor del director eleve mucho el cotarro; al contrario, se limita a rodar de cualquier manera la simplísima trama. El responsable de ello es G. E. Furst, o también Griff Furst, actor devenido a realizador de cuarta, responsable del mítico I Am Omega (2007), así como de Mandíbulas 3 (Lake Placid 3, 2010) y de otra con tiburoncitos, Tiburón fantasma (Ghost Shark, 2013).

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El tiburón de la presente es una rara especie mutante, con piel cuarteada como la de los caimanes. Las pocas veces que se le ve el resultado es pésimo, con unos efectos visuales de bajísimo nivel. Hay algunos elementos gore, con un plano muy divertido cuando el tiburón da un brinco y devora la cabeza de un policía que estaba poniéndose cachondo mirando a una pareja magrearse.

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Llama la atención, dentro del bajísimo nivel, un reparto con cierto empaque: protagoniza Kristy Swanson, la Buffy cazavampiros cinematográfica, le acompaña un D. B. Sweeney que se pasa toda la película como alelado, cuando se supone que es un intrépido agente del gobierno, y el sheriff corrupto es Robert Davi, antiguo villano Bond.

¿Elementos positivos? Los paisajes pantanosos son bonitos.

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Anécdotas

  • Rodado durante el mes de mayo de 2010.
  • Filmado en las localidades de Lafayette y Henderson, en Louisiana, Estados Unidos.
  • Exhibido en la televisión de Estados Unidos por primera vez el 25 de junio de 2011. En España se estrenó vía televisión el 2 de julio de 2011.

 

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)