Un hombre pasa su existencia en una nave espacial en compañía de un bebé. Meses atrás estaba en compañía de un amplio grupo, liderado por la doctora Dibs, en un experimento de reproducción en el espacio sin el concurso de lazos afectivos.
Dirección: Claire Denis. Producción: Alcatraz Films, Andrew Lauren Productions, Arte France Cinéma, BFI Film Fund, Canal+, Ciné+, Madants, Pandora Filmproduktion, The Apocalypse Films Company, Zweites Deutsches Fernsehen. Productores: Laurence Clerc, Oliver Dungey, Christoph Friedel, D. J. Gugenheim, Andrew Lauren, Klaudia Smieja, Claudia Steffen, Olivier Thery Lapine. Co-productor: Olivier Père. Productora asociada: Anna Rozalska. Guion: Claire Denis, Jean-Pol Fargeau, Geoff Cox; Nick Laird, consultor. Música: Stuart Staples, Tindersticks. Fotografía: Yorick Le Saux, Tomasz Naumiuk. Diseño de producción: Jagna Dobesz, Ólafur Eliasson, François-Renaud Labarthe, Mela Melak. Montaje: Guy Lecorne. FX: BUF. Intérpretes: Robert Pattinson (Monte), Juliette Binoche (Dra. Dibs), André Benjamin (Tcherny), Mia Goth (Boyse), Lars Eidinger (Chandra), Agata Buzek (Nansen), Claire Tran (Mink), Ewan Mitchell (Ettore), Gloria Obianyo (Elektra), Scarlett Lindsey (Willow, de bebé), Jessie Ross (Willow, de adolescente), Victor Banerjee (profesor), Juliette Picollot (periodista), John Kimani Njeri (prisionero). Nacionalidad y año: Alemania, Francia, Reino Unido, Polonia, Estados Unidos 2018. Duración y datos técnicos: 110 min. Color 1.66:1.
Claire Denis trabajó como extra para Robert Bresson en Cuatro noches de un soñador (Quatre nuits d’un rêveur, 1971), y fue ayudante de dirección de Wim Wenders y Jim Jarmush. Su primera película fue Chocolat (1988) y su cine, por lo general, orbita en torno al tema del colonialismo —se educó en el África colonial francés—, siendo su cinta más popular, acaso, Una mujer en África (White Material, 2009), con Isabelle Hupert y Christopher Lambert. Nunca había mostrado interés en el cine de ciencia ficción, género con el que ahora debuta por medio de High Life (High Life, 2018). Después de verla, queda evidente que sigue sin tener el menor interés por la ciencia ficción.
En realidad, nada aporta al film el que se ambiente en una nave espacial. Exactamente la misma historia podría narrarse si los personajes, por ejemplo, estuvieran encerrados en una cárcel inaccesible —todos son exconvictos—. No importa, pues, el entorno, sino las reacciones de unos personajes situados en un lugar cerrado y donde deben dirimir sus pasiones. Se trata de un ejercicio de convivencia donde las relaciones se van agriando; el contacto sexual no parece permitido en un principio, por lo cual todos andan más salidos que una esquina, salvo el personaje de Robert Pattinson, que se ha tomado todo con una austeridad monacal. La doctora se le insinúa más de una vez, pero él mantiene su inexpresividad de principio a fin, demostrando que como actor tiene unas limitaciones severas.
Hay una escena donde, al fin, la doctora viola a Pattinson, mientras este se halla durmiendo —un sueño muy profundo, sí—, y después ella se pone en cuclillas y recoge en las manos el semen de él, va a un laboratorio donde escancia el resultado en una pipeta, para luego dirigirse a otra compañera durmiente e inseminarla.
El lector podría presuponer, a raíz de lo referido, que la película podría ser descacharrante. Ni de lejos. El film es de una solemnidad enfática, muy propia de cierto cine europeo, y está además inundada de unos diálogos de lo más papanatas que se hayan oído en mucho tiempo.
Como película de ciencia ficción no aporta nada, y los efectos especiales son pésimos; en YouTube se pueden encontrar cortos de aficionados con trucajes más realistas que lo que aquí se muestra. Nada más empezar la película vemos a Pattinson efectuando una reparación en el casco externo de la nave, y todo tiene la apariencia de estar rodado en una habitación oscura, debido al pésimo uso de la iluminación. La nave, por cierto, parece más la cabina del Doctor Who, y no parecen haberse esforzado en efectuar un diseño medianamente atractivo.
Nadie podría asegurar que su directora es una profesional con treinta años a sus espaldas, y todo ofrece una apariencia amateur terrible. Como suele ser norma en este tipo de cine, sus pretensiones son risibles y su supuesta complejidad es inexistente. Por sacarle algún punto positivo, resaltar el aire de fragilidad que ofrece la actriz Mia Goth.
Anécdotas
- En el Ghent International Film Festival de 2018 fue premiada su música. En el Festival de Cine de San Sebastián logró el premio Fipresci.
- Claire Denis tenía este proyecto en mente desde 2002. En un inicio, escribió el guion con el gran Philip Seymour Hoffman en mente.
- Estrenada en Francia el 7 de noviembre de 2018; en España el 8 de febrero de 2019; en Polonia, el 15 de marzo; en Estados Unidos, el 12 de abril; en el Reino Unido, el 10 de mayo; en Alemania, el 30 de mayo.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: ●
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra