Una mujer y seis hombres están siendo juzgados por asesinato o complicidad, pero la octava persona, un individuo responsable de todo, no está en el banquillo. El juicio comienza y el primer testigo se sienta a declarar. Todo comenzó con una cárcel y una fuga…

Dirección: Gordon Douglas. Producción: William Cagney Productions, Warner Bros. Pictures. Productor: William Cagney. Guion: Harry Brown, según la novela de Horace McCoy. Fotografía: J. Peverell Marley. Música: Carmen Dragon. Montaje: Walter Hannemann, Truman K. Wood. Intérpretes: James Cagney (Ralph Cotter), Barbara Payton (Holiday Carleton), Helena Carter (Margaret Dobson), Ward Bond (inspector Charles Weber), Luther Adler (Keith ‘Cherokee’ Mandon), Barton MacLane (teniente John Reece), Steve Brodie (Joe ‘Jinx’ Raynor), Rhys Williams (Vic Mason), Herbert Heyes (Ezra Dobson), John Litel (jefe de policía Tolgate), William Frawley, Robert Karnes, Kenneth Tobey, Dan Riss, Frank Reicher, John Halloran, Neville Brand, William Cagney, King Donovan, Georgia Caine… Nacionalidad y año: Estados Unidos 1950. Duración y datos técnicos: 102 min. B/N 1.37:1.

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En su época Gordon Douglas fue considerado un director más, un asalariado de cualquier compañía que ofrecía un producto de género comercial y solvente. Hoy día, sin embargo, por suerte se le está comenzando a valorar más, en especial por dos magníficas películas, una de ciencia ficción, La Humanidad en peligro (Them!, 1954) y un western, Río Conchos (Rio Conchos, 1964). Pero amén de estas, Douglas realizó otras muchas cintas de una gran calidad.

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Corazón de hielo (Kiss Tomorrow Goodbye, 1950) ofrece el problema, a primera instancia, de estar protagonizada por James Cagney, lo cual, junto a ciertos elementos temáticos, le hace parecer una imitación de la magistral Al rojo vivo (White Heat, 1949), que protagonizó a las órdenes de Raoul Walsh justo antes de esta; incluso Barbara Payton tiene un aire a Virginia Mayo.

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En todo caso, dejando a un lado esa peculiaridad, se puede decir que Corazón de hielo es, usando una expresión tópica, lo que se conoce como un peliculón. No conozco la novela en que está basada —aunque tras verla pienso ponerle remedio de inmediato—, si bien se percibe que la concisión narrativa provoca ciertas fisuras argumentales, como que determinados sucesos que vemos en los tres flash-backs que componen la mayor parte de la película no pueden ser descritos por los testigos que hemos visto, y se requerirían mayores interrupciones en la narración para dar fe de la exposición de nuevos declarantes; no importa, en todo caso, y se sobreentiende esa diversidad de cara a aportar mayor ritmo a la narración, que es imparable. El espléndido guion de Harry Brown es sucinto, seco y directo, y está servido por medio de unos diálogos brillantes y cínicos, muy propios del género. Gordon Douglas, por su parte, dirige con maestría la narración; atención a ese espléndido plano en contrapicado, cuando Cagney se deshace del dueño del taller mecánico, y que pone de manifiesto la altivez y desquiciamiento del personaje.

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Y tenemos, al fin, a un magistral James Cagney, grandioso y terrible, que compone un personaje al borde de la locura e impulsado solo por la codicia, y para quien las personas representan un mero instrumento para alcanzar sus fines. El arranque y el final de la película son sin su presencia; únicamente estaremos al tanto de él a través de aquellos con quienes se relacionó. A partir de esas manifestaciones de los demás conoceremos a uno de los grandes personajes del cine criminal de todos los tiempos, gracias a esta joya imperecedera que merece verse y revisarse de forma continuada.

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Anécdotas

  • En Argentina, Chile, Colombia, Cuba, México y Venezuela se tituló exactamente igual que en España, algo inhabitual, por cierto.
  • El hermano del personaje de James Cagney es interpretado por el auténtico hermano del actor, que también produce la película.
  • La película fue prohibida en Ohio por su sadismo.
  • Estrenada en Estados Unidos el 4 de agosto de 1950, en Nueva York, y después masivamente el 19 de agosto. En España se estrenó el 26 de septiembre de 1955.

 

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Bibliografía

McCOY, Horace: Di adiós al mañana; traducción del inglés, Ana Goldar. Barcelona: Bruguera, 1980. Colección: Libro amigo; nº 490. Traducción de: Kiss Tomorrow Goodbye (1948).

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

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