En un futuro más o menos próximo, la Tierra ha sido invadida por seres extraterrestres. Tres grupos de personajes, ubicados en diversos lugares, hacen frente a la guerra; en una de esas localizaciones, los miembros de la resistencia tienen encerrada en una celda a una de las criaturas alienígenas mientras intentan descubrir el secreto de un ingenio mecánico que les han capturado.
Dirección: David Martín-Porras. Producción: Secuoya Studios, Álamo Producciones Audiovisuales, A Contracorriente Films. Productores: Raúl Berdones, Adolfo Blanco, Eduardo Campoy, Pablo Jimeno. Productores ejecutivos: Eduardo Campoy, Fernando Riera. Director de producción: Guillermo Ríos. Guion: Guillem Clua, según su propia obra teatral. Fotografía: José Martín Rosete. Música: Arnau Bataller. Montaje: Frank Gutiérrez. Dirección artística: Eva Landaburu. Intérpretes: Claudia Salas (María), Fran Berenguer (Iker), Sofía Oria (Eli), Álvaro Rico (Arturo), María Adánez (Carol), Andrés Gertrudix (Julio), Norudin Batan (Imar), Carlos Fuentes (José Luis), Marga Arnau (Olga)… Nacionalidad y año: España 2024. Duración y datos técnicos: 92 min. color 1.85:1.
El género de la ciencia ficción exige en muchas ocasiones un presupuesto que excede muchas veces las posibilidades de las productoras a la hora de enfrentarse a su rodaje. Buena prueba de ello son las cintas de ciencia ficción de los años cincuenta del pasado siglo en Estados Unidos, gran parte de ellas con la presencia de criaturas de guardarropía, como las producciones de Roger Corman. Muchos aficionados al género actuales desprecian estas películas por ese mero hecho, y he oído echar pestes inclusive de joyas como La mosca (The Fly, Kurt Neumann, 1958), por mencionar un solo ejemplo que me resultó especialmente irritante.
Es por ello, desde luego, que el cine español ha abordado en escasas ocasiones la temática y, cuando lo ha hecho, ha sido de un modo algo esquinado, para eludir la presencia de efectos especiales. Invasión (2024), en ese sentido, no es una excepción. Está basada en una obra de teatro, donde el minimalismo ambiental y escénico debía ser mucho más intenso aún, imagino, y aquí, pese a haber unas cuantas escenas en exteriores y efectuar un montaje paralelo que sería algo incómodo en la representación dramática, la mayor parte de la trama se concentra en tres interiores, con la acción saltando de un sitio a otro según convenga al argumento.
El arranque, además, puede ser objeto de mofa por parte de aquellos espectadores que he aludido, con una voz en off narrando el arranque de la invasión, con el ataque de los alienígenas a la Tierra, y todo ello ilustrado por medio de unos dibujos. Dibujos extraordinarios, debe añadirse, pues son debidos nada menos que al magnífico Carlos Giménez, autor de clásicos del cómic español de ciencia ficción como Delta 99 (1968) o Dani Futuro (1969), o de obras costumbristas como el mítico Paracuellos (1976-2022), desarrollado a lo largo de nueve álbumes. Pero incluso ese detalle tiene una justificación narrativa, puesto que más adelante aparece un personaje (Iker, interpretado por Fran Berenguer) que es el autor de esos dibujos.
Además, para crear una influencia más acusada del mundo del cómic, el director, David Martín-Porras, divide en ocasiones los planos en dos imágenes, como la «Duo-Vision» que emplea un director como Brian De Palma, pongamos por caso, pero recuadrados en blanco, para simular el efecto de una viñeta. No solo eso. Sabedor de que se encuentra con una obra de origen teatral, muy vinculada a la palabra, busca soluciones visuales para desarrollar un tratamiento más cinematográfico, y de esa manera es digno de destacar el modo en el cual las distintas secuencias con diferentes personajes se van dando paso, por medio de frases o imágenes que se relacionan y toman el relevo.
Hay un elemento que, desde el inicio, juega en contra del film, y es un problema inherente a gran parte del cine español, como es la dicción de los actores. Comprendo que pueda sacar de situación al espectador el modo de declamar de algunos intérpretes, máxime cuando se les ve ubicados en un entorno inhabitual en nuestro cine, demasiado tendente al costumbrismo, y puede despertar incluso la carcajada ante comentarios como que ha habido un enfrentamiento con los alienígenas en Parla. Pero, por mi parte al menos, fui sumergiéndome poco a poco en el film, cada vez más interesado en las situaciones, y salvo ese referido problema de dicción, lo cierto es que las interpretaciones no son malas, destacando inclusive un actor como Norudin Batan en su rol de Imar, que es quien otorga mayor veracidad y emoción a su personaje.
A medida que la acción progresa da la impresión de que el motivo extraterrestre es una excusa, y que se busca hacer una metáfora sobre la Guerra Civil española. Ello parece ratificado por el hecho de que, en la base de la resistencia donde tienen encerrado al alienígena, al fondo hay una especie de monitor que luce los mismos colores que la bandera de la República. Finalmente, algo de eso hay, pero de un modo más complejo, más amplio, planteándose una especie de alegoría sobre la estupidez y futilidad de todas las guerras, mensaje que nunca sobra, desde luego. Todo ello desarrollado por una trama que, al principio, parece muy sencilla pero que, a medida que avanza, se va mostrando de una mayor complejidad, con una serie de lecturas superpuestas. De tal manera, Invasión es una película más rica y compleja de lo que aparenta, y de su inicio algo chirriante acaba por desvelarse como un film de lo más interesante y curioso.
Anecdotario
- El rodaje tuvo lugar en Tenerife, en Santa Cruz de Tenerife.
- Tuvo su preestreno el 8 de marzo en el Festival de Málaga 2024.
- La obra original la escribió el autor en 2007 para «La Joven Compañía» y se estrenó en el teatro Conde Duque de Madrid.
- El director, David Martín-Porras, ya adaptó con anterioridad otra obra teatral de Guillem Clua en su film La piel en llamas (2022).
- El realizador ha recibido más de sesenta galardones y una nominación al Goya al mejor cortometraje en 2016 por Inside the Box.
- Estrenada en España el 28 de junio de 2024.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: ***
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra