Helene Delambre ha muerto. Su hijo Philippe, ya crecido, asiste al entierro, e interroga a su tío, François, sobre ese misterio en torno a la familia que ha acabado lentamente con ella. Al fin, este le confiesa el accidente de su padre con una mosca. Philippe quiere proseguir los estudios de su progenitor y, en unión a un amigo, Alan Hinds, vuelve a experimentar con el teletransporte. Con el fin de vigilarle y protegerle, François trabajará con ellos.
Dirección: Edward Bernds [acreditado como Edward L. Bernds]. Producción: Twentieth Century Fox, Associated Producers (API). Productor: Bernard Glasser. Guion: Edward Bernds, según el relato de George Langelaan. Fotografía: Brydon Baker. Música: Paul Sawtell, Bert Shefter, Roy Webb. Montaje: Richard C. Meyer. Dirección artística: John B. Mansbridge, Lyle R. Wheeler. FX: Hal Lierley (maquillaje). Intérpretes: Vincent Price (François Delambre), Brett Halsey (Philippe Delambre), David Frankham (Ronald Holmes, alias Alan Hinds), John Sutton (inspector Beecham), Dan Seymour (Max Barthold), Danielle De Metz (Cecile Bonnard), Jack Daly (Granville, reportero), Janine Grandel (Mme. Bonnard), Michael Mark (Gaston, el vigilante), Richard Flato (sargento Dubois), Gregg Martell (policía), Barry Bernard (teniente MacLish), Pat O’Hara (inspector Evans), Francisco Villalobos (sacerdote), Joan Cotton (enfermera), Court Shepard, Florence Strom, Rick Turner, Ed Wolff, Joe Zboran, John Zimeas… Nacionalidad y año: Estados Unidos 1959. Duración y datos técnicos: 80 min. – B/N – 2.35:1 – CinemaScope – 35 mm.
Tras el éxito comercial de La mosca (The Fly, 1958), rápidamente se trabajó para desarrollar una secuela. Su director, Kurt Neumann, había fallecido poco antes del estreno, así pues no se pudo contar con él, obvio es. La mosca había sido una producción de Regal Pictures con destino a 20th Century Fox, aunque finalmente se estrenó como con el sello Fox. Esta secuela fue promovida por Associated Producers, que era la nueva compañía creada por Robert L. Lippert, propietario de la previa, que fundó en ese mismo 1959, y consistió simplemente en renombrar la antigua Regal, con el fin de seguir originando filmes de serie B como complemento para estrenos «gordos» de la Fox.
Como director, esta vez, se contó con Edward Bernds, especialista en este tipo de cine barato, que en sus inicios hizo un montón de cortometrajes, entre ellos muchos de Los Tres Chiflados, y que debutaría en el largo con la comedia Blondie’s Secret (1948), perteneciente al ciclo dedicado a unos personajes de tiras de prensa creados por Chic Young, Blondie y Dagwood, conocidos en España como Pepita y Lorenzo. Especialista en comedia —al final de su carrera regresó con los Three Stooges, esta vez para hacer largometrajes y una serie de televisión—, también tocó otras temáticas, y en ciencia ficción concibió un grupito de filmes formado por World Without End [dvd/tv: Mundo sin fin, 1956], Space Master X-7 (1958), Queen of Outer Space [dvd: La reina del espacio exterior, 1958], la presente y Valley of the Dragons (1961), a las cuales, tal vez, se podría unir The Three Stooges in Orbit (1962), donde fusionaba sus dos «especialidades».
También escrita por Bernds, labor que efectuaba con bastante asiduidad, El regreso de la mosca (Return of the Fly, 1959) ofrece un arranque que sirve para justificar la ausencia de unos personajes y la permanencia de otros. Del reparto antiguo, solo perdura Vincent Price; se suponía que también iba a aparecer Herbert Marshall, retomando su papel de policía, pero al final, por enfermedad, fue reemplazado por John Sutton en otro rol, un agente que ayudó en la investigación, al tanto de todo, pero al que no vimos con anterioridad. Repiten otros dos personajes, pero encarnados por otros actores, así Gaston, el vigilante de la fábrica, y el hijo de los Delambre, Philippe, que en la anterior tenía unos diez, y que en esta, encarnado por Brett Halsey, tendrá unos veinticinco, atendiendo a la edad de los actores, por lo cual, en apariencia, o bien la previa se ambientaba en 1943, o acaso esta se traslada al futuro, en 1973 (Price está caracterizado con unas leves canas).
Aquí, Philippe recupera los papeles de su padre, pese a que en el film anterior este los había quemado. Hay escenas rodadas en el laboratorio de Delambre Sr., desarrolladas para aprovechar esos decorados, e incluso se distingue la pizarra donde el padre escribió instrucciones a la madre, con las últimas frases de él para ella, como «I Love You». Bernds intenta aportar nuevas vías narrativas a la historia, y así, amén de introducir otros personajes, como ese amigo y ayudante del muchacho, también incorpora a un ama de llaves que no para de hablar en francés, o su atractiva hija. E igualmente, en el aspecto argumental, introduce una intriga criminal.
El arranque de la película resulta aparente, e inclusive hay algunos diálogos entre el muchacho y su tío que son bastante jugosos. Sin embargo, cuando se introduce la trama criminal, en gran parte el conjunto se desmorona, y se vuelve convencional y rutinario. La incorporación de un delincuente de segunda, que al mismo tiempo lleva una funeraria, aporta un curioso tono de pastiche, mezclando ciencia ficción con policial, pero esa trama es vulgar y torpe, y el interés se pierde.
El uso del CinemaScope, aunado a un elegante blanco y negro, adjudica una textura muy interesante al film, afeada por algunos ocasionales zooms que parecen efectuados en laboratorio[1], que resultan redundantes. Bernds, como guionista, intenta aportar variedad con respecto a la previa, de ahí que incorpore el elemento de un hombre fusionado esta vez con una rata de laboratorio, lo cual le proporciona manos y pies de roedor. Y el hecho de que se volviera a colar una mosca en la cabina hubiera resultado el colmo de la casualidad, por lo cual aquí ese hecho se hace de un modo intencionado, por parte de un personaje desalmado y ruin. Los efectos especiales ofrecen al hombre mosca con un cabezón descomunal, muy distinto al previo, acaso debido a determinados fenómenos de gigantismo ocasionales que se plantean, y tenemos también algunos trucajes psicotrónicos, como una rata con manitas humanas, o la mosca con una cabeza de hombre totalmente normal sobre el cuerpo. El efecto es tan chocante como carcajeante.
El film es simpático, divertido, y se deja ver por lo estrambótico de su planteamiento así como por la referida elegancia visual, y siempre es grato presenciar a Vincent Price, aunque aquí dispone de menos papel que lo que su nombre en la cabecera de los créditos hace intuir. Bernds es torpe y desmañado, y obviamente no alcanza los altos niveles del film previo, pero es que apenas roza el aprobado en un producto que parece concebido sin excesiva preocupación por hacer algo digno.
Anecdotario
- Título en Argentina: El monstruo de los mil ojos. Títulos en México: El regreso de la mosca / El monstruo de los mil ojos.
- Presupuesto estimado de 225.000 dólares.
- Rodada a partir del 3 de marzo de 1959, y acabada ese mismo mes, en los 20th Century Fox Studios, Century City, Los Ángeles, California, Estados Unidos.
- Para el estreno en el Reino Unido se amputó el plano del conejillo de indias aplastado por un pie.
- El guion se escribió específicamente para utilizar los decorados en pie de la cinta anterior, La mosca (1958).
- Vincent Price firmó para la película tras leer el primer borrador del guion; sin embargo, el estudio exigió que se reescribiera para reducir los costes de producción. Al parecer, la reescritura eliminó gran parte de lo que a Price le gustaba del primer borrador de la película.
- El actor Ed Wolff dobla a Brett Halsey como «la mosca», y luego Joe Zboran asume el rol de «la mosca».
- El actor Francisco Villalobos está erróneamente acreditado como Francisco Villalobas.
- Tercera y última entrega de la saga: Curse of the Fly [tv/dvd: La maldición de la mosca, Don Sharp, 1965].
- Estrenada en Estados Unidos en programa doble junto a The Alligator People [dvd/tv: El caimán humano, Roy Del Ruth, 1959].
- Estrenada en Estados Unidos el 22 de julio de 1959, y en España el 16 de septiembre de 1988, en Madrid, en versión original subtitulada, dentro del ciclo 20 Fantasy Fox.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: **
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra
[1] El zoom procede del modelo creado por el alemán Frank G. Back en 1959 para cámaras de 35 mm. Parece un tanto precipitado que se pudiera usar en un film barato como el presente, y todo indica que el efecto se efectúa sobre la película ya revelada, acercándola ópticamente.