Patrick descubre a su madre con un amante, así que los electrocuta mientras se están bañando. Tres años después, se halla en estado comatoso en una clínica privada. Kathy entra a trabajar como enfermera para cuidarle, y al poco descubre que el muchacho podría tener poderes psíquicos.
Dirección: Richard Franklin. Producción: Filmways Australasian Distributors, Australian International Film Corp. (AIFC), The Australian Film Commission, Film Victoria, Patrick Productions. Productores: Richard Franklin, Antony I. Ginnane. Productor delegado: William Fayman. Guion: Everett De Roche. Fotografía: Donald McAlpine. Música: Brian May. Montaje: Edward McQueen-Mason. Dirección artística: Leslie Binns. FX: Conrad Rothmann (supervisor de efectos especiales), Roger Cowland (efectos ópticos). Intérpretes: Susan Penhaligon (Kathy Jacquard), Robert Helpmann (doctor Roget), Robert Thompson (Patrick), Rod Mullinar (Ed Jacquard), Bruce Barry (Brian Wright), Julia Blake (matrona Cassidy), Helen Hemingway (hermana Williams), María Mercedes (enfermera Panicale), Walter Pym (capitán Fraser), Frank Wilson (sargento detective Grant), Carole-Ann Aylett (madre de Patrick), Paul Young (amante), Marilyn Rodgers (oficinista de día), Peggy Nichols (oficinista de noche), John Murphy, Ray Chubb, Everett De Roche, Peter Culpan, Gillian Seamer, Martin Copping, Diane Giulieri… Nacionalidad y año: Australia 1978. Duración y datos técnicos: 140 min. (montaje original) / 112 min. (copia de estreno) – Agfacolor – 1.85:1 – 35 mm.
En la década de los setenta del pasado siglo el cine australiano comenzó a ser conocido fuera de sus fronteras, en particular en el fantástico y el terror. Con anterioridad, por supuesto, hay muestras desperdigadas en el género, como The Face at the Window (Charles Villiers, 1919), la hoy desaparecida The Guyra Ghost Mystery (John Cosgrove, 1921) o Fisher’s Ghost (Raymond Longford, 1924). Pero fue en los setenta, como se ha dicho, que hubo una misteriosa eclosión. Títulos como Despertar en el infierno [vd: Poblado perdido] (Wake in Fright, Ted Kotcheff, 1971), Picnic en Hanging Rock (Picnic at Hanging Rock, Peter Weir, 1975), La última ola (The Last Wave, P. Weir, 1977), Largo fin de semana (Long Weekend, Colin Eggleston, 1978), Weekend of Shadows [vd: Tras la sombra del asesino, Tom Jeffrey, 1978] o Snapshot [vd: Instantánea siniestra, Simon Wincer, 1979] lograron reconocimiento mundial, a las que siguieron otras, ya en los ochenta, como Harlequin [vd/tv: Más allá de la reencarnación, S. Wincer, 1980], Nightmares [vd: Asesino inocente, John D. Lamond, 1980], El imperio de la muerte (Turkey Shoot, Brian Trenchard-Smith, 1982), Innocent Prey [vd: A merced del asesino, C. Eggleston, 1984] o Cassandra [vd: Cassandra, C. Eggleston, 1986], que prosiguieron la senda forjada.
En algunas de las citadas estaba implicado el guionista Everett De Roche, que acabaría convirtiéndose en un nombre importante del género. Había empezado trabajando en televisión, donde escribió un sinfín de libretos para series policiacas sobre todo. El presente film supuso su debut, precisamente, y después pergeñó Largo fin de semana, Instantánea siniestra, Más allá de la reencarnación y otras. Este era el segundo guion que concebía, de hecho, y llevaba varios años en la despensa, al igual que el primero, el de Largo fin de semana, que vendría después. Cuando se implicó en la idea el realizador Richard Franklin todo vino rodado, y nunca mejor dicho.
Franklin había dirigido con anterioridad dos películas eróticas, The True Story of Eskimo Nell (1975) y Fantasm (1976), sin elementos explícitos, pese a que en la segunda participaba John Holmes. Cuando se topó con el guion de De Roche le encontró potencial. El libreto, por entonces, constaba entonces de «unas farragosas 250 páginas», en palabras de su propio autor, y Franklin le enseñó los mimbres del drama y el suspense. Partieron del susto final y reescribieron todo hacia el principio. Se buscaron el protagonismo de la inglesa Susan Penhaligon para obtener eco comercial en el extranjero.
De hecho, mientras que en Australia el film pasó sin pena ni gloria, allende sus fronteras fue un gran éxito comercial. Franklin había estudiado cine en Estados Unidos junto a George Lucas, Robert Zemeckis y John Carpenter, y era muy admirador de Alfred Hitchcock, de quien inclusive se hizo amigo. Precisamente, la música de este film debida a Brian May tiene ciertos toques a lo Bernard Herrmann, y más adelante Franklin dirigió Psicosis 2ª parte: El regreso de Norman (Psycho II, 1983), y además gran parte de su cine ofrece ecos hitchcockianos.
Franklin buscaba que el personaje de Patrick —interpretado por Robert Thompson, que no pronuncia palabra alguna en todo el film, y que volvería a trabajar junto al director en Roadgames [vd: Juegos de carretera; dvd: Carretera mortal, 1981], y también aparecía en la vampírica Thirst [vd: Sed; tv: Sedientos, Rod Hardy, 1979], entre otras— estuviera rodeado de misterio. El film arranca con la escena de la muerte de la madre y su amante. Hay un plano excelente donde vemos a la pareja en la cama, reflejada en una bola metálica de la cabecera; la cámara gira hasta mostrar la bola junto a la pared, atraviesa esta y descubrimos a Patrick justo al otro lado, escuchando los golpes del lecho sacudiéndose.
Después, la trama salta y Patrick está en una cama de hospital, en coma. No se sabe que él fue el asesino, y se sospecha que quedó traumatizado al ver la muerte de su madre. No hay explicación en ningún momento cómo de una situación llegó a la otra, y es posible que todo fuera debido a un «cortocircuito mental» ante el hecho que provocó. Más adelante, la enfermera Kathy Jacquard (la sólida Susan Penhaligon) «psicoanalizará» a Patrick, echándole en cara que mató a su madre porque la deseaba. Esta especie de versión fantástica de Johnny cogió su fusil (Johnny Got His Gun, Dalton Trumbo, 1971) hace que Patrick se halle en estado de coma —el rótulo junto a la ventana, que luce la palabra «entrance» (entrada), hace parpadear y fallar las dos primeras letras, con lo cual luce en realidad el término «trance»—, con los ojos abiertos; parece ser insensible de las piernas hacia abajo, y ha perdido los sentidos, pero de alguna manera capta el entorno, y es capaz tanto de provocar fenómenos telequinéticos como de controlar mentalmente a la gente, y su facultad puede proyectarla incluso lejos de la clínica.
El film ofrece una trama interesante, donde lo mejor es la relación que se va estableciendo entre el paciente Patrick y la enfermera Kathy. Tiene algunos personajes algo extravagantes, como el doctor Roget, propietario de la clínica, o la matrona Cassidy, que es un bicho despótico dominado por algún tipo de represión. Hacia la mitad la trama pierde un tanto el rumbo, pero logra encauzarlo de nuevo y conseguir un clímax sólido, pese a lo poco espectacular que resulte a ojos del público actual. Richard Franklin se desvela como un realizador que sabe utilizar la cámara como herramienta de narración, y conoce dónde ubicarla en determinados momentos para potenciar la expresividad de los actores o reforzar situaciones. Patrick representa una buena tarjeta de presentación para un director efectivo, que nunca llegó a efectuar ningún film que permitiera que saliera de cierta zona gris en la industria, pero que le supo mantener en esta.
Anecdotario
- Título en Argentina: Patrick – Una experiencia alucinante. Título en México: Patrick.
- Título de vídeo en el Reino Unido: Mind Control.
- Premios: 1978: Australian Film Institute: nominaciones a mejor película, guion y montaje. Festival de Sitges: premio Medalla Sitges de Oro en Ley a mejor película. 1979: Festival de Avoriaz: ganadora del gran premio. 1980: Academy of Science Fiction, Fantasy & Horror Films: nominada a mejor película extranjera.
- Rodada con un presupuesto estimado de 400.000 dólares australianos.
- La clínica de la película es en realidad un hotel abandonado sito en Melbourne.
- En el guion original, la película comienza cuando Patrick descubre que su mujer le engaña y salta de un edificio en un intento de suicidio, y esa era la razón de su estado comatoso en la historia primitiva. Sin embargo, Richard Franklin consideró que el personaje necesitaba ser más oscuro, por lo que se escribió una introducción más perturbadora.
- Everett De Roche, el guionista, tiene un breve cameo como uno de los trabajadores de la compañía de electricidad.
- Jenny Agutter era la primera opción para Kathy Jacquard, pero no estaba disponible. El productor Tony Ginnane le preguntó si conocía a alguien y ella le recomendó a Susan Penhaligon, que acabó consiguiendo el papel.
- Al actor que hacía de Patrick se le administraban unas gotas especiales en los ojos para que pudiera permanecer sin parpadear durante más de un minuto.
- La actriz Julia Blake, que encarnaba a la matrona Cassidy, raramente necesitaba rodar más de una toma.
- El montaje original de 140 minutos parece no haber sobrevivido, en palabras del director.
- En la versión estrenada en Estados Unidos se dobló la voz de todos los actores, salvo la de Susan Penhaligon. Además, recortó el metraje a 96 min.
- La copia estrenada en Italia reemplazó la partitura musical de Brian May por otra de los Goblin, extraída de la banda sonora de una serie de Dario Argento. Al parecer, esa copia se estrenó también en otros países europeos.
- Everett De Roche y Richard Franklin planearon una secuela, e incluso escribieron un guion titulado Patrick II: The Man Who Wasn’t There, en el que una secta religiosa encontraba el cadáver de Patrick y lo revivía, tras lo cual empezaba a amenazar a una mujer.
- Secuela: Patrick vive ancora [vd: Patrick vive todavía, Mario Landi, 1980] [Italia].
- Remake: Patrick (Mark Hartley, 2013) [Australia].
- Estrenada en Australia el 1 de octubre de 1978 y en España el lunes 8 de octubre de 1979, tanto en Barcelona como en Madrid; en Madrid fue en los cines Progreso, California y Juan de Austria.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: ***
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra