En la jungla amazónica es descubierto un fósil de lo que parece ser un híbrido entre humano y anfibio. Una expedición norteamericana se traslada hacia el lugar, y pronto parece haber indicios de que una criatura como esa está viva en la zona. En efecto, así es, y cuando ve a una mujer que convive con el grupo se siente interesada por ella…

Dirección: Jack Arnold. Producción: Universal International Pictures. Productor: William Alland. Guion: Harry Essex, Arthur A. Ross, según argumento de Maurice Zimm y William Alland. Fotografía: William E. Snyder. Música: Henry Mancini, Hans J. Salter, Herman Stein, Robert Emmett Dolan, Milton Rosen. Montaje: Ted J. Kent. Dirección artística: Hilyard M. Brown, Bernard Herzbrun. FX: Bud Westmore, Robert Hickman, Jack Kevan, Chris Mueller (maquillaje), Milicent Patrick (diseño de la criatura). Intérpretes: Richard Carlson (David Reed), Julie Adams (Kay), Richard Denning (Mark Williams), Antonio Moreno (Carl Maia), Nestor Paiva (Lucas), Whit Bissell (Dr. Thompson), Bernie Gozier (Zee), Henry A. Escalante (Chico), Ricou Browning (la criatura, en el agua), Ben Chapman (la criatura, en tierra), Perry Lopez (Tomás), Sydney Mason (Dr. Matos), Rodd Redwing (Luis)… Nacionalidad y año: Estados Unidos 1954. Duración y datos técnicos: 79 min. – B/N – 1.37:1 (negativo y copia de cine en 2D) / 1.75:1 (copia de cine 3D Pola-Lite) / 1.85:1 (copia de cine 3D y edición Blu-ray) / 2.00:1 (copia de cine 3D alternativa) – 2D – 3D – 35 mm.

 

La teoría de la evolución indica que el ser humano y el resto de los animales surgieron del mar. Por supuesto que el proceso de conversión desde un ser marino hasta uno de tierra fue de una lentitud de milenios, pero el cine fantástico, siempre impaciente por mostrar el portento, aceleró esa evolución, ofreciéndonos en más de una ocasión híbridos entre humano y pez. El personaje más popular en ese sentido fue el Monstruo de la Laguna Negra, creación de la Universal en los años cincuenta durante la edad dorada de la ciencia ficción.

El pez-obispo, un humanoide piscino del que

se tiene noticia en Polonia en el siglo XVI

El primer título de la trilogía del hombre con agallas sería La mujer y el monstruo (Creature from the Black Lagoon, Jack Arnold, 1954). Fue en 1941 cuando, durante una fiesta en casa de Orson Welles, el productor William Alland dio origen a todo, en cierta manera. Alland (1916-1997) había comenzado como actor: es el periodista, casi siempre visto en sombras, de espaldas o escorzo, que investiga la muerte del millonario Charles Foster Kane en la obra maestra Ciudadano Kane (Citizen Kane, O. Welles, 1941). Escasos cometidos efectuó en esa tarea, hasta que optó por pasarse al apartado de producción. Su primera película en esa labor fue el wéstern Cave of Outlaws [tv/dvd: Cueva de bandoleros/La cueva de los forajidos, William Castle, 1951], para la Universal. Entre ese año y 1966 —año en que se despidió con la comedia de caballistas Una dama entre vaqueros (The Rare Breed, Andrew V. McLaglen)— produjo para la productora algo más de una treintena de films, la mayor parte de ellos del Oeste o de ciencia ficción. En este último género fue responsable de títulos como It Came from Outer Space [vd: Llegó del más allá, tv/dvd: Venidos del espacio/Vinieron del espacio;  Jack Arnold, 1953], This Island Earth [tv/dvd: Regreso a la Tierra, Joseph M. Newman, J. Arnold, 1955], Tarantula [tv/dvd]: Tarántula, J. Arnold, 1955], The Deadly Mantis [dvd: El monstruo alado, Nathan Juran, 1957] o The Colossus of New York [dvd/tv: El Coloso de Nueva York, Eugène Lourié, 1958].

La magistral Ciudadano Kane

Volvamos a esa fiesta, convocada precisamente con motivo de Citizen Kane. Allan estaba conversando con el mítico operador mexicano Gabriel Figueroa[1], y este le habló sobre el mito de una raza, mitad humana mitad pez, que habitaba en el río Amazonas. Alland lo rememora así:

Durante una conversación ociosa, Figueroa contó la historia sobre el hecho de que hay una criatura que vive en el Amazonas, mitad humana, mitad pez. Una vez al año viene y reclama una doncella y, tras eso, se va y la aldea queda a salvo otro año. Le miramos y dijo: «Creéis que estoy bromeando, ¿verdad?», y luego insistió en que era absolutamente cierto, que podía proporcionar fotos, y esto y lo de más allá. Siguió así y dijimos: «Vale, vale, vale…» [risas] y pasamos a otro tema. Pero durante unos cinco minutos allí, habló sobre cómo esto no era un mito, que realmente existía tal criatura, y que la gente del Amazonas hablaba de él todo el tiempo[2].

Una imagen del trabajo de Gabriel Figueroa en La perla

La idea —que en verdad recuerda un tanto a King Kong (King Kong, Ernest B. Schoedsack, Merian C. Cooper, 1932)— quedó anclada en su interior y diez años después redactó una historia titulada «The Sea Monster», un texto de tres páginas fechado el 2 de octubre de 1952, apoyándose también en el cuento «La bella y la bestia»[3]. En él rememora el día de la fiesta, y describe a Figueroa como «un director de cine sudamericano», que le relató la existencia de la criatura. Y después añade que un amigo de su informante organizó una expedición para localizarla. Nunca se supo más de ellos. Sin embargo, meses después unos nativos hallaron una cámara que fue identificada como perteneciente al explorador. Había película impresionada y una vez revelada…[4]

La bella y la bestia, disertando amigablemente

Ahí estaba: una criatura de dos metros y diez centímetros, con agallas, manos y pies palmeados y piel escamosa. Se preguntó si realmente algo así podría existir y prosiguió planteando una película llamada «El monstruo marino», que empezaría con esa conversación y un personaje narrando la historia precedente. Después, otra expedición se interna en el lugar, y una hermosa chica vislumbra algo, pero nada es localizado. Al fin, la muchacha es secuestrada por el monstruo, y entonces ofrecía dos opciones argumentales. O bien el novio la rescata y la criatura muere, o bien es capturado el monstruo, transportado a una pequeña localidad sudamericana, donde escapa y provoca el pánico. La frase final de su memorando es: «No es necesario decir que el fin del monstruo es provocado por su deseo hacia la rubia de la expedición».

En noviembre de 1952 Maurice Zimm[5] expandió esa historia hasta concretar un tratamiento de setenta y dos páginas, ya bastante próximo a lo que conocemos, pero demasiado centrada en el triángulo amoroso y con una sub-trama cómica. Tras algunas indicaciones de los estudios acerca del esbozo (el héroe tardaba demasiado en aparecer, por ejemplo), sobre ese texto originario comienza a trabajar Leo Lieberman[6], que añade la idea del eslabón perdido, entre otras. También escribirá sobre él Arthur A. Ross[7], que critica la existencia de un científico loco en la trama, algo pasado de moda, y sugiere que el hombre de ciencia ha de ser el héroe, no el villano[8]. A partir de ese resumen la Universal desarrolló un presupuesto destinado al film, según cómo fuese rodado, en color o blanco y negro, en 2D o 3D, decidiéndose que se hiciera en color y 3D[9]; dado que en 1953 la Warner había tenido un enorme éxito estrenando en formato 3D —o, como se decía en aquel tiempo, al menos en España, «relieve»— Los crímenes del museo de cera  (House of Wax, André De Toth, 1953), se optó por hacer la película en ese mismo sistema.

Ricou Browning, el hombre tras la máscara

Tras un segundo borrador por parte de Ross, entró en el juego Harry Essex, que ya había estado a cargo de varios filmes en 3D, entre ellos el citado It Came from Outer Space. Este redacta un memorando de diecisiete páginas, sugiriendo cambios al último libreto; en aquel entonces el periodista Edwin Schallert publicó que Essex estaba ocupado escribiendo la película, que también dirigiría[10]. Tras esto se hace una reescritura por parte de Essex, ya con el título de Black Lagoon. Por esas fechas, Alland había tenido una reunión con Ernest Nim, mítico montador que había trabajado con Orson Welles, que le sugirió diversos cambios más. Finalmente se llega a una versión definitiva del guion, escrito hacia finales de agosto de 1953, y con cambios fechados hacia el 20 de septiembre. Poco antes, el 1 de septiembre, había habido un encuentro entre William Gordon, de la Universal, y Joseph Breen, de la MPAA; este último aconsejó «eludir cualquier énfasis sexual que pudiera sugerir bestialismo»[11].

A medida que se trazaban estas versiones del guion se hacían intentos de elaborar un casting adecuado para el film. Las primeras ideas eran conceder el papel del doctor David Reed (que acabaría recayendo en Richard Carlson) a Gregg Palmer, Rex Reason o Richard Long, y más adelante se consideró a Frank Lovejoy, protagonista de la citada House of Wax. Sin embargo, parece ser que, desde el principio, tenían claro a Julie Adams como Kay y Richard Denning como Mark Willams.

Como director fue contratado Jack Arnold. Asalariado de la Universal, había debutado en 1950 con With these Hands. Su primer film fantástico fue el citado It Came from Outer Space. Los también referidos, así como, en especial, El increíble hombre menguante (The Incredible Shrinking Man, 1957), lo convirtieron en un especialista del género.

Según parece, durante mucho tiempo el diseño de la criatura fue adjudicado en solitario a Bud Westmore[12], minimizando la labor de otros colaboradores. La diseñadora del aspecto del monstruo, y durante mucho tiempo sentenciada al ostracismo, fue Milicent Patrick, animadora de la compañía Disney. Después, Jack Kevan, que había realizado prótesis para víctimas amputadas durante la Segunda Guerra Mundial, creó el cuerpo, mientras Chris Mueller Jr. esculpía la cabeza.

Fueron dos los actores que vistieron el traje, así Ben Chapman lo portó en las tomas rodadas en tierra, en los estudios de Universal City. El rodaje se alargaba hasta catorce horas diarias, durante las cuales no podía sentarse, dada la rigidez del tejido, y debía recostarse; además, no veía muy bien, y en una ocasión golpeó la cabeza de Julie Adams contra la pared cuando la lleva en brazos en la escena de la gruta. Por otro lado, en las escenas acuáticas quien interpretaba al monstruo era Ricou Browning, quien comenzó trabajando en espectáculos acuáticos, y que desde la presente película se especializó en labores de esa índole en el cine, hasta acabar inclusive dirigiendo filmes o series de temática marina (Flipper, por ejemplo).

La película nos brinda una criatura escamosa, con membranas interdigitales y branquias a los lados de la cabeza, y que ha sobrevivido desde la era devoniana; el ser nada de forma portentosa, pero puede también habitar fuera del agua. Pese a ser una entidad escamosa, se siente atraído sexualmente por la belleza rubia que encarna Julie Adams, patentizando de ese modo su adscripción, si bien parcial, a la especie humana.

Resulta curioso cómo una película centrada en la investigación científica comienza aludiendo que el universo fue creado por Dios. Tal vez se debiera a que, en esa época, aún había muchos espectadores que rechazaban el enfoque científico en el tema de la evolución —y aún hoy en día…—, y era un intento de congraciarse con ellos. En todo caso, la orientación científica del film sigue los parámetros habituales del cine de la época, así, véase justo al principio, cuando el profesor Maia encuentra el fósil, el modo vandálico que tiene de tratarlo, extrayéndolo de una manera que puede dañarlo. Es sorprendente, también, que en dos ocasiones se haga alusión a la exploración espacial y la vida en otros planetas; puede que ello suponga un guiño a los fans del cine de ciencia ficción de la época, en un intento, acaso, de justificar la perspectiva que tomaba el film, y de explicar que, al fin y al cabo, la investigación científica ha de iniciarse en un rumbo para alcanzar el siguiente.

La película toma como eje central a Kay, interpretada por Julie Adams (aquí acreditada como Julia Adams). Cuando se menciona el film, siempre se cita a la chica como rubia, tal vez porque hayamos visto a Adams en otras películas, en color, efectuar ese rol, pero la actriz es morena de nacimiento, y como tal se la ve en este filme. Kay es científica, e incluso cuando encuentra la zarpa fosilizada se permite hacer argumentaciones en ese sentido, demostrando estar a la par con sus colegas masculinos, quienes, sin embargo, una vez en la laguna la tratan como la sempiterna hembra desvalida.

A su alrededor pivotan tres machos, nada menos. Por un lado, David Reed (Richard Carlson), su prometido, científico idealista y abnegado, que ama sinceramente a Kay. Por otro, su jefe, Mark Williams (Richard Denning), hombre de negocios que busca el beneficio ante todo; siente interés por Kay, pero para él es algo secundario: lo que importa ante todo lo representa atrapar a la criatura para explotarla en el aspecto comercial. Y, por último, está la propia criatura, que siente un innegable interés hacia Kay.

 El primer contacto que el monstruo tiene con los humanos es con los dos indígenas que están en la tienda de campaña. Uno de ellos, al verle, le arroja una lámpara de petróleo, por lo cual la criatura contraataca. Después, cuando David y Mark están buceando en la laguna, se topan con él, y Mark le dispara un dardo; y más tarde, quedará atrapado en una red, algo que sin duda no conoce, pero que puede considerarse un acto de agresión. Por tanto, en ningún momento se llega a manifestar que la criatura suponga un ser agresivo por naturaleza, y solo responde ante el ataque por parte del ser humano.

Sin embargo, hacia Kay actúa de un modo distinto. La ve nadar en la superficie, al contraluz del sol que atraviesa las aguas. Y entonces se pone a bucear a la par con ella, como en un ritual de apareamiento. Sin duda la criatura se siente atraída físicamente por la muchacha, aun cuando ambos pertenezcan a especies diferentes. Por supuesto, todo esto entra dentro de la fantasía alegórica que representa el film. Solo vemos a una criatura, y el modo en el que ha llegado a existir hasta ese momento entra en la incertidumbre: ¿había una pareja anterior, ya desaparecida, y él era la única cría que tuvieron?

La trama, como se ha dicho, sigue un tanto el paralelismo de King Kong, con los exploradores incursionando en un mundo nuevo y descubriendo esa criatura distinta; se le intenta capturar, mientras ese ser se siente atraído por la hembra de la expedición. Finalmente, la bestia perece en su intento de alcanzar a la bella.

En el aspecto del 3D, la película muestra, sobre todo, planos de objetos extendidos hacia el público, desde la garra fosilizada del inicio hasta el fusil lanza dardos, las lámparas de petróleo y otros objetos, así como un murciélago al final, dentro de la gruta de la criatura. El momento cumbre de la caverna, por cierto, ofrece una bellísima fotografía de claroscuros, por efecto del reflejo del agua contra las paredes, y que le otorga un aspecto expresionista que entronca el film con el cine que realizó la Universal en la década de los treinta.

 

Anecdotario

  • Título en Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, México, Panamá, Perú, Uruguay y Venezuela: El monstruo de la Laguna Negra.
  • Rodada entre el 13 de octubre y el 15 de noviembre de 1953.
  • Ingmar Bergman veía esta película todos los años el día de su cumpleaños.
  • El aspecto de la criatura se basó en antiguos grabados en madera del siglo XVII de dos extrañas criaturas llamadas el Monje Marino y el Obispo Marino. La cabeza final de la Criatura se basó en la del Monje Marino, pero la cabeza original descartada se basó en la del Obispo Marino.

  • Secuelas:

Revenge of the Creature [dvd: La venganza de la criatura, 1955], de Jack Arnold.

The Creature Walks Among Us [dvd: La criatura camina entre nosotros, 1956], de John Sherwood.

  • Estrenada en Estados Unidos el 13 de febrero de 1954 y sucesivamente en diversas partes del país, y en España debutó el 15 de noviembre de 1954, en Barcelona, y el 6 de junio de 1955, en Madrid.

 

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: ****

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra

 

[1] Uno de los más grandes genios de la cinematografía azteca. En el Festival de Venecia fue premiado por su magistral fotografía en La perla (La perla, 1947) y La malquerida (La malquerida, 1949), ambas de Emilio Fernández. Por  La perla también consiguió un Globo de Oro, y en los premios Ariel mexicanos fue nominado cuatro veces y premiado otras siete, junto a otro premio especial por el conjunto de su carrera en 1987.

[2] Declaraciones de Alland a Tom Weaver en 1995, que este reproduce en The Creature Chronicles: Exploring the Black Lagoon Trilogy, por Tom Weaver, David Schecter y Steve Kronenberg.

[3] Existen diversas visiones del mito. En 1550 apareció la primera versión, obra del autor italiano Giovanni Francesco Straparola. En 1657 surgió la de Charles Perrault, seguida por una de Giambattista Basile, apartándose ambas de la original. En 1740 aparece la versión de Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve y, al fin, en 1756 tenemos la más famosa de las visiones, la de Jeanne-Marie Le Prince de Beaumont, una profesora francesa exiliada en Inglaterra.

[4] ¿Habría oído esta historia Ruggero Deodato cuando pergeñó Holocausto caníbal (Cannibal Holocaust, 1980)?

Holocausto caníbal

[5] Escribió también el guion de, por ejemplo, El hijo pródigo (The Prodigal, Richard Thorpe, 1955) y Good Day for a Hanging [tv/dvd]: Un buen día para una ejecución, Nathan Juran, 1959].

[6] Su currículo como libretista no es demasiado destacado: A Yank in Corea (Lew Landers, 1951), Sorority Girl [tv/dvd]: Escuela de señoritas, Roger Corman, 1957], Carnival Rock (R. Corman, 1957)…

[7] San Quentin (Gordon Douglas, 1946), Puerto de Nueva York (Port of New York, Laslo Benedek, 1949), Los viajes de Gulliver (The 3 Worlds of Gulliver, Jack Sher, 1960), La carrera del siglo (The Great Race, Blake Edwards, 1965)…

[8] En ese instante estaba leyendo el libro Le monde du silence (1953), co-escrito entre Jacques-Yves Cousteau y Frédéric Dumas, que le influyó en ese sentido. El libro dio lugar después a una prestigiosa película documental, El mundo del silencio (Le monde du silence, J.-Y. Cousteau, Louis Malle, 1956).

[9] Durante cierta etapa se consideró el color para la película, hasta que, finalmente, se optó por eliminarlo debido a motivos presupuestarios.

[10] Como guionista Essex fue muy activo, en especial con wésterns, pero como director había debutado en 1953 con el interesante noir I, the Jury. En los setenta realizaría dos «clásicos» psicotrónicos, Octaman (1971) y The Cremators (1972).

[11] Citado por Tom Weaver (op. cit.).

[12] Miembro de una amplia familia de especialistas en maquillaje, que se remonta a George Westmore (1879-1931), y que se extiende hasta Frank C. Westmore (1923-1985), habitual de la franquicia Star Trek. Bud (1918-1973) trabajó en títulos como Devil Bat’s Daughter (Frank Wisbar, 1946), Abbott y Costello contra los fantasmas (Bud Abbott Lou Costello Meet Frankenstein, Charles Barton, 1948), It Came from Outer Space (1953) o El hombre de las mil caras (Man of a Thousand Faces, Joseph Pevney, 1957).