En una villa apartada de Inglaterra, el doctor Norberg sigue una serie de experimentos desde que, veinte años atrás, acabó la Segunda Guerra Mundial. Como activo miembro del partido nazi que es, tiene la misión de devolver la vida a los muertos que están criogenizados. De momento, no ha tenido excesivo éxito, pues las personas que ha logrado despertar son zombis idiotizados sin voluntad. La misión, una vez consiga éxito, es despertar a mil quinientos altos cargos del partido para reinstaurar el Reich en todo el mundo.

Dirección: Herbert J. Leder. Producción: Gold Star Productions Ltd. para Warner-Pathé Distributors. Productor: Herbert J. Leder. Productor delegado: Robert Goldstein. Productor asociado: Tom Sachs. Guion: Herbert J. Leder. Fotografía: Davis Boulton. Música: Don Banks. Montaje: Tom Simpson. Diseño de producción: Scott MacGregor. Intérpretes: Dana Andrews (Dr. Norberg), Anna Palk (Jean Norberg), Philip Gilbert (Dr. Ted Roberts), Kathleen Breck (Elsa Tenney), Karel Stepanek (general Lubeck), Basil Henson (capitán Tirpitz), Alan Tilvern (Karl Essen), Ann Tirard (Mrs. Schmidt), Edward Fox (prisionero nº 3), Oliver MacGreevy (Joseph, el mayordomo), Tom Chatto (inspector Witt), John Moore (Bailey, el jefe de estación), Charles Wade (Alfie, el porteador)… Nacionalidad y año: Reino Unido 1966. Duración y datos técnicos: 95 min. – Eastmancolor – 1.66:1 – 35 mm.

 

En horas muy bajas había de estar el actor Dana Andrews cuando aceptó protagonizar este proyecto. El film anterior al presente que haría fue el simpático wéstern Johnny Reno [dvd/tv: Johnny Reno, R. G. Springsteen, 1966] y el siguiente el drama de pandilleros Hot Rods to Hell (John Brahm, 1966), ninguno de los cuales ofrece un nivel profesional tan paupérrimo como el presente.

The Frozen Dead (1966) está producida, escrita y dirigida por Herbert J. Leder, quien ese mismo año también hizo lo mismo con It! (1967), esta protagonizada por Roddy McDowall, y centrada en una especie de Golem con un trasfondo argumental a lo Psicosis (Psycho, Alfred Hitchcock, 1960). Durante la década de los sesenta el neoyorquino Leder dirigió un pequeño puñado de películas de variada temática, así los thrillers criminales Kansas busca a un asesino (Pretty Boy Floyd, 1960) y Nine Miles to Noon (1963), un extraño corto educativo sobre pederastas, The Child Molester (1964), después el referido díptico fantástico, que rodó en el Reino Unido, y acabó la década con otro drama criminal sórdido, The Candy Man (1969). Rubricó su carrera con otra rareza, la cinta de ciencia ficción Doomsday Machine (1976), que en realidad fue comenzada filmar en 1967, pero se quedó congelada por falta de presupuesto, se terminó en 1972 y no se estrenó hasta 1976; además, Leder no aparece acreditado, figurando en su lugar Harry Hope y el más conocido Lee Sholem, que rodó el material de 1972.

La cinta que nos ocupa no se ha visto nunca en España —salvo, tal vez, alguna retrospectiva en algún festival tipo Sitges—, y no es sorprendente, pues el tufo apolillado que despide es sorprendente. En todo caso, es tal locura que, en cierta medida, inspira simpatía, aunque la verdad es que se queda muy por debajo de sus posibilidades de psicotronía. Arranca con una escena larguísima con Dana Andrews explicando a dos altos cargos nazis que han llegado a su villa en qué consisten los planes que está desarrollando. El protagonista es el doctor Norberg, que tiene un ayudante llamado Essen (Alan Tilvern), al que la trama presta una atención enorme, a tal punto que casi parece el auténtico protagonista, hasta que Leder decide quitárselo de encima de cualquier manera.

La trama carece de mucho sentido, y tiene grandes agujeros de guion, pese a lo elemental que es, e incluso al final uno de los dos nazis desaparece de la trama y no se sabe qué es de él. También se refiere que Essen mató a dos mujeres y un hombre para proveer de brazos de experimentación a Norberg, y vemos en el laboratorio, pendiendo de una pared… siete extremidades. El film tiene un segundo elemento que otorga gran locura a la premisa: la amiga de la sobrina del doctor es asesinada, y Essen convence a Norberg que aproveche su cerebro para experimentación, por lo cual tenemos la cabeza amputada y viva de la mujer, que además desarrolla poderes psíquicos: logra conectar con su amiga por telepatía, pero también altera de alguna manera a los productos fallidos de los experimentos del doctor, e igualmente inquieta a Essen. Este dispositivo argumental de la cabeza recuerda un tanto a las distintas versiones de la novela El cerebro de Donovan (Donovan’s Brain, 1942), de Curt Siodmak, o también otra «joya» de la psicotronía, The Brain That Wouldn’t Die [dvd: El cerebro que no quería morir, Joseph Green, 1962].

El problema es que esos detalles desquiciados están perdidos entre una trama que da muchas vueltas sobre sí misma y se halla muy mal explicada: hay largos tramos de diálogos, como el del arranque, o se centra en asuntos baladíes de la sobrina, o en desarrollar la historia de amor. Aparte de ello, da la impresión de que, moralmente, Leder no tiene muy claras las cosas. Presenta al doctor Norberg como un científico abnegado, y por encima en el aspecto ético tanto de Essen como de los dos recién llegados, el general Lubeck y el capitán Tirpitz. Y no olvidemos que fue un oficial nazi que actuó como tal durante la guerra; y después dudará solo unos segundos para aceptar el usar la cabeza de Elsa para sus experimentos. Y el héroe, o galán, de la película, el doctor Roberts, tampoco tendrá muchos escrúpulos cuando descubra la existencia de la cabeza viviente, que contempla a todos con una expresión espeluznante.

A ese guion absolutamente desastroso se suma una puesta en escena de serie Z. Da auténtica lástima ver a una estrella como Dana Andrews perdido en semejante subproducto. Como curiosidad, resaltemos la aparición de nada menos que Edward Fox haciendo de uno de los zombis. Había debutado en 1962, y participado en diversas series de televisión, y como extra en cuatro películas, pero esta vez era la primera que tenía el honor de figurar en los créditos. Los actores hacen lo que pueden con el material que tienen entre manos, y da la impresión de que se creen estar en algo más digno de donde están en verdad. Pese a todo el desastre a nivel artístico y profesional que es la película, tal como se refiere, de alguna manera inspira cierta simpatía y no se puede ser muy destructivo con ella.

 

Anecdotario

  • Rodada en mayo de 1966, en Clandon Park House, West Clandon, Surry, Inglaterra, para los planos de la residencia del doctor Norberg, así como en la Merton Park Station, en Rutlish Road, Merton Park, y en los Merton Park Studios, en Merton, Londres, Inglaterra, Reino Unido.
  • Pese a ser el film en color, en Estados Unidos se estrenó en blanco y negro con el fin de ahorrar dinero en el tiraje de copias.

  • En Estados Unidos se estrenó en programa doble junto a It! (1966), también de Leder.
  • Estrenada en Reino Unido en octubre de 1966. 

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: *½

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra