El doctor Russell A. Marvin está recién casado con Carol Marvin. Mientras viajan por carretera, el automóvil es repentinamente sobrevolado por un platillo volante. Pronto acontecen diversos avistamientos de OVNIS por todo el mundo, y el ataque no se hace esperar. El ejército se enfrenta a las naves, y desarrolla un ingenio por medio de ondas sonoras para hacer caer los platillos.

Dirección: Fred F. Sears. Producción: Clover Prod., Columbia Pictures. Productor: Charles H. Schneer. Productor delegado: Sam Katzman. Guion: Bernard Gordon, George Worthing Yates, según una historia de Curt Siodmak, a partir del libro Flying Saucers from Outer Space de Donald E. Keyhoe. Fotografía: Fred Jackman Jr. Música: Mischa Bakaleinikoff, y música de stock de Daniele Amfitheatrof, Mario Castelnuovo-Tedesco, George Duning, David Raksin, Miklós Rózsa, Hans J. Salter, Leith Stevens. Montaje: Danny B. Landres. Dirección artística: Paul Palmentola. FX: Ray Harryhausen (efectos técnicos, efectos fotográficos especiales, efectos de animación), Russ Kelley (efectos especiales). Intérpretes: Hugh Marlowe (Dr. Russell A. Marvin), Joan Taylor (Carol Marvin), Donald Curtis (comandante Huglin), Morris Ankrum (general de brigada John Hanley), John Zaremba (profesor Kanter), Thomas Browne Henry (vicealmirante Enright), Grandon Rhodes (general Edmunds), Larry J. Blake (policía en moto), Paul Frees (voz del alienígena), William Woodson (narrador), Charles Evans (Dr. Alberts), Clark Howat (sargento Nash), Alan Reynolds (comandante Kimberly), Frank Wilcox (Alfred Cassidy), Fred Aldrich, Nicky Blair, Jimmy Cross, Jack Deery, Raoul Freeman, James Gonzalez, Duke Green, Ed Haskett, Harry Lauter, Don Marlowe, William Meader, Sol Murgi, Forbes Murray, William J. O’Brien, Murray Pollack, Mike Ragan, Bert Stevens, Arthur Tovey, Dale Van Sickel, Guy Way, Bob Whitney, Beal Wong… Nacionalidad y año: Estados Unidos 1956. Duración y datos técnicos: 81 min. – B/N – 1.85:1 – 35 mm.

 

Durante la década de los cincuenta Ray Harryhausen desarrolló una serie de películas de ciencia ficción, dada la moda de la época y la adecuación de sus técnicas a la misma, y una nueva aportación se produjo con Earth vs. the Flying Saucers (1956), donde se abordaba la temática más importante del género en aquellos tiempos: la invasión de nuestro planeta por parte de fuerzas alienígenas, y por medio de un procedimiento tan popular como es el de los platillos volantes. Si bien muchos estudiosos de la ufología han creído detectar informes de avistamientos en antiguos escritos, como la propia Biblia, y en épocas pasadas existen textos que podrían identificarse como comunicados de esas visiones, la ufología como tal existe desde el 24 de junio de 1947, en que un piloto, Kenneth Arnold, avistó un objeto que describió como un disco o plato achatado, que la prensa definió como «platillo volante».

El guion de la película está escrito por Bernard Gordon[1] (que en los créditos antiguos figuraba como Raymond T. Marcus, un amigo de Gordon, por constar en la lista negra maccharthysta) y George Worthing Yates, un habitual del cine de ciencia ficción de la época, a partir de un argumento desarrollado por el célebre Curt Siodmak[2] y con elementos tomados del ensayo Flying Saucers from Outer Space (1953) –que otorgaría el primer título al proyecto– del comandante retirado Donald E. Keyhoe, toda una autoridad en aquella época en ufología[3].

La trama, con todo, resulta bastante elemental. Al inicio del film conocemos al doctor Russell A. Marvin (Hugh Marlowe), recién casado con Carol Marvin (Joan Taylor), que viajan en un vehículo que repentinamente es sobrevolado por un platillo volante. Pronto acontecen diversos avistamientos de OVNIS por todo el mundo, y el ataque no se hace esperar. El ejército se enfrenta a las naves, y desarrolla un ingenio por medio de ondas sonoras que hace caer los platillos. El clímax final acontece en la ciudad de Washington, donde se produce un gran despliegue de catástrofes, con las naves estrellándose en edificios emblemáticos: el desastre que acontece en la Union Station está inspirado en un accidente real que aconteció allí en 1953, cuando un tren descarriló y se empotró contra la estación; por lo demás, la caída del monolito, el Monumento a Washington, sería después homenajeada por Tim Burton en su Mars Attacks! (Mars Attacks!, 1996).

Destaquemos que los extraterrestres, al inicio del film, envían un mensaje a Marvin, que éste no logra descifrar. Cuando luego aquéllos aterrizan ante el centro de investigación no van con intención de atacar, sino de conversar, que ese era el contenido del mensaje enviado, pero al no haberse logrado interpretar los humanos son los primeros en efectuar la agresión, a la cual los alienígenas responderán. En este caso, el personaje femenino asoma con el clásico cometido postizo del cine de la época, pese a ser ayudante del profesor Marvin, y al final él habrá de acudir en ayuda de la mujer. Ésta, por lo demás, es hija del general, encarnado por Morris Ankrum, actor especializado en este tipo de papeles en infinidad de películas del género.

La puesta en escena es sencilla y funcional, y el interés sube puntos cuando los efectos especiales de Harryhausen entran en acción, destacando un espectacular incendio forestal (que aprovechaba tomas de archivo de uno auténtico, y que Harryhausen mezcló con las tomas de platillos, magistralmente iluminados) y el cautivante clímax en Washington. La fotografía de Fred Jackman Jr. brinda un excelente blanco y negro[4], y la música de gran diversidad de compositores aporta un soporte atmosférico adecuado.

Charles Schneer tenía la costumbre de recortar noticias de los periódicos, con el fin de encontrar ideas para las películas; en esa época los informes sobre platillos volantes eran constantes, y sugirió a Ray la idea de rodar una película sobre ellos. Harryhausen comenzó a investigar sobre el tema, e incluso conversó en San Diego con el contactado George Adamski[5], a quien consideró muy convincente. Entre Charles, Curt Siodmak y él mismo desarrollaron una serie de ideas, que luego hicieron estructurar en un guion a Bernard Gordon y George Worthing Yates, en una etapa titulada Attack of the Flying Saucers [El ataque de los platillos volantes].

Unos simples platillos orbitando en el cielo no eran algo demasiado atractivo para Ray, así pues planteó dos estructuras giratorias, una en la base superior y otra en la inferior, la primera en dirección a las manillas del reloj y otra en la contraria, para otorgar un aspecto más visual al conjunto, para lo cual entre toma y toma movía las piezas seis milímetros. Y en vez de colocar un mecanismo y desplazar por el aire el platillo por medio de hilos, lo desplazó por medio de la animación. Lejos de quedar falso, mejoró mucho el aspecto de otras películas, que a través de los hilos delataban la exigua masa que detentaban los objetos y que basculaban de forma constante y exagerada (qué mareo el de los pobres invasores); el clásico look del stop-motion aportó un aire extraterreno muy realista, valga la expresión, a los platillos volantes.

Las naves pendían primero de cuerdas de piano, y luego, cuando comprobó que hacían un ruido que la cámara registraba, hilos de nailon (pintados para que no se viesen), que ataba a tres protuberancias de los bordes, que no se molestó en disimular, haciendo aparentar que eran partes del vehículo. Cada vez que movía las estructuras debía recordar que una iba en una dirección y otra en la contraria, para no estropear la toma. Construyó un platillo de treinta centímetros de diámetro, el único capaz de desplegar el cilindro de aterrizaje; los demás eran tres modelos de unos quince centímetros, y otros cuatro de unos cinco centímetros, estos últimos para planos generales.

El propio Harryhausen diseñó el traje de los extraterrestres, que fue especificado en el guion, y que fueron definidos como «electricidad solidificada», y que los hacían semejar como robots con un casco muy ancho. En Ultimátum a la Tierra (The Day the Earth Stood Still, 1951) el robot Gort estaba realizado por medio de dos trajes, uno para las tomas frontales y otros para las traseras, disponiendo de una abertura en el lado contrario para el acceso del actor; aquí, sin embargo, veremos a uno de los invasores avanzar de espaldas a la cámara, detenerse, y girar ciento ochenta grados en una sola toma.

Los planos de los edificios destruyéndose fueron problemáticos. Lo lógico era rodar explosiones con cámaras de alta velocidad, pero no se lo podían permitir por problemas económicos, que exigía construir una maqueta de edificio de cerca de un metro, o metro y medio de altura. Así pues, realizaron miniaturas de unos treinta centímetros, a pedazos, y cuando estallaba Ray hacía caer pieza a pieza, cada una pendiendo de invisibles hilos, y que animaba fotograma a fotograma. Después, sobreimpresionaba una explosión. Hicieron una fotografía del capitolio, y construyeron solo la cúpula, que unieron a la foto por medio de la perspectiva adecuada.

 

Anecdotario

  • Títulos en Argentina: Invasión de los discos voladores (cines) / Invasión de los platos voladores (TV). Títulos en México: Invasión de discos voladores / Los visitantes del espacio.
  • En 1957 la Motion Picture Sound Editors la premió en la categoría de mejor edición de sonido.
  • Ray Harryhausen declaró en su biografía que ésta es su película menos apreciada.
  • Esta fue la última película en la que Ray Harryhausen utilizó stop-motion para crear edificios que se derrumbaban. Dijo que era demasiado trabajoso.
  • Aparte de las típicas imágenes de archivo de ingenios militares y espaciales (los satélites son en realidad cohetes Viking o V-2 alemanas) se pueden distinguir planos de otras películas: una torre estallando es en realidad el Los Angeles City Hall de La guerra de los mundos (The War of the Worlds, Byron Haskin, 1953), y de esta película también se toma un plano de los ciudadanos siendo evacuados en un autobús; un plano de la Tierra y la Luna, cuando Marvin y los demás van a bordo del platillo volante, procede de Ultimátum a la Tierra; y las imágenes de los meteoritos son de Cohete K-1 (Rocketship X-M, Kurt Neumann, 1950).

  • Otro film inmediato, The 27th Day [dvd: El 27º día, 1957], es un film de Harryhausen sin Harryhausen. Producida por Columbia Pictures,con un muy reducido presupuesto, se optó por recuperar unos pocos planos de un OVNI procedente de Earth vs. the Flying Saucers para ahorrar en efectos especiales.
  • Otros planos de platillos volantes, que sobraron del rodaje, si bien junto a otros que sí aparecen en la obra, se vendieron como stock footage, y fueron empleados por Orson Welles en su película Fraude (F for Fake/Vérités et mensonges, 1973).
  • La película se estrenó el 1 de julio de 1956, de forma limitada, en programa doble con otra producción de Katzman, la simpática The Werewolf [dvd: Los colmillos del lobo], también dirigida por Sears. En España no gozó honores de estreno, no sabemos si por apatía de los distribuidores o por el habitual talante censor de estas temáticas en nuestro país. Se emitió por TVE por primera vez el 22 de diciembre de 1967, y se editó en DVD en septiembre de 2002. 

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: ***

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra

 

[1] Fue guionista de películas como Historia de un condenado (The Lawless Breed, 1953), de Raoul Walsh, The Day of the Triffids [tv/vd: La semilla del espacio, 1962], de Steve Sekeley y Freddie Francis, 55 días en Pekín (55 Days at Peking, 1963), de Nicholas Ray, o El fabuloso mundo del circo (Circus World, 1964), de Henry Hathaway.

[2] Escritor y guionista, famoso por la novela El cerebro de Donovan (Donovan’s Brain, 1953), llevada varias veces al cine, y autor del guion de la película El hombre lobo (The Wolf Man, 1941), entre otras.

[3] Keyhoe fue aviador, y trabajó como promotor de gente como Lindbergh, escribiendo gran cantidad de artículos sobre aviación, y también relatos de ciencia ficción para revistas pulp como Weird Tales. En los años cincuenta comenzó a escribir sobre OVNIS, alegando que el gobierno ocultaba datos al respecto, publicando libros alabados por gente como Carl Gustav Jung. En España se ha publicado varias veces su obra Los desconocidos del espacio (Aliens from Space: The Real Story of Unidentified Flying Objects, 1973).

[4] Tanto esta película como la previa It Came from Beneath the Sea [dvd/tv: Surgió del fondo del mar, Robert Gordon, 1955] y la siguiente 20 Million Miles to Earth [dvd/tv: A 20 millones de millas de la Tierra, Nathan Juran, 1957] fueron objeto de un coloreado supervisado por el propio Ray Harryhausen, entusiasta de este proceso. Si bien el sistema ha mejorado considerablemente con respecto a sus inicios, por mi parte sigo considerando este proceso adulterador una aberración, y recomiendo el visionado de los films en el formato en blanco y negro con que se concibieron y rodaron, y para el cual su fotografía está desarrollada.

[5] El caso Adamski comenzó el 9 de octubre de 1946, cuando dijo observar, junto a unos amigos, una nave nodriza en forma de cilindro. Más adelante haría fotografías a OVNIS y finalmente diría que hasta voló en ellos. Los Hermanos del Espacio, con los que decía contactar, refería que procedían de Venus. La más famosa foto de un platillo volante que este caradura mostró era la tapa superior de una linterna de gas de los años treinta.