Moriarty está en prisión, por lo cual Sherlock Holmes considera que su labor ya no es necesaria. Está a punto de casarse con Alice Faulkner, la hermosa hija de un rico banquero. Sin embargo, el Napoleón del crimen escapa de la cárcel y se trae del extranjero a los más afamados criminales de cada país. Comienza una red de extorsiones, al mismo tiempo que emprende una venganza contra quienes le mandaron entre rejas. Así, su plan está en engañar al agente de Scotland Yard Gore-King y al mismo Holmes, haciendo que el segundo mate al primero y sea detenido y sentenciado a muerte.

Dirección: William K. Howard. Producción: Fox Film Corporation. Productor: William K. Howard. Guion: Bertram Millhauser, según la obra de teatro de William Gillette. Fotografía: George Barnes. Música: R. H. Bassett, Hugo Friedhofer [sin acreditar]. Montaje: Margaret Clancey. Dirección artística: John Hughes. Intérpretes: Clive Brook (Sherlock Holmes), Miriam Jordan (Alice Faulkner), Ernest Torrence (profesor James Moriarty), Herbert Mundin (George), Reginald Owen (Dr. Watson), Howard Leeds (Little Billy), Alan Mowbray (coronel Gore-King), C. Montague Shaw (juez), Frank Atkinson (hombre del pub), Ivan F. Simpson (Faulkner), Stanley Fields (Homer Jones), Roy D’Arcy (Manuel López), Edward Dillon (Al), Robert Graves (Gaston Roux), Ted Billings, John George, Lew Hicks, Brandon Hurst, Claude King, Arnold Lucy, Lucien Prival… Nacionalidad y año: Estados Unidos 1932. Duración y datos técnicos: 70 min. B/N 1.37:1.

 

Sherlock Holmes es una famosa obra de teatro en cuatro actos, obra de William Gillette y Sir Arthur Conan Doyle. Dado el gran éxito que estaban teniendo las aventuras del detective de Baker Street, Conan Doyle se planteó la idea de una obra teatral centrada en él. El productor escénico estadounidense Charles Frohman se puso en contacto con Conan Doyle para adquirir los derechos de su trabajo, pero tras estudiarlo consideró que no era apto para la producción y le convenció de que el actor William Gillette sería el Holmes ideal, y además la persona perfecta para reescribir la obra. Gillette, un dramaturgo de éxito, se vistió con una gorra deerstalker, o cervadora, y una capa de Ulster para visitar a Conan Doyle y pedirle permiso no solo para interpretar el papel, sino para reescribirlo él mismo. El autor de El mundo perdido (The Lost World, 1912) accedió.

William Gillette como Sherlock Holmes

La obra toma elementos de la novela Un estudio en escarlata (A Study in Scarlet, Beeton’s Christmas Annual, 1887) —la primera en presentar a Holmes—, así como de los relatos «Un escándalo en Bohemia» («A Scandal in Bohemia», Strand Magazine, junio de 1891) y «El problema final» («The Final Problem», The Strand Magazine / «The Adventure of the Final Problem», McClure’s Magazine, diciembre de 1893), pero esencialmente es todo nuevo, pese a que toma algunos diálogos de los cuentos. Aunque Conan Doyle figura como coautor, en realidad fue Gillette quien la redactó por completo; o bien se añadió su nombre por motivos de contrato, o se hizo en deferencia por los elementos tomados de los escritos originales. Fue de esta versión de donde procede la famosa frase «Elemental, querido Watson», que nunca se pronuncia en ninguna de las historias publicadas, y también ahí se introdujo la pipa curvada que se identifica con Holmes.

Imagen de la representación teatral

Al escritor no le hicieron mucha gracia las libertades que el autor y actor se tomó con su creación, en particular por proporcionarle un interés amoroso, la hermosa Alice Faulkner, pero como resultó un gran éxito de público, claudicó. «Me encantó la obra, las actuaciones y el resultado económico»[1], llegó a declarar. Es famoso el intercambio de mensajes que hubo entre Gillette y Conan Doyle; «¿Puedo casar a Holmes?», preguntó el primero, a lo que el segundo respondió: «Puede casarlo, asesinarlo o hacerle lo que quiera»[2]. Se dice que el interés amoroso de Holmes, Alice Faulkner, está labrada a partir de la Irene Adler de «Un escándalo en Bohemia», pero, si nos atenemos al modelo que se ofrece en la presente película, el parecido es nulo. Gillette además dio un nombre a Moriarty, dado que este no se pronuncia jamás en el canon: Robert. En cuanto al muchachito que aparece, Billy, procede de un botones anónimo que aparece en «Un caso de identidad» («A Case of Identity», The Strand Magazine, septiembre de 1891).

Charles Chaplin como Billy

La obra tuvo diversas «versiones»: la original se representó 1899, y después fue revisada y corregida en 1901, luego tuvo nuevas correcciones, amén de ser «expurgada», en 1923, y sufrió una revisión final en el revival de despedida de 1929-1930. E inclusive cuando la obra fue publicada en forma de libro, por parte de  Doubleday, Doran & Company en 1935, como Sherlock Holmes – A Play Wherein is set forth The Strange Case of Miss Alice Faulkner, hubo nuevas modificaciones[3]. Después de tres preestrenos, la obra gozó de estreno oficial en Broadway el 6 de noviembre de 1899, en el Garrick Theatre de Nueva York. El drama, que tuvo más de 260 representaciones en su forma inicial, fue producido por Charles Frohman, con música incidental de William Furst y escenografía de Ernest Gros, y de su reparto, amén de Gillette, se puede resaltar a Bruce McRae como el doctor Watson, George Wessells como el profesor Moriarty y Katherine Florence como Alice Faulkner. Después, la obra se trasladó al Lyceum Theatre de Londres en septiembre de 1901, y durante la etapa londinense de la gira, un Charles Chaplin de trece años interpretó a Billy el botones.

William Gillette en la versión cinematográfica

Esta versión teatral, pues, podría decirse que se consideró «canónica», hasta cierto punto, y fue adaptada en no pocas ocasiones. Disfrutó de su versión cinematográfica «oficial», digamos, con Sherlock Holmes [dvd: Sherlock Holmes, Arthur Berthelet, 1916], con el propio Gillette recreando el papel, y durante mucho tiempo este film se consideró perdido, hasta encontrarse una copia en 2014 en Francia. Más adelante fue motivo de revisión con Sherlock Holmes (Sherlock Holmes, Albert Parker, 1922), con protagonismo de John Barrymore, y luego vino la presente. También consta como basada en la obra el film Sherlock Holmes contra Moriarty [tv/dvd/bd: Las aventuras de Sherlock Holmes] (The Adventures of Sherlock Holmes, Alfred L. Werker, 1939), con Basil Rathbone, aunque se aparte enormemente del texto original. Añadamos de igual modo, al menos, una versión radiofónica en 1938, producida y protagonizada por Orson Welles, con Ray Collins como el doctor Watson, y música de Bernard Herrmann.

Una aventura de Sherlock Holmes (Sherlock Holmes, 1932) cuenta con protagonismo de Clive Brook como el famoso detective, y que acaso fue elegido por su parecido físico con William Gillette, según se dice, aunque yo no lo percibo. Ya lo había encarnado con anterioridad en The Return of Sherlock Holmes (1929), la primera versión sonora del personaje (también se montó una copia muda), dirigida por Basil Dean, con H. Reeves-Smith como el doctor Watson y Harry T. Morey como el profesor Moriarty, y que se supone es una fusión de los relatos «Su último saludo en el escenario» («His Last Bow», The Strand Magazine, septiembre de 1917) y «El detective moribundo» («The Adventure of the Dying Detective», Collier’s Magazine, 22 de noviembre de 1913, The Strand Magazine, diciembre de 1913), aunque por los personajes que confluyen en la historia —también está presente el coronel Moran—, uno diría que se trata más bien de «El problema final» («The Final Problem», The Strand Magazine / «The Adventure of the Final Problem», McClure’s Magazine, diciembre de 1893) y «La casa vacía» («The Adventure of the Empty House», Collier’s Magazine, 26 de septiembre de 1903, The Strand Magazine, octubre de 1903). Y de igual modo participó como el genio de Baker Street en Galas de la Paramount (Paramount on Parade, 1930), un film de sketches que mezclaba números musicales y gags humorísticos, donde hay un episodio titulado «Murder Will Out» (y en el cual también confluyen otros personajes como Philo Vance y Fu-Manchú, entre otros, mas no el doctor).

Acompaña a Brook el actor Reginald Owen como Watson. Se da la peculiaridad de que Owen interpretaría a Sherlock Holmes después en el film Estudio en rojo (A Study in Scarlet, Edwin L. Marin, 1933). Pero lo más llamativo es lo escasa que es su aparición en el film. En los créditos es citado el quinto, pero yo incluso lo retrasaría más aún, dada la poca atención argumental que se le dispensa, viniendo de visita dos o tres veces durante unos minutos y desapareciendo. Así pues, el rol de ayudante de Holmes lo adopta en realidad Billy (Howard Leeds), un muchacho de unos trece años, vestido siempre de botones, y que en verdad demuestra unas aptitudes para la investigación bastante notables. A Watson, por cierto, con lo poco que sale además se le denomina como un memo, por lo cual el desprestigio de este personaje ya está presente aquí.

No he podido leer la obra de teatro original, y la versión protagonizada por Frank Langella[4] la vi hace mucho tiempo, por lo que nada recuerdo, y no puedo juzgar la fidelidad o no con la misma —diversas fuentes refieren que se podría considerar más como una secuela a la obra de Gillette—. Choca, desde luego, el implicar a Holmes en una aventura amorosa, y menos con esa tal Alice Faulkner (Miriam Jordan), una damisela tan desaboría como la que se nos presenta, a la que Irene Adler mandaría con viento fresco en unos instantes. Dado que Moriarty está en prisión, y a punto de ser ejecutado, Holmes considera que su labor está ya obsoleta, y ha decidido casarse y retirarse de la investigación, yéndose al campo. Pero el genio del crimen escapa de la cárcel y vuelve a las andadas, y Sherlock habrá de regresar a enfrentarse con su archienemigo, interpretado por Ernest Torrence, que muestra un gran parecido con los dibujos de Sidney Paget, y que aporta una interesante interpretación.

En verdad, la intriga policial es bastante pobre. Las deducciones de Sherlock Holmes, en las novelas, a veces eran muy traídas por los pelos, pero eran ingeniosas y hasta brillantes. Aquí, sencillamente, son una tontería, sin el menor soporte, y teoriza solo porque sí. Llama la atención, sin embargo, al poco de comenzar que se presenta un ingenio inventado por el detective, un vehículo en persecución de los criminales y que, por medio de unas ondas, puede interceptar el coche de los fugitivos y detenerlo, por lo cual se le expone más como un genio de la ciencia a través de este breve elemento de ciencia ficción.

Dada la fecha del film, por aquel entonces estaba de moda el cine de gánsteres, motivo por el cual es muy posible que se incluyera este tono en el presente. Moriarty se trae de fuera a los criminales más famosos de cada país, entre ellos Manuel López, de Madrid. Pero también a un pistolero de Chicago, y hay diversos elementos de sus tácticas de trabajo en la película, como extorsionar a los dueños de los bares y, si no pagan, lanzan una bomba contra el local o lo ametrallan. Como era más o menos habitual por esas fechas, siendo la presente una cinta de inicios del sonoro, y además basada en una obra teatral, prevalecen ante todo los diálogos, haciéndose estos constantes. Es, por tanto, una película sobredialogada, con insertos cómicos de dudosa gracia además, y donde los actores incluso esperan segundos a dar la réplica, para que las sonoras carcajadas del público no tapen el siguiente chascarrillo. Lo curioso del caso es que, cuando no hablan, está lo mejor del film, con algunas tomas de clara influencia expresionista, como es el estupendo momento de la fuga de Moriarty, con esos primeros planos de los presos tan atmosféricos.

El director, William K. Howard (1893-1954), hoy día está totalmente olvidado. Su primer film fue Get Your Man (1921), codirigido con George W. Hill, y el último A Guy Could Change (1946), y en ese lapso rodó más de cincuenta películas de cierta variedad, entre las que se pueden citar, por ejemplo, La horda maldita (The Thundering Herd, 1925), El gigoló (Gigolo, 1926), El gato y el violín (The Cat and the Fiddle, 1934) o Mary Burns, fugitiva (Mary Burns, Fugitive, 1935), aunque su cinta de mayor prestigio es El poder y la gloria (The Power and the Glory, 1933), con guion de Preston Sturges y protagonismo de Spencer Tracy, que rodó justo después de la que nos ocupa, y que se considera un precedente de Ciudadano Kane (Citizen Kane, Orson Welles, 1941). Aquí, sin embargo, no da muestras de ese talento, más allá de escasas escenas como las referidas, y Una aventura de Sherlock Holmes se presenta como un film agarrotado, torpe, aburrido y muy primitivo, reservado para completistas holmesianos.

 

Anecdotario

  • Título alternativo: Conan Doyle’s Master Detective Sherlock Holmes.
  • Rodada en los California Tiffany Studios de Hollywood, Los Ángeles, California, Estados Unidos.
  • Estrenada en Estados Unidos el 6 de noviembre de 1932, y en España el 8 de febrero de 1933, en Barcelona, y el 8 de mayo de 1933, en Madrid, y luego tuvo una reposición el 28 de julio de 1941, en Madrid.

 

Bibliografía

«El extraño caso de Alice Faulkner» (traductor desconocido). En Buscando a los ladrones; recopilación de Miguel Ojeda. Barcelona: Círculo Holmes, 2016. Colección: Publicaciones de Círculo Holmes – Sherlock Holmes a escena; nº 2. T.O.: Sherlock Holmes – A Play Wherein is set forth The Strange Case of Miss Alice Faulkner (1935). 

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: **

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra

 

[1] Starrett, Vincent: The Private Life of Sherlock Holmes. Nueva York, Londres: Otto Penzler Books, 1993; pág. 140.

[2] Eyles, Allen: Sherlock Holmes: A Centenary Celebration. Nueva York: Harper & Row, 1986.

[3] La obra se ha editado en castellano como «El extraño caso de Alice Faulkner» (traductor desconocido) en el libro Buscando a los ladrones; recopilación de Miguel Ojeda. Barcelona: Círculo Holmes, 2016. Colección: Publicaciones de Círculo Holmes – Sherlock Holmes a escena; nº 2, si bien ahí la fecha que se da es la de la primera representación. Después, ha tenido nueva edición como Sherlock Holmes: un drama en cuatro actos; por Arthur Conan Doyle; adaptación de William Gillette; traducción y prólogo de Gabriel Neila. Madrid: Pigmalión, 2016. Colección: Pigmalión candilejas; s/n. Aparte de ello, Gillette escribió «una fantasía cómica en un acto», «The Painful Predicament of Sherlock Holmes», publicada en 1905. Aparece en castellano en la referida recopilación de Ojeda, con traducción suya.

[4] Standing Room Only: «Sherlock Holmes» [tv: Sherlock Holmes, Peter H. Hunt, Gary Halvorson, 1981]. En esta versión, por cierto, Billy es interpretado por un jovencísimo Christian Slater. Se trata de la grabación en vídeo de la representación teatral. TVE la emitió subtitulada un día de madrugada.