El vapor Corita viaja desde Freetown (Sierra Leona) a Caracas. Tanto el capitán como los pasajeros tienen cosas que ocultar. El mismo capitán rompe un informe meteorológico que anuncia un huracán, y cuando su segundo le echa en cara la acción, le sugiere que pregunte a los viajeros, quienes también acceden a seguir el rumbo. Acaban confluyendo en el mar de los Sargazos, donde hay plantas asesinas y monstruos, así como otros supervivientes de expediciones antiguas peligrosos.
Dirección: Michael Carreras [y Leslie Norman, sin acreditar]. Producción: Seven Arts Productions, Hammer Films para Warner-Pathé Distributors, Twentieth Century Fox. Productor: Michael Carreras. Productor delegado: Anthony Hinds [sin acreditar]. Productor asociado: Peter Manley. Guion: Michael Carreras [acreditado como Michael Nash], según la novela Uncharted Seas de Dennis Wheatley. Fotografía: Paul Beeson. Música: Gerard Schurmann, [y Carlo Martelli, sin acreditar]. Montaje: Chris Barnes. Dirección artística: Arthur Lawson. FX: Arthur Hayward (consultor de efectos especiales), Robert A. Mattey, Cliff Richardson, John Richardson, Roy Whybrow (efectos especiales). Intérpretes: Eric Porter (capitán Lansen), Hildegard Knef (Eva Peters), Suzanna Leigh (Unity Webster), Tony Beckley (Harry Tyler), Nigel Stock (Dr. Webster), Neil McCallum (primer oficial Hemmings), Ben Carruthers [acreditado como Benito Carruthers] (Ricaldi), Jimmy Hanley (Patrick, el camarero), James Cossins (Nick, el ingeniero jefe), Dana Gillespie (Sarah), Victor Maddern (compañero), Reg Lye (timonel), Norman Eshley (Jonathan, el prisionero), Michael Ripper (marinero quejica), Donald Sumpter (Sparks, el operador de radio), Alf Joint (Jason, un tripulante), Charles Houston (Braemer, un tripulante), Shivendra Sinha (Hurri Curri), Darryl Read (el Diablo), Eddie Powell (el Inquisidor), Frank Hayden, Mark Heath, Horace James, Maxwell Craig, Sylvana Henriques, Cynthia Myers… Nacionalidad y año: Reino Unido 1968. Duración y datos técnicos: 89 min. / 97 min. – color – 1.85:1 – Color DeLuxe – 35 mm.
Dentro de la sugerente variedad temática que por las fechas desarrollaba la Hammer, The Lost Continent [dvd/tv: El continente perdido, 1968] se incluye embutida entre sus dos series más emblemáticas: se estrenó después de Drácula vuelve de la tumba (Dracula Has Risen from the Grave, Freddie Francis, 1968) —una película fundamental en la compañía desde el ámbito industrial— y antes de El cerebro de Frankenstein (Frankenstein Must Be Destroyed, Terence Fisher, 1969). Por aquellas fechas la Hammer tenía la opción a adaptar algunas obras del escritor británico Dennis Yeats Wheatley (1897-1977)[1], especialista en novelas de ocultismo y thrillers, pues Anthony Nelson-Keys había llegado a un acuerdo con el autor. Michael Carreras, en su cargo de productor, se fijó en Uncharted Seas (1937), una obra de aventuras fantásticas que ni su autor recordaba, y le colocó el título de The Lost Continent, que era el de un antiguo proyecto que tenía la compañía cuando estaba asociada con el productor norteamericano Robert L. Lippert.
El guion lo escribió el propio Carreras, pero esta vez eligió acreditarlo con el nombre de Michael Nash, que era su jardinero. De la novela de Wheatley varía el apelativo de todos los personajes y sus nacionalidades, salvo el de Unity, que sin embargo cambia de apellido; el barco, por lo demás, es un vapor sueco llamado Gafelborg. Pero el argumento es más o menos fiel, dentro de lo que cabe.
Como director eligió a Leslie Norman, quien ya trabajó con la Hammer en X the Unknown [tv/dvd: X – Lo desconocido, 1956], y el rodaje arrancó oficialmente el 11 de septiembre de 1967, pero después de haber realizado el trabajo de preproducción y filmado parte de la segunda unidad. Sin embargo, hubo una divergencia de planteamientos entre las intenciones de Norman y las de Carreras, y como, además, el realizador se estaba pasando de presupuesto, ello forzó a que fuera despedido y el propio Carreras asumió la realización.
Una de las virtudes más proclamadas de la Hammer era que, con un escaso presupuesto, sus películas lucían una apariencia más holgada. Aquí hubo un coste de medio millón de libras que, sinceramente, no lucen, pese a que se construyó un tanque en los estudios Elstree de más de 600.000 litros para las abundantes escenas marinas. Además, se contrató a Robert A. Mattey, un especialista en efectos especiales de Hollywood. En principio, estaba destinado para supervisar los copiosos planos que precisaban los trucajes de retroproyección, pero al final se quedó para construir los monstruos. Que, sobre el papel, lucen de lo más atractivos, en especial la criatura lovecraftiana con un ojo, pero que apenas son vislumbrados. De hecho, gran parte del metraje se concentra en el interior del barco, y hay poca aventura.
Al final, el rodaje se prolongó hasta diciembre, y el padre del director, James Carreras, fundador de la Hammer junto a William Hinds, ordenó la cancelación de la filmación, estuviera como estuviera, y se dice que incluso los abogados de la compañía se presentaron en los estudios para acometer la suspensión. El resultado es una especie de «quiero y no puedo», una cinta ambiciosa en diversos sentidos que a Michael Carreras se le va de las manos, como suele ser habitual en él. Es una lástima que por ser hijo del jefe tuviera esas opciones para dirigir, cuando obviamente no estaba capacitado. Sus mejores labores son en el campo de la producción.
El film fue un sonoro fracaso, y no es sorprendente, porque en él confluyen dos cintas a un mismo tiempo. Se presenta un perfil de personajes oscuro, incluso antipático, con ningún elemento positivo: los conatos de idilios, con parejitas que podrían despertar las simpatías del público, son cortados de raíz, acaso por la cancelación del rodaje. Así pues, se brinda una colección de individuos procedentes de un thriller psicológico embutidos en una cinta de aventuras fantásticas, algo que sin duda debió despistar enormemente al público, que no supo cómo reaccionar. Y precisamente ello es lo que le da ese peculiar atractivo al film, pese a los enormes fallos que detenta, por esos problemas de producción y la incapacidad manifiesta de Carreras.
Al final, El continente perdido parece una mezcla entre una novela de Edgar Rice Burroughs y una de Eric Ambler, con una aventura al estilo de La tierra olvidada por el tiempo (The Land That Time Forgot, 1918) embutida en una trama de intriga estilo Viaje al miedo (Journey into Fear, 1940). Todo el arranque, a medida que se van desvelando los pasados y perfiles torturados de los personajes, es sumamente atractivo, y atrae el interés, lejos de semejar «relleno», como suele suceder en tantas películas. Después, las apariciones de monstruos son agradecidas (pese a, insisto, lo poco y mal que se les ve) y la intriga con los habitantes del otro barco encallado es de un surrealismo apabullante (y motivo, sin duda, por el cual el film no se estrenó en España, pues los malos son de nuestra nacionalidad). Así, tenemos un galeón español, con conquistadores que viajaban al Nuevo Mundo, vestidos con armaduras, gobernados por un niño al que llaman el Supremo, o también el Diablo, y que es dominado por un malvado inquisidor encapuchado. Este, por cierto, está interpretado por Eddie Powell, habitual especialista en la compañía, que solía doblar a Christopher Lee; cuando al final es desenmascarado tiene el rostro lleno de costras purulentas, lo que recuerda al marqués Siniestro de La maldición del hombre lobo (The Curse of the Werewolf, 1960, Terence Fisher). ¿A qué perversiones ocultas se abandonaría el inquisidor?
El film está muy desequilibrado narrativamente, con momentos muy meticulosos y otros demasiado resumidos, sin duda debido a ese corte de producción, y se perciben huecos de guion. Carreras no sabe suministrar densidad a ciertos momentos y ligereza a otros, según convenga al desarrollo de la trama. Y la canción de los créditos es terrible. Pero se ve privilegiado por un reparto que está a buen nivel, en particular Eric Porter —que repetiría con la Hammer en Las manos del destripador (Hands of the Ripper, Peter Sasdy, 1971)— y la alemana Hildegard Knef, la fotografía luce espléndida y el tono pulp de toda la historia revestido de gravedad proporciona a los resultados una peculiaridad especial que hace que su visionado sea de lo más cautivante. Quién sabe qué resultados hubieran devenido si Leslie Norman hubiera seguido como director y no se hubiera cortado el rodaje; pero eso nunca lo sabremos.
Anecdotario
- Título alternativo: Lost Island.
- Título en Argentina, Chile y México: El continente perdido.
- El título en Alemania, traducido, significa «Las bestias acechan en las afueras de Caracas».
- El rodaje tuvo lugar en los Elstree Studios, en Borehamwood, Hertfordshire, Inglaterra, Reino Unido.
- La canción de los créditos iniciales y finales es interpretada por The Peddlers.
- Benjamin Frankel compuso una partitura musical que fue rechazada.
- En la primera escena interior del barco, el doctor está leyendo Uncharted Seas de Dennis Wheatley, el libro en el que se basa la película.
- En algunas entrevistas Eddie Powell afirmó que Christopher Lee iba a interpretar el papel que hizo él. La voz de Powell fue doblada por Eric Porter.
- La voz de Darryl Read, el niño, es doblada por Richard O’Sullivan, futuro protagonista de las series Un hombre en casa y El nido de Robin.
- Hildegard Knef estaba embarazada durante el rodaje y sufrió fuertes náuseas matutinas durante todo el rodaje.
- La versión estadounidense de Warner / Seven Arts se redujo en unos 8 minutos, eliminando el material ligeramente más adulto, y se estrenó con la calificación G. Cuando Anchor Bay lanzó las ediciones en VHS y DVD encontraron una copia sin cortes y volvieron a incluir el material en la película. Estas escenas son de una calidad ligeramente inferior a la del resto.
- Estrenada en Estados Unidos el 19 de junio de 1968 y en el Reino Unido el 27 de julio de 1968. En España quedó inédita hasta su edición en DVD por parte de Manga en su colección Hammer en 2002.
Bibliografía
Uncharted Seas, de Dennis Wheatley; Londres: Hutchinson, enero 1937. Inédita en España.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: **½
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra
[1] Poco después de la presente la compañía abordó The Devil Rides Out [vd: La batalla de Satán; tv/dvd: La novia del diablo, Terence Fisher, 1968], que adaptaba El talismán de Set (The Devil Rides Out, 1934). Y años después la Hammer volvió a acudir al escritor por medio de La monja poseída (To the Devil a Daughter / Die Braut des Satans, Peter Sykes, [Don Sharp], 1976), a partir de la novela homónima (en inglés; en España es inédita) de 1953.