Sherlock Holmes es requerido por una prima donna del ballet ruso para una muy arriesgada misión, pero debe rechazarla pues no se ve capaz. Después, un conductor trae a Baker Street a una mujer que ha estado a punto de morir ahogada en el Támesis, y que tiene en la mano aferrada la dirección del detective. Al principio amnésica, al final revela que ha llegado al Reino Unido en busca de su desaparecido marido…
Dirección: Billy Wilder. Producción: The Mirisch Corporation, Sir Nigel Films, Phalanx Productions, Compton Films para United Artists. Productor: Billy Wilder. Productor asociado: I.A.L. Diamond. Guion: Billy Wilder, I.A.L. Diamond, según los personajes creados por Sir Arthur Conan Doyle. Fotografía: Christopher Challis. Música: Miklós Rózsa. Montaje: Ernest Walter. Diseño de producción: Alexandre Trauner. FX: Roy Ashton (maquillaje), Cliff Richardson, Wally Veevers, John Richardson (efectos especiales), Doug Ferris (artista de matte). Intérpretes: Robert Stephens (Sherlock Holmes), Colin Blakely (Dr. Watson), Geneviève Page (Gabrielle Valladon), Christopher Lee (Mycroft Holmes), Tamara Toumanova (Madame Petrova), Clive Revill (Rogozhin), Irene Handl (Mrs. Hudson), Mollie Maureen (reina Victoria), Stanley Holloway (enterrador), Catherine Lacey (mujer en silla de ruedas), Peter Madden (Von Tirpitz), George Benson (inspector Lestrade), Michael Balfour, James Copeland, John Garrie, Godfrey James, Robert Cawdron, Alex McCrindle, Frank Thornton, Paul Hansard, Philip Anthony, Graham Armitage, Christopher Beeching, Kenneth Benda, Anne Blake, Martin Carroll, Michael Elwyn, John Gatrell, Phillip Ross, Miklós Rózsa, Judy Spooner, Tina Spooner… Nacionalidad y año: Reino Unido, Estados Unidos 1970. Duración y datos técnicos: 125 min. (copia de estreno) / 137 min. (edición de láser disc) – color – 2.35:1 – Color DeLuxe – Panavision – 35 mm.
Billy Wilder empezó a tantear un proyecto acerca de Sherlock Holmes, pues era un acérrimo sherlockiano, ya en 1957, cuando estaba en Londres rodando Testigo de cargo (Witness for the Prosecution, 1957), basada en la novela de Agatha Christie. De hecho, llegó a negociar con el patrimonio de Sir Arthur Conan Doyle para montar un musical de Holmes en Broadway, protagonizado por Rex Harrison, y en aquel entonces Moss Hart, Alan Jay Lerner y Frederick Loewe se alistaron brevemente como colaboradores. Más adelante, Wilder consideró luego la posibilidad de hacer un musical cinematográfico en 1963, con Louis Jourdan como protagonista. Al final, después de la brillante comedia En bandeja de plata (The Fortune Cookie, 1966), con Jack Lemmon y Walter Mathau, encaró el plan.
Una imagen de Testigo de cargo (1957)
El guion original que Wilder redactó junto a su habitual colaborador en esa época I.A.L. Diamond tenía ciento sesenta y cinco páginas, pero, tras revisiones, cambios y añadidos, el final alcanzó doscientas sesenta páginas. Se supone que cada página suele arrojar un minuto en pantalla, por lo cual el metraje completo llegaría a más de cuatro horas. El montaje primitivo, en realidad, no llegaba a ser tan largo, pero se pretendía que fuera una película que durase alrededor de dos horas y cuarenta y cinco minutos, con un intermedio, y se compondría de diversos episodios, con título cada uno de ellos. El montaje definitivo duraba tres horas y veinte minutos, y lo que falta vendría a ser algo así como esto:
I.A.L. Diamond y Billy Wilder
- Un prólogo en la actualidad donde el nieto del Dr. Watson, también llamado Dr. Watson, y que es un veterinario canadiense (interpretado por Colin Blakely), visita un banco de Londres para reclamar las pertenencias de su abuelo. El director del banco, Havelock-Smith (John Williams) le presenta la caja fuerte de su abuelo, que contiene objetos de Holmes y Watson, además de varios relatos inéditos. Se cree que partes de ese prólogo sobrevive en los títulos de crédito, pero al parecer estos están rodados de nuevo por el diseñador Maurice Binder (el de James Bond). Esta escena se ha perdido por completo, y solo se conservan fotogramas de producción y el guion.
- Entonces arranca la acción en 1887. Holmes y Watson regresan a Londres en tren, tras haber resuelto un caso en Yorkshire. Un hombre desaliñado entra de forma precipitada en el compartimento y se queda dormido. Basándose en numerosas pistas, Holmes deduce que el hombre es un profesor de música italiano que tenía una aventura con la esposa de un noble, fue descubierto, saltó por la ventana y corrió hacia el tren. Después ambos llegan al 221B de Baker Street, como se ve en la película terminada. Solo se conserva el audio de esta escena, junto con fotogramas de producción.
Ilustración de Sidney Paget para «Silver Blaze», 1892
- «El curioso caso de la habitación al revés» (The Curious Case of the Upside Down Room). El inspector Lestrade visita a Holmes y Watson y les pide ayuda para resolver el asunto aparentemente imposible de un cadáver encontrado en una habitación que está construida al revés, con los muebles en el techo. Los tres visitan la escena del crimen, donde Holmes examina las pistas. De vuelta a casa, Holmes deduce que Watson lo ha montado todo en un intento de despertar el interés de su compañero, sacar a su amigo de una profunda depresión y alejarlo de la cocaína. Watson está furioso porque ha descubierto su treta y pretende seguir consumiendo drogas. Amenaza con mudarse, pero Holmes destruye los frascos de cocaína. Watson acepta quedarse, pero los viales que Holmes destruyó estaban vacíos, y había escondido los llenos en el estuche del violín. Solo se conserva el audio de esta secuencia, junto con los fotogramas de producción.
Una imagen de esa escena eliminada
- «La aventura del detective atontado» (The Adventure of the Dumbfounded Detective). Durante la escena de la película en la que Holmes viaja en tren a Escocia con Gabrielle, originalmente había una transición a un flashback, en el que él le contaba sus días de estudiante en Oxford. Holmes se había enamorado a distancia de una hermosa chica. Después de que el equipo de Holmes ganara una carrera contra Cambridge, para celebrarlo, juntan el dinero y organizan una lotería, en la que el ganador podía pasar tiempo con una prostituta (Jenny Hanley). Holmes ganó, pero estaba nervioso, porque no quería manchar su amor por la chica que había visto. Entonces la prostituta se da la vuelta y se da cuenta de que es la misma chica. Holmes le dice a Gabrielle que este episodio le enseñó que la implicación emocional no merecía el riesgo para alguien en su posición. Esta escena se ha perdido por completo, y solo se conservan fotogramas de producción y el guion.
- «El espantoso asunto de los recién casados desnudos» (The Dreadful Business of the Naked Honeymooners). Mientras Holmes y Watson viajan de regreso a Inglaterra en un transatlántico, tras haber resuelto un caso para el sultán de Constantinopla, Holmes se queja de que cualquiera podría haber resuelto el caso, incluso Watson. Cuando se descubre un asesinato a bordo, Holmes le dice a Watson que intente solucionar el asunto él mismo. Holmes observa, sin decir nada, cómo Watson procede a ir al camarote equivocado, donde encuentra a una pareja de luna de miel (Nicole Shelby y Jonathan Cecil) desmayada, borracha y desnuda en la cama. Confundiéndolos con las víctimas del asesinato, Watson empieza a deducir una elaborada solución basándose en las «pruebas» que ve a su alrededor, mientras Holmes escucha, divertido. Cuando los amantes despiertan, Holmes le dice a Watson que se ha equivocado de camarote, y Watson decide no volver a pretender solventar un caso. Solo se conserva el metraje de esta secuencia, habiéndose perdido el audio[1].
Una imagen, viéndose los subtítulos añadidos
- Un epílogo, inmediatamente después de que Holmes se retira a su habitación para consumir cocaína al enterarse de la muerte de Gabrielle, en la que el inspector Lestrade llega al 221B de Baker Street y pide a Watson la ayuda de Holmes para resolver los asesinatos de Jack el Destripador. Watson dice con pesar que Holmes está ocupado y debe declinar la oferta. Lestrade asegura a Watson que Scotland Yard puede zanjar el caso sin Holmes. Solo se conserva el audio de esta escena.
- Otro epílogo más. Rogozhin llega al 221B de Baker Street para entregar a Holmes el Stradivarius que le prometió Madame Petrova. Rogozhin sigue creyendo la historia de de que él y Watson son gais y le ofrece rosas. El montador Ernest Walter defendió sin éxito que ésta fuera la escena final de la película, como un guiño a la conclusión de Con faldas y a lo loco (Some Like It Hot, 1959) pero Billy Wilder se negó, prefiriendo terminar la película con una nota más lúgubre. Esta escena no se conserva.
Sin embargo, una vez montada esa versión, se hizo un preestreno en el Lakewood Theatre, cerca de Long Beach, California, organizado por United Artists, y los resultados fueron desastrosos. Después del final de cada segmento, más y más espectadores abandonaban el cine, antes de que terminara la película. Walter Mirisch y otros representantes del estudio presionaron a Wilder para que cortara el montaje al menos en una hora y media, quedando la versión que existe. Nunca podremos saber cómo hubiera sido la película al completo, con las escenas y el ritmo que ello le hubiera dispensado.
La versión definitiva de La vida privada de Sherlock Holmes (The Private Life of Sherlock Holmes, 1970) dura poco más de dos horas, y se compone de un largo prólogo con la anécdota del ballet, y luego digamos que entra en situación con la aventura de Gabrielle Valladon, una mujer que es rescatada de las aguas del Támesis y entra en la vida de Holmes y Watson. Durante un tiempo da la impresión de que el detective quiere deshacerse de Gabrielle, y pudiera ser que fuera por misoginia. En realidad, la causa es miedo, miedo a verse herido, como le sucedió en el pasado, motivo por el cual prefiere no acercarse a alguien en el sentido romántico con el fin de evitar una posterior decepción. Sherlock Holmes está muy cómodo refugiado en la racionalidad de sus investigaciones, aunque en el fondo tenga un vacío del que se resguarda por medio de la droga.
Se suele decir que La vida privada de Sherlock Holmes es una comedia. También se refiere con respecto a otra película de Billy Wilder, El apartamento (The Apartment, 1960), que es un desolador drama sobre la soledad. Esta aventura del detective de Baker Street igualmente reflexiona de manera amarga, y lo hace sobre las adicciones que desarrollamos para no enfrentarnos al vacío que a veces puede suponer la existencia. Ese supuesto tono ligero sirve para ocultar lo que subyace por debajo. De forma inteligente, Wilder reservó los momentos ásperos para el final. Ese público impaciente que abandonó la sala en el pase de prueba se perdió una gran joya, tanto de la comedia como del drama.
El arranque flirtea con la idea que el público actual tiene de una amistad masculina construida con los mimbres que solían regir la camaradería varonil en aquella época. También se aplica un toque de ironía con el cual se derriba el concepto anquilosado de hombría que se tenía en el período en que se rodó la película. Puede que gran parte de esos abandonos de la sala fueran provocados por señores enfurruñados asustados de encontrarse a ese desafío con sus prejuicios.
Después, tenemos la aventura con Gabrielle Valladon y su marido desaparecido. Este sirve para que conozcamos al hermano de Holmes, Mycroft, un personaje que, dentro del canon, tuvo escasa aparición[2], pero ha ejercido gran influencia en autores de pastiches[3] y en cine ha sido encarnado por intérpretes como Lewis Gilbert (el primero, y que nada tiene que ver, desde luego, con el director de igual nombre), Robert Morley (a mi juicio, el más atinado en físico y personalidad), Gene Wilder, Charles Gray, Peter Jeffrey, Stephen Fry o Sam Claflin. Aquí Christopher Lee da un perfil peculiar para ese rol, pero le brinda inteligencia y perspicacia, aunque comete una tremenda metedura de pata frente a Victoria Regina.
La intriga que desarrolla Sherlock Holmes, a priori, no es una de altos vuelos, aunque, de rebote, aparezca el monstruo del lago Ness, y en principio parezca una mera investigación de un «marido desaparecido». Pero, como es norma, un caso en apariencia insignificante oculta ramificaciones de resonancias a nivel internacional. Wilder sabe muy bien combinar el tono intimista con el reflejo de una época azotada por acontecimientos que precipitarían una guerra mundial —la posterior Elemental, doctor Freud, a partir de una novela de Nicholas Meyer, también aprovecharía un entorno similar, y es muy posible que el director de Star Trek II tuviera muy en mente la película de Billy Wilder para escribir su libro—.
La vida privada de Sherlock Holmes ofrece, al final, una intriga en el convencional estilo de las investigaciones del rey de los detectives, pero prevalece por encima de todo el retrato de una época —atención al grandioso diseño de producción de Alexandre Trauner, habitual colaborador de Wilder— y, en especial, el de unos personajes sobradamente conocidos, pero que, al mismo tiempo, van desvelando perfiles insólitos, nuevos, especiales, oscuros. Algo que solo pueden conseguir personajes que han superado esa condición para devenir en personas.
Anecdotario
- Título en Argentina y México: El último secreto de Sherlock Holmes.
- En 1971 fue nominada al premio Edgar como mejor película, y ese mismo año la Writers Guild of America la designó en la categoría de mejor comedia escrita para la pantalla.
- Rodada con un presupuesto estimado de diez millones de dólares, entre mayo y diciembre de 1969.
- La versión estadounidense en laser-disc añade 12 minutos de metraje inédito, incluida una secuencia conocida como «The Dreadful Business of the Naked Honeymooners», en la que aparecen Jonathan Cecil y Nicole Shelby. Carecía de audio, pero se subtituló. La edición en DVD de MGM incluye esas escenas eliminadas aparte, como extras (salvo la edición española, que capa todos los extras y no subtitula la película).
- En un principio, las escenas en las que aparecía el monstruo del lago Ness iban a rodarse en el lago real. Se construyó un atrezo de tamaño natural con varias jorobas parecidas a las de Nessie para disimular los dispositivos de flotación. Sin embargo, las jorobas fueron retiradas a petición de Billy Wilder. Desgraciadamente, durante una prueba en el lago Ness, el monstruo se hundió y no lo encontraron. Se construyó un segundo propulsor, una miniatura con la cabeza y el cuello, pero solo se rodó dentro de un tanque de estudio. El modelo sumergido, por cierto, fue descubierto en 2016, tal como se anunció en The New York Times el 13 de abril «a 180 metros de profundidad en el lecho del lago».
- La subtrama en la que Sherlock Holmes es abordado por una famosa bailarina que desea que sea el padre de su hijo está inspirada en un incidente de la vida real. George Bernard Shaw fue interpelado en una ocasión por Isadora Duncan, quien le dijo que, si tenían un hijo juntos, éste tendría «mi belleza y su cerebro»; Shaw la rechazó rápidamente, diciendo: «Ah, sí, querida señora, pero ¿y si en vez de eso tiene mi belleza y su cerebro?».
- Cuando Robert Stephens preguntó a Billy Wilder cómo interpretar a Sherlock Holmes, Wilder respondió: «Debes interpretarlo como a Hamlet. Y no debes engordar ni un kilo. Quiero que parezcas un lápiz».
- Robert Stephens también interpretó a Holmes en teatro, en la famosa versión de William Gillette. Y tras esta película apareció en la serie Los rivales de Sherlock Holmes (The Rivals of Sherlock Holmes, 1971-1973), en el episodio «The Missing Witness Sensation» (1971), basado en el relato de Ernest Bramah, donde encarnaba al detective Max Carrados.
- El dúo previsto para protagonizar eran Peter O’Toole y Peter Sellers como Holmes y Watson, respectivamente, pero al final Wilder decidió optar por actores menos conocidos.
- Se pensó por parte de los estudios en Charlton Heston para el papel de Sherlock Holmes, pero Billy Wilder no quiso saber nada. Heston interpretó a Holmes en el telefilm El crucifijo de sangre (The Crucifer of Blood, Fraser C. Heston, 1991), así como en la obra de teatro en que se basa. También Rex Harrison quiso protagonizar la película, pero Wilder lo desestimó. Nicol Williamson fue de igual modo planteado como Holmes. Más adelante lo encarnó en Elemental, Dr. Freud (The Seven-Per-Cent Solution, Herbert Ross, 1976).
- Sir Richard Attenborough fue considerado para el papel del Dr. Watson.
- Colin Blakely fue contratado por Billy Wilder bastante tarde en la preproducción, gracias a la firme recomendación de Robert Stephens, amigo y colega de Blakely en su trabajo con el National Theatre, y su coprotagonista en la producción escénica original de La caza real del sol (The Royal Hunt of the Sun), de Peter Shaffer, en 1964.
- Christopher Lee reemplazó a George Sanders (que hubo de abandonar por razones de salud) como Mycroft con muy escaso margen. También fue considerado para el papel Laurence Olivier —quien más adelante sería Moriarty en Elemental, Dr. Freud— y James Robertson Justice, el más adecuado físicamente para el papel, pero se negó a afeitarse la barba.
- Christopher Lee interpretó con anterioridad a Sir Henry en El perro de Baskerville (The Hound of the Baskervilles, Terence Fisher, 1959).
- Christopher Lee apareció en otras ocasiones como Sherlock Holmes: en la película El collar de la muerte (Sherlock Holmes und das Halsband des Todes / Sherlock Holmes et le Collier de la mort / Sherlock Holmes – La valle del terrore / Sherlock Holmes and the Deadly Necklace, T. Fisher, 1962) y las dos miniseries televisivas Sherlock Holmes y la prima donna (Sherlock Holmes and the Leading Lady, Peter Sasdy, 1991) e Incidente en las cataratas Victoria (Sherlock Holmes: Incident at Victoria Falls, Bill Corcoran, 1992).
- A petición de Wilder, el Miklós Rózsa adaptó la música de su propio Concierto para violín de 1956 como base para la partitura de la película, complementándola con más música original. Rózsa aparece interpretando a un director de orquesta en la escena de El lago de los cisnes.
- El escenario del club Diógenes no se desmontó hasta 1973, y fue reaprovechado para las películas Las manos del destripador (Hands of the Ripper, Peter Sasdy, 1971) y Carry on at Your Convenience (Gerald Thomas, 1971).
- Tras el rodaje durante dos semanas en el lago Ness, Stephens cayó por agotamiento y hubo de ser hospitalizado otras dos semanas.
- Billy Wilder quería explorar más a fondo a Sherlock Holmes como personaje gay, pero los herederos de Conan Doyle se sentían incómodos con la idea y prohibieron seguir por ahí.
- Por aquel entonces también había planes para rodar el musical de Leslie Bricusse Baker Street, que se estrenó en Broadway en 1965. En el escenario Fritz Weaver interpretó a Holmes, Peter Sallis a Watson y Christopher Walken fue uno de los villanos. Debido a su escaso éxito en Broadway (se representó en más de trescientas funciones, pero su montaje resultó enormemente caro) y a la preocupación de que cubriera gran parte del mismo terreno que el proyecto de Billy Wilder, nunca llegó a materializarse.
- Estrenada en Estados Unidos el 29 de octubre de 1970, en Reino Unido el 3 de diciembre de 1970 y en España el 11 de abril de 1971, en Madrid, y el 19 de abril de 1971, en Barcelona.
Bibliografía
La vida privada de Sherlock Holmes; por Michael Hardwick y Mollie Hardwick; traducción de Elías Sarhan; ilustración de la cubierta, Cristina Belmonte Paccini. Madrid: Valdemar, 1992. Colección: Los Archivos de Baker Street; nº 9. T.O.: The Private Life of Sherlock Holmes (1970). [Novelización].
«La aventura de los recién casados desnudos»; por Billy Wilder [e I.A.L. Diamond]; adaptación de Carlos Díaz Maroto; traducción de Beatriz Bejarano del Palacio. En El otro canon de Sherlock Holmes; recopilación de Javier Jiménez Barco; ilustración de la cubierta, Jim Steranko. Madrid: La Hermandad del Enmascarado, 2015. Colección: Los Libros de Barsoom – Zona Criminal; nº 6. T.O.: «The Dreadful Business of the Naked Honeymooners» (1970). [Novelización].
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: *****
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra
[1] La idea de este episodio es muy similar al relato de Arthur Conan Doyle «De cómo Watson aprendió el truco» («How Watson Learned the Trick», 1924). Esta escena, con subtítulos reemplazando el audio perdido, se incluye como extra en el DVD norteamericano. A partir de ahí, el que esto firma construyó un relato. Véase bibliografía, donde figura dónde apareció publicada, misma fuente para el relato de Conan Doyle que se refiere aquí, este traducido por Javier Jiménez Barco.
[2] Como eje central en los relatos «La aventura del intérprete griego» («The Adventure of the Greek Interpreter», The Strand Magazine, Harper’s Weekly, 1893) y «La aventura de los planos Bruce-Partington» («The Adventure of the Bruce-Partington Plans», The Strand Magazine, Collier’s, 1908), brevemente en «El problema final» («The Final Problem», The Strand Magazine / «The Adventure of the Final Problem», McClure’s, 1893) y es mencionado en «La casa vacía» («The Adventure of the Empty House», Collier’s, The Strand Magazine, 1903).
[3] Ha sido motivo de novelas escritas por Quinn Fawcett, Michael P. Hodel y Sean M. Wright, Ray Walsh, Glen Petrie o hasta Kareem Abdul-Jabbar junto a Anna Waterhouse. Que, digo yo, algún editor español podría animarse…