Mario es un fotógrafo que decide escapar de una relación efectuando un trabajo en una zona montañosa. Allí conoce por casualidad a Delia, y la mujer decide unirse a él en su recorrido por un área rural y primitiva, donde acaban confluyendo en un pueblo aislado, habitado, en teoría, solo por una mujer misteriosa.

Dirección: Raúl Artigot. Producción: Azor Films. Productor ejecutivo: José Truchado. Guion: Raúl Artigot, Juan Cortés, Félix Fernández, José Truchado. Fotografía: Ramón Sempere, [Fernando Espiga, no acreditado]. Música: Fernando García Morcillo. Montaje: Pedro del Rey. Intérpretes: Patty Shepard (Delia), Cihangir Gaffari [acreditado como John Caffari] (Mario), Mónica Randall (Carla), Víctor Israel (posadero), Ana Farra (Santa), Guillermo Bredeston (Óscar), Luis Barboo (hombre encadenado), Conchita Linares (Guerda), Inés Morales (mujer gato), Soledad Silveyra, María Eugenia Calleja, Carmen Herrera… Nacionalidad y año: España 1972. Duración y datos técnicos: 83 min. color 2.35:1 Eastmancolor 35 mm Techniscope.

 

Raúl Artigot Fernández (Zaragoza, 12 de febrero de 1936-Arriondas, Asturias, 25 de diciembre de 2014) fue un prestigioso director de fotografía español. Su carrera profesional en el mundo del cine arrancó en la década de los sesenta, haciendo cortos y documentales, para después pasar a los largometrajes de ficción. Dentro de este ámbito, por supuesto, tocó la variedad temática que ofrecía nuestro cine por aquel entonces, comedias principalmente, pero, tras la muerte del dictador, se prodigó bastante dentro del llamado «cine de destape» en sus diversas modalidades. En el género fantástico y/o de terror trabajó en La semana del asesino (Eloy de la Iglesia, 1972), El retorno de los vampiros / El misterio de Cynthia Baird (José María Zabalza, 1972/1985), Los demonios (Les démons / Os demónios, 1973) y La maldición de Frankenstein / Les Plaisirs de la nuit : Les Expériences érotiques de Frankenstein / La Malédiction de Frankenstein (1973), ambas de Jesús Franco, El buque maldito (Amando de Ossorio, 1974), El insólito embarazo de los Martínez (Javier Aguirre, 1974) y El liguero mágico (Mariano Ozores, 1980).

  

Su última película, siempre en el campo de la fotografía, fue Réquiem por un campesino español / Rèquiem per un camperol (1985), en cuyo guion también participó, además de ser productor. Como realizador solo hizo tres películas[1], la presente, el drama Cabo de vara (1978), sobre la rehabilitación de presos, y basada en una novela del curioso Tomás Salvador, y la comedia policial Bajo en nicotina (1984), esta según la obra El ángel triste de Carlos Pérez Merinero.

Esta película surgió de un modo peculiar, tal como refiere el propio director: «Fue gracias a una productora nueva llamada Azor Films, que era una filial extraña de Paramount que funcionaba por medio del dinero que esta multinacional tenía retenido en Francia. La presentamos un proyecto para hacer El monte de las brujas y lo aceptaron sin muchas complicaciones»[2]. Fue rodada en 1972, y presentada ante el Ministerio de Cultura con fecha de resolución del 26 de junio de 1973 y proyectada en el Festival de Sitges en octubre del mismo año. Sin embargo, no llegaría a estrenarse en nuestro país debido a problemas con la censura. Sí se exhibió en Estados Unidos, el 5 de marzo de 1975, en televisión, y hoy día es conseguible por medio de la red en una copia con los créditos en inglés aunque con audio en español, formato recortado a 1.33:1 y una pésima calidad de imagen. Según parece, el problema censor fue debido, en palabras de José Luis Salvador Estébenez[3], «a causa de un malentendido provocado por unos desnudos»[4].

Filmada en la época de esplendor del fantaterror hispano, llama la atención de que, en apariencia, no queda claro en qué lugar se ambienta. Los nombres de los personajes podrían ser tanto españoles como extranjeros (Mario, Delia[5], Carla…), pero resulta muy reconocible el entorno en que transcurre, el norte español, con sus pueblos perdidos, los hórreos donde habitan los lugareños… Es muy posible que Artigot y su equipo intentaran disimular el entorno gracias a la ausencia de mención, por posibles riesgos con la censura[6], aunque esta luego provino de otro elemento como son esos referidos desnudos[7].

El film se toma su tiempo en «arrancar». Al principio tenemos la llegada de Carla a su casa, en un tono que semeja que será ella la protagonista. Se encuentra con elementos anómalos, como la muerte de su gato, y la aparición de una niña de lo más extraña. Después, se reúne con su prometido, Mario, que es fotógrafo y, repentinamente, ante las presiones por parte de ella de irse de vacaciones, él llama al trabajo y solicita uno de inmediato, para huir de la mujer. A partir de ese momento, la trama ya se focaliza sobre él, y no le abandona casi en ningún momento, compartiendo protagonismo con una muchacha que se encuentra en el camino, Delia.

El fotógrafo Mario está interpretado por John Caffari, seudónimo ocasional (otros fueron John Foster, Jahangir Ghaffari y John Geoffrey) de Cihangir Gaffari, nacido en 1940 en Azerbaiyán, en la entonces URSS. Logró un gran éxito en el cine turco, y participó en Shaft vuelve a Harlem (Shaft’s Big Score!, Gordon Parks, 1972) el mismo año en que trabajó en la presente. Su penúltima película fue Contacto sangriento (Bloodsport, Newt Arnold, 1988), protagonizada por Jean-Claude Van Damme. Aquí luce un aspecto muy típico de la época, con melena tupida y, sobre todo, abundante bigotón, si bien ofrece de forma positiva el aspecto de fotógrafo itinerante, acaso orientado por la experiencia del director en ese sentido (muy interesante el momento en que revela el carrete a plena luz del día, provisto de una especie de bolsa-cuarto oscuro).

Mario y Delia, pues, van recorriendo esos montes ignotos y encontrándose con una extraña fauna humana. En un momento se cruzan con un pastor con unas cuantas cabras y, al instante, hombre y animales han desaparecido como por ensalmo. Pero todo comienza a mostrar perfiles inquietantes cuando llegan a una aldea donde parece habitar solamente una anciana, curiosamente llamada Santa —e interpretada por Ana Farra, bastante habitual en el fantaterror, siendo la nodriza en Ceremonia sangrienta / Le vergini cavalcano la morte (Jorge Grau, 1973)—, que comparte su caserón con un gato, que después, en un momento absolutamente mágico, veremos convertirse en mujer (la planificación de ese instante es magnífica).

Perjudicado el film por un montaje algo abrupto, lo cual parece casi consustancial a ese tipo de cine, y que muy posiblemente fuera ocasionado por el bajo presupuesto, con falta de algunos planos de continuidad, y los recortes impuestos por la censura, sin embargo dispone de un aura mágico que otorga al film un tono fascinante. Excelente es el momento en el cual Mario toma fotografías de la aldea deshabitada; cada vez que aprieta el disparador, por un levísimo instante, vemos el destello de personas en el fotograma, y luego, cuando revele las fotos, esa gente aparecerá en ellas; inclusive en una de las imágenes se puede ver a Delia y Mario. ¿Acaso están en un valle donde el tiempo transcurre de un modo diferente, y las fotografías captan momentos de un pasado remoto, o un futuro indefinido, o tal vez una realidad alternativa?

También confluye en el argumento la presencia de un mito de nuestro folklore del norte, un cortejo de almas en pena, la güeste o güestia, como se les denomina en Asturias (y el primer término es el que se pronuncia en el film), o también más conocidas como la Santa Compaña, que portando huesos encendidos a modo de cirios y cubiertas de blancos sudarios vagan en procesión. La escena que las presenta es particularmente cautivante, y refleja una leyenda de la tradición en España que merecería mayor atención por parte de nuestros cineastas.

En todo caso, la trama fundamental, como el propio título desvela, se centra en ese monte donde confluyen las brujas. En la aldea habita una anciana, Santa, que vive con un familiar[8] en forma de gato, y luego por las noches aparecen otras hechiceras, que han permanecido ocultas, o tal vez convertidas en otros seres —¿las ranas que no paran de croar durante toda la noche?— o acaso existiendo en otra realidad. Efectúan aquelarres, y algunos de los planos de ellas danzando en torno a la hoguera recuerdan de manera poderosa algunas de las pinturas negras de Goya. Como es norma habitual en el cine español de la época, se rodó sin sonido directo y fue sonorizada a posteriori; así, para dar ambiente a las escenas, se oye un continuo correr de agua, procedente del riachuelo cercano, así como un coro perenne de ranas, todo lo cual ayuda a conferir al film una atmósfera que la hace aunarse con el terruño y las tradiciones. Y el film se cierra dejando evidente que ese arranque tan, en apariencia, fuera de lugar, está justificado, aunque el espectador haya de poner de su parte para encajar todas las piezas.

Se percibe cómo Raúl Artigot estaba dotado en especial para plasmar las atmósferas de esas tradiciones, el ambiente mágico e irreal donde concurren. Además, la música ayuda a brindar un aire más inquietante a las imágenes. En su reseña, ya mencionada, Estébenez menciona unos «cantos en latín entonados por una voz femenina», sin embargo en la copia que yo he visto se escuchan en un inglés muy mal pronunciado, acaso de manera intencionada, para otorgar una dimensión carente de geografías a esas ceremonias. La música, por lo demás, se aparta de la habitual ramplonería de otras muestras del fantaterror hispano. Es una lástima cómo la censura forzó al ocultamiento de esta misteriosa joya; además, hoy en día, que el hecho de que una obra cinematográfica de más de diez años ya es una antigualla relegada a las filmotecas, parece que incentiva a que una película tan interesante como la presente perviva en el desconocimiento, y no sea restaurada y desvelada a un público amante del género, que acaso la valoraría como un fascinante precedente del actual «folk horror» tan de moda ahora.

 

Anecdotario

  • Títulos anglosajones: Witches’ Mountain / The Witches Mountain.
  • En el Festival de Sitges de 1973 logró una mención especial a Raúl Artigot.
  • El rodaje tuvo lugar en Viboli[9] y Casielles (municipio de Ponga), así como la costa de Ribadesella, en Asturias, entre otros puntos.
  • Voces de doblaje: María del Puy (Patty Shepard), Juan Miguel Cuesta (Cihangir Gaffari), Mayte Santamarina (Mónica Randall), Francisco Arenzana (Victor Israel), Pilar Calvo (Ana Farra), Claudio Rodríguez (Guillermo Bradeston), Selica Torcal (Conchita Linares).
  • La fotografía la hizo Ramón Sempere, que solía trabajar habitualmente de segundo operador para Artigot cuando este actuaba como director de fotografía.
  • En España se exhibió en octubre de 1973 en el VI Festival Internacional de Cine Fantástico y de Terror de Sitges, pero no tuvo estreno oficial por culpa de la censura, aunque ha tenido pases esporádicos organizados por la Filmoteca Española. 

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: ***½

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra

 

[1] Como director cuenta igualmente con varios programas de la serie de TVE Vivir cada día (1978-1988). También realizó y produjo el documental La pesca en el Sella (1993), que pensaba vender a TVE, pero que al final acabó siendo adquirido por unos grandes almacenes para su comercialización.

[2] «Entrevista a Raúl Artigot», por José Luis Salvador Estébenez. En el blog La abadía de Berzano: Entrevista a Raúl Artigot – La abadía de Berzano (wordpress.com)

[3] Reseña de la película en su blog La abadía de Berzano: El monte de las brujas – La abadía de Berzano (wordpress.com)

[4] «Había unas chicas que tenían que aparecer vestidas con unos tules y unas gasas para una toma que grabábamos de noche. Estas chicas pidieron más dinero por ser el rodaje nocturno, pero el jefe de producción que era un tarugo se negó a pagarlo. Entonces estas chicas cogieron y llamaron a un amigo suyo que era policía, fueron a una comisaría y denunciaron a la película diciendo que las querían hacer rodar desnudas, cosa que era mentira. La denuncia se cursó y cuando yo estaba montando la película aparecieron unos inspectores de la Dirección General de Cine exigiendo ver el copión. Era la época de las dobles versiones, e incluso yo rodé la película en inglés por la posibilidad de ventas al extranjero que existía. Había por ello dos montajes; el destinado al exterior, en el que en una escena salía Patty Shepard con el pecho al aire y en otra una gata que, al convertirse en bruja, aparecía desnuda tras la transformación; y el español, en el que en estas secuencias las actrices estaban vestidas. Al revisar los inspectores los dos copiones se percataron de esos planos y, a pesar de que las chicas que nos habían denunciado no aparecían desnudas por ningún lado, el Ministerio decidió castigar a la película con la máxima pena que había entonces, que era privarla de protección, lo que la convertía en inestrenable». De la entrevista con Raúl Artigot (op. cit.).

[5] Aunque en algunos momentos de los diálogos se entiende «Celia».

[6] «Yo ahora vivo en Asturias, y ya por entonces conocía estos magníficos paisajes y, claro, me parecieron los escenarios ideales para la ambientación que requería la película. Ese es el motivo para que esté rodada aquí. No obstante, para evitar problemas con la Censura, y también para internacionalizarla un poco más, evitamos en la medida de lo posible que directamente se mencionara que la película transcurría en España». De la entrevista con Artigot citada.

[7] En la copia que yo he visto no hay desnudo alguno, e inclusive la planificación lo esquiva con habilidad.

[8] Un espíritu familiar es un ente mitológico con poderes mágicos, que según la tradición serían invocados por una persona versada en lo arcano, generalmente un mago o un brujo. Normalmente adoptan la forma de animales domésticos o de criaturas mitológicas o demoníacas. Su nombre proviene de que el dueño debía pasar el conocimiento y la manera de mantenerlo a sus hijos, para que así el familiar continuara en la familia. (De la Wikipedia en español).

[9] Según el censo de 2010 del Instituto Nacional de Estadística tenía diez habitantes, nueve varones y una mujer.