Anna Robinson ha abandonado a su marido y está viviendo en la localidad de Jersey, en las Islas del Canal, intentando reubicarse. Allí conoce a Hugh e inician una relación. Ella le pide que nunca la deje. Un día, mientras tontean corriendo, él cae de pronto al suelo, y el médico certifica su defunción. Pero él regresa.

Dirección: Fred Burnley. Producción: LMG Film Productions Limited, Portland Film Corporation, Tigon British Film Productions. Productores: Peter Fetterman, Jack Smith. Productores delegados: Tony Tenser, Peter J. Thompson. Guion: Gordon Honeycombe, con diálogos adicionales de Rosemary Davies, basado en la novela de G. Honeycombe. Fotografía: David Muir. Música: Nachum Heiman. Montaje: Norman Wanstall. Dirección artística: Michael Bastow. Intérpretes: Susan Hampshire (Anna Robinson), Frank Finlay (George Dabernon), Michael Petrovitch (Hugh Dabernon), Michael Craze (Collie Delamare), Jack Lambert (Dr. Irving), Betty Duncan (Mrs. MacKay), David Garth (Mr. MacKay), Anthony Booth (Delamare, el policía), Marcia Fox (doble en la escena de amor)… Nacionalidad y año: Reino Unido 1972. Duración y datos técnicos: 92 min. color 1.85:1.

 

«Ni el mar ni la arena matarán su amor,

Ni el viento se lo llevará forjado por la envidia…»

 

Gordon Honeycombe (1936-2015) fue un actor y autor teatral, escritor y locutor de noticias. Nació en el Raj británico, en la India; entre 1962 y 1964 estuvo unido a la Royal Shakespeare Company, y de 1965 a 1977 fue una celebridad como presentador del telediario en la ITN, siendo votado dos veces el más popular en esa categoría. Trabajó regularmente en tal cometido, o presentando programas variados, pero entre 1977 y 1984 también se concentró en la escritura. Como actor de cine aparece en un cometido muy breve en La sangre del vampiro (Blood of the Vampire, Henry Cass, 1958), y en Alarma: catástrofe (The Medusa Touch, Jack Gold, 1978), hace de locutor de televisión, «papel» que forjó en otras ocasiones.

Desde 1965 escribió para televisión, radio, teatro y cine, además de diversos libros: once ensayos (varios de ellos centrados en el Museo Negro de Scotland Yard) y tres novelas, dos de las cuales son de terror, Neither the Sea Nor the Sand (1969), que dio origen a la presente película, y Dragon Under the Hill (1972). Ambas son descritas por el historiador del género Stefan R Dziemianowicz como «atmosféricos góticos modernos cuyos escarpados escenarios naturales del norte de Inglaterra resuenan con sus implacables horrores sobrenaturales»[1]. En la segunda, un profesor de historia de Northumberland se encuentra recreando una tragedia que tuvo lugar en la época vikinga.

Precisamente, Neither the Sea Nor the Sand nació de los largos paseos durante los atardeceres que el escritor daba por las playas de la isla de Jersey[2]. La novela fue comprada para convertirla en película por parte de la Hammer, con Robert Young como director, pero la productora no terminaba de poner en marcha el proyecto y, por último, los derechos revirtieron. A Young le pusieron, a cambio, a dirigir Vampire Circus [tv/dvd: El circo de los vampiros, 1972] y la novela fue finalmente adquirida y puesta en marcha por LMG Film Productions Limited[3], Portland Film Corporation[4] y Tigon British Film Productions[5]. Dados sus precedentes en ese trabajo, era lógico que pusieran como guionista al propio Honeycombe, y el rodaje se efectuó en los hermosos escenarios en los cuales transcurre la obra literaria.

El director escogido para ponerse a cargo de Ni el mar ni la arena (Neither the Sea Nor the Sand, 1972) fue Fred Burnley (1933-1975), habitual montador —de, por ejemplo, Tarzán en peligro (Tarzan’s Three Challenges, Robert Day, 1963), o la coproducción con España El Greco (Luciano Salce, 1966)—, como realizador hizo episodios de diversas series (tampoco muchas) y esta fue su única película. Nada más hizo de terror en toda su carrera, pero algunas de las series en las que trabajó eran de carácter documental, motivo acaso por lo cual el paisaje posee tanta fuerza e importancia a lo largo de la narración.

El film pertenece a la categoría de «amores sobrenaturales». No entra en la condición de «terror», sino acaso dentro de lo «maravilloso», aunque los instantes finales, desde el momento en que él regresa, se van volviendo más y más desazonadores. Es, en todo caso, una película de zombis, en el sentido estricto. También podría considerarse como una versión libre del socorrido relato «La pata de mono» («The Monkey’s Paw», 1902) de W. W. Jacobs, en la cual se plantease qué hubiese sucedido si el hijo hubiese sido aceptado por sus padres y entrado en la casa…

Gran parte del metraje se dedica a ir describiendo cómo se va desarrollando ese amor entre Anne y Hugh. Ella, en un momento determinado, siente dudas. «¿Es esto una aventura?», pregunta, a lo cual él contesta: «No, es amor». La mujer se siente dichosa, como hacía tiempo no experimentaba, y le pide que nunca la deje. Cabe señalar la interpretación que realiza Susan Hampshire de su papel, a la que escogieron porque, en cierta manera, nada mejor tenían a mano con el presupuesto que tenían, y que efectúa un trabajo maravilloso, lleno de sensibilidad y emoción.

Mientras corretean por un campo escarpado, él de pronto cae al suelo. Anna logra pedir ayuda y viene un médico, pero este solo puede certificar la defunción. En la casa donde se habían hospedado queda el cadáver velando, y ella en el cottage que habían alquilado. Entonces, algo ronda la puerta. La mujer abre. Él ha regresado.

Ni el mar ni la arena es una película hija de su tiempo. Se percibe en los peinados, en las ropas, en la textura visual y en la caligrafía de Burnley, con el uso del zoom como sustitutorio del movimiento de cámara. También dispone de una partitura musical muy típica de la época, con una cantante femenina tarareando un «dabadabadá», aunque el tema es hermoso, así como la voz. Su compositor es el letón Nachum Heiman, ganador de un premio especial de la Academia de Cine Israelí en 2004.

Por supuesto, a los que esperen vísceras y sustos, esta no es su película. Es calmada, elegante a su manera, triste y melancólica, que ofrece unos paisajes agrestes que, en ocasiones, podrían parecer el fin del mundo. En medio de ello se desarrolla una hermosa historia de amor, mientras el mar embravecido azota la costa. Él regresa porque ella le pidió que nunca la abandonara. El hermano de Hugh, George (Frank Finlay en un breve papel, aunque aparece el segundo en el reparto) se escandaliza de la relación entre ambos y, cuando comprueba en qué se ha convertido Hugh, clama que ella es una bruja y que hay que exorcizarle[6]. En un principio, el reviniente parece hallarse en un estadio intermedio entre este y el otro mundo, en un trance perenne, donde no habla y apenas se mueve. Después, de algún modo, él comienza a comunicarse con Anna de forma telepática. Pero poco a poco, el reino al que él ahora pertenece empieza a reclamarle, y la podredumbre se comienza adueñar de su mirada. Cuando ella le besa, a requerimiento de él, siente el sabor de la putrefacción en sus labios. Él ahora está en otro mundo. Y quiere que ella no le abandone…

 

Anecdotario

  • Títulos en los Estados Unidos: Beneath Sea and Sand / The Exorcism of Hugh.
  • Rodada a partir del 17 de enero de 1972, en exteriores de Jersey, Islas del Canal, y en los MGM British Studios, Borehamwood, Hertfordshire, Inglaterra, Reino Unido.
  • La versión cinematográfica británica fue cortada por la BBFC para editar una escena de sexo entre Hugh y Anna (hay varias, sin embargo, en la película). El DVD de Odeon de 2008 está totalmente sin cortes.
  • Susan Hampshire fue elegida porque las opciones originales superaban el presupuesto del proyecto.
  • Última película de Jack Lambert.
  • En la novela, la protagonista se llama Annie Robins.
  • Estrenada en el Reino Unido en noviembre de 1972, y en España el 28 de noviembre de 1975, en Madrid, en los cines de barrio Apolo, Bahía, Gayarre y Granada, en algunos casos en programa doble.

 

Bibliografía

Neither the Sea Nor the Sand; por Gordon Honeycombe. Londres: Hutchinson, 1969. Inédita en España.

 

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: ***

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra

 

[1] Stefan R Dziemianowicz, «Honeycombe, Gordon», en S. T. Joshi y Dziemianowicz, (ed.) Supernatural Literature of the World: an Encyclopedia. Westport, Connecticut: Greenwood Press, 2005; pág. 562.

[2] El escritor, además, fue masón. Nunca se casó ni tuvo hijos, aunque se interesaba mucho por la historia de su familia, a tal punto que investigaba y organizaba reuniones familiares.

[3] Esta productora hizo por esas fechas otras dos comedias sin especial relieve.

[4] Fundada ex profeso para la realización de esta película.

[5] Con veinte películas en su haber, tocó con profusión el género de terror, desde que debutara en él con Los brujos (The Sorcerers, Michael Reeves, 1967) hasta The Creeping Flesh [vd: Cuerpos vivientes; tv/dvd: El esqueleto prehistórico, Freddie Francis, 1973], la última película que hicieron. La que nos ocupa fue la penúltima.

[6] De ahí uno de los estúpidos títulos en Estados Unidos, The Exorcism of Hugh.