Kronos, cazador de vampiros y experto espadachín, se encuentra en un pequeño pueblo donde varias de las jóvenes del lugar han sido encontradas en un avanzado estado de edad, con su juventud drenada por el beso de un vampiro. La búsqueda de Kronos le lleva a la finca de los Durward, donde se encuentra con los hijos de la aparentemente anciana y enferma Lady Durward.

Dirección: Brian Clemens. Producción: Hammer Films para Bruton Films [RU], Paramount Pictures [EE.UU.]. Productores: Brian Clemens, Albert Fennell.  Guion: Brian Clemens. Música: Laurie Johnson. Fotografía: Ian Wilson. Diseño de producción: Robert Jones. Montaje: James Needs. FX: Jimmy Evans (maquillajes). Intérpretes: Horst Janson (Kronos), John Carson (Dr. Marcus), Shane Briant (Paul Durward), Caroline Munro (Carla), John Cater (Grost), Lois Daine (Sara Durward), Ian Hendry (Kerro), Wanda Ventham (Lady Durward), William Hobbs (Hagen), Brian Tully (George Sorell), Robert James (Pointer), Perry Soblosky (Barlow), Paul Greenwood (Giles), Lisa Collings (Vanda Sorell), Julian Holloway (Kronos [voz]), John Hollis, Susanna East, Stafford Gordon, Elizabeth Dear, Joanna Ross, Neil Seiler, Olga Anthony, Gigi Gurpinar, Peter Davidson, Terence Sewards, Trevor Lawrence, Jacqui Cook, Penny Price, B. H. Barry, Michael Buchanan, Linda Cunningham, Steve James, Ian McKay, Barry Smith, Caroline Villiers, Roger Williams… Nacionalidad y año: Reino Unido 1974. Duración y datos técnicos: 91 min. – color – 1.85:1 – 35 mm.

 

Inicialmente, el presente proyecto se planteó en 1972 con el escueto título de Kronos, y Brian Clemens tardó tres semanas en escribir el guion. El presupuesto fue de 160.000 libras, y se rodó finalmente entre el 10 de abril y el 27 de mayo de 1973 en Black Park, Iver Heath, Buckinghamshire, así como en los Elstree Studios, en Borehamwood, Hertfordshire. Pretendía ser el inicio de una saga, donde el héroe se confrontaría con posterioridad, al menos, a Frankenstein y a Drácula —en filmes respectivos, se supone—, y donde se movería a través del tiempo —obsérvese el nombre de Kronos, de referencias innegables—, pero ante su fracaso comercial se cancelaron esos planes. Brian Clemens se quejaba de lo repetitivo que era el cine de la Hammer y pretendió hacer algo nuevo y fresco, pero Michael Carreras no se sintió impresionado con el resultado, quedando ciego ante los intentos de renovación. Más adelante, el productor declararía[1]:

El «equipo Clemens» no tenía la experiencia adecuada con este tipo de material. Durante el rodaje descubrí que no estaban haciendo Kronos con la misma reverencia con que lo hacía el experimentado equipo Hammer. Puede que fuera totalmente culpa mía, pero yo no estaba en sintonía con su enfoque.

Brian Clemens

Brian Clemens (1931-2015) fue uno de los guionistas estrella de la televisión británica. Tras unos inicios titubeantes en el cine a cargo de los hermanos Danziger, productores especializados en la serie B, comenzó a trabajar en algunas series televisivas, como El hombre invisible (The Invisible Man, 1958-1959) o Cita con la muerte (Danger Man, 1964-1967), pero alcanzó un gran éxito con Los vengadores (The Avengers, 1961-1969). Entró en la serie escribiendo el segundo episodio, pero terminaría siendo el editor de guiones, productor asociado y guionista principal, y quien le otorgó esa aura entre irónica, surrealista y fantástica que la caracteriza.

Más adelante participaría en otras series míticas como Adam Adamant Lives! (1966-1967), El barón (The Baron, 1966-1967), Los invencibles del Némesis (The Champions, 1968-1969), Los persuasores (The Persuaders!, 1971-1972), Los protectores (The Protectors, 1972-1974), El aventurero (The Adventurer, 1972-1974) o la recordadísima Tensión (Thriller, 1973-1976). En cine fue muy activo en el período previo a sus éxitos televisivos con films muy desconocidos; después trabajaría en títulos como Curse of the Voodoo [tv: La maldición de Simba, Lindsay Shonteff, 1965], De repente, la oscuridad (And Soon the Darkness, Robert Fuest, 1970), Terror ciego (See No Evil, Richard Fleischer, 1971) o El viaje fantástico de Simbad (The Golden Voyage of Sinbad, Gordon Hessler, 1973).

Para la Hammer escribió el incisivo guion de la excelente El Dr. Jekyll y su hermana Hyde (Dr Jekyll & Sister Hyde, Roy Ward Baker, 1971), donde replanteaba con audacia el mito de Stevenson, y después se puso a cargo de la presente, que fue su único film como realizador; en televisión había rodado segundas unidades en muchos episodios de Los Vengadores, pero nunca accedió a realizar uno entero. Clemens declararía en cierta ocasión[2]:

En De repente la oscuridad hice el storyboard de muchas escenas junto a Robert Fuest, y mi compañero en el guion, Albert Fennell, que ya ha muerto, dijo: «Vale, creo que es hora de que ya dirijas algo». Finalmente, con Captain Kronos lo hice.

En el área interpretativa, el protagonismo recayó en un peculiar y muy variado trío. Para el rol del héroe, Brian Clemens quería a Simon Oates, famoso por la serie Doomwatch, pero por último recayó en el alemán Horst Janson, que debido a su acento fue doblado por Julian Holloway. Su ayudante, un jorobado que supone un ocasional recurso cómico, es encarnado por John Cater, quien había trabajado en el díptico del doctor Phibes. Y como acompañante femenina del dúo tenemos a la rotunda Caroline Munro, en su única película, junto a Drácula 73, para la Hammer —aunque Clemens escribió el personaje pensando en Kate O’Mara—. Y el resto del reparto lo conforman actores sólidos y con empaque del talante de John Carson, Shane Briant o Ian Hendry. El fracaso de la película puede achacarse, también, a su escasa distribución. Así, en Europa, por ejemplo, no se estrenó en cines en Francia, Alemania y España.

Como siempre en el cine de la Hammer, el lugar y época de ambientación es impreciso. En la película no se dice en momento alguno, pero en el tráiler de su estreno la voz en off señala que se trata de Centroeuropa, en el siglo XVIII. Sin embargo, es curioso que haya tantos nombres anglosajones en el film, como Durward, que es el nombre de la localidad donde acontece todo, así como de la regia familia que domina la región[3]. En ese entorno, tenemos los misteriosos casos de jóvenes muchachas que, repentinamente, aparecen, no desangradas, sino envejecidas. El capitán Kronos, oficial del ejército prusiano, junto a su ayudante, el profesor Hieronymus Grost, y Carla, una muchacha que se encuentran por el camino atrapada en un cepo[4], llegan a la localidad de Durward, dado que el primero ha sido requerido por su amigo, el doctor Marcus, para que desentrañe la incógnita que envuelve a las muchachas aparecidas en esas circunstancias.

Kronos es el hombre de acción, mientras que Grost es la parte intelectual; uno es hermoso, el otro es feo. En cierta manera, representan una figura escindida en dos individualidades, cada una destinada a un fin. Son, también, tal como se definen, cazadores de vampiros profesionales, y en un momento de lo más interesante para la mitología vampírica, el profesor Grost explica que «hay tantas variedades de vampiros como de depredadores», con lo cual, de rebote, clasifica las distintas diversidades de no muertos aparecidas en la filmografía de la Hammer y les ofrece cierta coherencia interna.

En la película, además, dispondremos de dos especies de vampiros distintas. La primera es el misterioso ser encapuchado que ataca a las jóvenes y les arrebata la juventud, en una especie de variación de la condesa Bathory, más física. Después, ese mismo ser, cuando asalta a Marcus, lo convierte en un tipo de vampiro que ataca a sus víctimas de un modo más tradicional, convirtiéndose, además, en un enorme murciélago, del suborden de los megaquirópteros (como el zorro volador, los cuales solo se alimentan de fruta, si bien el plano del bicho posado sobre el rostro de la muchacha resulta impactante).

Mítica es la secuencia de tortura del vampiro por parte de Kronos y Grost, cuando descubren su condición, e intentan darle muerte. Comienzan, obvio es, por el sistema tradicional, es decir, la estaca en el corazón, pero no lo hieren, no lo hacen sangrar y solo queda una señal como de cicatriz antigua. Le sigue el ahorcamiento, pero tampoco funciona. Al final, será una pequeña cruz que Marcus tiene al cuello, que se le clavará accidentalmente en el pecho, y que dará con el método de destruir al vampiro principal: el acero.

Volviendo a la criatura inicial, otro elemento interesante que provoca es que, a su paso, las flores se marchiten, arrebatándoles, de igual modo, su esencia vital[5]. También hay ciertos detalles que parecen más alegóricos que reales, como cuando ataca a una muchacha en el interior de una iglesia: a su entrada, veremos, por medio de la sombra, los brazos de una cruz doblegarse y, al final, la campana de la iglesia se mostrará chorreante de sangre. Otras referencias sugestivas de iconografía vampírica aparecen, como el hecho de enterrar un sapo muerto que, al paso del vampiro, resucitará. A este respecto, Brian Clemens se inventa un chascarrillo en verso que se podría traducir así: «Si un vampiro caminara / Cerca de la tumba de un sapo muerto / Entonces el vampiro vida le daría / Y, de súbito, el sapo viviría»[6].

Clemens, como guionista, realiza un pastiche aunando el cine de capa y espada tradicional junto con el de terror, motivo por el cual muchos aficionados han querido ver la presente como una especie de variación de las aventuras del puritano espadachín Solomon Kane, del que el escritor Robert E. Howard escribió nueve relatos[7], pese a que su entorno cronológico y geográfico sea muy distinto, así, sus narraciones transcurren entre finales del siglo XVI e inicios del XVII, y muchas de ellas tienen lugar en África.

La trama adquiere cierta estructura policial, dado que los protagonistas han de desarrollar una investigación para descubrir al culpable. Además, también ofrece cierto aire de wéstern, con una escena muy explícita en ese sentido como es la del chulo de taberna con sus dos acólitos, que interpreta el excelente Ian Hendry en una aparición especial; así, todo el enfrentamiento entre este y Kronos sigue los moldes tradicionales del cine del Oeste. Además, hay un momento donde Kerro, que así se llama el indeseable, arroja una moneda a la prostituta del local, y lo hace en el interior de una escupidera, para humillarla, algo que también se da en un clásico como Río Bravo (Rio Bravo, Howard Hawks, 1959), donde se somete a igual degradación al borrachín que interpreta Dean Martin.

A tenor de lo referido, todos estos elementos, que semejan dispersos, en el film confluyen con gracilidad y solidez gracias a un guion estructurado con habilidad, donde además no se engaña al espectador. Dados los escasos personajes que confluyen en la historia, la pista de dónde habita el vampiro es clara desde el inicio para el público, debido a la atención que se dispensa a la familia Durward. Ahora bien, ¿quién de los tres integrantes de la familia es el vampiro? ¿El joven Paul (Shane Bryant), su hermana Sara (Lois Dane) o la madre Lady Durward (Wanda Ventham), que se pasa la mayor parte del tiempo postrada en cama, envejecida y con una apariencia terrible? Además, Clemens introduce un simpático despiste, al hacer aparecer por vez primera a Sara de una manera que nos hace sospechar que se trate realmente de la madre, rejuvenecida por acción de sus actos de vampirismo. Solo que, de inmediato, se nos muestra a la madre en cama, por lo cual la sospecha de inmediato se desvanece.

Respecto al personaje de Lady Durward existen ciertos elementos dignos de resaltar. Como se ha dicho, está envejecida, y ello se expone por medio de un maquillaje de lo más mediocre (obra de Jimmy Evans). El espectador pensará «Bueno, motivos de presupuesto» y no le dará mayor importancia, para descubrirse al final que se trataba de una careta. Solo que, en la conclusión, cuando ella de verdad envejezca, mostrará un aspecto idéntico al de la máscara. Máscara, por cierto, que se deshará al mismo tiempo que muere su propietaria, en una curiosa concatenación de elementos. Y otro detalle a destacar es que, al final, Lady Durward —quien, obvio es, lleva el apellido de su marido— desvela que es una Karnstein, por lo que la película se une, en cierta manera, a la trilogía hammeriana que adaptaba la Carmilla de Le Fanu. Y, además, se aportan unas implicaciones bastante sugerentes para el amante del mito.

Brian Clemens, en su primer y único film como director, emplea una narrativa clásica y algo televisiva a la realización, aunque en ocasiones la administra algunas resoluciones interesantes. Juega bastante con los reflejos, así en espejos o superficies acuáticas, y en ese sentido, el primer plano de todos, el del vampiro atacando a la muchacha reflejado en el espejo de mano de ella, parece una alusión a un plano muy similar de Extraños en un tren (Strangers on a Train, Alfred Hitchcock, 1951), cuando, en la feria, se ve el asesinato reflejado en las gafas de la víctima, caídas en el suelo. También ejerce una curiosa composición, efectuando un encuadre dentro de otro, como cuando se ve un plano general, llega un coche de caballos, y la imagen se recompone dentro de la ventanilla del vehículo, suponiendo una especie de reencuadre sin, realmente, variar la posición de cámara, sino los elementos dispuestos ante esta.

Ya se ha aludido con anterioridad la mezcla de géneros, siendo el más destacado el del cine de capa y espada tradicional. Toda la trama conduce hacia el enfrentamiento final entre Kronos, de quien ya hemos comprobado que es un luchador impecable, junto al personaje que, a lo largo del film, se nos ha descrito como otro esgrimista asombroso, lord Durward, y a quien suponemos muerto. Lady Durward —o Karnstein— aplicará sus artes sobrenaturales sobre el esposo muerto y lo devolverá a la vida, convirtiéndolo, a su vez, en vampiro.

Y así, finalmente, Kronos se enfrenta a Durward en un duelo a muerte por medio de la espada con una pericia increíble —mientras la casi totalidad del resto de personajes está en trance a consecuencia de diversos hipnotismos, en un divertido plano de todos ellos alelados—. Lord Durward es interpretado por William Hobs, que era un coreógrafo de lucha con espada, quien, por supuesto, también supervisó esa escena de enfrentamiento definitivo, así como las demás del film. La escena se halla rodada siguiendo los clásicos duelos del cine de toda la vida, al estilo de, por ejemplo, Robín de los bosques (The Adventures of Robin Hood, Michael Curtiz, William Keighley, 1938) o El signo del Zorro (The Mark of Zorro, Rouben Mamoulian, 1940); en ambas, por cierto, el opositor del héroe era el mismo actor, Basil Rathbone, todo un portento en la lucha a espada, y que, siendo superior, debía dejarse vencer por el héroe. Aquí sucederá otro tanto, en una pelea que sigue los moldes referidos, pese a que Clemens quiebre demasiado la composición de la lucha con una excesiva variedad de encuadres, sin permitir que la propia fluidez de la pelea dicte el ritmo.

 

Anecdotario

  • Títulos de rodaje: Kronos / Vampire Castle.
  • Título en Argentina: Capitán Kronos, cazador de vampiros.
  • Ingrid Pitt rechazó el papel de Lady Durward, que hizo finalmente Wanda Ventham.
  • A Caroline Munro, que se negó a hacer escenas de desnudo a lo largo de su carrera a pesar de que le ofrecían constantemente papeles que lo requerían, le preguntaron una vez por su escena de desnudo en esta película y dijo: «No quería hacerla. Lo discutimos de antemano, porque no me parecía realmente necesario. Pero ellos querían que apareciera desnuda, así que llegamos a un compromiso. En aquella época tenía el pelo mucho más largo. Los mechones me cubrían la parte superior del pecho, así que utilicé una especie de cinta adhesiva para sujetarlo, por lo me sentía bastante segura en ese sentido. Luego me puse un par de bragas de color carne y estaba bien, era como estar en la playa, de verdad».

  • Hubo cierta continuidad a las aventuras de Kronos en formato cómic. Entre octubre de 1976 y enero de 1977, la revista The House of Hammer, que ofrecía artículos sobre la Casa y versiones a cómic de las películas, publicó una serie del número 1 al 3 (volumen 1), dibujado por Ian Gibson[8], y donde nuestro cazador se enfrentaba a un tal conde Balderstein. Y mucho más tarde, en 2017, Titan Comics ofreció la mini-serie Captain Kronos – Vampire Hunter en cuatro números.
  • La película se estrenó en el Reino Unido el 7 de abril de 1974. En España no apareció en salas comerciales, pero se editó en vídeo por Magafilms en 1984 como Capitán Kronos: cazador de vampiros, y más adelante por Filmayer como El cazador de vampiros en 1990. Con posterioridad, ha tenido pases por televisión y edición en DVD por parte de Manga Films en una mítica colección, de nuevo como Capitán Kronos: cazador de vampiros, en 2002.

 

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: ***½

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra

 

[1] En la revista Fangoria nº 63, y tal como es citado en JOHNSON, Tom; DEL VECCHIO, Deborah: Hammer Films: An Exhaustive Filmography. Jefferson (Carolina del Norte): McFarland & Co., 2012.

[2] En Collected Interviews: Voices from Twentieth-century Cinema, editado por Wheeler W. Dixon; Carbondale (Illinois): Southern Illinois University Press, 2001; pág. 51.

[3] Durward es el nombre de una calle londinense, pero también es el apellido del protagonista de una novela de capa y espada de Walter Scott, Quintín Durward (Quentin Durward, 1823). De esta novela hay una excelente adaptación cinematográfica, Las aventuras de Quentin Durward (The Adventures of Quentin Durward, Richard Thorpe, 1955). Dado el tono del presente filme, no cabe duda de que el apelativo responde a un homenaje a la novela y/o la película.

[4] No nos referimos al instrumento que se usa para capturar y torturar animales para la caza, sino del que se empleaba en épocas pasadas para atrapar a una persona de cabeza y manos ―y, a veces, también de pies― como castigo a una supuesta falta, y el reo era colocado en un lugar público como escarnio y escarmiento.

[5] Este elemento ya se daba en el film franco-italiano Et mourir de plaisir / Il sangue e la rosa [tv: Sangre y rosas, Roger Vadim, 1960], adaptación de Carmilla.

[6] If a vampire should bestrode / Close to the grave of a dead toad / Then the vampire life shall give / And suddenly, the toad shall live.

[7] También cuatro fragmentos incompletos, así como tres poemas.

[8] Conocido dibujante británico, autor de Robo-Hunter, Judge Dredd o La balada de Halo Jones, con guiones de Alan Moore. No confundir, obviamente, con el historiador del mismo nombre.