En diversas partes del mundo, distintos fenómenos extraños, relacionados con los ovnis, comienzan a producirse. En Indiana, Estados Unidos, Roy Neary, un hombre casado y con tres hijos, y Jillian Guiler, una mujer que vive sola con un niño de pocos años, tienen un avistamiento y, a partir de ahí, una obsesión recurrente con una montaña. Algo les impulsará hacia un encuentro maravilloso.

Dirección: Steven Spielberg. Producción: Julia Phillips and Michael Phillips Productions, EMI Films para Columbia Pictures. Productores: Julia Phillips, Michael Phillips. Productor asociado: Clark L. Paylow. Guion: Steven Spielberg, [y, sin acreditar, Paul Schrader, John Hill, David Giler, Hal Barwood, Matthew Robbins, Jerry Belson]. Fotografía: Vilmos Zsigmond. Música: John Williams. Montaje: Michael Kahn. Diseño de producción: Joe Alves. FX: Carlo Rambaldi (realización de los extraterrestres), Roy Arbogast (efectos mecánicos), Robert Short (diseño de los alienígenas), Don Jarel (fotografía matte), Matthew Yuricich (pinturas matte), Richard Yuricich (efectos fotográficos), Douglas Trumbull (efectos fotográficos especiales), Robert K. Worthington (creación de modelos). Intérpretes: Richard Dreyfuss (Roy Neary), François Truffaut (Claude Lacombe), Teri Garr (Ronnie Neary), Melinda Dillon (Jillian Guiler), Bob Balaban (David Laughlin), J. Patrick McNamara (líder del proyecto), Warren J. Kemmerling (Wild Bill), Roberts Blossom (Farmer), Philip Dodds (Jean Claude), Cary Guffey (Barry Guiler), Shawn Bishop (Brad Neary), Adrienne Campbell (Silvia Neary), Justin Dreyfuss (Toby Neary), Lance Henriksen (Robert), Merrill Connally (líder del equipo), George DiCenzo (comandante Benchley), Amy Douglass (implantada), Alexander Lockwood (implantado), Gene Dynarski (Ike), Mary Gafrey (Mrs. Harris), Norman Bartold, Josef Sommer, Michael J. Dyer, Roger Ernest, Carl Weathers, F. J. O’Neil, Phil Dodds, Randy Mark Herman, Hal Barwood, Matthew Robbins, David Anderson, Richard L. Hawkins, Craig Shreeve, Bill Thurman, Roy E. Richards, Gene Rader, Eumenio Blanco, Daniel Nunez, Chuy Franco, Luis Contreras. James Keane. Dennis McMullen. Cy Young. Tom Howard, Richard Stuart, Bob Westmoreland, Matt  Emery, Galen Thompson, John Dennis Johnston, John Ewing, Keith Atkinson, Robert Broyles, Kirk Raymond, J. Allen Hynek… Nacionalidad y año: Estados Unidos, Reino Unido 1977. Duración y datos técnicos: 135 (copia de estreno) / 138 (director’s cut) / 133 (edición especial) min. – color – 2.20:1 (copias en 70mm) / 2.39:1 – 35 mm / 70 mm (inflado).

 

La idea de Encuentros en la tercera fase (Close Encounters of the Third Kind, 1977) le viene a Steven Spielberg de lejos. Por un lado, de una experiencia real, cuando él y su padre observaron una lluvia de meteoritos en Nueva Jersey ―esa anécdota fue después incorporada, en cierta manera, en su film Los Fabelman (The Fabelmans, 2022)―. Por otro lado, con diecisiete años rodó la película Firelight (1964), que trata sobre una serie de científicos que investigan unas extrañas luces en el cielo y la subsiguiente desaparición de un grupo de personas; entre los abducidos se encuentran un perro, una unidad de soldados y una chica llamada Lisa, cuya desaparición provoca un ataque al corazón a su madre. Simultáneamente, un ufólogo que participa en la investigación intenta convencer a la CIA de la existencia de los alienígenas. Al final aparecen los extraterrestres, visualizados por unas sombras, que llevan a los abducidos a un zoo galáctico.

Imagen de Firelight

Aparte de ello, en 1970 escribió una historia denominada «Experiences», sobre un lugar de morreo en una comunidad agrícola del Medio Oeste y el «espectáculo de luces» que un grupo de adolescentes ve en el cielo nocturno. Por fin, a finales de 1973, tras terminar el rodaje de Loca evasión (The Sugarland Express, 1974) ―su primera película profesional rodada con destino a los cines― firmó un trato con Columbia para hacer un film de ciencia ficción.

The Sugarland Express

Al principio, el realizador consideró la idea de hacer un documental sobre ovnis, o bien una película de bajo presupuesto sobre personas que creían en los objetos voladores no identificados. Sin embargo, llegó a la conclusión de que una película de esa temática no podría resultar convincente por menos de dos millones y medio de dólares. Reescribió una premisa acerca del Proyecto Libro Azul[1] y un boceto desarrollado por Willard Huyck y Gloria Katz, sobre unos platillos volantes aterrizando en Hollywood. Spielberg contrató al gran Paul Schrader en diciembre de 1973 para escribir el guion, con la idea de comenzar a rodar a finales del siguiente año. Sin embargo, al final se colaría el rodaje de Tiburón (Jaws, 1975), retrasándose el proyecto de la entonces llamada Watching the Skies, frase tomada del diálogo final de El enigma… ¡de otro mundo! (The Thing from Another World, Christian Nyby [¿y Howard Hawks?], 1951).

«Vigilad los cielos» nos advierten al final de El enigma… ¡de otro mundo!

Tras el éxito de Tiburón, Spielberg fue capaz de negociar el control creativo con Columbia. El guion de Schrader, titulado Kingdom Come [El reino venidero], no le gustó nada al director, que lo consideró «uno de los guiones más vergonzosos que se hayan entregado profesionalmente a un gran estudio cinematográfico o a un director» y «una historia acerca de la culpabilidad que no trata en absoluto de ovnis». Al parecer, la premisa ofrecía a un oficial de las Fuerzas Aéreas de 45 años, llamado Paul Van Owen, que trabajaba en el Proyecto Libro Azul, con la intención de ridiculizar el tema de los platillos volantes, pero tras un encuentro amenaza al gobierno con desvelarlo todo, y al final pasan quince años con el intento tanto del estado como de él mismo de establecer contacto.

El siempre controvertido Paul Schrader

El libreto de Schrader, por tanto, es desechado, y en su lugar Spielberg contrata a John Hill para reescribirlo. Hill fue un guionista y productor de televisión, ganador del Emmy en 1991 por la serie La ley de Los Ángeles (L.A. Law, 1986-1994), y también fue guionista del interesante wéstern australiano Un vaquero sin rumbo (Quigley Down Under), que escribió en 1975 pero no se rodó hasta 1990 por parte de Simon Wincer. En un momento determinado, el protagonista era un oficial de policía, pero a Spielberg le parecía que el público no podría identificarse con él, y que era preciso un personaje más corriente. El proyecto pasa a manos de David Giler, productor y guionista, y responsable de la saga Alien. Los amigos de Spielberg Hal Barwood y Matthew Robbins[2] sugieren la idea del niño abducido, y a partir de ahí el propio realizador comienza a desarrollar el guion.

El ufólogo Josef Allen Hynek (1910-1986)

Spielberg contrató como asesor a J. Allen Hynek[3], quien opinó que, pese a ser una historia ficticia[4], el director se apoyaba con rotundidad en la fenomenología ufológica. Tanto las Fuerzas Aéreas como la NASA rehusaron colaborar, e incluso esta última escribió una carta de veinte páginas al realizador advirtiéndole que estrenar la película «sería peligroso».

  

El film arranca con una serie de sucesos a lo largo del mundo, donde acontecen ciertos fenómenos relacionados con los platillos volantes: en un desértico paraje de Sonora aparece un grupo de aviones desaparecido durante la Segunda Guerra Mundial[5]; en el desierto de Gobi surge el barco S.S. Colopaxi[6]; en Indianápolis, un grupo de controladores aéreos son testigos desde la torre de control de un avistamiento ovni[7]. Después, la acción pasa a los protagonistas «cotidianos»: por un lado, la familia de Roy Neary, un electricista de Montana, compuesta por su esposa y tres niños; por otro, Jilian Guiler junto a su pequeño Barry de tres años[8]. El ambiente familiar de Neary es un tanto similar, en tono y estética, al que después acontecerá en E.T. El extraterrestre (E.T. the Extra-Terrestrial, 1982). Tanto Neary como Jilian (y Barry) tendrán un avistamiento ovni. Tras este, una extraña obsesión se desatará en ellos dos; luego descubriremos que, de alguna manera, los alienígenas les han elegido y les mandan información para dirigirse al monumento nacional de la Torre del Diablo (Devils Tower en inglés), en las Colinas Negras de Wyoming. Los propios científicos han descubierto que ese es el lugar de reunión que les instan los extraterrestres para un encuentro asombroso.

El film está narrado en dos líneas narrativas simultáneas, la de los acontecimientos y la de los sentimientos, que se solapan una a otra de forma constante. Muchas veces las reacciones de los personajes se ofrecen de un modo muy íntimo, a tal punto que gran cantidad de espectadores puede que no sepan qué está sucediendo durante gran parte del film, sobre todo los actuales, tan acostumbrados a una narrativa sobreexplicativa. Además, las actuaciones de los científicos también se ofrecen de manera elíptica muchas veces, por lo cual hay que estar muy atento para seguir la trama. Es una forma muy arriesgada de narrar, y Spielberg tuvo una gran osadía al presentar un film «comercial» de esa manera. Sin embargo, el final, tan espectacular como emocional, parece redimir al espectador que, hasta ese punto, se había mostrado perdido y cae rendido ante tamaño despliegue.

Podría detectarse cierta lectura judeocristiana dentro del film. En un momento determinado, en casa de Roy en televisión están dando Los diez mandamientos (The Ten Commandments, Cecil B. DeMille, 1958). En este sentido, se podría interpretar a Roy como Moisés, los extraterrestres como Dios y la Torre del Diablo como el monte Sinaí, donde a Moisés se le otorgó el conocimiento. Además, Roy al final es llevado en un ovni plagado de luces, como el carro de fuego que se llevó a Elías.

Como es habitual en Spielberg, muestra la desestructuración familiar una vez más. Ya hemos mencionado antes la película Los Fabelman, que no es una biografía de Spielberg, pero que utiliza muchas incidencias de su infancia y juventud. Aquí, la relación entre Roy y Ronnie, su mujer, se va derrumbando de forma paulatina. La vida se ha convertido en una rutina, entre un trabajo que no le colma y una casa en permanente estado de histerismo, con el griterío de los niños y la televisión encendida en todo momento. El vecindario donde habitan es muy similar al que sale en ET, o también en Poltergeist. Fenómenos extraños (Poltergeist, Tobe Hooper [¿y S. Spielberg?], 1982) y, por qué no, en Los Fabelman. Pero dentro de ese ambiente cálido y confortable una familia se va desmoronando, y con el acontecimiento vivido Roy se aliena. Su forma de ir reconstruyendo esa imagen que le taladra el cerebro, la Torre del Diablo, es un intento de crear una nueva realidad. Cuando en su aventura final se encuentre con Jillian, la besará, no tanto en una reacción amorosa como por compartir un mismo encuentro emocional.

Jillian, por su parte, tampoco vive una situación halagüeña. O bien es madre soltera, o bien viuda, o su marido la abandonó. Dadas las pistas que nos aporta Los Fabelman, uno seleccionaría la opción final. Así pues, vive en una casa aisladísima, sola con un niño de tres años que no para de escaparse, aunque sea adorable. Uno diría que desearía deshacerse de esa situación, pero cuando el niño es abducido por los alienígenas, se siente perdida y se desmorona. Cuando está en la rueda de prensa, Roy la llama pero ella no le escucha; más adelante, en el tren, ella será la que llame a Roy, y él acudirá de inmediato. Ella ha encontrado ya un objetivo: los extraterrestres no son tanto un fin sino un medio para recuperar a su criatura. Roy, por el contrario, busca un nuevo propósito, más allá de la vida habitual; en realidad está deseando una estrella. Así, la canción «When You Wish Upon a Star», de la película Pinocho (Pinocchio, Ben Sharpsteen, Hamilton Luske, 1940), se convertirá en un leitmotiv vinculado al personaje de Roy. Roy se unirá al grupo de escogidos, los hombres y mujeres uniformados de rojo, y se irá a explorar los confines del universo, en una aventura maravillosa que acaba de comenzar.

Anecdotario

  • Títulos de rodaje: The Close Encounter of the Third Kind / Watch the Skies.
  • Título en Argentina, México, Perú y Uruguay: Encuentros cercanos del tercer tipo.
  • El título en Sudamérica está más acorde con la clasificación ufológica oficial.
  • Ganadora de un Oscar en 1978 a la mejor fotografía, y otro especial a la edición de efectos de sonido. Además, fue nominada en las categorías de mejor director, actriz secundaria (M. Dillon), música, montaje, dirección artística, sonido y efectos visuales. Ese mismo año, la Academy of Science Fiction, Fantasy & Horror Films la premió en las categorías de mejor director, ex aequo con George Lucas por La guerra de las galaxias, y a la mejor música, ex aequo consigo mismo por La guerra de las galaxias. T fue candidata en las de mejor película de ciencia ficción, actor, actriz, guion, actriz secundaria (T. Garr), maquillaje y efectos especiales. Y en los Globos de Oro fue nominada a mejor película dramática, director, guion y música. En total, tuvo quince premios y 39 nominaciones en diversos festivales.
  • En diciembre de 2007, la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos la consideró «cultural, histórica o estéticamente significativa» y la seleccionó para su conservación en el Registro Cinematográfico Nacional.
  • Rodada con un presupuesto estimado de veinte millones de dólares. En taquilla superó quince veces ese coste.
  • Steven Spielberg se planteó primero hacer un documental o un largometraje de bajo presupuesto sobre la gente que creía en los ovnis.
  • Durante la escena de la cena de los Neary, la niña que interpretaba a la hija exclamó, fuera de guion: «Hay una mosca muerta en mis patatas». El resto de los actores estuvieron a punto de mondarse de risa, pero el plano se dejó.
  • El niño Cary Guffey interpretaba con tal naturalidad que sus escenas solo necesitaban una o dos tomas.

  • Stanley Kubrick quedó tan impresionado por la actuación de Cary Guffey que quiso que interpretara a Danny Torrance en El resplandor (1980), pero no pudo ser, dado que Guffey estaba rodando El sheriff y el pequeño extraterrestre (1979) y su secuela El supersheriff (1980).
  • La partitura de John Williams se creó antes de que se montara la película. Steven Spielberg editó luego para que los planos coincidieran con la música.
  • Las palabras que canta la multitud en la India son «¡Aaya Re! Aaya», que significan «Ha venido» en hindi.
  • Douglas Trumbull consiguió los espectaculares efectos de las nubes llenando un tanque hasta la mitad de agua salada con agua dulce más ligera encima, y luego inyectando pintura en la capa superior. La pintura se expandía a través del agua dulce, pero se aplanaba en la parte superior del agua salada, más pesada, creando el efecto que vemos en pantalla.
  • La mayoría de las miniaturas de ovnis se filmaron en habitaciones oscuras y llenas de humo para darles un efecto de halo y que los haces de luz que emanaban de ellos fueran más destacados.
  • El director de fotografía Vilmos Zsigmond sobreexpuso deliberadamente las escenas con los extraterrestres para que parecieran borrosas y difusas. Cuando la productora Julia Phillips vio las imágenes, pensó que había cometido un error y ordenó reprocesar la película para que los extraterrestres salieran con un contraste normal, lo que hizo que sus cabezas y trajes de goma parecieran obviamente falsos. Entonces le dijo a Zsigmond que había metido la pata en la filmación y que tenía un aspecto horrible. Zsigmond, disgustado, pidió al laboratorio que reprocesara la película tal y como él había solicitado y, al día siguiente, todo se vio bien en las pruebas de rodaje.
  • El inglés de François Truffaut no era muy potable. Para sacar adelante sus escenas, pegó trozos de papel con sus frases en diversos objetos donde podía leerlas y la cámara no las captaba. En un caso, mientras discute cara a cara con un oficial del ejército (que está de espaldas a la cámara), las frases están en una tarjeta colocada en el pecho del hombre. El mismo truco se lo había enseñado a una actriz que tenía problemas con sus líneas en La noche americana (1973), donde él interpretaba al director de la película dentro de la película.

  • Gérard Depardieu, Yves Montand, Philippe Noiret, Jean-Louis Trintignant y Lino Ventura fueron considerados para el papel de Claude Lacombe.
  • Meryl Streep y Amy Irving se presentaron para el papel de esposa de Roy. Melinda Dillon también prefería ese rol, pero se le concedió el de madre de Barry.
  • Uno de los niños que interpreta al hijo de Neary es en realidad sobrino de Dreyfuss.
  • El técnico/intérprete de sintetizadores era un ingeniero real enviado por ARP Instruments para instalar el equipo de sintetizadores en el plató, un ARP 2500.
  • En realidad, las señales manuales son utilizadas por los profesores para enseñar la escala de solfeo. Fueron inventadas por el reverendo John Curwen, ministro congregacionalista inglés, y luego adaptadas por el compositor Zoltán Kodály.
  • El estudio no quería pagar el precio que Richard Dreyfuss pedía, 500.000 dólares más ganancias brutas, por interpretar a Roy Neary. Ofrecieron el guion a Al Pacino, Jack Nicholson y Gene Hackman. A Pacino no le interesó, y Nicholson pensaba que cualquier actor se vería abrumado por los efectos especiales. Hackman rechazó el papel porque tenía un matrimonio problemático y no podía abandonar Los Ángeles. El estudio sugirió a James Caan, pero su agente quería un millón de dólares más el 10% de la recaudación. Se volvió a hablar con Dreyfuss y este rebajó un poco el trato.

  • Steven Spielberg abordó a Steve McQueen, Dustin Hoffman y Gene Hackman para el papel de Roy Neary. McQueen rechazó el papel porque dijo que no era capaz de llorar en una película. Dreyfuss hizo una campaña agresiva para conseguir el papel, pero Spielberg pensaba que era demasiado joven.
  • En 1980 se estrenó en los cines una edición especial con escenas acortadas y otras nuevas. Spielberg aceptó crear esta edición para añadir más escenas que no habían podido incluir en el estreno original, y el estudio exigió una controvertida escena que mostraba el interior de la nave nodriza extraterrestre. El descontento de Spielberg con la escena final alterada dio lugar a una tercera versión, el Director’s Cut en VHS y LaserDisc en 1998 (y más tarde en DVD y Blu-ray). Se trata de la versión más larga, que combina los elementos favoritos de Spielberg de las dos ediciones anteriores, pero eliminando las escenas del interior de la nave nodriza extraterrestre. La película fue posteriormente remasterizada en 4K y reestrenada en cines el 1 de septiembre de 2017 con motivo de su 40 aniversario.
  • Estrenada en Estados Unidos el 15 de noviembre de 1977, en una premier en Nueva York, después el día 16, también en Nueva York, pero en salas comerciales, y luego el día 18 en todo el país. En España su debut tuvo lugar el 17 de marzo de 1978.

 

Bibliografía

Encuentros en la tercera fase; por Steven Spielberg [y Leslie Waller]; traducción de María Antonia Menini Pagès. Barcelona: Grijalbo, 1978. Colección: Edibolsillo; nº 182. T.O.: Close Encounters of the Third Kind (1977).

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: ****

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra

 

[1] El «Project Blue Book» fue el nombre en clave de una investigación que las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos desarrolló sobre los ovnis desde marzo de 1952 hasta el 17 de diciembre de 1969, cuando lo canceló oficialmente.

[2] Jerry Belson y Walter Hill también acabaron haciendo aportaciones de algún tipo.

[3] J. Allen Hynek fue un famoso ufólogo y el creador de los diversos tipos de contacto con la vida extraterrestre, como se explica en su libro The UFO Experience: A Scientific Study (1972). El primer tipo: avistamiento de uno o más ovnis. El segundo tipo: observación de pruebas físicas de visitas extraterrestres (huellas y demás). El tercer tipo: contacto con uno o más extraterrestres. Hynek hace un cameo en el final de la película, acreditado como «fumador de pipa en el lugar de aterrizaje». Hynek fue después el personaje protagonista de la serie Proyecto Blue Book (Project Blue Book, 2019-2020), inspirada en experiencias «reales», y donde lo encarna Aidan Gillen.

[4] Al parecer, el documental UFOs: Past, Present, and Future (1974), narrado por Rod Serling, Burgess Meredith, José Ferrer y el ufólogo francés Jacques Vallée, partía de una propuesta del gobierno al director Ray Rivas, en un intento de desvelar el secreto de los ovnis y ofrecerle imágenes «reales» del aterrizaje de un platillo en una base y la salida de extraterrestres. Cuando estaban a punto de pasarle la película, recibió la cancelación del proyecto porque no sería bueno para la campaña presidencial de Nixon. De todas maneras, al final del documental se recrea una dramatización de ese aterrizaje, acontecido en la base aérea Holloman. Esta escena, al parecer, es muy similar al final de Encuentros… Tras el estreno de esta, precisamente, el documental se reestrenó en 1979 como UFOs: It Has Begun. La parte sobre el gobierno es referida en el episodio 12 de la temporada 15 de la polémica serie Alienígenas (Ancient Aliens, 2010-…), titulado «Aliens and the Presidents» (2020).

[5] Se trata del vuelo 19, un grupo de cinco bombarderos que desaparecieron el 5 de diciembre de 1945, con catorce tripulantes, en el océano Atlántico (en concreto, en el Triángulo de las Bermudas).

[6] Esta escena se rodó especialmente para el director’s cut. Fletado en 1918, el Cotopaxi desapareció en 1925, en ruta desde Charleston hasta La Habana. Finalmente, fue descubierto en la década de los ochenta, pero no identificado hasta enero de 2020.

[7] En esta escena, los controladores están interpretados por controladores de verdad.

[8] Spielberg llevó a cabo una serie de técnicas de interpretación del método para ayudar a Guffey. Así, fuera de plano le enseñaban elementos o personas que le hacían reaccionar del modo adecuado, mostrando sorpresa o alegría. El niño solo rodaría siete películas en total, dos miniseries televisivas y un telefilm (su último trabajo fue en la serie Norte y Sur, en 1985).  En la actualidad trabaja de gestor financiero.