Helen está preparando una tesis sobre las leyendas urbanas en compañía de una compañera de la universidad, Bernadette, cuando oyen sobre el caso de Candyman, una especie de espectro del que se dice que, si pronuncias su nombre cinco veces delante del espejo, aparece y con su garfio te abre desde el bajo vientre hasta el esternón. Helen comienza a obsesionarse con la leyenda y a visitar sitios peligrosos.

Dirección: Bernard Rose. Producción: PolyGram Filmed Entertainment, Propaganda Films, Candyman Films para TriStar Pictures. Productores: Steve Golin, Alan Poul, Sigurjon Sighvatsson. Productor delegado: Clive Barker. Productor ejecutivo: Gregory Goodman. Guion: Bernard Rose, basado en el relato “The Forbidden” de Clive Barker. Fotografía: Anthony B. Richmond. Música: Philip Glass. Montaje: Dan Rae. Diseño de producción: Jane Ann Stewart. FX: Gary J. Tunnicliffe (supervisor de efectos de maquillaje), Bob Keen (efectos especiales de maquillaje), Cruse & Company (efectos visuales). Intérpretes: Virginia Madsen (Helen Lyle), Tony Todd (Candyman / Daniel Robitaille), Xander Berkeley (Trevor Lyle), Kasi Lemmons (Bernadette ‘Bernie’ Walsh), Vanessa Williams (Anne-Marie McCoy), DeJuan Guy (Jake), Marianna Elliott (Clara), Ted Raimi (Billy), Ria Pavia (Monica), Mark Daniels (estudiante), Lisa Ann Poggi (Diane), Adam Philipson (Danny), Eric Edwards (Harold), Carolyn Lowery (Stacey), Barbara Alston (Henrietta Mosely), Sarina C. Grant, Latesha Martin, Lanesha Martin, Michael Culkin, Bernard Rose, Glenda Starr Kelly, Kenneth A. Brown, Caesar Brown, Terrence Riggins, Gilbert Lewis, Rusty Schwimmer, Baxter Harris, John Rensenhouse, Mika, Doug MacHugh, Carol Harris, Stanley DeSantis, Diane Peterson, Michael Laren… Nacionalidad y año: Estados Unidos, Reino Unido 1992. Duración y datos técnicos: 100 min. – color – 1.85:1 – 35 mm.

 

El relato de Clive Barker «Lo prohibido» forma parte de las antologías Libros de sangre/Libros sangrientos. Lo leí en aquella primera recopilación amputada que se repartieron Editorial Planeta y Martínez Roca, y el recuerdo es una narración breve pero densa, plena de atmósfera, y que desde el punto de vista argumental desarrollaba la confirmación de la existencia de ese mito, y poco más. Para su traslación a la pantalla se contó con el director británico Bernard Rose, quien comenzó rodando películas en súper 8 cuando tenía nueve años, y profesionalmente debutó haciendo vídeos musicales, aunque su lanzamiento se produjo por medio de una atractiva y onírica cinta llamada La casa de papel (Paperhouse, 1988). Su siguiente obra fue una reconstrucción de época de un crimen real, El gángster y la corista (Chicago Joe and the Showgirl, 1990), que pasó desapercibida, y después ya se centró en la presente. Su posterior carrera, sin embargo, se ha desarrollado apartada del género, salvo regresos ocasionales, apoyándose en especial en títulos en busca de un cierto prestigio ―Amor inmortal (Immortal Beloved, 1994), Anna Karenina (Anna Karenina, 1997), The Devil’s Violinist (2013)…―.

Bernard Rose, el director

Por su parte, la impresión que permanecía en mi recuerdo de cuando vi de estreno Candyman, el dominio de la mente (Candyman, 1992) era de una película atmosférica e inquietante, y dirigida con elegancia. En esta revisión, sin embargo, me ha sorprendido su enorme mediocridad. El breve relato de Barker se alarga en un metraje superior a la hora y media, lo cual se salda en una historia que no tiene suficiente sustancia para soportar el film entero. Lo mejor es el principio, con la implicación de Helen en su estudio de los mitos urbanos ―en el cuento lo que analizaba son los grafitis― y su paulatina identificación, aunque en esos instantes ya tenemos también parte de lo más malo, como la ridícula relación con su marido, que parece sacada de un culebrón vulgar.

Lo peor, con todo, viene con la aparición de Candyman. Este surge, no porque Helen recite su nombre ante el espejo cinco veces ―que lo hace, pero nada pasa―, sino porque ella es una descreída. El espíritu asesino brotará para castigarla, porque, según él refiere, su escepticismo le hace perder su legión de adoradores/temedores… Luego, en otro momento, él se regodeará de que no se crea en él. Y es que los monólogos que suelta Candyman son de un grotesco glorioso. Aunque esa ridiculez adquiere dimensiones astronómicas cuando el espectro erija un montaje para inculparla en un crimen y secuestre a un bebé que no se atreve a asesinar. Además es por completo inconsistente: si Helen ha matado al perro y secuestrado al bebé, ¿qué hace en la casa? Volver después de alejarse con el bebé para dejarlo en algún lugar ignoto sería una temeridad.

En fin, que la trama que se ha inventado Rose es de una ridiculez y falta de lógica interna que provoca que sea imposible tomarse con un mínimo de seriedad nada del film. Además, el personaje de Helen se presenta como una mujer inteligente e independiente, pero en cuanto comienza a tener problemas se vuelve la típica dama frágil que solo gimotea y llama desesperadamente a su marido, del que con anterioridad no se fiaba un pelo.

La dirección de Rose no apoya en absoluto el film, sino que también debilita aún más su labor de cineasta. No hay atmósfera alguna ni intensidad emocional (ello a causa, en buena parte, por el absurdo guion), y se limita a fotografiar las situaciones que aparecen ante la cámara, sin implicación visual. Solo hay un par de instantes que aporten algo visualmente, como es el plano en el cual ella se asoma por el roto en la pared donde su ubica la boca del dibujo de Candyman, lo que hace aparentar que el monstruo la estuviera vomitando, o cuando el hombre de las abejas levita encima de ella, sin que la ropa caiga por efecto de la gravedad.

Hay un tímido intento de efectuar un análisis sobre la segregación social que sufre la gente de los barrios pobres, pero todo queda en la superficie, y hasta parece más propio de un episodio de una serie policial, y su intensidad crítica se desmorona cuando solo presenta a dos grupos de pandilleros convencionales y, como contraposición, una mujer negra con su bebé. No hay mayor exploración de la problemática social, más allá de lo que Helen comenta a su compañera en un momento dado: «Lo peor es que, con tantos crímenes como hay allí, la policía se decida a  actuar cuando una blanca tiene dificultades».

El final, en busca del clásico golpe de efecto, resulta tan forzado y gratuito como todo lo demás. Es sorprendente que un film que devino de culto se soporte sobre mimbres tan débiles. Habrá que repasar el resto de la filmografía de Bernard Rose, para comprobar… Pero no sé; es lo que más miedo me da…

 

Anécdotas

  • Rodada con un presupuesto estimado de seis millones de dólares.
  • El propio director hace una breve aparición como actor en el cometido de Archie Walsh.
  • Las abejas fueron criadas de forma específica para esta película. Necesitaban asegurarse de que las abejas solo tuvieran doce horas de vida, para que parecieran abejas maduras, pero su aguijón no sería lo suficientemente poderoso como para causar un daño real.
  • Tony Todd negoció un bono de mil dólares por cada picadura de abeja que sufrió durante el rodaje; le picaron 23 veces.
  • La película usó más de 200.000 abejas reales en todo momento y la mayoría del staff vestía monos para protegerse de las picaduras, aunque todos sufrieron al menos una.
  • En el comentario del DVD, Alan Poul (uno de los productores) dijo que si Virginia Madsen no hubiera estado disponible, la parte de Helen probablemente habría sido para la entonces desconocida Sandra Bullock.
  • Virginia Madsen fue hipnotizada y se le dio una frase de activación en el set para sus escenas con Candyman. Madsen se sentía cada vez más incómoda con este método, por lo que pidió que se cancelara.
  • Eddie Murphy fue considerado para interpretar a Candyman, pero era demasiado bajo para el papel. Otras fuentes indican que su caché era excesivamente alto.
  • Según un periodista llamado Steve Bogira, una fuente de inspiración puede haber sido un par de artículos que escribió para el Chicago Reader en 1987 y 1990 sobre el asesinato de Ruthie Mae McCoy, residente del proyecto de viviendas Abbot Homes de Chicago. En 1987, McCoy fue asesinada por un intruso que ingresó en su apartamento a través de una abertura detrás del botiquín del baño. El personaje de Vanessa Williams se llama Anne-Marie McCoy.
  • Candyman combina elementos de dos leyendas urbanas reales: Bloody Mary (un fantasma que aparece recitando su nombre ante un espejo) y Hook (un asesino con un gancho por mano que ataca a las parejas en un automóvil estacionado).
  • «Sweets to the Sweet», frase que está escrita en las escenas del crimen, es una línea de Hamlet de William Shakespeare (acto V, escena III). En español se suele traducir como «Dulces dones a mi dulce amiga».
  • Secuelas:

Candyman 2 (Candyman: Farewell to the Flesh, 1995), de Bill Condon.

Candyman 3: El día de los muertos (Candyman: Day of the Dead, 1999), de Turi Meyer

Candyman (Candyman, 2021), de Nia DaCosta [esta es secuela directa de la primera, ignorando la 2 y la 3].

  • Estrenada en Estados Unidos el 16 de octubre de 1992. En España se estrenó el 29 de enero de 1993.

 

Bibliografía

«Lo prohibido». En Libros de sangre II; por Clive Barker; prólogo de Jesús Palacios; traducción de Marta Lila Murillo. Madrid: Valdemar, 2017. Colección: Gótica; nº 108. [Este tomo reúne los volúmenes IV, V y VI de la edición original]. T.O.: «The Forbidden» (Sphere, 1985).

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: *½

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra