La segunda temporada añade ciertos cambios con respecto a la previa. Lo más ostentoso es que en la careta inicial DeForest Kelley es incorporado a los créditos, conformando, al fin, el triunvirato de actores protagonistas. También en los créditos iniciales, tras el título, se citan a guionista y director, cita que estaba reservada al final del capítulo en la primera temporada. La música inicial sigue siendo la misma, pero se le añade una voz femenina de soprano, además de percusión. Y por último, pero no menos importante, se añade al reparto un nuevo personaje.
En efecto, en esta debuta el personaje secundario de Chekov, que desde el inicio será el “niño mimado” en este sentido, teniendo, por lo general, mayor preponderancia argumental que el resto de sus colegas. En algunos libros sobre la historia de Star Trek se menciona que la productora recibió una queja del gobierno de la URSS exigiendo la incorporación de un tripulante ruso, dado que en la Enterprise había miembros de todas las partes del mundo… menos un ruso. Y Roddenberry aceptó, pero mofándose un poco de lo ridículo de la situación, haciendo que Chekov insistiera en muchos de sus diálogos en que muchos de los grandes logros de la Humanidad habían sido realizados por rusos, y que los datos de los libros de historia estaban equivocados.
Chekov con su apasionante melena
El actor elegido para incorporar al personaje es Walter Koenig, nacido en 1936, y descendiente de judíos y rusos. Debuta en la película The Norman Vincent Peale Story (1962), de la cual apenas existen datos, pero su carrera se centrará, sobre todo, en televisión. Participa en El sargento, y al fin es contratado para Star Trek, al parecer por su parecido físico con Davy Jones, uno de los protagonistas de la serie Los Monkees (The Monkees; 1966-1968), para la cual se creó ex profeso un grupo musical, al estilo de los Beatles, siendo el tono de la serie un tanto a remolque de las películas del grupo de Liverpool dirigidas por Richard Lester; de ese modo, enfatizando ese parecido, se pretendía atraer a Star Trek al público adolescente, en especial muchachas. En los primeros capítulos se le proveerá de unas espantosas pelucas, alguna al estilo Beatle, hasta que al final logran encontrarle un look algo menos hortera, una vez su propio pelo ha crecido lo suficiente, y que exhibirá por vez primera (según orden de producción) en “The Apple”.
Repetiría su papel de Chekov en las siete primeras películas de la saga, así como en diversos juegos de ordenador, en un emocionante episodio de la serie fan-trek New Voyages y en la fan-miniserie Star Trek: Of Gods and Men (2007), de Tim Russ, participando también en el corto paródico Roddenberry Patrol (2003), también de Russ, en otro cometido. Vuelve a participar con Roddenberry en el telefilm Proyecto androide, y se especializará en la ciencia ficción, apareciendo en la serie The Starlost (1973), creada por Harlan Ellison, la película Moontrap [vd: Trampa lunar, 1989], de Robert Dyke y, sobre todo, en la serie Babylon 5 (Babylon 5; 1994-1998), donde encarna al personaje recurrente Alfred Bester[1], policía del Cuerpo Psíquico, que debiera haber interpretado también en un episodio del spin-off de aquélla, Crusade (1999), pero cuya cancelación lo impidió. Sufrió una operación de bypass en 1993 y es creador también del cómic Raver (1994), publicado por Malibu.
Sobre su personaje, Koenig comenta: «Mi papel no era el de un ruso que creara polémica. Decía que muchas cosas eran rusas y prácticamente era la única referencia. Las cartas que me escribían los fans eran de niños muy pequeños. No me llegaba ninguna carta del tipo: “¿Por qué sacan a un comunista?” Y eso que estábamos en la Guerra Fría. Pero la caracterización del personaje no se prestaba a ese tipo de reacciones».
Los episodios
2.1.30.[34]. Amok Time (Tiempo de Amok/La época de Amok). 15/9/1967.
D: Joseph Pevney.
G: Theodor Sturgeon, [D.C. Fontana, Gene L. Coon], s/a Gene Roddenberry.
I: Arlene Martel (T’Pring), Celia Lovsky (T’Pau), Lawrence Montaigne, Byron Morrow.
La temporada segunda se inicia con el capítulo titulado “Amok Time”[2], escrito por Theodore Sturgeon[3], y uno de los más famosos, por centrarse en la época de celo de Spock o, dicho en vulcano, el pon farr. En verdad la construcción dramática de Sturgeon es excelente, con una parte inicial plagada de suspense, no exento de humor, ante la extraña actitud de Spock, más borde que de costumbre; la escena en la cual confiesa su estado a un atónito Kirk es desternillante, semejando un adolescente turbado explicando a su padre que ha tenido una polución nocturna[4]; el clímax final, en Vulcano, es fastuoso, con una imaginería plagada de exotismo donde prevalecen las tonalidades rojizas de un cielo en llamas (acaso como metáfora de la pulsión emocional), los rituales, la tensión y la excelsa música de Gerald Fried, que también se ha hecho justamente famosa.
Varios episodios se rodaron con anterioridad a este, pero fue una buena idea colocar este como inicial, pues no puede haber principio más ceremonioso y solemne[5]. Como anécdota, referir que es la primera vez que vemos el saludo vulcano (creado, se dice, por el propio Nimoy, a partir de un gesto de origen judío, la bendición de Aarón, hecho con las dos manos por los sacerdotes de las tribus hebreas), así como la frase “Larga vida y prosperidad”[6], creada por Sturgeon.
2.2.31.[33]. Who Mourns for Adonais? (¿Quién llora por Adonais?). 22/9/1967.
D: Marc Daniels.
G: Gilbert Ralston.
I: Michael Forest (Apolo), Leslie Parrish (Carolyn Palamas), John Winston.
La Enterprise se encuentra con el dios griego Apolo, que es presentado como un arrogante extraterrestre (en un planteamiento que de nuevo retrotrae a la estructura de “The Squire of Gothos” y otras, como vimos)[7], que clama haber sido el dios de la luz y el sol de la mitología griega, y ansía que los tripulantes de la nave le adoren, y él a cambio les cuidará. Como buen dios, se encandilará con la única mujer que ha bajado a tierra, la teniente Carolyn Palamas, que además es arqueóloga y antropóloga.
El capítulo muestra la lucha de poder entre Kirk y Apolo[8], entre la cabezonería del capitán y la terquedad del dios, y en medio se hallan la mencionada teniente, Scotty, enamorado de ésta, Bones y Chekov, que puede decirse que son los que reciben los golpes, en especial el ingeniero jefe. En un momento dado, Kirk y el doctor especulan sobre la veracidad de lo dicho por Apolo, la posibilidad de que seres extraterrestres hubiesen influido en la evolución humana –tema de moda en esa época con las teorías de Erich von Däniken–. Resalta también cómo al final Kirk se duele por la derrota del dios déspota, cuando en otro momento había aleccionado a la teniente para que luchara contra su amor (¿inducido?) por Apolo, tildándolo de tirano.
En un borrador inicial del guion[9] la teniente Palamas quedaba embarazada de Apolo; en la novelización del episodio escrita por James Blish se incorporaba este elemento del argumento, y en la saga de novelas y comics New Frontier, su creador, Peter David, presenta al personaje de Mark McHenry, descendiente del niño concebido. El título del episodio, por cierto, procede de una obra de Percy Bysshe Shelley, en concreto la línea 415 de la elegía Adonais (1821).
Simpático capítulo, no del todo aprovechado, pues tenía mayores posibilidades de las que vemos en pantalla.
2.3.32.[37]. The Changeling (El suplantador). 29/9/1967.
D: Marc Daniels.
G: John Meredyth Lucas[10].
I: Vic Perin, Barbara Gates, Arnold Lessing.
“The Changeling”, uno de los pocos episodios de la serie que transcurren íntegramente dentro de la nave, tiene muchos puntos en común con la primera película de Star Trek[11]. En él, la Enterprise se encuentra con una sonda llamada Nomad que ha destruido varios mundos. Cuando la teletransportan al interior de la nave descubren que es de construcción humana, y que busca a su creador y su origen. Nomad confunde a Kirk con su creador y obedece, aunque con reticencia, las órdenes de éste, llegando a resucitar a un tripulante; el robot, por lo demás, piensa que los miembros de la Enterprise son creaciones del capitán.
Durante el capítulo se muestra a Nomad como una entidad autoconsciente, aunque todavía atrapada en su programación. Gracias al enlace mental con Spock[12] se descubrirá la historia de esta sonda y su fusión con otra de origen extraterrestre, Tan Ru, mezclando ambas programaciones y por ende convirtiéndola en un peligro; la escena está muy bien rodada y montada, dando sensación de lucha mental entre la sonda y el vulcano gracias al buen hacer de Nimoy. Cómo no, la sonda es derrotada, aunque esta vez dejando un mal sabor de boca, ya que Spock menciona lo mucho que se podría haber aprendido de ella.
La voz de Nomad es debida al actor Vic Perrin, que ya había doblado a otros personajes en la serie, y que asumiría el papel de Tharn en el capítulo siguiente, “Mirror, Mirror”. Como muestra de la precariedad de medios en la que se movía la serie, se puede observar en varios planos que la sonda pende de unos finos hilos que cuelgan del techo del estudio; esos hilos han sido disimulados digitalmente para la edición remasterizada de la serie en DVD. Añadamos que el director, Marc Daniels, es el que figura en la fotografía del doctor Jackson Roykirk.
2.4.33.[39]. Mirror, Mirror (Espejo, espejito). 6/10/1967.
D: Marc Daniels.
G: Jerome Bixby[13].
I: Barbara Luna (Marlena Moreau), Vic Perin, Ben Andrews, John Winston.
Este es otro de esos episodios más recordados de la serie, pues “Mirror, Mirror” ofrece un universo espejo donde todo está distorsionado con respecto al original[14], concebido por Jerome Bixby basándose un tanto en un relato suyo titulado “One Way Street”[15].
Debido a un fallo con el teletransportador, un grupo de la Enterprise va a parar a otro universo, donde la Tierra no pertenece a la Federación, sino que es un imperio que ha conquistado el universo a sangre y fuego. En esta versión retorcida de la Enterprise, Kirk, McCoy, Scotty y Uhura[16] deben pasar desapercibidos entre las contrapartidas negativas de sus compañeros (con un agradecido cambio de registro de los actores) para poder volver a su universo. Aquel en el que están ofrece variaciones con respecto al conocido: la nave no lleva las conocidas siglas USS, sino ISS, la insignia tradicional de la nave es sustituida por una que muestra la Tierra atravesada por una espada, y la voz del ordenador es masculina (el actor John Winston).
Como premisa es interesante, tanto como historia y de forma conceptual, pero como universo coherente falla, ya que si aquí todos y cada uno de los tripulantes son malvados, e intentan prosperar matando a su superior, esta civilización no hubiese sobrevivido, se hubiese autodestruido.
La actriz Barbara Luna, que interpreta a la teniente Marlena Moreau y a su versión en el otro universo, y que parece mucho más íntegra que los demás, volvió a Star Trek en dos episodios de la serie realizada por aficionados Star Trek: New Voyages; en concreto en el primero, “In Harms Way”, acreditada como BarBara Luna, y en “Enemy: Starfleet”, donde da vida a la capitana de una nave rebelde de la Federación que ha estado perdida durante décadas. Y, como es habitual, Kirk la añadirá a su colección de romances. También hay que señalar que hubo problemas de censura con respecto a que Nichelle Nichols exhibiera el ombligo (problema habitual en la época, tanto en otras series como películas), pero al fin se solventó.
El episodio fue nominado al Hugo en 1968 como mejor representación dramática.
2.5.34.[38]. The Apple (La manzana). 13/10/1967.
D: Joseph Pevney.
G: Max Ehrlich, [Gene L. Coon].
I: Celeste Yarnall, David Soul, Keith Andes, Shari Nims.
En “The Apple”, con guion de Max Ehlich (y Gene L. Coon, sin acreditar)[17], una amplia expedición de la Enterprise llega para investigar un planeta en apariencia paradisíaco, pero de pronto una flor dispara unos estambres mortales contra uno de los exploradores; además, hay rocas muy frágiles que explotan cuando son arrojadas, humanoides que acechan entre la espesura y el teletransportador deja de funcionar por unas radiaciones procedentes del planeta.
El episodio, en cierto modo, se retroalimenta de una estructura ya recurrente en la serie, cuyo más reciente ejemplo fue “Who Mourns for Adonais”, esto es, la entidad todopoderosa que en realidad es una maquinaria que lo controla todo y ofrece momentos de vulnerabilidad. Ahora, está circunscrita a un contexto donde se refleja el ambiente jipi de la época, con unos aborígenes que semejan una mezcla entre estos y hawaianos, con un enorme pelucón albino. También se plantea un tema recurrente en la serie, como los aparentes paraísos que en realidad ocultan algo muy distinto; en este caso, los aborígenes parecen vivir una felicidad perenne, pero en realidad les está prohibido el amor y el sexo, y están supeditados a servir a Vaal, la entidad que controla el planeta. Cabe añadir que diversos elementos recuerdan bastante a la posterior película Zardoz (Zardoz, 1974), de John Boorman. Y en el campo anecdótico, en el guion original se citaba la separación del platillo del resto de la Enterprise, pero por motivos de presupuesto no se logró hacer; ese elemento se vería por vez primera, pues, en el episodio piloto de La nueva generación.
2.6.35.[35]. The Doomsday Machine (La máquina del Juicio Final). 20/10/1967.
D: Marc Daniels.
G: Norman Spinrad.
I: William Windom (comodoro Decker), John Copage, Richard Compton, Elizabeth Rogers.
“The Doomsday Machine” tiene un guion ―titulado originalemente The Planet Eater, y que después contaría con retoques por parte de Gene L. Coon― debido a otro reconocido escritor de ciencia ficción, Norman Spinrad[18], quien dijo haberse inspirado en Moby Dick para concebir la trama. La Enterprise detecta que han desaparecido casi todos los planetas de un sistema solar, y hallan a la deriva y destrozada una nave de la Federación, vacía de toda su tripulación salvo el capitán, el comodoro Matthew Decker[19] (un soberbio William Windom)[20], en estado de shock. La causa de tanta destrucción es una inmensa máquina que vaga por el espacio y se alimenta de planetas, literalmente, casi como el Galactus de la Marvel (pésimo diseño del ingenio, que semeja una colilla aplastada con la brasa aún prendida)[21].
Arriba, la versión original; abajo, la remasterizada
Se trata de un excelente episodio (nominado al Hugo en 1968 como mejor representación dramática), pleno de tensión, que fascina tanto por la trama de la máquina del Juicio Final como por la subtrama de Decker comandando la Enterprise y las complicaciones que provocan su obcecación.
Es el episodio de la serie que más presupuesto gastó en maquetas y efectos especiales, y en el que más se puede observar la simplicidad de los modelos de las naves con las que trabajaba el equipo de la serie. Ha tenido una secuela en Star Trek: New Voyages.
2.7.36.[30]. Catspaw (La zarpa del gato/Los cuatro gatos). 27/10/1967.
D: Joseph Pevney.
G: Robert Bloch[22].
I: Antoinette Bower (Sylvia), Theo Marcuse[23] (Korob), Michael Barrier.
El famoso Robert Bloch colabora otra vez en la serie con “Catspaw”[24], un episodio especial de Halloween, pues fue emitido el 27 de octubre de 1967 (el capítulo fue el primero rodado de la segunda temporada, pero se reservó hasta esta fecha oportuna).
De una expedición de tres hombres a un planeta, solo regresa uno, que cae muerto en la sala de transporte, y una voz avisa a Kirk que el planeta está maldito. De los otros dos hombres que descendieron, Scotty y Sulu, no hay señal alguna, así pues Kirk, Bones y Spock descienden, topándose con tres espantosas brujas (¿quizás las de Macbeth?) que les advierten de nuevo de la maldición.
Se trata de uno más de esos episodios que mencionamos con anterioridad, al estilo de los protagonizados por Trelane, Apolo o por Vaal, que ahora ofrece la peculiaridad (atractiva, singular) de ambientarse en un contexto que recuerda a los relatos de Edgar Allan Poe, pero poco más[25]. Por cierto, el título de este episodio, “Catspaw” (literalmente, «la garra del gato»), es un término que describe a una persona usada por otra como una víctima; como señala McCoy, Scott y Sulu se utilizan como gatos para atraer a más tripulantes. Y añadamos que este capítulo ofrece la tercera y última aparición del personaje de DeSalle ―las dos previas fueron en “The Squire of Gothos” y “This Side of Paradise”―. Después, sería recurrente en la fan-serie New Voyages.
2.8.37.[41]. I, Mudd (Yo, Mudd). 3/11/1967.
D: Marc Daniels.
G: Stephen Kandel[26].
I: Roger C. Carmel (Mudd), Key Elliot, Richard Tatro.
El pícaro Harcourt Fenton Mudd regresa[27] con “I, Mudd”, donde hace secuestrar a la tripulación de la Enterprise para conducirla al planeta que ahora rige, habitado por androides destinados a aportar la felicidad a todo ser humano[28].
El episodio es pésimo, quizás el peor de toda la serie, pero ofrece algunas peculiaridades que conviene resaltar. Así, como queda evidente, la serie de androides Alicia está interpretada por dos gemelas, Alyce Andrece (que encarna a las Alicia 1 a 250) y Rhae Andrece (de la 251 a 500), convenientemente replicadas por trucaje fotográfico, aunque en ocasiones se traicione la norma (las demás series de androides femeninos también son encarnados por gemelas, y alguna masculina también). Por otro lado, en La nueva generación se supone que Data es el único androide que existe, no habiendo constancia, por tanto, de la existencia de este planeta plagado de formas de vida artificiales. Terminemos diciendo que este es el último episodio en que aparece George Takei hasta “Return to Tomorrow”, desapareciendo durante nueve capítulos, debido a que estaba rodando la película bélica Boinas verdes (The Green Berets, Ray Kellogg, [John Wayne, Mervyn LeRoy], 1968).
2.9.38.[31]. Metamorphosis (Metamorfosis). 10/11/1967.
D: Ralph Senensky.
G: Gene L. Coon.
I: Glenn Corbett (Zefram Cochrane), Elinor Donahue.
Mientras Spock, McCoy y Kirk viajan en la Galileo con una comisaria[29] para conducirla a la Enterprise, donde precisa atención médica, una extraña nube energética les hace desviarse hacia un planetoide, en el cual encontrarán un superviviente de otro naufragio cósmico, Zefram Cochrane. En el episodio se le identifica como el creador del vuelo warp, y procedente de Alfa Centauri, cuando después, en la película Star Trek: primer contacto (Star Trek: First Contact, Jonathan Frakes, 1996)[30], queda evidente que es de la Tierra. Aquí también se informa de que se le dio por muerto ciento cincuenta años atrás, pero de algún modo ha sido trasladado allí por la Compañera[31], y rejuvenecido[32].
El episodio es interesante, pero sobre todo destaca por determinadas cuestiones morales; por un lado, la falta de escrúpulos por parte de Kirk y los suyos cuando se plantean destruir a una criatura inteligente, actitud que variará sencillamente porque su acción no da resultados; y por otro lado la reacción mojigata y escandalizada por parte de Cochrane, cuando descubre que su relación de ciento cincuenta años con la entidad extraterrestre se ha basado en el amor. Nos quedará la duda de si, al final, Cochrane ha abierto su mente y acepta y corresponde a ese amor, o si solo es un cínico que accede a esa compañera porque tiene alguien con quien mantener relaciones físicas.
2.10.39.[44]. Journey to Babel (El viaje a Babel/Viaje a Babel). 17/11/1967.
D: Joseph Pevney.
G: D. C. Fontana[33].
I: Jane Wyatt (Amanda), Mark Lenard (Sarek), William O’Connell, Reggie Nalder.
“Journey to Babel” despliega uno de esos sólidos guiones de D. C. Fontana, y presenta por vez primera a Sarek[34] y Amanda[35], padres de Spock, y también es la primera vez que en la serie aparecen los andorianos y los telaritas[36]. El episodio ofrece el viaje en la Enterprise de una nutrida delegación diplomática hacia Babel, y en medio de ello habrá sabotajes, que resulta ser lo más flojo del episodio, quizás conscientemente; de hecho, fue añadido a posteriori. Sin embargo, lo principal del mismo será la relación que se establezca entre Sarek y Spock, las divergencias establecidas entre ellos y, a su vez, las coincidencias que hay en las actitudes de ambos; en medio de ello, dirimiendo y sufriendo, está Amanda, una mujer humana dividida entre dos vulcanos. Fontana se inspiró en los dispersos comentarios repartidos por distintos capítulos sobre los padres de Spock para pergeñar su trabajo. La guionista refirió al respecto: «La idea realmente surgió de una línea hacia el final de “This Side of Paradise”, donde Spock dice: «Mi madre era maestra de escuela, y mi padre era embajador»[37].
2.11.40.[32]. Friday’s Child (Hijo de un jefe). 1/12/1967.
D: Joseph Pevney.
G: D. C. Fontana[38].
I: Julie Newmar (Eleen), Tige Andrews, Michael Dente, Cal Bolder
D. C. Fontana también es la guionista de “Friday’s Child”[39]. Kirk, Spock y McCoy se trasladan a un planeta para realizar un acuerdo comercial minero, pero cuando allí llegan comprueban que los klingons ya han contactado con los habitantes del lugar.
Como siempre en Fontana, la trama se centra sobre todo en el desarrollo de personajes y en articular relaciones, resaltando en especial la que se establece entre McCoy y la esposa del jefe Eleen (una muy tapada Julie Newmar), y el perfil de cobarde traicionero tan convincente que ofrece del klingon. El episodio es dirigido con su habitual solvencia por Joseph Pevney, que inclusive hace un uso muy correcto del por lo general molesto zoom.
2.12.41.[40]. The Deadly Years (Los años mortíferos/Los años de la muerte). 8/12/1967.
D: Joseph Pevney.
G: David P. Harmon[40].
I: Charles Drake, Sarah Marshall, Felix Locher, Beverly Washburn.
La tripulación baja a un planeta para encontrarse con que sus colonos humanos, o han muerto de viejos en pocos días, o están a punto de hacerlo; al llegar allí, todos los que han descendido desarrollarán idéntica enfermedad, salvo Chekov, que por algún motivo es inmune.
En apariencia, se trata de un episodio de planteamiento pueril, centrado en una enfermedad rara y la lucha contra reloj para combatirla; sin embargo, antes que en eso, la trama se concentra en el efecto físico y, sobre todo, emocional que conlleva en los personajes. Pese a unos maquillajes poco convincentes (el especialista en maquillaje Fred Phillips debiera haber dispuesto de un mes de margen para preparar los moldes de látex para las caracterizaciones, pero solo dispuso de diez días), el reparto está a gran altura (salvo, tal vez, Leonard Nimoy, muy sobreactuado) y exhibe el paulatino declive con persuasión y dota al capítulo de grandes dosis de emotividad. Cabe referir que el ataque romulano está resuelto por medio del reciclado de imágenes de los capítulos “Balance of Terror” y “Errand of Mercy”.
En el segundo capítuloo de Star Trek: New Voyages, Walter Koenig aparecería como actor invitado, salvando la diferencia de edad con el simple pero efectivo recurso de que una fuerte descarga eléctrica “revive” la enfermedad que no contrajo en este episodio.
2.13.42.[47]. Obsession (Obsesión). 15/12/1967.
D: Ralph Senensky[41].
G: Art Wallace[42].
I: Stephen Brooks (alférez Garrovick), Jerry Ayres.
En “Obsession” Kirk se enfrenta a un asesino de su pasado. Cuando están inspeccionando un planeta, una nube gaseosa con olor a miel ataca a varios tripulantes y mueren. Kirk está seguro de que es la misma criatura inteligente que, once años atrás y en el otro extremo de la galaxia, atacó a su tripulación cuando estaba al mando de la Farragut. Su obsesión motivará sus actos, pese a que los demás no están muy de acuerdo con sus conclusiones.
Un episodio emocional, en diversos sentidos, bien desarrollado pese a que parte de un error de premisa evidente para el espectador pero que ningún personaje parece plantearse: la imposibilidad de abatir con un arma convencional a una criatura inmaterial. También pone en evidencia cierta predisposición belicosa por parte de Kirk, tan juicioso en otros momentos.
Este episodio contiene una de los errores de continuidad más curiosos de toda la serie: uno de los personajes secundarios, el teniente Leslie (un correctísimo Eddie Paskey, que sustituía a Sulu como piloto de la nave cuando los compromisos de Takei no le permitían aparecer), muere atacado por la nube gaseosa… pero el personaje volvería a aparecer en el siguiente episodio. La razón fue que el actor que debía morir en esa escena estuvo indispuesto ese día y Paskey la filmó en su lugar, pero nadie del equipo de continuidad reflejó dicho cambio en el guion.
2.14.43.[36]. Wolf in the Fold (Un lobo en el redil/El lobo en el redil). 22/12/1967.
D: Joseph Pevney.
G: Robert Bloch[43].
I: John Fiedler, Charles Macaulay, Pilar Seurat, James Bernard.
Robert Bloch volvió a colaborar en la serie con “Wolf in the Fold”, donde hace uso de una de sus constantes temáticas a lo largo de su carrera, Jack el Destripador[44].
Kirk, McCoy y Scotty se toman unas vacaciones en el planeta Argelius, de ambientación argelina (sí, muy sutil), sobre todo para que Scotty se recupere emocionalmente de un accidente provocado por una mujer, y que le ha dejado lesiones en el cerebro. Cuando sale a la neblinosa noche acompañado de una bailarina, al poco sus compañeros se encontrarán a la chica apuñalada doce veces (lo cual Kirk descubre de un solo vistazo) y a Scotty, incoherente, asustado, sosteniendo un cuchillo. Sin embargo, el causante de todo es, literalmente, Jack el Destripador, que en realidad es una entidad inmortal e inmaterial que se alimenta del miedo, y que pasa las eras vagando de planeta en planeta y poseyendo cuerpos humanoides para llevar a cabo sus fines.
La historia es muy poco trek, y da la impresión de que procede de un guiñó previo no vendido, que Bloch readaptó para la serie[45]. En todo caso, resulta interesante, pese a ciertas incoherencias, y es una idea sugestiva la de implantar el mito victoriano de Jack en un entorno intergaláctico[46]. Se realizó una secuela en cómic en la etapa Wildstorm, “Embrace of the Wolf”, donde se refiere que Redjac sobrevive abordando otra nave; un siglo después, ataca la Enterprise-D, y Data y un Sherlock Holmes del holodeck han de hacerle frente. El personaje también aparece en dos comics de la etapa DC, en la historia en dos partes “Wolf on the Prowl” y en “Wolf at the Door”.
2.15.44.[42]. The Trouble with Tribbles (Los tribbles y sus tribulaciones). 29/12/1967.
D: Joseph Pevney.
G: David Gerrold[47].
I: William Schallert, William Campbell (Koloth), Stanley Adams, Whit Bissel (Lurry).
Otro de esos títulos míticos es “The Trouble with Tribbles”, con guion de David Gerrold (en la que fue su primera venta profesional), y de carácter humorístico. Los tribbles son unas criaturitas adorables y peludas, que ronronean, pero que cuando son alimentadas cuando no deben (con esa especie de trigo transgénico, tan esencial para la Federación y para el Imperio Klingon) se reproducen (en realidad, nacen embarazados [sic], pero solo dan a luz cuando se les alimenta) y son de lo más molestos. ¿De qué nos sonará esto?
El episodio está construido en forma de comedia alocada, donde no solo los bichitos peludos son molestos, sino que los klingons, una raza guerrera, se comportan como unos chiquillos, insultando para provocar una pelea con Scotty y Chekov, que no pasa de ser una reyerta de cantina entre marineros y soldados típica de las películas de guerra. Mientras se rodaba el episodio, Roddenberry descubrió que la idea era muy parecida a determinado momento de la novela Los Stone (The Rolling Stones, 1952), de Robert A. Heinlein[48]. Aquél le llamó por teléfono para pedirle disculpas, y este las aceptó sin más. Sin embargo, según Bjo Trimble, está basada en el relato “Pigs Is Pigs” (1905) de Ellis Parker Butler. Ciertamente, ambas fuentes tienen puntos de partida similares.
Por lo demás, el argumento resulta insulso y sin enjundia, salvo dos conversaciones, una entre Spock y McCoy, y otra entre Kirk y Scotty, plenas de ironía y mala uva. De lo peor del capítulo es el insufrible Cyrano Jones (una clara imitación de Mudd) y la pésima interpretación de Stanley Adams. Cabe referir que esta es la primera vez en la serie que se ve una estación espacial en órbita, desde una de cuyas ventanas puede divisarse la Enterprise a lo lejos, y que se pretendía que William Campbell volviera a interpretar al klingon Koloth en el episodio “Day of the Dove”, y también en capítulos planeados de las canceladas cuarta y quinta temporadas. Los tribbles, por cierto, diseñados por Wah Chang, se hicieron a partir de mullidas alfombras, que se fueron cortando a trozos para realizar los “peluches”; se hicieron cerca de quinientos, a algunos de los cuales se les incorporó un juguete mecánico para que tuviesen movilidad. El episodio fue nominado al Hugo en 1968 como mejor representación dramática, y fue votado el mejor capítulo de la serie original en una encuesta del Sci-Fi Channel con motivo del 40 aniversario de la misma. Y conviene destacar que en el guion original de Gerrold se presentaba un sistema muy parecido al holodeck, pero que no pudo ser representado por cuestiones de presupuesto; después apareció en un episodio de la serie de animación, “The Practical Joker”, denominado Sala de Recreo y, al fin, con el conocido nombre en La nueva generación.
2.16.45.[46]. Gamesters of Triskelion (Los jugadores de Triskelion). 5/1/1968.
D: Gene Nelson.
G: Margaret Armen[49].
I: Joseph Ruskin, Steven Sandor, Angelique Pettyjohn, Victoria George.
De súbito Uhura, Chekov y Kirk son teletransportados por entidades desconocidas al planeta Triskelion, donde se les obliga a tomar parte de una especie de juegos de gladiadores. Aquí se nos presentan unas entidades llamada los Proveedores[50], seres que utilizan su poder para doblegar y utilizar a otros en sus juegos, que resultan ser mortales para sus participantes. Kirk se empeña en resolver todo él solo, dejando a los demás como meros comparsas. El capítulo, pues, está realizado para el lucimiento de William Shatner, quien lleva la voz cantante, seduce a su entrenadora y consigue acercarse a los entes secuestradores y convencerles para que dejen de cometer esas acciones y variar su forma de pensar, solo por medio de una pelea. El episodio, por lo demás, fue parodiado en el episodio de Los Simpson titulado “Homer en el espacio exterior” (“Deep Space Homer”, 1994).
Este remedo de Espartaco acaba siendo un quiero y no puedo; habla de luchar por la libertad, pero se queda en un ejercicio egocéntrico del capitán Kirk. En el anecdotario apuntemos que la actriz Angelique Pettyjohn, que interpreta a Shahna, con posterioridad trabajó como modelo erótica, actriz de teatro burlesco en Las Vegas y de cine pornográfico (en realidad sólo hizo tres películas de esa índole en 1982). Murió en 1992 de un carcinoma.
2.17.46.[49]. A Piece of Action (Una tajada de acción/Parte de la acción). 12/1/1968.
D: James Komack.
D: David P. Harmon, Gene L. Coon, s/a D.P. Harmon[51].
I: Anthony Caruso (Bela), Victor Tayback, Lee Delano, John Harmon.
“A Piece of Action” es otro de esos episodios que sirven para aprovechar decorados y vestuario de otras series, pues el planeta al cual irán a parar nuestros personajes tendrá la misma apariencia que el Chicago de la década de 1920[52]. Al menos, esta vez se justifica por medio de una expedición terrestre previa, que implantó en los habitantes el gusto estético por ese período histórico, ya que sus habitantes son seres miméticos[53].
Lo que podía haber sido un episodio que tratase acerca de la influencia externa sobre un planeta y las consecuencias que ello acarrearía se convierte en una aventura humorística de unos forasteros en tierra extraña. Los habitantes del planeta actúan como si estuvieran en una película de gánsteres, con sus territorios, que otros intentan usurpar, y a su vez ellos codician el de los otros. Kirk y Spock lo único que hacen es ir corriendo de un lado para otro, siendo capturados varias veces y escapando otras tantas. En medio, chistes y peleas. Al final se soluciona el percance actuando como los propios habitantes, y unifican el planeta convirtiéndose en los jefazos de los mafiosos, “sacando su tajada”, título que sería el más apropiado.
El guion original se titulaba “Journey into Chaos”, y en él tenían aparición los romulanos, que intentaban firmar un tratado de colaboración con el planeta, acto que también pretendía la Federación, y cuando los romulanos comprueban la presencia de Kirk en el planeta envían sus propios emisarios. Es decir, algo muy similar a lo que acontecía en el episodio “Friday’s Child”, pero con romulanos en lugar de klingons, y ambiente gansteril en lugar de beduino.
Lástima de episodio; pudo ser un interesante estudio sobre la influencia humana en otros mundos más atrasados, algo que sí hará el capítulo 19 de esta segunda temporada.
2.18.47.[48]. The Immunity Syndrome (Síndrome de inmunidad/El síndrome de inmunidad). 19/1/1968.
D: Joseph Pevney.
G: Robert Sabaroff[54].
I: John Winston.
La tripulación de la Entrerprise se encuentra con una anomalía que absorbe la energía de la nave. Cuando entran en el manto de oscuridad que rodea al fenómeno se topan con una criatura unicelular que se alimenta del universo, consumiendo todo tipo de energía, incluso la luz. Este ser semeja un agujero negro, hasta su apariencia externa lo parece. Para destruir al ente, Spock y Bones se ofrecen voluntarios para acercarse a él y descubrir alguna debilidad, aún a riesgo de su propia vida.
En este capítulo el personaje de Kirk debe enfrentarse a situaciones personales muy difíciles, en este caso elegir a uno de sus amigos para una misión que sin duda salvará la nave, pero a costa de su vida. El episodio se sustenta en las interpretaciones de los actores principales más que en los acontecimientos, resultando una obra bien interpretada y desarrollada, con buenos momentos como cuando McCoy desea buena suerte a Spock, aun sabiendo que no le escucha, mostrando el actor una contención dramática encomiable.
En un momento de la trama se compara al ser unicelular con un cáncer y a la nave como la cura. También descubrimos que Spock debe tener una especie de lazo psíquico con los demás vulcanos, al sentir la muerte de los cuatrocientos miembros de la nave Intrepid, lo que nos notifica que los vulcanos son también exploradores de lo desconocido, y no meros contempladores de las hazañas de los demás.
2.19.48.[45]. A Private Little War (Un pequeña guerra privada/La pequeña guerra privada). 2/2/1968.
D: Marc Daniels.
G: Gene Roddenberry, [Gene L. Coon], s/a Jud Crucis [Don Ingalls].
I: Nancy Kovak, Michael Whitney, Ned Romero, Janos Prohaska.
Este capítulo es el referido con respecto a “A Piece of Action”, con guion de Roddenberry, retocado sin acreditar por Gene L. Coon. Es recordado en particular por la aparición de una de las criaturas más encantadoras de la serie, el “mugato”[55], una especie de gorila albino con rabo, cuerno de rinoceronte y espalda con placas, como un estegosaurio. El creador de la criatura era el especialista en estas lides en Star Trek, Janos Prohaska, quien de igual modo vestía el traje. Pero aparte de este elemento de tipismo, el episodio ofrece ese estudio sobre la injerencia humana que referíamos.
La Enterprise llega a un planeta en el que quince años atrás Kirk estuvo, y confraternizó con uno de sus habitantes, Tyree, a los cuales el capitán describe anclados en el arco y la flecha. Pero cuando aterrizan comprueban que una raza rival posee mosquetones, proporcionados, cómo no, por los klingons[56]. El episodio, a partir de ahí, toma la apariencia de una película del período de la colonización de Estados Unidos, con dos tribus indias instigadas una por los franceses, la otra por los ingleses. Pero aparte de esa parábola, de cómo fueron utilizados los indígenas norteamericanos en beneficio de los colonizadores, también se reflexiona sobre la intrusión sobre culturas ajenas. Kirk expone la teoría del equilibrio; con anterioridad ambas tribus estaban al mismo nivel evolutivo, el cual es desequilibrado por los klingons, que introducen el arma de fuego en esa sociedad; así pues, ellos habrán de hacer lo mismo, para que se dé una vez más ese equilibrio. McCoy no lo tiene tan claro (nosotros tampoco), y Kirk le responde que no es lo que quiere hacer, sino lo que debe. Muy a su pesar ha de corromper la virginal moralidad de sus amigos, una vez han sido contaminados por el apetito a la violencia.
Al final, el episodio es una apología al intervencionismo, y de ahí a pensar en Vietnam hay solo un paso, conflicto que estaba en su apogeo durante la serie. En el guion original, esa alusión a Vietnam era más acusada, y los habitantes del pueblo lucían vestiduras orientales, y se desarrollaba más un enfrentamiento entre Kirk y un klingon, profundizando, de igual modo, en la amistad entre Kirk y Tyree. En todo caso, en esa época Vietnam era un tabú en la televisión norteamericana, y no se podía plantear de un modo directo. Como muy bien dijo D. C. Fontana, «bajo el escudo de la ciencia ficción pudimos hablar de Vietnam». El final del episodio, brusco, amargo, deja una incómoda sensación, pero que confirma la presencia de un excelente aporte a la serie, dejando a un lado la cuestionable y ambigua ideología del episodio.
Se pretendía que el capítulo de TNG titulado “Too Short a Season” fuese una secuela de este, con un Kirk anciano regresando al planeta, pero Shatner no estaba disponible (o no quería estarlo) y se reescribió el guion. En el cómic “The Order of Things”, perteneciente a la miniserie Blood Will Tell, la historia es vuelta a contar pero desde el punto de vista de los klingons.
2.20.49.[51]. Return to Tomorrow (Vuelta al mañana/El regreso al mañana). 9/2/1968.
D: Ralph Senensky[57].
G: John Kingsbridge; en realidad: Gene Roddenberry [y Gene L. Coon], s/a John T. Dugan [Kingsbridge es seudónimo de Dugan][58].
I: Diana Muldaur (Anne Mulhall).
Diana Muldaur, actriz recurrente en el Universo Trek, hace su primera aparición en el capítulo titulado “Return to Tomorrow”, encarnando a la doctora Mulhall[59].
La Enterprise sigue una extraña señal, que al final provoca en la nave la manifestación vocal de Sargon, una entidad que les dice les ha guiado por medio de sus pensamientos. Sargon les teletransporta a las interioridades de su planeta natal, ahora extinto, y donde él sobrevive tras su muerte en el interior de una esfera, en la que permanece su esencia mental. Su intención es que Kirk, Spock y la doctora cedan sus cuerpos a los tres últimos supervivientes de su especie con el fin de construir robots que alojen sus mentes.
Resulta un tanto pueril que uno de los supervivientes sea “malo”, y después de miles de años de poder reflexionar hacia dónde les ha conducido su ceguera, prosiga con cándidos planes maquiavélicos (aunque ello posibilita una buena interpretación de Nimoy). Por otro lado, sí resulta interesante comprobar las reacciones de las otras dos entidades ante sus nuevos cuerpos, masculino y femenino, y el deseo que les suscita.
«El riesgo es nuestra misión», dirá Kirk en un momento dado, lo cual es un estupendo resumen de la idea de la serie. Y también es un buen colofón para un buen capítulo.
2.21.50.[52]. Patterns of Force (Por medio de la fuerza). 16/2/1968.
D: Vincent McEveety.
G: John Meredyth Lucas[60].
I: Richard Evans, Valora Nora, Skip Homeier, David Brian, Gilbert Green.
La Enterprise se aproxima a dos planetas gemelos, en busca de un historiador del que nada se sabe desde hace tiempo. Uno de los planetas es evolucionado y pacífico, el otro primitivo y guerrero; sin embargo, recibirán un disparo de un misil termonuclear del que no debiera disponer de ese tipo de armamento. Kirk y Spock bajarán a explorar, y de paso se aprovecha para hacer uso de decorados de otra serie. «Los ekosianos son humanoides, de ahí que la arquitectura sea similar a la terrestre. Fascinante», será toda la explicación dada por Spock al respecto. Pero no es solo eso: el planeta está dominado por los nazis. Por otro lado, se impone la llamada “Ley de Hodgkin de Desarrollo Planetario Paralelo”, planteada por el biólogo A. E. Hodgkin como explicación.
Se trata de un episodio mediocre, que utiliza unas pocas ideas interesantes desperdigadas en una trama superficial y redundante. Además, bastantes detalles del guion son sospechosamente similares a un episodio de la serie Viaje al fondo del mar (Voyage to the Bottom of the Sea) titulado “The Mist of Silence” (1964), el cuarto de la primera temporada, aquí centrado en una república bananera. Este episodio se centra en las consecuencias de la violación de la primera directriz; lástima de su desaprovechamiento, y resalta cierto entusiasmo de Spock ante la doctrina nazi.
2.22.51.[50]. By Any Other Name (Con cualquier otro nombre/Por cualquier otro nombre). 23/2/1968.
D: Marc Daniels.
G: Jerome Bixby, D. C. Fontana, s/a J. Bixby.
I: Warren Stevens, Barbara Bouchet, Julie Cobb, Carl Byrd.
“By Any Other Name” presenta a una especie con la capacidad de paralizar a los seres humanos, y de ese modo se apoderan de la Enterprise para regresar a su planeta natal, situado en la galaxia de Andrómeda. Esta idea procede del primer guion de ciencia ficción que escribiera Roddenberry, “The Secret Weapon of 117” para la serie Chevron Hall of Stars en 1956, y del que ya hablamos.
Es interesante la presentación de una especie acostumbrada al éxodo espacial por el método del reemplazo generacional, en viajes que toman siglos; esa especie, por lo demás, toma posesión de cuerpos humanos, los cuales les resultan peculiares y al tiempo fastidiosos, por las sensaciones que experimentan, y que en realidad son seres gigantescos y con una infinidad de extremidades, tal como son descritos por Spock en un momento que conecta mentalmente con ellos. El problema estriba precisamente en su dependencia de un cuerpo sobre cuyas reacciones aún no tienen conocimiento ni control.
Pese a desarrollarse gran parte de la resolución en elementos cómicos ―Bixby lo escribió inicialmente más serio y oscuro―, aun así ofrece interés el capítulo y muestra un punto de vista bastante curioso sobre los extraterrestres. Entre los actores que encarnan a los invasores están Warren Stevens, que personificó al doctor en Planeta prohibido, y la despampanante Barbara Bouchet. Destaquemos, de igual modo, una alusión a Shakespeare, con Kirk citando Romeo y Julieta, así como el propio título del episodio, procedente del acto II, escena 2: “¿Qué es un nombre? Eso que llamamos rosa, por cualquier otro nombre seguiría oliendo igual”.
2.23.52.[54]. The Omega Glory (El esplendor de Omega/La gloria de Omega). 1/3/1968.
D: Vincent McEveety.
G: Gene Roddenberry.
I: Morgan Woodward, Roy Jenson, Irene Kelly, David L. Ross.
Un gran misterio acontece en “The Omega Glory”, cuando la Enterprise se topa con la Exeter, una nave de la Federación que encuentran totalmente vacía; de los tripulantes parecen quedar solo los uniformes desperdigados por la nave, y con restos que semejan algún tipo de cristales. Una vez se transportan al planeta que las naves orbitan hallan al capitán, «uno de los mejores de toda la Flota», que permanece protegido de la enfermedad que acabó con su tripulación, y que pretende hacer uso de la inmunidad natural del planeta, una especie de Shangri-La[61], incluido el aspecto oriental de sus habitantes.
Resulta particularmente llamativo que el personaje corrupto de la historia sea alguien valorado de manera muy positiva por sus congéneres, pero que cae con inusitada facilidad ante el estímulo de la codicia. En todo caso, el guion, escrito por Gene Roddenberry, resulta caótico, y semeja improvisado, cambiando de rumbo de forma constante, con un risible golpe de efecto hacia el último tercio, deviniendo todo en un panfleto pro-estadounidense de escaso interés.
Este es uno de los guiones considerados como piloto para la serie; una vez rechazado, quedó archivado, recuperándose después y reescribiéndose hasta dos veces hasta conseguir su aceptación para ser emitido.
2.24.53.[53]. The Ultimate Computer (El mejor ordenador). 8/3/1968.
D: John Meredyth Lucas.
G: D. C. Fontana, s/a Laurence N. Wolfe[62].
I: William Marshall (Dr. Richard Daystrom), Barry Russo.
A la Enterprise llega la orden de implantar en ella el ordenador M-5, el más sofisticado hasta el momento, y que hará obsoletas muchas funciones de personal, incluido el capitán. A partir de ese momento, se desatará, en cierto modo, una lucha de poder y ego entre Kirk y el ordenador. Cuando el ordenador dé muestras de llevar demasiado lejos los “juegos de guerra” que se pretenden desarrollar para ensayarlo, la tripulación intentará desconectarlo, y entonces la máquina decidirá matar.
Un episodio muy estimable, que desarrolla con habilidad las reacciones de los personajes, y donde descuella en particular la interacción que se establece entre M-5 y su creador, el doctor Richard Daystrom[63]. Una premisa, en todo caso, que recuerda ostentosamente a un micro-relato de Fredric Brown titulado “Respuesta”[64]; a su vez, el episodio parece que serviría de inspiración a ciertos momentos de 2001: una odisea del espacio (2001: A Space Odyssey, 1969), de Stanley Kubrick, cuando HAL-9000 se rebela contra los astronautas.
2.25.54.[43]. Bread and Circuses (Pan y circo). 15/3/1968.
D: Ralph Senensky.
G: Gene Roddenberry, Gene L. Coon, [s/a John Kneubuhl][65].
I: William Smithers, Logan Ramsey, Ian Wolfe, Rhodes Reason, Lois Jewell.
La Enterprise localiza partes de la S.S. Beagle destruida. Sin embargo, no parece haber restos humanos, y presumen que los tripulantes acabaron en un planeta cercano, de características muy similares a la Tierra. De hecho, semejan estar a mediados del siglo XX, tienen televisión… y torneos de gladiadores[66].
Resulta chocante, a estas alturas, que Spock haga constar que los habitantes del planeta al que descienden hablen inglés, cuando lo han hecho todos los de los planetas a los cuales han viajado a lo largo de la serie (solo una vez se mencionará el traductor intergaláctico, en el episodio “Metamorphosis”, para comunicarse con la nube energética que salvó a Cochrane, y en esa ocasión se extrae del Galileo para adaptarlo a la situación).
Lo llamativo del episodio supone la semejanza del planeta con la Tierra de mediados del XX, como dijimos, pero donde se conservan las costumbres de la Roma antigua; estas coincidencias (incluido el inglés) son justificadas haciendo alusión a la ley de A. E. Hodgkins sobre el desarrollo planetario paralelo, según la cual todas las culturas suelen desarrollarse de un modo similar. Por lo demás, se trata de un episodio menor de la serie, si bien entretenido.
2.26.55.[55]. Assignment: Earth (Misión: la Tierra). 29/3/1968.
D: Marc Daniels.
G: Art Wallace, s/a Gene Roddenberry, A. Wallace.
I: Robert Lansing (Gary Seven), Teri Garr, Victoria Vetri.
El último capítulo de la temporada es “Assignment: Earth”. La Enterprise ha viajado al pasado, y orbita la Tierra; tiene como misión una investigación histórica, con el fin de averiguar cómo el planeta sobrevivió a los funestos sucesos de 1968[67]. Pero en el camino se les cruza un extraterrestre destinado a nuestro planeta con el fin de evitar la catástrofe, y que responde al nombre clave de Gary Seven.
En vista de la posible cancelación de Star Trek, Roddenberry preparó este episodio especial que, al tiempo, servía como hipotético piloto para otra serie, las aventuras de Gary Seven[68] (Robert Lansing) y su pizpireta secretaria Roberta Lincoln (una jovencísima Terri Garr), junto a la gata Isis[69]. Es una lástima que el episodio no tuviera el suficiente éxito para dar lugar a esa otra serie[70], pues es una absoluta delicia, y resulta muy atractivo presenciar ese ambiente años sesenta del pasado siglo en el cual se involucra un extraterrestre espía que controlará las actividades humanas e impedirá el holocausto nuclear. En todo caso, Roddenberry aprovechó parte de la idea en el telefilm Proyecto androide, del que ya hablamos.
Fin de temporada
Durante el rodaje del episodio “The Deadly Years” (número 40 en orden de producción) se comenzaron a oír rumores de que la serie se cancelaría y no renovaría por una nueva temporada. Fue entonces cuando una fan de Star Trek llamada Bjo Trimble hizo uso de unos listados que disponía de librerías especializadas en ciencia ficción, así como de la World Science Fiction Convention, y comenzó a enviar masivamente mensajes a todo el mundo ―¿cuánto se gastaría en sellos?―, incitando a los aficionados, lo que provocó una afluencia masiva de cartas (multicopiadas por mimeografía, un sistema que podríamos definir a mitad de camino entre el calco y la fotocopia) a la NBC, que solicitaban la no cancelación; en total dice Leonard Nimoy que fueron ciento diez mil cartas en dos o tres semanas. La enorme presión ejercida salvó la serie y fue renovada por una temporada más, anunciándose esa renovación (públicamente, para dejar de recibir cartas) durante la emisión del capítulo “The Omega Glory”, episodio 23 en orden de emisión, sobre los créditos finales. El siguiente episodio en rodarse tras este fue “Assignment: Earth”, el último en emitirse, de ahí tal vez que ya tuvieran prevista su condición de spin-off, en caso de que la renovación no se produjese, para tener trabajo asegurado.
Para la tercera temporada el presupuesto de la serie se redujo de forma drástica, lo cual por lo habitual queda más patente, si bien se añadieron ciertas innovaciones técnicas, como las imágenes de la pantalla del puente, que en lugar de exhibirse por medio de sobreimpresiones se haría por medio de retroproyecciones, permitiéndose la interactividad con los actores.
Los títulos de crédito de la tercera temporada incluirán un nuevo cambio en el tema central, añadiéndose a la voz femenina de soprano un theremín[71], si bien este apenas se logra oír.
Carlos Díaz Maroto
y Luis Alboreca
[1] El nombre, por supuesto, es homenaje al estupendo escritor de ciencia ficción.
[2] El título en español es “Tiempo de Amok” (o “La época de Amok”, según se vea doblado o subtitulado), como si «amok» fuese una palabra vulcana, cuando en realidad significa «locura» en inglés. En realidad, procede del malayo, donde se refiere a un ataque de locura homicida. En psiquiatría existe el «Síndrome Amok», que viene a ser más o menos lo mismo.
[3] En realidad, estaba previsto para la primera temporada, pero la lentitud de escritura de Sturgeon obligó a retrasarlo.
[4] En otros episodios de las distintas series trek, incluida la presente, otros personajes hablarán con toda naturalidad del pon farr, lo cual hace presuponer que Spock está muy reprimidillo en cuestiones de sexo.
[5] El episodio fue nominado al Hugo en 1968 como mejor representación dramática.
[6] A veces se ha traducido también como “Larga y próspera vida”.
[7] Un planteamiento similar tendrá también The God Thing, uno de los guiones propuestos para la primera película, así como Star Trek V.
[8] Los productores querían para el papel a Jon Voight, pero este había firmado ya contrato para otro proyecto.
[9] El capítulo se basa en un tratamiento de Roddenberry titulado “Olympus Revisited”. A partir de ahí, Ralston escribió el guion, que también tuvo aportaciones de Gene L. Coon y D.C. Fontana.
[10] D.C. Fontana y Gene L. Coon hicieron aportaciones al guion.
D. C. Fontana
[11] Esta también procedía de ideas previas, como ya vimos.
[12] Muchos ven un error del guion este detalle, pues la capacidad de Spock para la fusión mental solo es posible con otros seres vivos, no con máquinas.
[13] Una de las ideas propuestas por Roddenberry en su texto Star Trek is…, titulada “The Mirror”, ofrece aspectos similares. El guion de Bixby fue retocado por Roddenberry, Fontana y Coon.
[14] Esta premisa será repetida con posterioridad en la serie Espacio Profundo Nueve en cinco episodios nada menos, y en general, es un recurso ocasional de las diversas series trek. También dio lugar a una afamada saga de comics dentro de la primera etapa DC, así como varias novelas.
[15] Publicado originalmente en la revista Amazing Stories en el número correspondiente a diciembre de 1953/enero de 1954. Publicado en España como “Dirección única” en Antología de cuentos de ficción científica, de Javier Lasso de la Vega (Ed. Labor, 1965).
[16] En el guion original era solo Kirk quien viajaba al universo espejo, y la Federación espejo luchaba contra una raza conocida como los Tharn.
[17] Aunque, parece ser, basada un tanto en una historia de A. E. van Vogt.
[18] Spinrad es uno de los autores de ciencia ficción más reconocidos en su especialidad. Entre sus novelas más destacadas citemos Incordie a Jack Barron (Bug Jack Barron, 1969), todo un precedente de la literatura cyber-punk, El sueño de hierro (The Iron Dream, 1972), una ucronía sobre Hitler, o Child of Fortune (1985), sobre una joven vagabunda buscando su destino en el espacio.
[19] El personaje vuelve a aparecer en un episodio de la serie Star Trek: New Voyages. Su hijo debiera haber sido personaje fijo en la serie fallida Star Trek: Phase II, y aparece en la primera película, aunque solo es citado como hijo del comodoro en la novelización.
[20] Quien, en la escena en la cual describe lo que sucedió a su nave, la Constellation, parece ser que improvisó durante diez minutos, en vista de que el director no sabía solventar la escena. De esa actuación solo quedó en pantalla un minuto y medio prodigioso. Norman Spinrad sugirió para el papel a Robert Ryan, pero no estaba disponible.
[21] En la versión restaurada de la serie el diseño del ingenio ha sido modificado de forma considerable, aunque conservando más o menos la forma.
[22] El guion incorpora revisiones de D.C. Fontana, Rodenberry y Coon, sucesivamente.
[23] El actor murió en un accidente de coche un mes después de la emisión del episodio.
[24] Según parece, basándose lejanamente en su propia historia “Broomstick Ride”, publicada originalmente en la revista Super Science Fiction (diciembre de 1957). No nos consta edición española.
[25] Tanto en este episodio como en otro que escribió para Star Trek, “What Are Little Girls Made Of?”, Robert Bloch cita a “The Old Ones”, acaso como alusión a su amigo y mentor, H. P. Lovecraft; en España se ha solido traducir como “los Antiguos” o “los Primigenios”. Fascinante sería una fusión entre Star Trek y los Mitos de Cthulhu efectuada con medios…
[26] David Gerrold hizo una reescritura no acreditada.
[27] Mudd aparecería por tercera vez dentro de la serie animada en el episodio “Mudd’s Passion”. En las adaptaciones literarias que escribió James Blish de los capítulos de la serie original añadió un relato de creación propia sobre el personaje, “Business As Usual, During Altercations”, incluido dentro del volumen Mudd’s Angels/Mudd’s Enterprise (1978). El escritor Jerry Oltion también tocó el personaje con Mudd in your Eye (1997).
[28] La idea es idéntica a la novela Los humanoides (The Humanoids, 1949), de Jack Williamson. En cierto modo, la parte ambientada en la base espacial en la reciente Wall·e (Wall·e, 2008), de Andrew Stanton, es también el mismo concepto.
[29] En un boceto previo del guion, Scotty también los acompañaba, y el nombre de la lanzadera es Edison. Sería Scotty quien se encontrara con la Compañera mientras intenta reparar el vehículo. Los planos de la lanzadera donde se la ve en vuelo son repicados de “The Galileo Seven”.
[30] En la película Cochrane es interpretado por el estupendo James Cromwell, quien después lo volverá a encarnar en el episodio “Broken Bow”, piloto de Enterprise, así como en “In a Mirror, Darkly”, de la misma serie.
James Cromwell en sus distintas encarnaciones para Star Trek
[31] Una vez grabados los diálogos del personaje, estos sonaban demasiado robóticos y carentes de emoción, por lo que hubo que volver a grabarlos, por otra actriz (se supone que Elizabeth Rogers).
[32] Se realizó una secuela a esta historia en forma de cómic, dentro de la etapa Gold Key, “A Warp in Space” (nº 49).
[33] Coon y Roddenberry efectuaron revisiones al libreto.
[34] Esta es la primera vez que Sarek aparece en Star Trek… y la última, dentro de la serie clásica. No volverá a aparecer hasta la película Star Trek III.
[35] Interpretada por la mítica actriz Jane Wyatt, protagonista de Horizontes perdidos (Lost Horizon, Frank Capra, 1937). Cuando la contrataron para el episodio, jamás había oído hablar de Star Trek, y pensaba que era una comedia. Se esperaba topar con un rodaje divertido, y se topó con que todo el mundo se tomaba la labor con enorme seriedad.
[36] Ambas especies, en particular la primera, tendrán un amplio desarrollo en la serie Enterprise.
[37] Star Trek: The Magazine, volumen 1, nº 2, pp. 84-85.
[38] Como es habitual, Coon y Roddenberry aportaron reescrituras.
[39] Otra de las constantes de las diferentes series trek será ofrecer títulos con alusiones a rimas infantiles, como en este caso, donde deriva de la versión de la revista Harper’s Weekly de 1887 de la vieja rima infantil Monday’s Child, que incluye la línea «El niño del viernes está afligido de dolor».
[40] El guion previo de Harmon tenía el título de “Hold Back Tomorrow”. Entre sus diversas reescrituras por parte suya, tuvo también una debida a Gene L. Coon.
Vincent McEveety después pasó a trabajar para la Disney
[41] El director inicialmente previsto era Vincent McEveety. Aparte de ello, John Meredith Lucas reemplazó a Senensky un día que era la fiesta judía del Yom Kippur.
[42] El guion parte de una premisa de Roddenberry titulada “Space Moby Dick”. Tras la redacción de Wallace tuvo revisiones por parte de Coon, John Meredtih Lucas y de Forest Research, una compañía destinada a investigaciones y asesoramientos en los guiones.
[43] Revisado por Gene L. Coon y Roddenberry.
[44] Jack el Destripador, también conocido por el sobrenombre de Jack el Rojo (que se menciona en el capítulo) fue un asesino real que, entre el otoño y el invierno de 1888, asesinó con una crueldad inusitada a cinco prostitutas en el barrio londinense de Whitechapel. Nunca se descubrió su identidad, y desde entonces, y aún en la actualidad, se sigue especulando sobre la misma y ha sido fuente de innúmeras obras literarias, de ensayo y de ficción, y cinematográficas.
[45] Robert Bloch escribió un relato titulado “Suyo afectísimo, Jack el Destripador” (“Yours Truly, Jack the Ripper”, 1943), donde también hacía uso de la idea del espíritu de Jack saltando por el tiempo a través de cuerpos humanos. El relato fue adaptado en la serie Thriller (Thriller, 1961 [1.28]), presentada por Boris Karloff. Bloch reutilizó al personaje en los relatos “Un juguete para Juliette” (“A Toy for Juliette”, 1967) y “A Most Unusual Murder” (1976) y en la novela La noche del destripador (The Night of the Ripper, 1984).
[46] La idea de Jack el Destripador como una entidad extraterrestre que posee cuerpos humanos se utilizó también en el episodio “Jack el Destripador” (“The Ripper”) de la serie Más allá del límite (The Outer Limits, 1999 [5.11]).
[47] El guion original se tituló “The Fuzzies” y luego “A Fuzzy Thing Happened to Me…”. Gene L. Coon lo reescribió a fondo.
[48] Edición española traducida por Juan Pascual Martínez Fernández; Ediciones El Andén, 2008; colección Gran Vía Express.
[49] Título original del guion: “The Gamesters of Pentathlon”. Sería revisado por Coon y Lucas.
[50] La voz de uno de los Proveedores es la de Robert Johnson, quien también hizo la voz de la cinta en la serie Misión imposible.
La magnífica serie Misión: imposible
[51] El guion procede de una de las propuestas de Roddenberry en “Star Trek is…” llamada “President Capone”. George Clayton Johnson escribió para la primera temporada una historia llamada “Chicago II” y David P. Harman otra, “The Expatriates”. Tras el guion definitivo, hubo revisiones de Coon y Lucas.
[52] Un año después, en concreto en los números 90 a 94 del cómic Los 4 Fantásticos (Fantastic Four) de la Marvel, una idea idéntica se desarrolló, con protagonismo de La Cosa.
[53] Este planeta y su look es el ambiente en que se desarrolla el juego de Nintendo Star Trek: 25th Anniversary.
[54] Guion retocado por Lucas.
[55] Tanto en el guion original como en los créditos se le menciona como “gumato”, pero durante el rodaje Shatner y Kelley lo pronunciaban mal, y a partir de ahí ha quedado como “mugato”.
[56] El líder de los klingons era Kor, del episodio “Errand of Mercy”, pero fue cambiado.
[57] El director inicialmente previsto era Joseph Pevney, pero dejó la serie antes de iniciarse el rodaje.
[58] Pese a todas esas reescrituras, Dugan obtuvo una nominación al Writers Guild of America Award en la categoría de mejor guion de episodio dramático.
[59] En la tercera temporada, en el episodio “Is There No Truth in Beauty?”, encarnará a otra doctora; y en TNG será la doctora Pulaski durante la segunda temporada.
[60] Basado en un borrador titulado “Tomorrow the Universe”, de Paul Schneider, destinado a la primera temporada.
Star Trek: insurrección
[61] Este elemento hace recordar la posterior película Star Trek: insurrección (Star Trek: Insurrection, Jonathan Frakes, 1998).
[62] Basado en un boceto titulado “Spec”, del matemático Laurence N. Wolfe. El guion de Fontana tuvo revisiones de J. M. Lucas.
[63] El doctor Daystrom, así como el instituto de igual nombre, serán mencionados en diversas ocasiones en las subsiguientes series trek.
[64] “Answer”, en Angels and Spaceships (1954). En español, en Luna de miel en el infierno y otros cuentos de marcianos; Gigamesh, 2005 – Gigamesh Ficción nº 30; Fredric Brown Ciencia Ficción Completa nº 2.
[65] Kneubuhl escribió un tratamiento basado en una idea de Roddenberry y Coon. El primer borrador se tituló “The Last Martyr”.
[66] El planeta reaparece en la novela The Captain’s Honor (1989), de David y Daniel Dvorkin, ambientada cien años después, y protagonizada por Picard y compañía.
[67] La crisis de los misiles fue un conflicto que se produjo entre Estados Unidos y la Unión Soviética a finales de 1962, y fue uno de los momentos más tensos y peligrosos de la Guerra Fría. En el episodio, parece aludirse a una situación más o menos similar casi inmediata a la emisión del episodio.
La obra maestra de Robert Wise
[68] Ciertas actitudes del personaje recuerdan un tanto a Klaatu de la mítica Ultimátum a la Tierra (The Day the Earth Stood Still, 1951), de Robert Wise.
[69] En el plano final donde la gata se vuelve humanoide, la actriz que la encarna es Victoria Vetri. Sin embargo, en la serie regular (que no llegó a existir) la debiera haber incorporado Barbara Babcock.
[70] Sin embargo, dio lugar a un cómic en formato de miniserie, Star Trek – Assignment: Earth, creada por John Byrne, y aparece en otros comics, amén de diversas novelas y relatos.
[71] El theremín fue inventado por el físico ruso Lev Serguéievich Termen en 1919, siendo uno de los primeros instrumentos musicales electrónicos. Se trata de una especie de caja con dos antenas, y aproximando la mano, pero sin tocarlas, provoca vibraciones que producen sonidos de aire extraterrestres. El resultado puede comprobarse, por ejemplo, en la magistral partitura que compuso Bernard Herrman para la mítica Ultimátum a la Tierra.